tag:blogger.com,1999:blog-34301055145662359982024-03-08T10:34:00.663-08:00Historia de las Civilizaciones (español)Asistente Sauterhttp://www.blogger.com/profile/06010045984058937838noreply@blogger.comBlogger28125tag:blogger.com,1999:blog-3430105514566235998.post-90200808202514232562008-05-14T17:42:00.000-07:002008-05-14T17:43:18.109-07:00Sesión 28: El fin de la Guerra Fría, 1961-1991En la sesión de los orígenes de la Guerra Fría y su curso durante los 1940s y 50s, notamos que el conflicto tenía que ser entendido como una competencia estratégica en vez de como una guerra de balazos. Dos sistemas exclusivos económicos y políticos se confrontaron y comenzaron a competir por influencia alrededor del mundo. Esta competencia comenzó con la ocupación y la reorganización de Europa después de la Segunda Guerra Mundial y después se extendió a Asia, África y América Latina. Aunque los Estados Unidos y la Unión Soviética no se involucraron en una guerra de balazos, la esencia de su conflicto era militar. Ambos lados ocupaban grandes áreas afuera de sus respectivos países. La Unión Soviética controlaba Europa del Este y los Estados Unidos tenían tropas en Europa Occidental y Japón, así como una serie de bases militares alrededor del mundo. Además, a finales de los años cincuenta ambos lados tenían armas nucleares y la capacidad de mandarlos desde plataformas de misiles balísticos. Este balance de terror estratégico hizo posible la Guerra Fría, en el sentido que restringió a ambos poderes de involucrarse en un conflicto directo. Esto era bueno, hasta el punto en el que ayudó a evitar otra guerra mundial, una que hubiera sido mucho más destructiva que ambas de las dos guerras mundiales combinadas. No obstante, también trajo consigo otros problemas que no serían resueltos por cincuenta años. <br />Para entender el surgimiento de la Guerra Fría y su declive más claramente, debemos dividirla en dos etapas: 1945-1961, y 1961-1991. Hemos cubierto el primer periodo en la sesión de los orígenes de la Guerra Fría. En esta sesión consideraremos mayormente el segundo periodo. 1961 fue un año crucial en muchos aspectos. Primero, marcó el clímax político del Comunismo Soviético. Durante los cincuentas, parecía que la Unión Soviética y sus aliados, incluyendo China, estaban lentamente apoderándose del mundo. Para aquellos viviendo en los Estados Unidos y en Europa Occidental, sus países parecían como pequeñas bases en un océano hostil. Los Soviéticos se habían engullido toda Europa del Este después de la Segunda Guerra Mundial y utilizaron la fuerza para mantener a su sistema económico en su sitio. En 1956, el ejército Soviético también sofocó una rebelión anti-Soviética en Hungría. En 1949, Mao Zedong llevó a su Partido Comunista a la victoria y rápidamente firmó una alianza con los Soviéticos. En 1950, Corea del Norte Comunista lanzó un ataque sorpresa en contra de Corea del Sur, y China también invadió Tibet. En 1959, Fidel Castro y su pequeño grupo de seguidores derrocaron el régimen corrupto de Fulgencio Batista y rápidamente se alió con la Unión Soviética. <br />Los Estados Unidos respondieron a la actividad Soviética con un sistema de alianzas que incluían la NATO, la SEATO y el CENTO, así como también programas de ayuda masiva como el Plan Marshall y otras formas de ayuda directa a países alrededor del mundo. Aunque los Estados Unidos habían resistido los intentos Soviéticos para incrementar su influencia alrededor del mundo durante los cincuentas, para 1961 estaba claro que un consenso nacional en contra de los Soviéticos había emergido. En su discurso inaugural el presidente John F. Kennedy marcó el tono, diciendo, “Dejen saber a cada nación, independientemente de si nos desea bien o mal, que pagaremos cualquier precio, cargaremos cualquier carga, enfrentaremos cualquier obstáculo, apoyaremos cualquier amigo, nos opondremos a cualquier enemigo, para asegurar la supervivencia de la libertad.” El mundo bipolar de las superpotencias era ahora la materia de la política diaria. <br />Segundo, 1961 fue también el clímax del liderazgo Soviético en la ciencia. En 1949, los Soviéticos habían explotado su propia bomba atómica y una bomba de hidrógeno siguió en 1953. La rapidez de los avances Soviéticos era impresionante. En atómica los Estados Unidos había tenido el liderazgo por cuatro años seguidos, de 1945 a 1949. Sin embargo la brecha entre las dos superpotencias se cerró más rápido con la bomba de hidrógeno: los Estados Unidos explotaron su primera bomba de hidrógeno den 1952, y los Soviéticos los alcanzaron casi en seguida. Cuando ambos obtuvieron la bomba-H, el mundo entró en una fase aún más peligrosa, ya que la capacidad destructiva de la bomba de hidrógeno era de una magnitud mayor que las armas ordinarias atómicas. (La explosión de los Estados Unidos de una bomba-H en el Pacífico Sur dejó un agujero en el océano de siete millas de profundidad). <br />Además, los Soviéticos claramente llevaban el liderazgo en tecnología balística y del espacio. En Octubre 4 de 1957, los Soviéticos lanzaron el Sputnik a la órbita. Sputnik II, que tenía a un perro dentro, salió tan solo un mes después. Estos lanzamientos les dieron a los Soviéticos experiencia valuable para entender el efecto de los vuelos espaciales en los cuerpos vivos. Los Estados Unidos respondieron rápidamente, aunque frenéticamente, lanzando su primer misil balístico al final de ese año, y poniendo su primer satélite, el Explorer I, en órbita en Enero 31 de 1958. La carrera por el espacio había empezado, pero los Soviéticos parecían estar ganando. En Abril 12 de 1961, Yuri Gagarin se convirtió en el primer ser humano en orbitar la tierra, pasando hora y media en el espacio. Los Estados Unidos respondieron en Mayo 5 mandando a Alan Shepard al espacio por 15 breves minutos, y luego tan sólo a un camino sub-orbital. De nuevo, los Estados Unidos estaban detrás. El primer Americano en lograr completa la órbita terrestre fue John Glenn en 1962, y en este contexto de aparente atraso debemos entender la llamada famosa de John F. Kennedy en Mayo 25 de 1961 para poner a un hombre en la Luna antes del fin de esa década. Los Americanos tenían miedo de perder su vanguardia tecnológica a los Soviéticos y estaban dispuestos a gastar mucho dinero para cubrir la distancia. La diferencia entre las dos superpotencias fue que, ultimadamente, tan solo los Americanos tenían el dinero para librar esta guerra tecnológica. <br />Finalmente, la Economía Soviética parecía estar sobrepasando a la Americana durante los cincuentas. Aunque ahora sabemos que las tasas de crecimiento Soviéticas no eran erales, hubo mucha ansiedad sobre el rendimiento de la Economía Soviética en América en ese momento. A pesar de sus limitaciones, el Plan Quinquenal (1951-55) incrementó el ingreso nacional por 71%. El Plan Sexenal (1956-60) cambió un poco del énfasis tradicional en la industria pesada hacia los bienes de consumo, aunque el subsiguiente Plan de Siete Años (1957-1962) volvió a reacomodar algunas de estas prioridades una vez más. Este último plan enfatizaba la industria química e inversiones fuertes en el campo del este de la Unión Soviética y pareció gozar al principio de un poco de éxito. El ingreso nacional incrementó 58%. La producción industrial bruta incrementó por 84%. Los bienes para productores aumentaron en un 96% y los bienes de consumo en un 64%. <br />En general, las tasas de crecimiento anual Soviéticas entre 1928 y 1955 fueron, supuestamente, mayores a 12%. Las figuras comparables en occidente fueron del 10%. Para 1960, las estadísticas oficiales Soviéticas mostraban un crecimiento anual del 10%, aunque estas tasas bajaron constantemente durante las décadas siguientes. Estos números crecientes incluso llevaron al Secretario General del Partido Comunista, Nikita Khrushchev a predecir que las economías Comunistas algún día, rebasarían las capitalistas en riqueza. Sin embargo para mediados de los ochentas, las tasas de crecimiento estaban oficialmente estimadas a un 2.2%, con el PIB cerrando en $2.4 trillones. Más aún, todo mundo empezaba a sospechar que los números Soviéticos eran una mentira. En 1988, el Secretario General del Partido Comunista, Mikhail Gorbachov reportó al Comité Central que la economía Soviética en realidad no había crecido en veinte años. <br />En retrospectiva podemos ver sin embargo, que para 1961, el auge de la Unión Soviética había terminado. Económicamente, su principal problema era que no podía competir con las economías capitalistas en la producción de riqueza, que cada vez más se comenzó a medir en términos de bienes de consumo. En 1959 estaba ya claro, cuando el Vicepresidente de los Estados Unidos y el Primer Ministro Soviético Nikita Khrushchev debatieron los relativos méritos de sus respectivos sistemas económicos en una maqueta de una cocina Americana en Moscú. Sin importar que tan tonto el debate nos pueda parecer hoy, esta claro que la gente viviendo detrás de la cortina de hierro no tan solo tenía pocos bienes de consumo a su disposición, pero también menos tiempo de vacaciones. <br />Más aún, al mismo tiempo que los Soviéticos tenían que trabajar más duro tan sólo para quedar atrás, la economía Soviética tenía que hacer enormes sacrificios para su presupuesto militar. En dólares de hoy en día los Estados Unidos gastaron alrededor de $320 billones por año en defensa militar para vencer a la Unión Soviética, lo que significa alrededor del 8% de su PIB por 30 años. A mediados de los ochentas, la Unión Soviética estaba dedicando el 15-17% de su PIB en defensa y no podía incrementar sus gastos ya más, cuando Ronald Reagan incrementó el presupuesto de defensa Americano en los ochentas. En este sentido, la competencia militar de la Guerra Fría entre las dos sociedades tuvo un efecto desproporcionadamente negativo en la Unión Soviética, ya que tenía que competir en contra de los Estados Unidos con menos recursos en general a su disposición. <br />El éxito de la NASA es un ejemplo de la brecha que emergió entre los dos poderes después de 1961. NASA fue creada en 1958 en respuesta al Sputnik, como una organización dedicada a la exploración del espacio y a alcanzar a los Soviéticos. Aunque el programa existía antes que John F. Kennedy subiera a la presidencia en Enero de 1961, el apoyo incondicional del presidente para él, tanto en palabras como en dinero, le dio al programa un impulso significativo y comenzó fervientemente a construir naves espaciales con la intención de poner a un hombre en la luna para el final de la década. El progreso hacia un aterrizaje en la luna fue premeditado. De 1961 a 1963, NASA llevó a cabo el Proyecto Mercurio, que puso una cápsula de un hombre en el espacio y después recuperaba al piloto y a la cápsula después de un clavado en el océano. Mercurio fue seguido por el Proyecto Géminis, que duró de 1964 a 1967. El sistema Géminis puso una cápsula de dos hombres en el espacio y la recuperó junto con los dos pilotos del océano. Sin embargo el momento histórico mundial de NASA vino con el Proyecto Apollo, que fue anunciado en 1961, pero que de hecho comenzó hasta 1967. El Programa Apollo mandó una cápsula de tres hombres a la luna a bordo del cohete más poderoso del mundo, el Cohete Saturno V. En Julio 20 de 1969 NASA puso a los primeros seres humanos en la luna con el vuelo del Apollo 11. El último aterrizaje en la luna ocurrió en Diciembre de 1972, con el Apollo 17. En este aspecto, la Unión Soviética nunca logró alcanzar el éxito Americano. <br />El Programa Apollo es un ejemplo importante de las dificultades que enfrentaba la Unión Soviética tratando de alcanzar a los Estados Unidos. En total, el programa costo $25.4 billones, una suma de dinero que tan solo los Estados Unidos podían pagar, dadas las diferencias económicas que seguían creciendo. En 1971, por ejemplo, el ingreso per capita de los Estados Unidos era el más alto del mundo con $18’842. Para la Unión Soviética esa figura en ese año era de $1’385. Encima, el programa espacial engendró una serie de habilidades e inventos importantes que la industria de consumo Americana rápidamente tomó. Por ejemplo, mucho del ímpetu para la miniaturización surgió de la necesidad de la NASA de meter la mayor cantidad posible de herramientas electrónicas en el menor espacio posbile. Estados Unidos también ganó experiencia vital escribiendo complicados programas de computadoras. Los códigos que fueron cargados a las computadoras de los Apollo se hubieran extendido por millas, si se hubieran impreso y puesto de principio a fin. La transferencia de estas habilidades de programación ala industria es un factor esencial para la revolución del software en la cual se basa la computación moderna. Además, el relativo éxito del programa espacial de los Estados Unidos continuó. Los Soviéticos hicieron un gran empuje en los setentas para sobrepasar a los Estados Unidos construyendo una estación espacial, y gozaron de gran éxito manteniendo esta estación trabajando. Los Estados Unidos alcanzaron a los Soviéticos en 1973, aunque por poco, construyendo su propio laboratorio orbital espacial. La superioridad de los Estados Unidos en la tecnología espacial se volvió clara sin embargo, cuando se construyó el Cohete Espacial, el primer vehículo espacial reutilizable del mundo, que fue lanzado por primera ocasión en 1981. Los dos últimos programas de la NASA fueron un fracaso tanto científico como de negocios. Skylab, la estación espacial Americana, nunca produjo ningún tipo de descubrimiento científico que algunos científicos originalmente prometieron. Al final, se cayó a la atmósfera de la tierra y se quemó, debido a un problema imprevisto en su trayectoria orbital. El Cohete Espacial, en particular, se supone que se iba a autofinanciar lanzando satélites al espacio, aunque ahora está claro que el programa es demasiado caro para cubrir sus costos. Aún así, los Soviéticos nunca fueron capaces de hacer nada más en el espacio que forzar a sus Cosmonautas a permanecer mucho tiempo en órbita. Al final, sus habilidades técnicas siempre estaban limitadas por sus debilidades económicas. <br />En política el primer signo claro de los límites de la Unión Soviética vino con la Crisis de los Misiles Cubanos. En 1960, Nikita Khrushchev prometió defender la soberanía Cubana con armas nucleares. Dadas las tensiones que existían entre las dos potencias, este era un movimiento político sospechoso. Si los Estados Unidos hubieran prometido defender a Hungría con armas nucleares después de que se alzó en contra de los Soviéticos en 1956, pudo haber habido una guerra nuclear. No obstante, en 1962, Khrushchev llevó a la Unión Soviético a lo que solamente se puede describir como una aventura de política exterior, mandando misiles nucleares a una isla que estaba tan solo a 90 millas de la costa de Florida. La proximidad de los misiles a la frontera de Estados Unidos significaba que éste no hubiera tenido ninguna advertencia de un ataque nuclear, si los misiles llegarán a ser lanzados. La única postura militar adecuada en este caso hubiera sido un estatus más alto de alerta que hubiera traído consigo, a su vez, una mayor probabilidad de un lanzamiento accidental en contra de los Soviéticos. Para entender que tan tonta fue la política de Khrushchev, consideren como los Sovieticos hubieran reaccionado si los Estados Unidos pusieran misiles nucleares en Japón. Hubieran correctamente visto esto como una provocación y esto hubiera incrementado su estatus de alerta. Por esto el Presidente Kennedy tuvo razón en responder con fuerza a la provocación de Khrushchev y lo hizo bloqueando a Cuba y forzando a los Soviéticos a retirarse. A cambio de su retirada los Estados Unidos prometieron nunca invadir Cuba. En 1964, Nikita Khrishchev fue removido del poder. Esto fue en gran parte por el fracaso dramático de sus políticas agriculturales,m aunque la Crisis de los Misiles en Cuba no ayudó en nada. Bajo la “Campaña de Tierras Vírgenes” de Khrishchev, los Soviéticos invirtieron grandes cantidades de dinero en plantar tierra sin cultivar en el este de la Unión Soviética. El plan fue un fiasco, ya que las granjas nunca produjeron mucha comida, debido al mal clima y a la peor administración. Khrishchev fue repuesto por un hombre mucho más cauteloso, Leonid Brezhnev, que se volvió el Primer Secretario del Partido Comunista. Brezhnev era más tendiente a los negocios que Khrushchev y menos propenso a explosiones tontas. Khrushchev alguna vez dijo que los Soviéticos abandonarían sus ambiciones revolucionarias cuando los camarones aprendieran a cantar. Brezhnev sin embargo, resistió la tentación de mover demasiado el barco diplomático. <br />Aunque Brezhnev gobernó con una mano de hierro dentro del mundo Comunista—había sofocado un pequeño movimiento de reforma en Czechoslovakia en 1968—también trato de normalizar las relaciones con el Occidente. El resultado diplomático fue una serie de reuniones y tratados que ahora son llamados détente. El deseo de Brezhnev de traer más realismo y menos tensión a la competencia entre los dos grandes poderes se vio igualado en los Estados Unidos por el Presidente Richard Nixon y su consejero cercano Henry Kissinger. <br />Tanto los Estados Unidos como la Unión Soviética tenían razones fiscales de peso para querer negociar en vez de competir. La economía Soviética había dejado de crecer y los Estados Unidos habían incrementado dramáticamente su gasto público en los sesentas. Por una parte, los gastos domésticos del Presidente Lyndon Johnson incrementaron con la aprobación de una serie de iniciativas sociales que son conocidas colectivamente como “la Gran Sociedad.” Por otra parte, la expansión de Johnson en la intervención Americana en la Guerra de Vietnam aumentó no solamente el número de muertos sino también el gasto militar. Para la elección presidencial de Richard Nixon en 1968, los Americanos estaban ya cansados de pagar por la guerra, y Nixon comenzó a disminuir la intervención Americana para reducir sus pérdidas. Para 1973, los Estados Unidos habían firmado un cese al fuego con los Vietnamitas del Norte. Sin embargo esta política llegó demasiado tarde para la economía Americana, ya que las políticas fiscales del propio Nixon combinada con aquellas de su predecesor habían sobrecalentado a la economía Americana, trayendo casi una década de inflación de dos dígitos. <br />No obstante, la administración de Nixon también trajo consigo un nuevo realismo en la política exterior a la altura del de Brezhnev’s. Tanto Nixon como Kissinger eran capaces de dejar a un lado la tradicional oposición binaria Estados Unidos – Unión Soviética por preocupaciones prácticas, y la historia oral de Nixon en contra de los Comunistas le dio suficiente prestigio político doméstico para lograr este cambio. Ya hemos discutido la famosa visita de Nixon a China; sus negociaciones con los Soviéticos sobre las limitaciones de armas nucleares fueron igualmente históricas. <br />Entre 1969 y 1972, ambos lados comenzaron a negociar anhelando disminuir las tensiones políticas y militares. La idea Americana era que se podía lograr que los Soviéticos moderaran su comportamiento ofreciéndoles negocios económicos favorables. Esto llegó a ser conocido como “vínculo” en Occidente. El acceso al dinero de los Estados Unidos era deliberadamente vinculado a las políticas internas e internacionales Soviéticas. El lado Soviético, por su parte, también quería restringir el gasto militar Americano y se sostuvo en la idea que se había originado con Khrushchev, “coexistencia pacífica”. El resultado diplomático de estas tendencias fueron las Conversaciones sobre Limitación de Armas Estratégicas, o SALT. Primero fue sugeridas por Lyndon Johnson, estas pláticas produjeron dos tratados sobre la limitación de armas estratégicas, SALT I y SALT II. Firmadas en Mayo 26 de 1972 en Moscú, SALT I era una complicada colección de tratados, de los cuales el más importante era el Tratado de Misiles Anti-Balísticos (ABM) y el Tratado Interino y Protocolo en la Limitación de Armas Estratégicas Ofensivas. El Tratado ABM limitaba a ambos lados en el desarrollo y la instalación de sistemas anti-balísticos. El miedo era que si cada lado tenía un sistema así, el otro lado no tendría remedio más que producir más misiles para abrumar al sistema. El Acuerdo Interino congeló el sistema misil intercontinental (ICBM) y oceánico (SLBM) de ambos lados. Se pensaba que esto era justo, ya que los Soviéticos tenían ventaja en los ICBMs y los Estados Unidos en los SLBMs. <br />El presidente Nixon sometió el SALT I al Senado de los Estados Unidos, donde fue ratificado. SALT II, que fue negociado por Jimmy Carter en 1979, sufrió un destino diferente. Firmado en Junio de 1979, este acuerdo expandió el dominio del SALT I, limitando el número de MIRVs (Vehículos de re-entrada de Impacto Múltiple), bomberos pesados, y el número total de lanzadores de misiles balísticos. Sin embargo el Presidente Carter fue forzado por el Senado a retirarse del tratado después de la invasión Soviética de Afghanistan. No obstane, ambos lados cumplieron voluntariamente los límites hasta la firma de acuerdos subsiguientes. <br />La invasión Soviética de Afghanistan en Diciembre 24 de 1979 amargó las relaciones de las superpotencias para la próxima década. Primero, la invasión aumentó de nuevo el espectro de la ideología agresiva Comunista que estaba obstinada con la dominación mundial. La opinión pública en los Estados Unidos rápidamente se volvió en contra de cualquier negociación posterior con los Soviéticos. El President Jimmy Carter respondió con su famoso boicot a las Olimpiadas en Moscú y enunciando que había aprendido mucho de la Unión Soviética. Segundo, en un nivel mucho más profundo, el cambio tecnológico había hecho obsoletas las premisas básicas del SALT I y II. <br />A fines de los setentas los Soviéticos desarrollaron un nuevo misil balístico de alcance intermedio llamado el SS-20, que podía depositar una cabeza nuclear a 5’000km aproximadamente. Estacionó estos misiles al este de las Montañas Ural, lo que significaba que la Unión Soviética podía hacer volar a toda Europa en menos de diez minutos. Algunos aliados Europeos de Estados Unidos respondieron presionando a Estados Unidos para que desarrollaran sus propios misiles balísticos de alcance intermedio y los estacionaran en Europa Occidental. Los resultados fueron el Pershing II y el Misil Tomahawk Cruise; ambos podían llegar a Moscú de Europa Occidental en diez minutos. A pesar de las tremendas protestas en toda Europa en contra de su despliegue, la NATO puso a los Pershing IIs en el Continente a principio de los ochentas. En conjunto estos sistemas de armas desestabilizaron el frágil acuerdo entre las dos superpotencias. El resultado fue más pláticas y la firma del Tratado de Fuerzas Nucleares de alcance intermedio en 1987, donde ambos lados juraron eliminar sus IRBMs. <br />La superioridad en tecnología Americana también socavó la burda paridad en los sitemas intercontinentales balísticos consagrados en el SALT I. Hasta los ochentas, los Estados Unidos habían contado con dos sistemas de misiles acuáticos, el Poseidon y Polaris, que estaban basados en tecnología de los cincuentas. Sin embargo después de treinta años de servicio, los sistemas necesitaban actualizaciones, y no por otra razón más que ya no podían ser mantenidos propiamente. Durante el fin de los sesentas, los Americanos comenzaron a diseñar un nuevo SLBM llamado el Tridente I. El sistema fue desplegado durante los ochentas y noventas. El sistema Tridente era problemático para los Soviéticos por dos razones. Primero, los Soviéticos no tenían idea de lo que eran los misiles balísticos submarinos Americanos. Los nuevos submarinos tipo Ohio, que primero aparecieron en 1981 no tan sólo eran demasiado discretos para ser detectados por los Soviéticos, pero también cargaban 24 misiles Tridente, de los cuales cada uno tenía ocho cabezas nucleares con MIRV. Ya que cada cabeza nuclear tenía una capacidad explosiva de 100 kilotones, tan sólo un submarino estacionado en la costa este de la Unión Soviética podía destruir enteramente a la mitad del país. Segundo, para el tiempo en el que el Tridente II fue desplegado a principios de los noventas, los SLBMs Americanos se habían vuelto tan exactos que no tan solo tenían una gran alcance (7’400km) pero también capacidades de matar blancos difíciles. Cada misil Tridente II tenía diez cabezas nucleares de 475 kilotones, lo que significaba que los Estados Unidos podían obliterar la mayor parte de los misiles silos terrestres de casi cualquier lado del Atlántico o el Pacífico, manteniendo sus propias fuerzas terrestres en reserva. <br />Lo que esto significaba para el control de armas era que los Estados Unidos necesitaban menos bases de despegue y menos misiles terrestres para amenazar a los ICBMs de la Unión Soviética. Así, la lógica básica para la limitación de armas ya no era aplicable a la situación estratégica, y un signo de esto fue las Conversaciones sobre la Reducción de Armas Estratégicas. Comenzadas bajo el Presidente Ronald Reagan en 1982 y completadas en 1991 por el Presidente George Bush y el Secretario General Mikhail Gorbachev, estas conversaciones dieron por resultado un tratado que redujo las reservas estratégicas en ambos lados por primera vez. <br />A la luz de estos factores ahora debemos considerar dos de los líderes más significantes de los muchos que hubo en la Guerra Fría, el presidente Ronald Reagan y el Secretario General Mikhail Gorbachev. Ronald Reagan llegó a la presidencia en Noviembre de 1980 con una victoria electoral abrumadora sobre el titular de la presidencia en aquel tiempo Jimmy Carter. El rendimiento tan pobre de la economía durante el final de los setentas selló el destino de Carter, pero la insatisfacción con su política exterior también fue un factor significativo en la derrota. Estados Unidos quería un líder más asertivo, y Reagan entró a la presidencia prometiendo reducciones de impuestos, reducciones en programas sociales, y un incremento en el gasto de defensa. Cumplió todas estas promesas, aunque hasta hoy hay mucho desacuerdo acerca de sus efectos en la economía de los Estados Unidos. Algunos piensan que Ronald Reagan puso en peligro la salud financiera de Estados Unidos al incrementar los déficits federales anuales. Otros sostienen que sus reducciones de impuesto liberaron a la economía Americana e hicieron posible el crecimiento. Dejando a un lado qué lado tiene la razón, lo importante es que para 1983 la economía Americana estaba creciendo rápidamente. En 1984 los votantes Americanos le dieron a Ronald Reagan crédito por ello, dejándolo en la Casa Blanca en otra abrumante victoria y esta vez con el sorprendente 59% del voto popular. Así, durante su segundo mandato, Reagan no tan sólo tuvo el apoyo de la gente estadounidense, sino también una economía creciente que presumía el poder de compra de los Americanos. Los Soviéticos no podían seguir compitiendo con el gasto militar cada vez mayor de los Estados Unidos y eventualmente tuvieron que salirse completamente del juego. <br />Mikhail Gorbachev confrontó indudablemente una situación política y económica diferente. En 1985, se volvió el líder de la Unión Soviética en medio del estancamiento completo. La economía Soviética no estaba creciendo, y cosas como el alcoholismo y la mortalidad infantil estaban incrementando. Reconocido como un reformador, instituyó cambios estructurales profundos en la vida pública Soviética y en la economía. Estas reformas caían bajo dos rubros: glasnost, que significa apertura, y perestroika, que significa reestructuración. Gorbachev abrió la economía a más iniciativa individual y la vida pública a más debate, en un intento de competir más efectivamente con los Estados Unidos. Desafortunadamente para Gorbachev, sus medidas meramente fueron exitosas en destruir a la vieja Unión Soviética. Los Rusos comenzaron a demandar más libertad y democracia que lo que Gorbachev estaba dispuesto o era capaz de dar—ya que incluso las reformas limitadas de Gorbachev estaban enfureciendo a los viejos Comunistas en el ejército y el gobierno. La aparente suavización de las políticas Soviéticas causo eventos que rápidamente se salieron de control. En 1989, el Muro de Berlín cayó y la mayoría de Europa del Este declaró su independencia del Imperio Soviético. Gorbachev permitió que estos estados partieran, incluso negociando la absorción de la antigua República Democrática Alemana a la República Federal de Alemania. Pero la debilidad percibida de Gorbachev significó el fin de su régimen. <br />En 1991, los viejos Comunistas sostuvieron un golpe de estado fallido, que no tan solo rompió a Gorbachev sino también a la Unión Soviética. Dentro de unos meses la tradición imperial que databa desde Pedro el Grande se desintegró, ya que las Repúblicas Soviéticas periféricas se volvieron estados independientes por primera vez. Incapaces de acumular suficiente fuerza para competir con los Estados Unidos, la Unión Soviética colapsó, dejando a una Rusia pobre y enferma en su despertar. <br />Era creído en esos tiempos que la Guerra Fría había marcado el fin de la historia. Los dos grandes adversarios finalmente se habían convertido en amigos. La nueva Rusia se volvería ahora capitalista y próspera, y el mundo estaría en paz. Este sueño no se cumpliría.Asistente Sauterhttp://www.blogger.com/profile/06010045984058937838noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3430105514566235998.post-14300175676612906792008-05-12T18:37:00.001-07:002008-05-12T18:37:51.273-07:00Sesión 27: China en el siglo XXChina comenzó siendo un desastre en el siglo XX y lo terminó siendo la segunda potencia más importante, después de los Estados Unidos. Esto es un todo un viaje en solamente un siglo, y para entender como sucedió debemos mirar atrás. China presumía la civilización más avanzada durante el siglo XVII. En tecnología, filosofía, gobierno, y comercio, el mundo tenía mucho que aprender de China, y los Chinos lo sabían. Sin embargo para el siglo XVIII, Europa ya había alcanzado a China. Entre los siglos XVI y XVIII hubo desarrollos en esta área, particularmente en ciencia, tecnología, y la vida económica, que hicieron que incluso estados Europeos solos, como Gran Bretaña, fueran más capaces de proyectar poder alrededor del mundo que el vasto Imperio Chino. Esto se pudo haber debido a la introspección creciente China: creían que no había nada más que aprender fuera de sus fronteras. Así, aunque China inventó el hierro y la pólvora siglos antes que nadie en Europa, los Chinos no consideraron las diferentes maneras en las cuales podían utilizar estas invenciones. Más aún, aunque la marina China y su flota comercial estaban extremadamente adelantadas, China nunca fue a conquistar océanos más amplios, aparentemente contento de permanecer siendo el centro de la civilización mundial. <br />China comenzó a quedarse detrás de los estados Europeos a mediados del siglo XIX. Entre el surgimiento de la industria y la competencia de siglos entre estados, los Europeos se probaron capaces de proyectar poder alrededor del globo. Los Británicos y los Franceses por ejemplo, comenzaron a explotar China completamente al principio de las Guerras de Opio. Los Británicos pelearon la primera guerra solos de 1839 a 1842. La segunda, vio a los Británicos y a los Franceses aliarse en contra de China, y duró de 1856 a 1860. Después de perder estas guerras, China esencialmente perdió el control de sus fronteras, y los mercaderes Franceses y Británicos controlaron los términos del comercio Chino con el mundo exterior. Más potencias pronto se unieron a Gran Bretaña y Francia, y para el final del siglo XIX, China había sido esencialmente desmembrada en múltiples esferas de influencia. Como noté en la conferencia pasada, de los estados Asiáticos tan solo Japón fue capaz de resistir el ataque de las potencias agresivas e industriales Europeas. Desafortunadamente para Asia, Japón pronto se comportó igual de mal que el resto y también buscó su propia esfera de influencia en China. Desde la perspectiva de un Japón con creciente poder, las dos guerras mundiales eran el intento de Japón para echar a las potencias occidentales de su esfera percibida. Ultimadamente Japón perdió esa competencia, y no fue sino hasta después de 1945 que China determinó su destino propio de nuevo y se afirmó a sí misma como una potencia mundial. <br />En esta sesión, voy a dividir la historia China del siglo XX en dos partes. La primera cubrirá el periodo de 1911 a 1949. La segunda comenzará en 1949 y terminará en 1989. Comenzaré en 1911, el año de la primera revolución China. En 1911, el decaído Régimen Imperial decidió nacionalizar el sistema de ferrocarriles Chino. Esto ocasionó revueltas en toda China, y grandes regiones del país se volvieron independientes de la autoridad central. Esta revolución marcó el final de una época, ya que casi 2’000 años de tradición imperial China llegaron a su fin. El siglo XIX había destripado a la monarquía y a la tradición China de su autoridad, y muchos Chinos comenzaron a sentir que la única manera de salvar a China era seguir ejemplos occidentales. Sin embargo el problema principal de la Revolución, fue que pronto descendió al faccionalismo. <br />En Febrero 12 de 1912, el último Emperador Chino abdicó y Yüan Shih-k’ai, un poderoso primer ministro, fue elegido como presidente. Un parlamento Chino fue establecido y al día siguiente el partido nacionalista de China, el Kuamintang, fue formado. Sun Yat-sen, un poderoso miembro del Kuomintang que hasta hoy es considerado el padre de la China moderna, colaboró con Yüan hasta 1913, cuando este último atentó un golpe de estado, y Sun tuvo que volar a Japón. En respuesta, Sun reorganizó el Kuomitang bajo el modelo de la sociedad secreta y más tarde un partido revolucionario. Yüan permaneció en el poder hasta 1916, cuando presiones políticas lo derrocaron. Yüan nunca fue capaz de resolver el problema más grande de China: en la ausencia de un autoridad central fuerte, los caudillos se habían apropiado de mucho de China. Entre 1912 y 1928 por ejemplo, había más de 1’300 de ellos controlando varias partes del país. <br />Durante la siguiente década los caciques regionales se dividieron China. Había un gobierno en Pekín, pero ya que estaba compuesto de caudillos, cualquiera que se encontrara fuera de la elite gobernante no tenía que escucharlo. Sun regresó a China en 1917, pero fue de nuevo expulsado por un caudillo. Regresó otra vez en 1923 y fue capaz de hacerse el líder de facto de China, gracias al poder cada vez mayor del Kuomintang, aunque murió de cáncer en 1925, dejando China en un estado de cambio. <br />Sun fue importante porque popularizo la causa nacionalista en China, pero su liderazgo intelectual y futuro vino de otra parte. Aunque Sun se pasó la mayor parte de su vida en el exilio, fomentando la revolución, nuevas ideas y corrientes comenzaron a aparecer en Pekín. En 1916, un intelectual Chino llamado Chen Duxiu fundó un periódico llamado Nueva Juventud que sermoneaba el rechazo de la cultura China y la adquisición de habilidades occidentales. La revista de Chen no fue no éxito notable. El nacionalismo Chino estaba tan dispuesto a rechazar al occidente, como a abrazarlo. Y Chen nunca tuvo una solución al problema real de China en el sentido de que a los campesinos les daba exactamente igual. Las motivaciones más fuertes para el cambio vinieron al final de la Primera Guerra Mundial, con la adquisición de Japón de un mandato en China de la provincia de Shantung. Cómo recordarán de su conferencia en Japón, Alemania controlaba esta provincia, pero Japón se la quitó. Dada la fortaleza de Japón, había poco que los poderes Europeos podían hacer para quitársela. El gobierno Chino estaba tan enojado con el mandato Japonés que el gobierno se rehusó a firmar el tratado. La oposición pública a Versalles hizo estallar un movimiento nacional que llegó a ser conocido como el “Movimiento del 4 de Mayo.” Comenzando con estudiantes en Pekín, este movimiento se extendió a través de China y se transformó en una serie de huelgas y boicots en contra de los bienes Japoneses. Todo tipo de urbanitas, desde intelectuales, políticos, a obreros, se unieron al movimiento. El movimiento falló en desplazar a los Japoneses, pero mostró que nuevas corrientes intelectuales se estaban formando. <br />Es en este contexto que debemos considerar el surgimiento del Comunismo en China. En 1918, un grupo de estudio Marxista apareció en la Universidad de Pekín en respuesta a la Revolución Rusa. Muchos miembros del Movimiento del 4 de Mayo se unieron a este grupo, y un nombre importante entre ellos—aunque no era importante en el momento—fue Mao Zedong. Para Julio de 1921, un grupo de intelectuales en Pekín fundó el Partido Comunista Chino en Shanghai. Este partido activamente luchó con la inercia China, y se volvió un arma importante en contra de occidente, ya que oficialmente estaba en contra del capitalismo, una importación occidental. <br />Durante los 1920’s, China lentamente readquirió el control sobre su territorio. Los poderes occidentales y Japón devolvieron sus mandatos, aunque retuvieron sus derechos comerciales. Aún así parecía que China estaba emergiendo de nuevo como un estado independiente. El nuevo estatus de China valía sin embargo, tanto como la voluntad de los Estados Unidos y su habilidad para garantizarlo. Y después de 1919, los Estados Unidos gastaban más energía retirándose del mundo que involucrándose en él. En este contexto, el Marxismo se volvió una fuerza poderosa en China. Hasta Sun Yat-sen se comenzó a acercar al Marxismo, creyendo que su visión colectivista era apropiada para la historia y economía Chinas. Sun era afecto a decir que la nación siempre tenía que ser más importante que el individuo. <br />Las actitudes de Sun Yat-sen y su disponibilidad para tomar consejos del Partido Soviético Comunista hicieron posible la cooperación con los Chinos Comunistas. China todavía no estaba unificada, y por razones dogmáticas, los Soviéticos no querían una revolución comunista China en ese momento. Creyendo que una revolución burguesa nacionalista era necesariamente primero, los Soviéticos ordenaron a los comunistas Chinos a unirse bajo una causa común con los Kuomintang. Los Kuomintang aceptaron a miembros del Partido Comunista en sus filas. Uno de ellos era Mao Zedong. Y el jefe de la policía de Sun, Chiang Kai-Shek, fue a Moscú a estudiar. Sun también creó una academia militar que creó soldados para la nueva China. <br />La muerte de Sun en 1925 cambió la situación fundamental. Chiang, el teniente de Sun, aceptó la ayuda Soviética, pero estaba determinado a no permitir que los Soviéticos interfirieran en la política China. La unidad persistió inicialmente, ya que el ejército del Kuomintang había eliminado la mayoría de los caudillos para 1927. Incluso, mientras que el Kuomintang se volvía más poderoso, los Británicos renunciaron a sus concesiones comerciales en China y los Estados Unidos renunciaron a su parte de la indemnización de la Rebelión Boxer. Los nacionalistas parecían estar ganando el día. Aún así, mientras que Chiang estaba organizando el ejército y las ciudades, los Comunistas Chinos estaban ocupados en el campo. Mao Zedong, uno de los líderes del partido quería que los Comunistas organizaran a los campesinos, porque creía que eran fuentes de poder aún sin explotar. Esto requería un rompimiento con el dogma Marxista, ya que de acuerdo a Marx solamente el proletariado podía liderar una revolución. Los campesinos quedaban fuera de la escena. No obstante, para 1927, los Comunistas habían organizado a más de 10 millones de campesinos. Se habían ganado la lealtad de los campesinos a través de cosas prácticas como forzando a los terratenientes a bajar las rentas y perdonar deudas excesivas. <br />Las diferencias en énfasis entre Chiang y Mao llevaron a nuevos conflictos. Chiang se había aliado con poderes capitalistas y mercantiles dentro de ciudades Chinas. Con acceso a dinero y teniendo el control de las fuerzas militares mejores de China, para 1927 sintió que era tiempo de lidiar con los Comunistas. Atacó militarmente a los Comunistas, destrozó sus ejércitos, y declaró ilegal el Partido Comunista. Esto puso a los Soviéticos en una posición interesante. Querían un estado que fuera hostil a Gran Bretaña, pero también tenían que seguir el dogma Marxista. Después de que el Kuomintang parecía estar ganando, los Soviéticos retiraron a sus consejeros de los Comunistas Chinos. <br />El ataque de Chiang meramente desembocó en una Guerra Civil, ya que los Comunistas se retiraron al campo. Esto tuvo dos consecuencias importantes. Primero, la guerra le permitió a los caudillos Chinos restantes florecer, ya que Chiang no tenía las suficientes fuerzas para enfrentar a todos sus enemigos al mismo tiempo. Segundo, la guerra debilitó a China justo cuando Japón se embarcaba en una política de agresión. En 1931, Japón invadió Manchuria. En 1932, las fuerzas Japonesas invadieron Shanghai. En 1937, las fuerzas Japonesas tomaron muchas de las costas Chinas y comenzaron a moverse hacia el interior. El Kuomintang se retiró a Nanking. Sin embargo en este momento, los Nacionalistas se volvieron más conservadores y autoritarios, rescatando ciertas tradiciones Chinas para justificar sus políticas. Esto llevó a los intelectuales Chinos a retirar su apoyo. <br />Mientras tanto, el Partido Comunista continuó trabajando en el campo, deponiendo caudillos y organizando campesinos soviéticos. Para 1930, los Comunistas habían organizado un gran ejército campesino en la provincia de Kiansi y declarando la fundación de la República Soviética China. El Kuomintang respondió en 1934 atacando a los Comunistas en su santuario de Kiansi y forzándolos a irse al sur. Esta fue la famosa “Marcha Larga”, durante la cual Mao Zedong lideró a unos cuantos miles de seguidores en una difícil retirada a Shengsi. Los Comunistas Chinos parecían estar terminados como fuerza, pero la marcha hizo a Mao un héroe para este movimiento y cimentó su autoridad. Luego en 1937, los Japoneses atacaron y China de nuevo cayó en el caos. La guerra fue un desastre para la economía China y el Kuomintang. Para 1940, la Calle Burma que los Británicos y los Americanos habían estado utilizando para darle provisiones al Kuomintang estaba cerrada. Para 1941, la China interior estaba completamente aislada del mundo exterior. El problema básico era que Chiang se rehusaba a utilizar sus tropas en contra de los invasores Japoneses. Esperaba que los Estados Unidos derrocarán a Japón y quería mantener su ejército entero para la lucha en contra de los Comunistas. Esto era una política estúpida en dos niveles. Primero, su ejército se volvió débil. Cuando la batalla por fin llegó, sus soldados no lucharon bien. Segundo, la actividad de la guerrilla Comunista en contra de los Japoneses les hizo ganar un enorme prestigio nacional en China. Cuando los Japoneses fueron finalmente derrocados, los Comunistas parecían héroes nacionales. <br />Después de la derroca de Japón en 1945, China se hundió de nuevo en otra guerra civil. Sin embargo esta vez los Comunistas llevaban la mejor parte de ella, inflingiendo una serie de derrotas en las fuerzas Nacionalistas. Para el final de 1948, Chiang fue forzado a huir del interior a la isla de Formosa. Se llevó consigo la mayoría de las reservas de oro de China y artefactos del Museo Nacional del Palacio, prometiendo continuar la lucha en contra de los Comunistas desde la isla. (La apropiación de la colección del museo nacional sigue siendo un punto de desacuerdo entre los dos países). Al final, Chiang tan sólo fue capaz de fundar un estado pequeño autoritario con una economía increíblemente productiva que ahora es llamado Taiwan. Ha tenido el apoyo militar de los Estados Unidos desde 1955, cuando el Presidente Eisenhower le dio a Taiwan una garantía militar. Taiwan ocupó el asiento Chino en las Naciones Unidas hasta 1971, cuando las República Popular de China fue admitida y Taiwan fue expulsado. La historia moderna del interior de China comenzó con la declaración de Mao Zedong en Octubre de 1949 de la Repúblicva Popular de China. Esto marcó el fin de múltiples épocas históricas. Primero, representaba el final de la tradición burocrática Confucionista. Los Comunistas, tomando prestado de Europa, desarrollaron una nueva visión del individuo y de su relación con el estado totalmente nueva. Segundo, las potencias industrializadas e imperiales fueron echadas de China después de 150 años de interferencia. Europa, los Estados Unidos, y Japón ya no tenían ninguna influencia sobre la política interna de China. Claro, la ironía era que China ahora estaba lista para intervenir en los asuntos de todos los demás. <br />El programa radical del Partido Comunista para el cambio político y social requería que éste monopolizara el poder. Un Comité Central controlaba el Congreso Popular y el Politburo controlaba el Comité Central. El hombre que controlaba el partido era, claro esta, el Jefe Mao. Un ejemplo de que tan importante era su posición es que Mao fue el Jefe de la República Popular de China solamente hasta 1959, pero controló el Partido hasta su muerte en 1976. Su influencia en la política será aparente en esta sesión. Mao creó un sistema de arriba hacia abajo, de dirección, en el cual la disensión y los derechos individuales no eran respetados. Entre 1948 y 1951, él y los Comunistas instituyeron una purga viciosa de todos los elementos Nacionalistas, mandando millares de sus enemigos a campos de trabajo, donde normalmente morían. En términos económicos y sociales, el gobierno insistió en una colectivización rápida de la tierra e industrialización. En 1955, siguiendo modelos Soviéticos, los Chinos instituyeron el primer Plan Quinquenal, que establecía las prioridades para toda la economía China. <br />China decidió gastar su dinero en el desarrollo de infraestructura, construyendo calles y plantas de energía, y también plantas industriales pesadas que producían hierro y químicos. En este proyecto recibieron asistencia de valor de los Soviéticos, quienes mandaron consejeros y construyeron plantas enteras para los Chinos. Desafortunadamente, China también reorganizó su campo bajo modelos Soviéticos, tomando toda la tierra y controlando el mercado de la comida. En 1958, el Jefe Mao anunció lo que llamaba el “Gran Salto Adelante”. Esta política fue el mismo desastre que había sido la colectivización de Stalín. Como resultado de esta política de tomar toda la tierra de los campesinos y controlar el mercado de la comida, y de una serie de inundaciones empeoró la situación crítica 20 millones murieron. <br />El rompimiento Comunista con el pasado no era nada malo. Había unos cambios en la política que parecían avanzadas a los ojos modernos. El gobierno extendió el cuidado de la salud y la educación profundamente en el campo. Millones de personas ahora tenían acceso a doctores y libros. Lo que había en esos libros quizás no siempre tenía sentido, pero para la gente experimentando el cambio esto parecía una ganancia. Además, los Comunistas oficialmente extendieron derechos de igualdad a la mujer—teóricamente, por lo menos. Hicieron ilegal la tradición de matrimonios forzados y la práctica antigua de vendar los pies, y legalizaron el divorcio y el aborto. Esta última política también tendría su lado oscuro, ya que después los gobiernos Chinos practicaron abortos forzados como parte de su política de población. <br />Al mismo tiempo que estos cambios domésticos estaban ocurriendo, el gobierno Chino cambió su política exterior hacia Asia. China y la Unión Soviética inmediatamente se acercaron después de la Revolución. En 1950, los dos poderes firmaron un Tratado Sino-Soviético que garantizaba treinta años de ayuda y amistad. En este contexto, China aceptó un papel secundario en la jerarquía Comunista, a cambio del ejército Soviético y equipo industrial. Mucho de este equipo después acabó en Corea, donde las tropas Comunistas empujaron a la fuerza de las Naciones Unidas comandada por los Estados Unidos y fuera de la Corea Comunista del Norte. Por su parte, además de dar ayuda, los soviéticos prometieron una campaña para que China recibiera el asiento de las Naciones Unidas que Taiwan estaba ocupando. Sin embargo los problemas pronto empezaron, ya que los Soviéticos muchas veces subordinaban su amistad a China a otras preocupaciones de política exterior. China con frecuencia se sentía alejada. Estaba mandando 50% de sus exportaciones a los Soviéticos y parecía no estar recibiendo tanto como otros poderes. Por ejemplo, la Unión Soviética arregló un préstamo para el gobierno de la India que hacía parecer muy pequeños los préstamos que se le habían hecho a China. Además, los Soviéticos seguido actuaban con arrogancia hacia los Chinos, diciéndoles que hacer, en vez de proveerles con consejos técnicos. Parte del problema eran diferencias ideológicas. La revolución de Mao había estado basada en los campesinos. Los Soviéticos creían que la revolución tenía que venir del proletariado. El sentimiento herido de los Chinos se volvió importante cuando una disputa surgió entre la República Popular de China e India. <br />En 1951, las tropas Chinas volvieron a ocupar el Tibet. Los Tibetanos habían ganado su independencia a principios del siglo XX gracias a la fuerza de las armas Británicas. Ese periodo había ahora terminado. En respuesta, los Tibetanos comenzaron un movimiento de resistencia, y los Chinos culparon a los Indios de apoyarlo. La Unión Soviética declaró su neutralidad en el conflicto, y esto enojó aún más a los Chinos. En 1959, la disputa se volvió un conflicto acerca de fronteras. Para empeorar aún más las cosas en 1960 la Unión Soviética le quitó la ayuda que le daba a China. Ahora China estaba confrontando hambruna y un conflicto de fronteras. En 1962, una guerra estalló en la cual perdió muy feo la India. Para 1964, China se volvió abiertamente hostil tanto con la India como con la Unión Soviética. El cambio de China fue crucial en dos niveles. Primero India, que había clamado un poco de liderazgo sobre el Tercer Mundo, ahora tenía un rial Chino, ya que los Chinos ofrecían su apoyo a movimientos de resistencia en todos lados. Segundo, China retaba a la Unión Soviética en la Guerra Fría, incluso llegando muy lejos al explotar un arma nuclear, también en 1964. El camino ahora estaba abierto para uno de los cambios diplomáticos más grandes del periodo de post-guerra, el reacercamiento entre China y los Estados Unidos. Esto vendría un poco después. Primero, ocurrirían más matanzas. <br />El Gran Salto Adelante hirió gravemente la reputación del jefe Mao. Voces comenzarón a surgir dentro del partido que pedían más competencia y un premio a la iniciativa dentro del sistema. Mao lidió con el problema removiendo a las voces disidentes del poder e instituyendo lo que él llamaba la Revolución Cultura. Esta Revolución ocurrió de 1966 a 1969 e implicaba una denigrar completamente a los intelectuales como una clase, no fueran a pensar diferente que Mao. Mao cerró las universidades e hizo que todos se involucrarán en labores físicos, como una manera de imponer la solidaridad. También soltó a sus Guardias Rojos en la sociedad, quienes eran esencialmente un grupo de matones que iban matando a cualquiera que pensara diferente. Todo el pensamiento estaba subordinado al de Mao, quién se había vuelto algo así como un profeta comunista. Para 1969, incluso Mao se dio cuenta de que la campaña había ido demasiado lejos y la clausuró. <br />En este punto debemos regresar al nivel de las relaciones internacionales. Las tensiones entre China y la Unión Soviética abrieron una puerta a los Estados Unidos. Los Estados Unidos se habían opuesto a la República Popular de China desde el principio. El gobierno era después de todo, Comunista. De hecho, había un pleito despiadado dentro del gobierno de los Estados Unidos acerca de quién había “perdido” China al Lado Oscuro, pleito que terminó algunas carreras gubernamentales. El acercamiento entre China y los Estados Unidos fue el producto de dos importantes diplomáticos, Zhou Enlai y Henry Kissinger. Zhou era desde hace mucho tiempo aliado de Mao y una importante figura en la jerarquía Comunista. Tan sólo él tenía prestigio social y político para acercarse a los Estados Unidos. Henry Kissinger era el Secretario de Estado de los Estados Unidos bajo la presidencia de Richard Nixon. Aquí el presidente era el más importante. Como un ardiente anti-Comunista en los 50’s y 60’s, tan sólo él tenía el suficiente prestigio para acercarse a los Chinos. En Julio de 1971, Kissinger visitó China para negociar la visita subsiguiente del Presidente. En Febrero de 1972, Richard Nixon hizo su visita dramática e histórica a China. Los Soviéticos odiaron esto, y fue un importante elemento en lo que fue llamado el Détente entre la Unión Soviética y los Estados Unidos en los 1970s. Hablaremos de esto en otra sesión. <br />Zhou Enlai fue una importante figura no sólo por su papel diplomático, sino también por sus actividades dentro del partido. Zhou nunca fue tan doctrinario como Mao, ya que trabajaba duro para rehabilitar algunos de los líderes del partido que habían cruzado a Mao al pedir una reforma económica. Uno de los rehabilitados era Deng Xioaping, en efecto el arquitecto de la China de hoy. Deng era un Comunista desde hacia mucho tiempo. Había estudiado en Francia durante los 1920’s, donde se unió al movimiento Comunista. Había participado en la Larga Marcha, y servido en muchas oficinas claves del partido durante los 1940s y 50s. Sin embargo era un pragmático en la política y su respuesta al Gran Salto Adelante lo llevó a un conflicto con Mao. Deng era una de esas personas que quería más incentivos para la producción. Deng fue atacado durante la Revolución Cultural y pedió todos sus puestos altos en el partido. En 1973, Zhou lo rehabilitó, y Deng se levantó para unirse al Politburo. Sin embargo cuando Zhou murió en Enero de 1976, los elementos Maoistas purgaron a Deng de nuevo. Estuvo fuera hasta Septiembre de 1976, cuando Mao murió. En este punto, el establecimiento se volvió en contra de los Maoistas que quedaban y el camino estaba despejado para Deng. Para 1980 Denga había asumido la antigua posición de Jefe de Mao. Los seguidores de Deng se volvierón Ministo y Secretario General del Partido Comunista Chino. <br />Deng instituyó una serie de reformas fundamentales en la economía. Descentralizó el manejo de la economía e hizo el planeo central más flexible. Esencialmente los administradores regionales y las cabezas de las fábricas ahora tenían más libertad para instituir políticas y buscar ganancias. Los granjeros de China tuvieron más control sobre su propia producción y les fue permitido mantener sus ganancias. La producción de comida rápidamente explotó. Deng también expandió los contactos culturales con occidente y permitió a inversión extranjera en empresas Chinas. No todo era color de rosa en China, sin embargo. Deng también fue responsable de la política de control poblacional más agresiva en el mundo, que incluía abortos forzados para aquellas mujeres que quisieran tener más de un hijo. Además, cuando las políticas de Deng crearon un anhelo de más libertad entre los jóvenes, apoyo que los tradicionalistas tomaran medidas duras en contra de ellos. Aunque Deng se bajó del Comité Central Chino en 1987, dio el visto bueno al uso de las fuerzas en contra de los estudiantes que demostraban en 1989 en la Plaza de Tiananmen. <br />Así que Deng ha creado, en gran parte, la China con la que nos quedamos. Prósperamente económica y militarmente poderosa, China ahora juega un papel completo en el juego internacional. Su reciente lanzamiento de un hombre al espacio sugiere que serán el próximo gran rival de los Estados Unidos. Los Estados Unidos eliminaron al último. Ahora veremos como se desenvuelven las cosas con este.Asistente Sauterhttp://www.blogger.com/profile/06010045984058937838noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3430105514566235998.post-34408554336960993612008-05-05T17:05:00.000-07:002008-05-05T17:09:06.336-07:00Sesión 26: El Fin del Dominio EuropeoEl año 1945 marcó el fin del dominio Europeo sobre el mundo. En el siglo XVI, los Europeos establecieron colonias alrededor del globo. Para el siglo XIX, habían convertido mucho del mundo en un Imperio Europeo. Sin embargo para 1945, tanto el poder y la auto-confianza con la cual los imperios mundiales de Europa habían sido construidos estaban completamente deshechos. Dos guerras mundiales y la salvajada de la Alemania Nazi redujo al continente a la segunda línea de potencias, y el poder real se trasladó a los Estados Unidos y la Unión Soviética. (Claro, fue irónico que estos dos estados fueran creados, en muchos sentidos, por Europa Occidental. Los Estados Unidos habían sido una colonia Británica, y Rusia se había vuelto una potencia Europea en gran parte gracias a los préstamos que Europa le hacía). <br />La nueva relación de poder creó una nueva rivalidad. Las dos superpotencias dividieron al mundo entre ellas, compitiendo por cada ventaja posible, ya fuera en política, economía, ciencia, o incluso deporte. Esta competencia estaba regulada sin embargo, en una manera en la cual los conflictos Europeos nunca habían estado. Primero, solamente había dos superpotencias. Cada una veía a la otra con recelo; cada una tenía el poder de aniquilar a la otra. Los Estados Unidos se volvieron el primer y único país en utilizar armas nucleares en guerra, cuando obliteró a Hiroshima y Nagasaki en el verano de 1945. La Unión Soviética explotó su primera arma nuclear en 1949, y en 1959, se volvió el primer país en lanzar un satélite, llamado Sputnik, al espacio. El lanzamiento del Sputnik anunció el arribo de un nuevo mundo, ya que desde ese momento tanto la Unión Soviética como los Estados Unidos fueron capaces de poner armas nucleares en misiles que podían lanzarse a cualquier punto del globo terráqueo. El mundo pronto se engancho en una nueva visión estratégica llamada M.A.D. o Destrucción Mutua Asegurada (Mutual Assured Destruction). También llamado “el balance del terror”, la teoría era que el arsenal nuclear de cada lado vigilaba al otro, con el resultado que ambos lados ahora tenían que ser cautelosos en asuntos de seguridad. Aunque la competencia entre la Unión Soviética y los Estados Unidos era brava, la necesidad de seguridad de ambos lados aseguraba su cooperación mínima en una nueva institución internacional, las Naciones Unidas. Creada en 1945 por el Tratado de San Francisco, la Organización de las Naciones Unidas se suponía que debía solucionar las debilidades que habían sido tan obvias en la Liga de las Naciones. Donde la Liga no tenía ningún poder para hacer cumplir sus decisiones, la Organización de las Naciones Unidas tenía un Consejo de Seguridad que podía utilizar la fuerza para mantener la paz. Las lecciones de Munich habían sido bien aprendidas. El Consejo de Seguridad originalmente tenía 11 miembros, cinco de los cuales eran permanentes. (Desde 1965, el consejo tiene 15 miembros). Los miembros permanentes—los Estados Unidos, la Unión Soviética, China, Francia y Gran Bretaña—cada uno tenía un veto en el consejo. Los otros miembros son elegidos para el consejo por un periodo de dos años. Con dos superpotencias dentro del Consejo de Seguridad, estaba virtualmente asegurado que ninguna amenaza fundamental a acuerdos de post-guerra surgiera. Así, el balance entre los Estados Unidos y la Unión Soviética era esencial para mantener a los poderes revisionistas en línea. La situación de la post-guerra nos deja con una paradoja fundamental: ambos lados competían arduamente consigo mismos, mientras que también necesitaban el uno del otro para mantener las reglas del juego. Podemos entender las reglas generales al considerar a Polonia y Alemania. Para los Soviéticos el destino de Polonia no era negociable. Los Soviéticos no nada más habían librado al país, pero también era este una ruta histórica de invasión hacia el corazón Ruso. Tanto Napoleón como Hitler habían atravesado Polonia para golpear profundamente a Rusia, con el ataque más reciente dejando 20 millones de muertos. Por su parte, los Estados Unidos también tenían un interés histórico en Polonia. Woodrow Wilson había insistido en una Polonia independiente después de la Primera Guerra Mundial, y el país estaba conformado tanto de territorios Polacos como Alemanes. Los Estados Unidos también tenía muchos inmigrantes Polacos, que estaban profundamente preocupados del destino de su tierra natal. Más aún, al nivel de la política pública, una Polonia democrática era menos susceptible de seguir órdenes Soviéticas. Así, tanto la situación histórica general como las realidades estratégicas garantizaban que ambos lados entraran en conflicto. <br />En ningún otro país fue el conflicto de las superpotencias escrito más indeleblemente que en Alemania. Alemania había invadido la Unión Soviética y el gobierno Comunista estaba determinado en prevenir otro ataque del mismo tipo. Una ocupación Soviética de largo plazo era por eso, inevitable. Estados Unidos, por su parte, estaba harto de entrar a Europa para terminar las guerras de Europa y quería asegurarse de que Alemania se volviera un estado estable, próspero, democrático y pacífico. (Se creía, claro esta, que estas cosas venían juntas). También era conveniente desde el punto de vista Americano que una Alemania democrática era menos probable de seguir órdenes Soviéticas. Sobre todo, tanto las preocupaciones ideológicas como de seguridad garantizaban una partición general de Europa y específicamente de Alemania. Sin embargo irónicamente, la partición exacerbada esta tensión básica. Las dos superpotencias se veían con suspicacia desde sus respectivas posiciones en la frontera, cada una esperando un ataque sorpresa de la otra. El hecho que los dos lados tenían armas nucleares después de 1950 tan sólo intensificó esta suspicacia mutua. <br />Tomando este contexto en cuenta podemos empezar a considerar la naturaleza y la historia de la Guerra Fría. El problema básico de la Guerra Fría fue su status como un juego de suma cero. La Unión Soviética y los Estados Unidos tenían pocos intereses en común, fuera de derrocar a la Alemania Nazi. Después del Día V-E, dos países con sistemas económicos radicalmente diferentes, sistemas políticos, y preocupaciones de seguridad, ahora se confrontaban. Europa estaba dividida a la mitad, con la Unión Soviética construyendo una serie de estados cliente en el este. Aún así, aunque hubo muchas crisis después de 1945 entre las dos potencias, ninguna de ellas degeneró en guerra, ya que se trató de utilizar armas que no dieran signo de hostilidad abierta. Por ejemplo, en 1947 el deseo de los Soviéticos de absoluta seguridad los llevó a apoyar las insurgencias en Grecia y Turquía, y los Estados Unidos comenzaron a enviar dinero a ambos gobiernos. En 1948 hubo un golpe de estado patrocinado por los Soviéticos en Checoslovaquia, que puso a este país firmemente detrás de la cortina de hierro. También en 1948, la Unión Soviética bloqueó el acceso a Berlín del Occidental. Estas tácticas de mano pesada desesperaban a Europa Occidental, lo que dio pie al desarrollo de alianzas de mutua defensa como la NATO y el Pacto de Varsovia. <br />Así que, ¿quién tiene la culpa de esta situación? Ha estado de moda por algún tiempo entre los académicos de Europa y de Estados Unidos echarle la culpa al otro con confianza. Los académicos de izquierda claman que los Estados Unidos tenía la culpa. Los académicos de derecha les echan la culpa a los Soviéticos. Los argumentos entre los dos lados pueden ser muy divertidos. Sin embargo como fue el caso con nuestra discusión de la Primera Guerra Mundial, la culpa no tiene ninguna utilidad, ya que oscurece el rol fundamental del interés nacional en el comportamiento de todos los estados. Amigos y enemigos son determinados por la situación estratégica. Había, por ejemplo, fuertes tensiones entre todos los aliados durante y después de la guerra. Gran Bretaña y Francia tenían ambos intereses diferentes a los de Estados Unidos y la Unión Soviética, lo que creó problemas hasta el final de la Guerra Fría. La situación era, claro esta, peor entre la Unión Soviética y los Estados Unidos, quienes casi no tenían intereses comunes antes de la guerra; solo fue la Alemania Nazi lo que los unió, y después de la derroca de Alemania, no había ninguna visión común que uniera a los dos lados. <br />Habiendo establecido el contexto general, ahora consideraré el problema de la Guerra Fría entre dos conflictos, la Guerra Fría en Alemania y la guerra “caliente” en Corea, ya que estos dos eventos arrojan luz no tan sólo en la situación básica que ya he descrito, pero también apuntan a las tensiones que afectaron la política mundial desde los sesentas hasta la disolución de la Unión Soviética en 1991. <br />Alemania era un problema incluso después de derrocada, por la destrucción y dislocación tan tremenda de la guerra. Inicialmente, los problemas eran principalmente prácticos. ¿Cómo era posible manejar un área tan profundamente devastada? Las ciudades grandes de Alemania estaban casi completamente destruidas. En el caso de Dresden, por ejemplo, que había sido una de las ciudades más bellas de Europa antes de la guerra, el 95% de sus edificios estaban casi o completamente destruidos. Siete millones de Alemanes también murieron en la guerra, con el todo el 25% de la generación que había nacido en 1924 asesinada. Sin hombres jóvenes ¿cómo se podía reconstruir al país? Había también un problema masivo de refugiados, ya que 10 millones de Alemanes fueron enviados de Alemania a Checoslovaquia, Polonia, Rumania, y Rusia. Y luego también había millones de refugiados no-Alemanes, muchos de ellos Judíos, quienes los Aliados habían puesto en campos en Alemania para que su caso fuera procesado. Los refugiados judíos muchas veces querían ir a los Estados Unidos, aunque los Americanos no los querían recibir. Y mandarlos a Israel era un problema que era mejor posponer, ya que otras cuestiones que tenían que ser resueltas antes. ¿Dónde vivirían estas gentes? ¿De qué comerían? (En una de las muchas ironías de la historia, muchos de los refugiados Judíos se establecieron en Alemania, porque inicialmente no les fue permitido dejar el país). En pocas palabras, Alemania se había vuelto el problema de los aliados victoriosos. <br />El problema de derrocar a Alemania se convirtió en el problema de ocuparla. Tropas Soviéticas, Americanas, Británicas, y Francesas dividieron lo que quedaba de Alemania en cuatro zonas de ocupación. La división había sido planeada durante una serie de conferencias que los Aliados sostuvieron durante la guerra, y las varias negociaciones apuntan directamente a la Guerra Fría. En Enero 14 de 1943 Franklin Delano Roosevelt y Winston Churcill se reunieron en Casablanca y anunciaron la política Aliada de capitulación (rendición) incondicional. Esta guerra no iba a terminar como la pasada. En Octubre de 1943, los ministros de relaciones exteriores de varios Aliados se reunieron para discutir el destino de Austria, el cual decidieron que permanecería como estado independiente. También anunciaron que una Comisión Consejera sería establecida para coordinar las políticas de la post-guerra y para enjuiciar a los criminales de guerra. En Noviembre y Diciembre de 1943 Roosevelt, Churchill, y Josef Stalin se reunieron en Teherán, donde acordaron el futuro de las fronteras de Polonia, con la llamada Línea Curzon marcando la frontera entre Polonia y la Unión Soviética, y la Línea Oder-Neisse la nueva frontera entre Alemania y Polonia. (Polonia, como resultado, se movió 200 millas al oeste.) En Enero de 1944, la Comisión Consejera decidió en tres zonas de ocupación de la post-guerra. <br />En Febrero de 1945, otra conferencia fue establecida en Yalta que esencialmente finalizó el escenario de la post-guerra. Stalin, Churchill y Roosevelt acordaron que Polonia quedaría bajo dominación Soviética. Algunas personas, después, argumentaron que Roosevelt y Churchill traicionó a Polonia. Este cargo es injusto, ya que no era posible otro resultado. Los Soviéticos tenían tropas en Polonia, y este hecho no iba a cambiar. También fue acordado en la conferencia que Alemania sería partida, aunque un consejo Aliado fue establecido para manejar la ocupación. Los Aliados pidieron que una zona Francesa fuera añadida, pero los Soviéticos rechazaron la petición, ya que no creían que los Franceses se la merecían. Sin embargo la zona de ocupación Francesa fue hecha de las zonas Británicas y Americanas existentes. Fue acordado que Berlín sería administrado conjuntamente por los Aliados. Además, también fue acordado que a todas las poblaciones liberadas les sería permitido escoger sus propios gobiernos. Esto fue claro, un chiste, ya que la Unión Soviética no iba a permitir elecciones en cualquier país que considerara esencial para su seguridad. <br />La Conferencia de Yalta estableció el escenario para la última conferencia de la post-guerra, aunque para ese entonces los principales jugadores políticos habían cambiado. En Abril 12 de 1945, el Presidente Roosevelt murió y fue sucedido por su Vicepresidente Harry S. Truman. (La “S” no significaba nada. A Truman nunca le dieron un segundo nombre, y añadió la inicial, porque pensó que hacía sonar mejor su nombre). En Julio de 1945, Clement Attlee se volvió el Primer Ministro de Inglaterra, después de que los Ingleses hicieron de su partido Laborista el de mayoría en el parlamento. Así, cuando las tres potencias más importantes se reunieron en Potsdam en Julio 17 hasta Agosto 2 de 1945, tan solo Stalin era de los negociadores originales. Sin embargo ahora, los problemas de la post-guerra en la divergencia de intereses se avecinaban. El acuerdo de Potsdam representaba nada más que el más mínimo consenso que se podía lograr bajo estas circunstancias. Fue acordado que Alemania sería considerada una unidad económica, y que la Comisión del Control Aliado supervisaría los gobiernos futuros Alemanes. Estos puntos no tenían ningún sentido, claro esta, ya que su aplicación dependía de quiénes fueran las tropas que estaban en control. La única política en la que todos estaban de acuerdo fue el trazo final de la línea Oder-Neisse y la remoción permanente de los Alemanes en Europa del Este. Aún así, estas cosas hubieran pasado de todos modos, ya que los Soviéticos controlaban el Este y no tenían ningún deseo de impulsar la insurgencia. (Los Soviéticos también tenían viejas comunidades Alemanes que vivían en el Volga. Estos Alemanes “Volga” habían llegado a Rusia en el siglo XVIII bajo la invitación de Catalina II. Ya no tenían una conexión fuerte a la cultura Alemana, y de hecho, ya no hablaban Alemán, pero los Soviéticos los mandaron a Siberia de todos modos). <br />Los Estados Unidos y la Unión Soviética tenían pocos intereses mutuos, y por esto el acuerdo de la post-guerra fue tan mínimo. Para entender las diferencias entre las dos potencias, debemos ver atrás al verano de 1945, cuando las realidades de la Guerra Fría primero aparecieron. En Agosto 6 y 9, los Estados Unidos utilizó armas nucleares en las ciudades Japonesas de Hiroshima y Nagasaki. Las bombas atómicas utilizadas en estos ataques fueron el resultado directo del Proyecto Manhattan, un programa de investigación súper secreto llevado a cabo por el físico Americano J. Robert Oppenheimer. (Irónicamente quizás, el padre de Oppenheimer era un inmigrante Alemán, y de hecho Robert había recibido su doctorado en física en la Universidad de Göttingen). El Proyecto Manhattan comenzó oficialmente en 1942, pero sus orígenes databan de 1939, cuando el físico Alemán Judío emigrado Alberto Einstein le advirtió al Presidente Roosevelt que la física Alemana estaba lo suficientemente avanzada para construir un arma nuclear. Stalin se enteró del programa en 1943, gracias a su red de espías en Estados Unidos. En respuesta, él también invirtió considerables recursos en un programa de investigación atómica, y cuando los Soviéticos explotaron su primera bomba atómica en 1949, el peligro de que un lado pudiera aniquilar al otro se volvió el problema central de la competencia entre las dos superpotencias. <br />Las bases intelectuales de la Guerra Fría fueron construidas entre 1946 y 1947. Durante este tiempo, ambos lados lograron extender su control político a través de cuanto les fue posible de Europa. Esta competencia por influencia convenció a ambos lados que el otro era el enemigo, y en 1946, tanto Truman como Stalin dieron discursos fuertes que establecieron la incompatibilidad mutua de sus respectivos sistemas. El siguiente año, la Unión Soviética estableció una serie de estados satélite militarizados, cuya existencia preocupó a los Estados Unidos y a otras potencias Occidentales. Las reacciones en occidente fueron severas. En Marzo de 1946, por ejemplo, el ex Primer Ministro Winston Churchill dio su famoso Discurso de la “Cortina de Hierro” en los Estados Unidos, en el cual argumentaba que la Unión Soviética había establecido su hegemonía sobre Europa del Este dejando caer una “Cortina de Hierro” que se extendía desde Stettin a Trieste. En los Estados Unidos la reacción clave fue el llamado “Telegrama Largo”, un reporte de 8’000 palabras escrito por George Kennan, un diplomático Americano que trabajaba en Moscú. Kennan argumentaba en esta nota que los Soviéticos tan solo entendían la fuerza y que la única manera de combatirlos era con una fuerza igual a su punto de expansión. Las ideas de Kennan dieron lugar a la política de “contención”, que fue fundamental para la política exterior Americana hasta 1991. La idea era que los Estados Unidos utilizarían dinero y tropas hasta cualquier punto que los Soviéticos se expandieran. Los Estados Unidos no atacarían la Unión Soviética pero combatiría el esparcimiento de su influencia punto por punto. <br />La primera política que claramente emergió de la Contención fue la llamada Doctrina Truman, que hacía el llamado a los Estados Unidos para que apoyara cualquier gobierno que fuera amenazado por el Comunismo. En Marzo 12 de 1947, el Presidente Truman ofreció a los gobiernos de Grecia y Turquía más de $400 millones en ayuda para prevenir que el Comunismo se extendiera hasta allí. Grecia había estado luchando desde 1944 en contra de una insurgencia Comunista que sacaba sus recursos de Yugoslavia, mientras que el gobierno Turco había estado bajo presión de actividad Soviética en el Mediterráneo. La ayuda masiva evito que ambos gobiernos cayeran, y así el dinero sería el arma más significativa de los Estados Unidos. La siguiente gran política que emergió de la Contención fue el Plan Marshall. En Junio 5 de 1947, el Secretario de Estado George C. Marshall dio un discurso en la Universidad de Harvard que describía un plan masivo de ayuda exterior para Europa. Todas las naciones de Europa, incluida la Unión Soviética y sus estados satélites, estaban invitadas a solicitar fondos. Al final, los Estados Unidos sacaron $13 billones de dólares durante los siguientes cuatro años para el esfuerzo de reconstrucción Europa, y el resultado fue una recuperación económica poderosa en occidente, ya que en 1951 el output industrial en Europa había llegado a sus niveles de la preguerra. Las cosas eran diferentes en el este, donde la Unión Soviética se rehusó a solicitar los fondos y prohibió a sus estados satélites de hacerlo también. Veía tanto el Plan Marshall como la Doctrina Truman como planes capitalistas para interferir en su zona de autoridad. Los Soviéticos respondieron en Enero de 1949 fundando un programa de desarrollo económico llamado Comecon, al cual tenían que pertenecer todos sus satélites. <br />Las actitudes Americanas hacia los Soviéticos eran no menos paranoicas, lo que aceleró la división entre los dos. El golpe Comunista en Checoslovaquia en 1948 y la declaración hecha por Mao Zedong de un estado Comunista Chino en Octubre 1 de 1949, transformó la preocupación de los Estados Unidos en paranoia, y esto tuvo efectos en Europa, ya que aceleró la política Americana de crear un estado Alemán separado. Ya en Enero 1 de 1948, las Naciones Unidas y los Estados Unidos unieron sus dos zonas de ocupación en una unidad económica, dándole a la nueva entidad el nombre pegajoso de Bizonia. En marzo los Franceses unieron su zona a Bizonia, y los Alemanes recibieron el control de la administración diaria. Para Junio de 1948, los Aliados estaban comenzando a hablar de una Alemania Occidental independiente, y este estado fue esencialmente creado en Junio 18 de 1948 con la expedición de la nueva moneda, el Marco Alemán. La economía moribunda Alemana de la post-guerra volvió a la vida casi inmediatamente, un momento que marcó el comienzo de una recuperación económica de casi dos décadas. Sin embargo la creación del Marco Alemán fue una clara violación al acuerdo hecho durante la guerra de tratar Alemania como una unidad económica. La Unión Soviética respondió tratando de echar a los Aliados fuera de Berlín y en Junio 24 anunció que la administración de los cuatro poderes había terminado. Un bloqueo de Berlín del Oeste era el siguiente paso lógico. Además, los Soviéticos se salieron de la Comisión de Berlín y no regresaron sino hasta después de que el Muro de Berlín cayó en 1989. <br />Los poderes occidentales se rehusaron a salir de Berlín, y una situación incómoda de no-guerra siguió. Los Estados Unidos no podían salir de Berlín con la ayuda del ejército, ya que los Soviéticos tenían diecisiete divisiones en Europa del Este y Estados Unidos cuatro. (Durante el bloqueo los Soviéticos aumentarían la fuerza de sus tropas a cuarenta divisiones. Los Estados Unidos incrementaron su compromiso a ocho, y añadieron tres escuadrones bomberos). Se ideó mandarle provisiones a la ciudad a través de aviones. En Julio 1 de 1948, los Estados Unidos y la Gran Bretaña se comprometieron a alimentar a la ciudad a través del aire. Berlín necesitaba alrededor de 4’500 toneladas de comida al día para sobrevivir. Ese Julio los Aliados enviaron un promedio de 2’226 toneladas de comida por día. En Agosto el promedio incrementó a 3’830 toneladas. La competencia era una prueba de voluntades, y los Estados Unidos ganaron mostrando su resolución y valor Americano tradicional. Para impresionar a los Soviéticos y mostrarles qué tan serios eran, los Americanos planearon y ejecutaron un “Desfile de Pascua” especial en Abril de 1949. Desde el sábado a medio día hasta el Domingo de Pascua hasta el medio día los aviones Americanos volaron 13’000 toneladas de provisiones a Berlín y se aseguraron que los Soviéticos se enteraran de ello. Este show de voluntad occidental y un embargo de los Aliados en productos de Europa del Este hicieron que el bloqueo terminara en Mayo 12 de 1949. La división de Alemania de la post-guerra quedaría así por los siguientes cuarenta años. Las tensiones de la post-guerra, mutuas provocaciones, y una paranoia creciente extendió la división entre Estados Unidos y la Unión Soviética a través del resto de Europa. El resultado fue la creación de dos nuevas alianzas defensivas, cada una liderada por una superpotencia. En Abril 4 de 1949, los Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Italia, Dinamarca, Noruega, Portugal, Islandia, los Países Bajos, Luxemburgo, Bélgica, y Francia fundaron la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que sostenía que “un ataque armado hacía uno sería visto como un ataque armado hacia todos”. Alemania del Oeste, Grecia, y Turquía se unieron a la alianza más tarde. Los estados del este respondieron en Mayo 1 de 1955, con el Pacto de Varsovia, que organizaba una defensa común en contra del Oeste. El tratado incluía la República Popular de Albania, la República Popular de Bulgaria, la República Popular de Hungría, la República Popular de Alemania, la República Popular de Polonia, la República Popular de Rumania, las Repúblicas Socialistas de la Unión Soviética, y la República Checoslovaca. Estas dos alianzas se enfrentaron en Europa hasta que el Pacto de Varsovia fue disuelto en 1991. La OTAN continúa existiendo, aunque su papel en el mundo no está del todo claro. <br />La división de Europa en alianzas mutuamente hostiles era paralela a la división de Alemania. Una no puede ser entendida sin la otra. En Alemania, los años de 1945 a 1949 vieron una reconstrucción lenta del sistema de partidos políticos que alguna vez había sido destruido por la era Nazi. En 1946, la Unión Cristiana Democrática (CDU) fue fundada. El Partido Democrático Libre (FDP) apareció en 1948. Mientras tanto, el Partido Social Democrático de Alemania (SPD), y el Partido Comunista de Alemania (KPD) regresaron del exilio. En Mayo 23 de 1949, los partidos Alemanes Occidentales se reunieron en una conferencia para promulgar la Ley Orgánica Alemana (Grundgesetz), y en Septiembre 15 de 1949, Konrad Adenauer del Partido Comunista de Alemania fue elegido como el primer canciller de la post guerra. Este nuevo estado rápidamente ganó la legitimidad internacional al estar atado al occidente. En 1950, se volvió una parte de la Comunidad del Acero y del Hierro Europea, el ancestro de la Unión Europea de hoy. En 1952, se unió a la Comunidad de Defensa Comunitaria, que era el antecedente del NATO. En 1954, Alemania del este se declaró un estado soberano llamado la República Federal de Alemania. <br />Acompañando estos cambios políticos ocurrió un gran reavive económico. En 1955, el Producto Interno Bruto de la República Federal de Alemania excedía el de toda Alemania en 1936. Los salarios reales promedio ya habían alcanzado sus niveles de preguerra en 1950. Ese año, la tasa de crecimiento industrial de Alemania fue de 25%. En 1951, seguía siendo de un impresionante 18%. Para 1960, la producción total industrial era 25 veces más de lo que había sido en 1950. Para 1962, el comercio exterior total de Alemania era de $25.4 billones, que figuraba como el segundo en el mundo. Este tremendo incremento en la producción se debía a unas cuantas razones. Primero, el Plan Marshall le dio a Alemania $4 billones, que fueron utilizados para reconstruir su devastada infraestructura. Segundo, la Guerra de Corea (1950-53) incrementó la demanda de productos Alemanes. Tercero, la guerra no había destruido completamente la planta industrial de Alemania, ya que mucha de ella había sido movida al subterráneo. Finalmente, los diez millones de refugiados fueron inmediatamente absorbidos a una economía que desesperadamente necesitaba trabajadores, lo que ayudaba a mantener los costos del trabajo bajos. Cuando Konrad Adenauer resignó en 1963, Alemania era un país estable, próspero y democrático. <br />La historia de Alemania del Este fue muy diferente. Los partidos políticos libres no eran bienvenidos allí. En Abril 21 de 1946, el KPD y el SPD se vieron obligados a unirse al Partido Unido Socialista de Alemania (SED), un partido que existía tan sólo para seguir órdenes Soviéticas. A otros partidos se les permitió existir, pero sufrieron constantes hostigamientos. En Octubre 7 de 1949, la República Democrática de Alemania (GDR) fue fundada en respuesta directa al nacimiento de un estado Alemán en el Oeste. Otra dictadura había aparecido en tierra Alemana. Sin embargo y a pesar de todas sus limitaciones políticas, la nueva GDR era la joya del Bloque Soviético. Alemania del Este tenía una fuerte tradición industrial, y su óptica y armamento era siempre el mejor del este. Aún así, la economía de Alemania del este tenía severas discapacidades. Primero, los Soviéticos se pasaron los primeros años después de la guerra removiendo todo el equipo industrial que no había sido dañado. Distinta de su estado hermano, Alemania del Este realmente tuvo que empezar desde cero. Segundo, a la GDR no le fue permitido aceptar fondos del Plan Marshall, lo que alentó la recuperación futura. Finalmente, la economía de Alemania del Este permaneció centralizada y planeada por el estado. Como resultado, en 1960, la economía de Alemania del Este estaba rezagada en comparación con la FRG, tanto en riqueza como en productividad en general. Para 1989, la economía de Alemania del Este ya no pertenecía al primer mundo. <br />Este cuadro que acabo de pintar de la historia Alemana es uno de estabilidad general dentro de un conflicto de superpotencias. Aunque ambos lados sospechaban el uno del otro, tenían más que ganar evitando la guerra que empezando una. Esta nueva situación ayudó a Alemania evitar otra guerra, pero también cambió las áreas de competencia entre la Unión Soviética y los Estados Unidos, especialmente a Asia. En 1950 por ejemplo, el conflicto que todo mundo temía que empezara en Europa estalló en el otro lado del mundo en Corea, cuando Corea del Norte lanzó un ataque no provocado en Corea del Sur. Corea había sido víctima de una invasión y ocupación brutal Japonesa durante la Segunda Guerra Mundial. Durante la guerra, los Aliados acordaron que Corea sería liberada, y que elecciones en toda la península serían sostenidas. Esto nunca pasó, ya que los Soviéticos ocuparon el Norte y establecieron un estado títere no-democrático. En Agosto 10 de 1945, los Estados Unidos unilateralmente decidieron hacer del sur un estado independiente con su capital en Seúl. Este acontecimiento irritó a los Soviéticos, a los Chinos—que recientemente se habían vuelto Comunistas—y el gobierno Comunista en el Norte. En Junio 25 de 1959, el Norte Comunista sorprendió al mundo al invadir el sur capitalista, calculando que nadie en el mundo haría nada en respuesta a su ataque. Sin embargo al hacerlo, los Coreanos del Norte sorprendieron sus patrocinadores Soviéticos y Chinos, y esto creó una apertura para el oeste. (Hay evidencia de que Josef Stalin sabía del plan de invasión y de que lo aprobó, pero no sabía que sería lanzado tan pronto.) <br />En Junio 27 de 1950, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas hizo un llamado para parar el fuego y pidió que sus estados miembros asistieran al sur beligerante. Aquí fue donde el secreto del Norte costó muy caro, ya que los Soviéticos estaban a punto de boicotear las reuniones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para protestar en contra de la exclusión de China continental de las Naciones Unidas. Taiwán había estado ocupando el asiento de China, desde la revolución. Así, cuando el Consejo de Seguridad llamó a votación, los Soviéticos no estaban allí para vetar la decisión. Este error nunca sería repetido. De todos modos, ese mismo día, el Presidente Truman ordenó que las fuerzas de los Estados Unidos fueran a Corea. Junto con unas cuantas fuerzas de los aliados, las fuerzas de los Estados Unidos hicieron que el ejército del Norte se retrajera no sólo hasta el paralelo 38, sino también a la frontera de Corea del Norte con China. Sin embargo, mientras que las fuerzas Americanas avanzaban al Río Yalu, la frontera entre Corea del Norte y China, China se vio obligada a responder. En Octubre 26 de 1950, las fuerzas Chinas cruzaron la cuenca del Río Yalu, y con ayuda militar de los Soviéticos, empujaron a los americanos de nuevo al paralelo 38. <br />Después de tres años de lucha y tres millones de muertes—incluyendo 140’000 Americanos—la guerra terminó con el estatus quo de la preguerra siendo estrictamente vigilado. Aún así, aunque nada fundamental había cambiado en Corea, la guerra tuvo efectos mundiales. Ya que tanto la Unión Soviética como la China Comunista estaban asociadas con esta guerra, el Comunismo fue comenzado a verse por muchos estados como una amenaza mundial. Sus efectos fueron dramáticos. Primero, la Guerra de Corea y la Crisis de Berlín convenció a muchos Europeos que la única manera de que la OTAN podía enfrentarse a la Unión Soviética era si Alemania se rearmaba. Dado el comportamiento reciente de Alemania, este comportamiento representaba un cambio conceptual drástico. Sin embargo para 1955, Alemania ya tenía su primer ejército de la post guerra y era miembro de la OTAN. Segundo, el miedo de la agresión Comunista hizo que muchos estados buscaran acuerdos de seguridad colectiva con los Estados Unidos que estaban modelados en el acuerdo de la OTAN. En Septiembre 1 de 1951, los Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda firmaron el pacto ANZUS, que comprometía a cada uno en la defensa de los otros. El pacto se sostuvo hasta 1986, cuando la oposición a armas nucleares en Nueva Zelanda obligó a los Estados Unidos a suspender sus responsabilidades del tratado hacia este estado. En Septiembre 8 de 1954, la SEATO (Tratado de Defensa Colectiva del Sudeste Asiático) fue formada. Este tratado comprometía a los Estados Unidos a acuerdos de seguridad colectiva con Bretaña, Francia, Australia, Nueva Zelanda, Pakistán, la República de las Filipinas, y Tailandia. Pakistán se retiró de la organización en 1968. Francia dejó de dar apoyo financiero en 1975, y la organización terminó operaciones formalmente en 1977. En Febrero 4 de 1955, se formo lo que sería conocido como CENTO (Organización del Tratado Central). Su historia es complicada. Originalmente estaba compuesta de Gran Bretaña, Turquía, Irán, Pakistán, e Irak. En 1956, los Estados Unidos se volvieron un miembro asociado. En 1958 Irán se retiró del grupo después de sufrir un golpe, y las oficinas centrales del grupo fueron trasladadas a Ankara. Se volvió inactiva después de que Turquía, Pakistán, e Irán se retiraron de la organización en 1979. <br />Al final de los 1950s, la Guerra Fría estaba en su apogeo. Dos superpotencias con armas nucleares competían por influencia, adquiriendo aliados como mejor podían para prevenir al otro lado de llegarles. Mucho del mundo se comprometió en alianzas de tratado que hicieron el mundo de la post guerra más rígido y tenso que nunca, y el mundo se encontró a si mismo en una situación que recordaba los acuerdos anteriores a la Primera Guerra Mundial en Europa. Todo lo que se hubiera necesitado para encender otra Gran Guerra hubiera sido un acto fútil de estupidez en alguna parte olvidada del mundo. Como veremos en la conferencia acerca del fin de la Guerra Fría, hubo muchos actos fútiles de estupidez, pero ninguno de ellos llevó a la guerra. Que esto nunca ocurrió probablemente se debió al “balance del terror” que los arsenales nucleares de las superpotencias creaban. Ningún lado tenía ningún incentivo para tratar de hacer cambios fuertes en el orden de seguridad mundial, ya que el otro día siempre podía hacer volar al mundo en respuesta. Esta situación constriñó a ambos poderes, pero también garantizó que su gran juego de poder fuera jugado en lugares menos desarrollados del mundo. Los resultados no llevaron a una conflagración general, pero con frecuencia había desastres sangrientos en los cuales la gente estaba de hecho involucrada.Asistente Sauterhttp://www.blogger.com/profile/06010045984058937838noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3430105514566235998.post-65686243329137832222008-04-28T13:23:00.000-07:002008-04-29T16:19:12.839-07:00Sesión 25: El Surgimiento de Japón y la Guerra en el Pacífico, 1850-1945Para entender Japón y la Guerra en el Pacífico, tenemos que acercarnos a la historia de la región en gran parte de la misma manera que hemos considerado la historia Europea, es decir como sucesivas apuestas por la hegemonía. Hasta mediados del siglo XIX, China había ocupado una posición preeminente en Asia, muchas veces controlando gran parte de Asia y manteniendo a otras potencias como tributarios. Sin embargo cuando los Europeos arribaron a la fuerza, durante el siglo XIX, el periodo de liderazgo sin disputa de China había llegado a su fin, y cada sociedad Asiática tuvo que entenderse en los términos de la nueva estructura de poder. Los Europeos tenían mejores barcos, mejores armas, y economías industriales poderosas, y utilizaron estas ventajas para pelear concesiones económicas y políticas en toda la región. Entre las naciones Asiáticas, solamente Japón se levantó para retar a las potencias Europeas en sus propios términos. <br />Nada en la historia de Japón sugería que sería mejor soportar la agresión Europea más que la de cualquier otro país. En 1638, el tercer Shogun Tokugawa Ieyitsu (1604-1651) cerró Japón a los extranjeros, con la excepción de Nagasaki, cuyo comercio con extranjeros era estrictamente controlado. Esta política duró hast 1854, cuando el poder naval Americano orilló a los Japoneses a abrir sus puertos al comercio. En 1853, los Estados Unidos envió a Commodore Matthew C. Perry para abrir pláticas de negociación para el comercio en Japón, lo que hizo amenazando volar el puerto Japonés de Uraga. En 1854, regresó con una fuerza naval más grande y negoció un acuerdo para mejorar el trato de los marinos naufragados, los derechos de los barcos de Estados Unidos para comprar provisiones, y abrió la puerta para privilegios comerciales futuros. En 1858, los Japoneses fueron forzados a firmar un acuerdo comercial y de fronteras con los Estados Unidos que más tarde también incluiría a Gran Bretaña, Francia, Holanda, y Rusia. Las repetidas retiradas de los Shogunes ante la fuerza de las armas de occidente hacían ver al Shogunato débil y perdió a la institución. <br />En 1867, un grupo de reformistas sostuvieron un golpe en nombre del emperador y derrocaron al último Shogun. En el mismo año el Emperador Komei murió y fue sucedido por su hijo Meiji Tenno (1867-1912). El Emperador Meiji fue la fuerza conductora detrás de la rápida modernización de Japón. Durante su reinado se abolió el feudalismo en Japón, se fundó una oficina postal, desarrollaron periódicos, se construyo un sistema de escuelas, y se reformó al ejército. Además, Japón se industrializó muy rápido. El gobierno fundó nuevos complejos industriales y luego vendió las fábricas terminadas al sector privado, muchas veces perdiendo ganancias. Así, para el comienzo de la Primera Guerra Mundial los bienes manufacturados en Japón competían bien en el mercado mundial. En 1897, Japón puso su moneda en el standard de oro, lo que era un pase para obtener respeto económico. En 1899, los Japoneses negociaron un tratado con los poderes Europeos para eliminar cualquier derecho especial que tuvieran en tierra Japonesa. Para el final del siglo, Japón se había unido completamente al club industrializado. <br />Al unirse al club de las naciones poderosas sin embargo, Japón también comenzó a actuar como una de ellas. En 1895, Japón se anexó la isla de Formosa, justo debajo de las narices debilitadas de China. En 1902, los Británicos pensaban que los Japoneses valían lo suficiente para hacer una alianza; esto en realidad era un reconocimiento de los Británicos hacia los Japoneses porque éstos se habían vuelto lo suficientemente poderosos para amenazar sus intereses. El poder d Japón se volvió muy claro en 1904, cuando los Japoneses lanzaron un ataque sorpresa en contra de la flota Rusa estacionada en Puerto Arturo, China. La subsiguiente Guerra Ruso-Japonesa fue muy mal para los rusos, y solamente la intervención americana restringió a los Japoneses y salvó a los Rusos de la vergüenza total. Sin embargo los Japoneses no estaban satisfechos y en 1810, tomaron Korea por su valor estratégico. <br />Así, para 1910 Japón se había vuelto claramente una potencia agresiva e industrializada. Luego dos cosas importantes ocurrieron. Primero, en 1911, el último emperador Chino fue depuesto por una revolución y China descendió al caos político completo. Segundo, en 1914, la guerra estalló en Europa. Estos dos eventos tuvieron importantes implicaciones estratégicas para Japón, así como también efectos directos en su economía. Estratégicamente, la falta de un gobierno poderoso en China invitaba más agresión Japonesa, mientras que la guerra en Europa hacía parecer que las colonias imperiales de Europa estaban listas para tomarse. En 1915, Japón le presentó a China sus famosas “21 Demandas”, que eran meramente una larga lista de concesiones que hubieran hecho de China un protectorado Japonés. Además, Japón tomó todas las colonias alemanas en China, algo a lo que los Poderes Entente difícilmente se podían poner. La guerra también era buena económicamente para Japón, ya que la necesidad Europea de materiales mantenía a las fábricas Japonesas ocupadas. En general, la guerra fue buena para los intereses Japoneses. <br />La intervención Americana y Británica limitó un poco a Japón en China, pero de todos modos obtuvieron casi todas de sus “21 Demandas”. Después de la guerra, Europa y América se concentraron más intensamente en Japón. Esto incluyó limitar las ganancias de la guerra de Japón en el tratado de Versalles y hacer de Japón un miembro original en la Liga de las Naciones. Japón pudo quedarse con sus colonias Chinas, por ejemplo, pero solamente como protectorados de la liga, no como territorio conquistado. Los Estados Unidos también trataron de restringir a os Japoneses a través de más diplomacia. En 1921, los Estados Unidos, Gran Bretaña, Japón, y Francia firmaron un Pacto de los Cuatro Poderes (Four-Power Act), en el cual se estipulaba que todos los firmantes serian consultados en cualquier “Cuestión Pacífica”. En 1922, dos tratados más fueron firmados. El primero fue el Tratado Naval Limitante de Cinco Poderes, en el cual los Estados Unidos, Bretaña, y Japón acordaban la formula de 5:5:3 para el tamaño relativo de cada marina. Francia e Italia también estaban incluidas, pero sus marinas no eran estratégicamente importantes. Luego vino el Tratado de los Nueve Poderes, firmado por las cinco potencias y los Países Bajos, Portugal, Bélgica y China, que garantizaba la soberanía de China y le daba a los nueve signatarios acceso equitativo a los mercados Chinos. Japón estaba encajonado diplomáticamente, por el momento, pero nunca estuvo completamente contento con el resultado y rápidamente se volvió un poder revisionista como Alemania e Italia. <br />Japón no era una potencia satisfecha, y la agresión subsiguiente fue el resultado natural de esta situación. Durante los 1920s, Japón se concentró principalmente en las reformas internas, y la economía Japonesa creció junto con la economía del resto del mundo. Sin embargo este periodo de expansión terminó en 1929 con la Caída de la Bolsa de Valores de Estados Unidos y la subsiguiente Depresión. Al progresar la Depresión, 50% de las fabricas Japonesas cerraron y las exportaciones nacionales decrecieron por dos tercios, dejando a Japón totalmente dependiente de sus mercados Asiáticos. El siguiente paso era predecible. En 1931 Japón invadió Manchuria y colocó un estado títere llamado Manchukuo. La invasión era supuestamente una respuesta al bombardeo de un ferrocarril cuyos dueños eran Japoneses, aunque después resultó que los Japoneses habían ocasionado el bombardeo ellos mismos. La Liga de las Naciones fue, como siempre, inútil. En Febrero de 1933, publicó un reporte que llamaba injustificada la invasión Japonesa, pero también proponía una colonia que hubiera hecho de Manchukuo un estado autónomo, teóricamente bajo soberanía China, pero en realidad bajo control Japonés. Ofendido, aún a pesar de esto, Japón dejó la Liga en Marzo. Su comportamiento se volvió un modelo para Italia y Alermania. En 1937, Japón se involucró en más agresión, invadiendo China después de una pelea (skirmish?) por fronteras y acabó ocupando la mayoría de la costa China. El gobierno nacionalista China fue forzado a retraerse a la (inland) a un lugar más seguro del país. Para 1938, las fuerzas Japonesas controlaban Cantón y mucho de la China central. <br />Dado el humor expansionista de China, la guerra en Europa proveía una excelente oportunidad para crear más maldades. Con la derrota de Francia y los Países Bajos, y los esfuerzos estruendosos en contra de Alemania, mucho de Asia sufrió de un vacío de poder. La situación era muy tentadora para los Japoneses, ya que si tomaban la Indochina Francesa, la Malasia Británica, y las Indias del Este Holandesas, podían ser autosuficientes en casi todas las materias primas importantes, especialmente con el petróleo. El único problema diplomático era idear como tomar toda Asia manteniendo a Estados Unidos neutral. En Septiembre de 1940, Alemania, Italia, y Japón firmaron un pacto de ayuda mutua que estipulaba que todos vendrían a la ayuda de cualquiera poder que fuera atacado por los Estados Unidos. Incluida en este tratado estaba una cláusula que le daba Europa a Italia y a Alemania, y Asia a Japón. En Abril de 1941, los Japoneses también firmaron un pacto de neutralidad con la Unión Soviética. Los Estados Unidos eran el único defensor de Asia. <br />En Septiembre de 1940, Japón ocupó Indochina del norte, inspirando protestas en América. La presión se volvió más intensa en Julio de 1941, cuando Japón se movió a Indochina del sur, ocupando bases Francesas en la costa. Esta acción era demasiado para los Estados Unidos, que respondió congelando todos los bienes Japoneses bajo control americano, e imponiendo un embargo en todas las ventas de petróleo. El embargo de petróleo fue una amenaza fuerte para Japón, ya que no tenían ninguna fuente doméstica de petróleo y ninguna de sus colonias producía petróleo. En Septiembre 6 de 1941, el gobierno Japonés decidió que si no se podía llegar a un acuerdo con los Estados Unidos dentro de unas cuantas semanas, entonces la guerra sería la única alternativa. Japón tenía que tener petróleo—sin o con guerra. Las pláticas continuaron hasta Octubre de 1941, aunque sin éxito. Los Estados Unidos hacían demandas imposibles que incluían que Japón renunciara a su tratado con Alemania e Italia, quitar a todas las tropas Japonesas de China y Asia del sudeste, y estar abiertos al libre mercado con China. Dada la situación, las demandas eran irrazonables, ya que Japón no iba a hacer ninguna de estas cosas. En Noviembre 26 de 1941, el Secretario de Estado de Estados Unidos Cordell Hull empeoró las cosas, mandando una carta al gobierno Japonés ordenándoles evacuar China e Indochina. Los Japoneses no le vieron sentido a seguir con las pláticas. <br /> Con la necesidad de eliminar a los Estados Unidos de Asia, Japón lanzó un ataque aéreo sorpresa en la base naval más grande del Pacífico de Estados Unidos en Pearl Harbor, Hawaii, la mañana de Diciembre 7 de 1941. El ataque fue devastador. Cinco de los ocho barcos que formaban la Flota del Pacífico fueron hundidos y los otros tres fueron dañados gravemente. Tres cruceros de batalla y tres destructores también fueron hundidos. 180 aviones fueron destruidos, y 2’300 tropas fueron muertas. Al mismo tiempo, los aviones Japoneses atacaron una base aérea en las Filipinas, destruyendo más del 50% de la flota aérea del Ejército del Pacífico de los Estados Unidos. <br /> A pesar de toda la destrucción el ataque fue un fracaso. Primero, no sacó a la primera potencia industrial del mundo de la guerra, pero profundizó su compromiso de luchar y ganar. En Agosto 8 de 1941, el presidente Franklin Delano Roosevelt le pidió al congreso Americano una declaración de guerra en contra de Japón, que rápidamente obtuvo. En Agosto 11, Adolfo Hitler y Benito Mussolini le hicieron el favor a los Estados Unidos de también declararle la guerra. Ahora los Estados Unidos estaba en ambas guerras, y desde ese momento el resultado de la guerra estaba decidido. Segundo, en una racha de mala suerte para los Japoneses, tres cargadores de aviones del Pacífico de los Estados Unidos estaban en alta mar la mañana del ataque de Pearl Harbor y sobrevivieron. Estos cargadores se volvieron la base del contraataque Americano. Tercero, la mayoría de los barcos que fueron hundidos se repararon y regresaron al servicio. Verán, no es bueno hundir un barco en un puerto, donde se puede levantar fácilmente. Solamente un golpe directo por una metralleta o un tanque de gasolina puede realmente destruir un barco en esta situación. Esto le ocurrió al USS Arizona, que todavía está al fondo de Pearl Harbor. <br />Uno de los oponentes más firmes de la guerra en Japón era el Almirante Yamamoto Isoroku (1884-1943), el mismo que planeó el ataque de Pearl Harbor. En el momento en el que el gobierno se decidió a favor de la guerra, Yamamoto le dijo a sus superiores que un ataque exitoso le permitiría correr libremente en el Pacífico por seis meses, pero que después de eso Japón enfrentaría la derrota. Yamamoto estaba en lo correcto en sus dos predicciones. Japón hizo lo que quiso durante seis meses. Para Enero de 1942, las fuerzas Japonesas habían tomado casi toda Burma, como también Guam, las Islas Gilbert, y Rabaul en Nueva Guinea. Para Febrero, controlaba la mayor parte de la abundante en petróleo Indonesia, y las Filipinas cayeron en Mayo de 1942. Japón planeaba tomar Nueva Caledonia, las Islas Fiji, Samoa y Midway, pero para este punto los Estados Unidos y Bretaña habían empezado a recobrar su equilibrio. <br />Inicialmente, las cosas se veían un poco sombrías para los Americanos; la mayor parte de su flota ofensiva estaba bajo el mar o reparándose. Aún así, mientras se reponían del desastre de Pearl Harbor, los Americanos estaban desesperados para aparentar que estaban haciendo algo. Así que las fuerzas Americanas planearon y ejecutaron un ataque atrevido y simbólico en Tokio. En Abril 18 de 1942, 16 bombarderos Americanos despegaron de cargadores de aviones en una misión al mando del Comandante James Doolittle, que pronto se volvería famoso, bombardeando exitosamente la ciudad y después volando a una base aérea en china, donde la mayoría de los aviones aterrizó sin problemas. El ataque no tuvo mucha importancia estratégica; los 16 bombarderos no pudieron hace tanto daño. Sirvió sin embargo, para incrementar significativamente la moral del lado americano. <br /> Mientras que los Americanos estaban reconstruyendo su flota, los Japoneses hicieron unos cuantos errores estratégicos que ayudaron a nivelar el conflicto. Japón quería desesperadamente tomar la isla de Midway, ya que sus bases áreas y navales garantizaban el control estratégico del Pacífico central. La idea era que si Japón tomaba Midway, podía tirar a los Estados Unidos de la guerra. En Junio de 1942, buscando una pelea final, los Japoneses atacaron la isla con la mejor parte de su flota. Los Japoneses no sabían sin embargo, que los Estados Unidos habían roto sus códigos y sabían así, dónde y cómo atacaría la flota Japonesa. La batalla no marchó bien para Japón, y en tres días, cuatro de los pesados cargadores de aviones Japoneses y un pesado crucero de guerra se hundieron al fondo del mar. Este fue el punto de inflexión en la guerra, ya que los Japoneses no tan sólo habían perdido la mayoría de sus mejores cargadores de aviones, sino también sus mejores pilotos. Desde este punto en adelante, la marina Japonesa y Americana eran del mismo tamaño, y Japón no podía esperar producir más que la máquina industrial de los Estados Unidos. Con la derrota de Japón en Midway comenzaron los grandes saltos por las islas en la marcha hacia Japón. Los Japoneses habían esparcido sus tropas a través de muchas islas en el Pacífico, tratando de controlar los más puntos posibles. Los Estados Unidos respondieron con una estrategia de tomar solamente las islas más importantes. Atacaban una locación estratégica que tenía un campo de aterrizaje o puerto importante. La primera verdadera prueba de armas Americanas en el Pacífico llegó en Julio de 1942. En Julio 6, los Japoneses aterrizaron tropas en una de las Islas de Salomón, llamada Guadalcanal, y comenzó a construir una base aérea. Los Americanos respondieron casi inmediatamente, y una batalla de seis meses prosiguió, luchada en tierra y mar. Los Japoneses perdieron más de 24’000 muertos en tierra y los Estados Unidos 1’600. En el mar las pérdidas fueron aproximadamente iguales, con cada lado perdiendo múltiples cruceros de guerra, barcos de guerra, y por lo menos un cargador. Esta batalla fue importante sin embargo, porque paró el avance de los Japoneses hacia el sur y significó que nueva Guinea y Australia ya no estaban amenazados. También hubo enfrentamientos grandes en Burma en este momento, y muchos soldados Británicos confrontaron una fuerte oposición. Los enfrentamientos no fueron sin embargo centrales en el destino de la campaña, ya que la única manera de terminar la guerra era tomar las islas donde residían los Japoneses. <br /> El ejército de los Estados Unidos tuvo que abrirse camino a través del Pacífico para llegar a Japón. Las fuerzas Americanas tomaron las Islas Gilberto en Noviembre de 1943, las Marshalls en Febrero de 1944, las Marianas en Julio de 1944, y las Filipinas en Abril de 1945. La batalla en las Marianas fue importante y premonitoria. Fue importante porque al tomar la isla de Saipan, que era parte de las Marianas, Estados Unidos logró tener una base aérea que estaba dentro del alcance aéreo de Japón. En este punto, los Estados Unidos habían desarrollado el bombardero de cuatro motores más sofisticado del mundo, el Boeing B-29 Superfortress. Este bombero tenía más armas un dominio más amplio que su predecesor, el B-17 Stratofortress, que había sido utilizado en Europa para golpear a las ciudades Alemanas. Los B-29s Americanos comenzaron a bombardear regularmente las ciudades Japonesas, reduciendo mucho de Tokio a cenizas con las tormentas de fuego resultantes. El aspecto premonitorio de la lucha por Saipan fue el fanatismo de los defensores Japoneses. Casi 50’000 defensores estaban tan atrincherados que se necesitó una división de la Marina y una división del ejército para derrocarlos. (Esto eran por lo menos 40’000 personas). La defensa japonesa era tan fanática que terminó con un contraataque suicida en Julio 7 de 1944, en el cual la mayoría de los soldados Japoneses corrieron con voluntad y entusiasmo hacia las armas Americanas. Al final, los Japoneses perdieron 46’000 muertos en las Marianas, y los Estados Unidos 4’750. <br />Sin embargo las batallas en islas más importantes y difíciles para los Estados Unidos fueron en Iwo Jima y Okinawa. Iwo Jima era importante para los planeadores militares porque estaba a la mitad del camino entre las Marianas y Japón y hubiera sido una mejor base aérea que Saipan. Con una base en Iwo Jima, los luchadores Americanos hubieran sido capaces de escoltar a los bombarderos a Japón y de regreso, haciendo las rondas de bombardeo más efectivas. El ataque Americano en Iwo Jima comenzó en Febrero de 1945, y los soldados se encontraron con una firme resistencia. 20’000 defensores Japoneses se habían atrincherado incluso más profundamente que en las Marianas. A pesar de golpes constantes con artillería naval los defensores Japoneses se mantenían firmes, y la Marina tuvo que aterrizar en la playa en frente de fuerte resistencia Japonesa. Para Marzo, la isla estaba completamente ocupada, pero los Estados Unidos habían perdido 6’000 hombres. Los Japoneses habían peleado casi hasta con el último hombre. <br />Con Iwo Jima en la mano, los Americanos se volvieron a Okinawa, el último escalafón para llegar a la isla más sureña de Japón: Kyushu. Después de golpear la isla durante días con bombarderos, los Americanos lanzaron un asalto anfibio en Marzo de 1945. La batalla resultante duró hasta Julio y fue la más mortífera para las fuerzas Americanas desde Guadalcanal. Los Americanos perdieron 12’000 muertos y 36’000 heridos, junto con 34 barcos hundidos y otros 368 dañados. Los Japoneses perdieron el barco de guerra más grandioso del mundo, el Yamato de 72’000 toneladas, junto con 100’000 muertos. La naturaleza de la batalla y las medidas desesperadas de Japón son terribles de comprender. El Yamato había sido enviado en una misión suicida, con tan gasolina suficiente para llegar y ningún apoyo aéreo. Al final, repetidos golpes por bombas y torpedos Americanos la hundieron junto con su tripulación. Los pilotos kamikaze Japoneses repetidamente atacaban barcos Americanos. Y luego los Japoneses introdujeron una nueva arma suicida, la Baka, que era un planeador lleno de explosivos propulsado por un cohete. Los bombarderos Japoneses jalaban estos planeadores al área del blanco, donde el piloto prendía el motor y dirigía su bomba voladora al blanco. Las dificultades de esta campaña tuvieron un fuere efecto sobre los dirigentes militares de Estados Unidos, al comprender lo que una invasión de las islas internas costaría en términos de hombres y material. <br />Durante Julio de 1945 los Americanos bombardearon a Japón hasta dejarlo en ruinas. Noche tras noche, los ataques aéreos de NAPALM Americanos incendiaban ciudades Japonesas, a menudo creando tormentas de fuego en donde morían miles de personas. (Una tormenta de fuego ocurre cuando las flamas son tan intensas que el fuego consume todo el oxígeno de los alrededores. Así, la gente se asfixia, aunque el fuego en realidad nunca los toca). Las defensas en la costa eran particularmente atacadas constantemente, como en señal de preparación de una invasión Americana. Pero los Americanos habían decidido no invadir, esperando terminar rápido la guerra a través de una demostración masiva de poder destructor. <br />Tan solo dos semanas antes de jurar ser presidente de los Estados Unidos, Harry S. Truman se había enterado de un programa secreto Americano llamado el Proyecto Manhattan, que había desarrollado exitosamente la primera bomba atómica del mundo. Mientras que Estados Unidos planeaba la invasión de Japón, la estimación más conservadora de sus soldados muertos hablaba de 100’000. Los Estados Unidos habían perdido 170’000 hasta este punto en la Guerra del Pacífico. Dadas las estimaciones de pérdidas y la emergente rivalidad entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, Harry Truman decidió echar la bomba en Japón. Esto terminaría rápidamente la guerra y le daría algo de qué preocuparse a los Soviéticos. En Agosto 6 de 1945, un solo B-29 llamado el Enola Gay salió de las Islas Marianas y voló hacia Hiroshima con solamente una bomba en su costado. Cuando la bomba explotó sobre Hiroshima, destruyó cinco millas cuadradas de la ciudad y mató a 70’000 personas, hiriendo otras 70’000. Con la guerra claramente en sus momentos finales, los Soviéticos se unieron, declarando la guerra en Agosto 8 y mandando una fuerza de invasión a Manchuria. Los Soviéticos pudieron haber ganado la guerra en Europa, pero no eran más que aves de rapiña en el Pacífico. Los Soviéticos tomaron las Islas Kuril como pago por sus tremendos esfuerzos en derrocar a Japón. Esto estaba justificado porque los Japoneses habían robado esta isla de los Rusos en 1855. (Japón todavía quiere la parte sur de las Islas Kuril de regreso). En este punto, los Estados Unidos confrontaba un problema: los Japoneses no respondieron a la bomba, pero tampoco hicieron ninguna declaración de rendición. Así que en Agosto 9 de 1945, otro B-49, este nombrado el Carro de Bock, salió de las Marianas hacia Nagasaki. Esta bomba era diferente de la primera; estaba hecha de plutonio, en vez de uranio. Los resultados no fueron, sin embargo, diferentes. 1.8 millas cuadradas de la ciudad fueron obliteradas y más de 40’000 personas fueron muertas. En Agosto 10, el gobierno Japonés envió una carta, finalmente aceptando el llamado de Estados Unidos de capitulación total. La ceremonia formal de rendición fue llevada a cabo en Septiembre 2. La guerra más destructiva en la historia del mundo había terminado.Asistente Sauterhttp://www.blogger.com/profile/06010045984058937838noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3430105514566235998.post-14115854564066761812008-04-24T12:56:00.001-07:002008-04-25T06:49:27.127-07:00Sesión 24: ExterminaciónYa que cubrimos el colapso diplomático que condujo a la guerra, así como también el curso de la guerra en el oeste, ahora llevaremos nuestra atención a la guerra en el este. La cosa más importante que hay que entender de la guerra es que era verdaderamente una guerra de exterminación. Cuando los ejércitos Wehrmacht atacaron la Unión Soviética, se comenzó una batalla no solamente entre los sistemas económicos sino también entre razas. La brutalidad resultante del conflicto es un factor contextual importante para entender la conducta de los dos ejércitos, así como para también entender los horrores que los Alemanes perpetuaron en su intento de eliminar a todos los Judíos del mundo. En el este, la brutalidad engendraba más barbaridad, y el costo humano de este ciclo no es fácil de contemplar. <br />A pesar del tratado que Alemania y la Unión Soviética habían firmado, tanto Hitler como Stalin lo vieron como una mera tregua que aplazaba la batalla final para otro día. Adolfo Hitler siempre había tenido la intención de lidiar con los Comunistas, y los Soviéticos desde hace mucho creían que un juicio final entre el Fascismo y el Comunismo era inevitable. El cronograma (secreto) original de Hitler mandaba a Alemania a invadir la Unión Soviética durante el verano de 1941. Los generales del Wehrmacht pensaban que Hitler estaba loco por atacar a los Soviéticos antes de que los Británicos fueran vencidos. Soldados hasta el final, sin embargo, planearon la campaña arduamente, a pesar de sus dudas personales. Sin embargo el plan de guerra resultante fue aplazado por problemas en el Mediterráneo, donde Benito Mussolini se había metido en problemas, y en Yugoslavia, donde un golpe de estado había sacado a un gobierno pro-Alemán. Mussolini había estado observando como Alemania avanzaba casi sin impedimentos a través del norte de Europa, y su envidia aumentaba. En busca de la gloria para sí mismo y para Italia Fascista, Mussolini envió tropas a invadir a Grecia en el verano del 1941. Como siempre, la invasión fue un desastre, y los Alemanes tuvieron que sacar a los Italianos en contra de la fuerte resistencia Británica. Más aún, el golpe Yugoslavo llevó tropas Alemanas a los Balcanes, donde instalaron un gobierno pro-Alemán. Sin embargo para cuando todo esto estuvo hecho, Hitler había perdido tres meses de su cronograma original. Este atraso marcaría su destino. <br />La invasión de la Unión Soviética, codificada como Operación Barbarossa, se realizó hasta Junio 22 de 1941. Y aquí debemos mantener dos cosas en mente. Primero, como ya he mencionado: esta guerra de exterminio. Adolfo Hitler había hablado desde hace tiempo de la necesidad Alemana de más espacio para vivir (Lebensraum) en el este. De hecho, las ambiciones de Hitler habían sido publicadas en Mein Kampf para que todos las vieran. Y también existía la tradición en Alemania de ver a los Eslavos como una raza inferior. Con estos dos factores en conjunción, el resultado final solamente podía ser que los Eslavos murieran y los Alemanes vivieran. Segundo, debemos también entender que la Unión Soviética ganó la Segunda Guerra Mundial. A pesar de lo grande que fue la ayuda y los sacrificios de los poderes occidentales, solamente la Unión Soviética confrontó el Wehrmacht con todas sus fuerzas. Hasta el aterrizaje de los aliados en Normandía en Junio de 1944, los Alemanes mandaban el 80% de sus tropas en contra de los Soviéticos. Le llevó a la Unión Soviética cuatro años y la pérdida de 20 millones de personas lograr su victoria. <br />Ahora consideremos la conducta de esta guerra oriental. Desde el lado Alemán, el racismo empujó a los Alemanes a hacer un error estratégico: despreciaron la ayuda de Ucrania. Cuando el Wehrmacht arribó en Ucrania, fue recibido como un liberador. Tienen que entender aquí que los Ucranianos habían aspirado desde hace tiempo a tener un estado independiente. No eran étnicamente Rusos y nunca se considerarían como tal. Más aún, los Ucranianos habían sufrido profundamente bajo Josef Stalin, que en los 1920s había sistemáticamente privado de comida a la región entera, matando a siete millones de Ucranianos—un número que aún no se olvida. Otras gentes Eslavas también acogieron la liberación, y había también soldados Eslavos en la fuerza de invasión Alemana. Pero a pesar de todo esto, el racismo Nazi convirtió a aliados potenciales en enemigos determinados. El asalto alemán agarró desprevenidos a los Soviéticos, y las pérdidas soviéticas en material y hombres fueron asombrosas. Aunque Stalin creía que Alemania y la Unión Soviética se irían algún día a guerra, en realidad nunca se había preparado para el conflicto que seguía. De hecho, el ejército Soviético se empeoró entre 1939 y 1941, y cuando el conflicto comenzó era sobrepasado completamente en tanques y aeronaves, aunque esto cambiaría. Sus habilidades mejoraron con entrenamientos en España y Polonia, y el ejército Alemán atacó tan rápida y profundamente que Stalin sufrió una crisis nerviosa y se recluyó por 10 días, antes de reaparecer en la vida pública por medio de un mensaje de radio. El colapso de Stalin tan solo empeoró las cosas, ya que en esos momentos no existía nadie para organizar una defensa efectiva. El ataque Nazi fue tan fuerte y el colapso Soviético tan completo, que de hecho, trenes Soviéticos llenos con materia prima enviada a Alemania bajo los términos del contrato Hitler-Stalin seguían dirigiéndose al oeste, porque nadie les dijo que pararan. De suerte para los Soviéticos, tenían un país muy grande y simplemente se retrajeron ante el avance Alemán, como sus antecesores habían hecho en la guerra contra Napoleón. Esto tuvo dos efectos importantes: alargó las líneas de abasto, y pospuso la derrota hasta el comienzo del notoriamente crudo invierno Ruso. (Cuando llegó el invierno fue un completo desastre para Alemania, ya que el Wehrmacht había inexcusable y arrogantemente fallado planear una campaña más larga. Así, cuando vino el frío, los Alemanes no tenían ropa adecuada para éste). <br />Como he notado anteriormente, la guerra duró cuatro años, y sin entrar mucho en detalles, he notado algunos momentos clave del conflicto. La primera batalla fue la de Leningrado. Los Alemanes sitiaron la ciudad rápidamente pero ésta se rehusó a darse por vencida, manteniendo el Wehmacht a raya mientras que casi todos los ciudadanos se morían de hambre. Esta batalla fue señalizó la determinación Soviética de luchar en contra de invasores y presentó a Alemania con un problema estratégico: necesitaba capturar Moscú pero estaba atorado en Leningrado. Los generales Alemanes le dijeron a Adolfo Hitler que era mejor dejar Leningrado como estaba y concentrar las fuerzas Alemanas en contra de Moscú. Este fue el segundo momento clave, ya que Hitler decidió en contra de los consejos de sus generales, dividir las fuerzas Alemanas e ir detrás de Moscú y Leningrado. Esto aseguró que ninguna meta se pudiera lograr, ya que la ofensiva Alemana llegó a Moscú tan sólo para encontrar la ciudad vacía. Hitler no había aprendido de las amargas lecciones de Napoleón, y ahora las fuerzas Alemanas tenían que enfrentarse al frío, la nieve, y el hielo sin las provisiones adecuadas.<br />El siguiente momento clave llegó a principios de 1942 con la Batalla de Stalingrado. Luchada principalmente en 1942 y un poco de 1943, esta batalla se volvió un concurso personal entre las voluntades de dos dictadores, con los Alemanes y los Soviéticos matándose uno a otro por el último cuarto de cada casa en todas las calles. Estratégicamente, los Alemanes debieron retirarse y atrincherarse para el invierno. Una vez que el clima mejorara hubiera sido posible tomar la ciudad. Sin embargo la ambición de Hitler de querer una victoria total, condenaron a las tropas Alemanas a la derrota y la captura. Más que nada, la batalla determinó el curso de la Segunda Guerra Mundial. La necedad de Hitler, aunque estaba claro que la batalla estaba perdida, permitió a los Soviéticos lanzar un contraataque que aisló a todo el Ejército Sexto. Bajo el comando del General Friedrich Paulus, el ejército se dio de baja en Febrero 1943, costándole a Alemania 300’000 soldados entrenados. Nunca se pudieron reponer de ésta perdida, y ahora estaba claro que la marea había cambiado. <br />La larga marcha de los Soviéticos hacia Berlín comenzó con la victoria de Stalingrado, e implacablemente obligaron al ejército Alemán a retroceder en los dos años siguientes. La batalla más importante de la ofensiva Soviética ocurrió en Julio de 1943, cuando se libró la batalla más grande de tanques en la historia fuera de la ciudad de Kursk. 6’000 tanques, 4’000 aviones, y 2 millones de soldados participaron. Dirigidos por el General Georgii Zhukov, los Soviéticos acabaron con el ejército Alemán con un poderoso movimiento (de agarre?), pegándole a las fuerzas Alemanas de ambos lados con una cantidad masiva de disparos. No había como negar esta derrota, y en este punto, incluso los fanáticos Nazis como Heinrich Himmler y Josef Goebbels aceptaron que la guerra estaba perdida. Nada podía impedir que los Soviéticos tomaran Berlín, lo que hicieron finalmente en Mayo de 1945. <br />Ahora veremos brevemente el fin de la guerra en Occidente. La tendencia estaba ya clara después de la Batalla de Kursk en 1943. Alemania nunca podría reconstruir a su ejército, y una larga marcha a Berlín prosiguió, aunque el Wehrmacht milagrosamente logró recuperarse de repetidos ataques para montar una defensa hasta el último momento. Sin embargo el final de la guerra fue postergado, por la Operación Overlord, el aterrizaje de los aliados en Normandía en Junio 6 de 1944, llamado también D-Day. Aunque los aliados occidentales mandaron grandes cantidades de material de ayuda de 1941 en adelante, este fue el primer momento que la Unión Soviética recibía ayuda militar directa de los aliados, y fue un esfuerzo enorme. La armada aliada incluía 1’200 barcos, 10’000 aviones, 4’126 naves de aterrizaje, 804 barcos de trasporte, y centenares de tanques anfibios y de propósitos específicos. 156’000 tropas fueron aterrizadas en Normandía, 132’500 vinieron por barco a través del Canal Inglés, y 23’500 fueron lanzadas desde el aire. En comparación, la batalla Británica en África y las invasiones aliadas sobre Italia al final de 1943 habían sido luchadas con destreza, pero no eran esenciales. Después del aterrizaje, las tropas aliadas se esparcieron y avanzaron constantemente hacia Berlín, con una excepción. Desde Diciembre 16 de 1944 a Enero 28 de 1945 Alemania lanzó un contraataque en Bélgica llamado la Batalla de Bulge. Hitler había ordenado sus reservas y lanzado en contra de las tropas aliadas. El avance Alemán asustó a todos, y hay alguna evidencia de que la Unión Soviética consideró brevemente negociar por la paz. Si Alemania tenía tales reservas después de luchar tanto, ¿que más tenía el Wehmacht de reserva? Este ataque ultimadamente falló gracias a un liderazgo fuerte de parte del lado Americano y por una falta de gasolina y amuniciones en el lado Alemán. Más importante, Alemania ahora no contaba con ninguna reserva material o humana. Después de que la guerra continuó, con ambos lados avanzando hacia la ciudad capital Alemana, la guerra había claramente llegado a su fin. La rendición de Alemania ocurrió en Mayo 5 de 1945, el llamado V-E Day. <br />Ahora que hemos alcanzado el fin de la guerra en Europa, podemos considerar algunos de los horrores que los Alemanes perpetuaron entre 1939 y 1945. Es suficiente decir que tanto los combatientes como los no-combatientes sufrieron bajo este régimen, estando sujetos a cosas como violaciones sistemáticas, matanzas en masa, tortura física, crueles experimentos médicos, trabajo de esclavos, y para los Judíos Europeos, genocidio. El genocidio no era nuevo en el mundo en ese entonces, y el Holocausto ciertamente no fue la última vez que un grupo gente tratara de exterminar a otro grupo entero de gente. Al final de la guerra seis millones de Judíos habían sido muertos en campos de concentración Naxi. Ahora debemos juntar esta terrible verdad con alguno de los temas que he discutido durante las últimas conferencias. <br />La guerra de los Nazis hacia los Judíos debe de ser considerada desde dos perspectivas. La primera es la política viciosa anti-Semita de Alemania. Como ya hemos discutido, el anti-semitismo tenía fuertes raíces en Alemania, pero el anti-Semitismo político y racial que motivó el Holocausto comenzó en el área imperial y fue intensificado por la derrota en la Primera Guerra Mundial. El otro factor fue la invasión de la Alemania Nazi de la Unión Soviética, porque con ella, el gobierno de Hitler tenía el control sobre la mayoría de los Judíos del mundo. Con esto ahora recorreremos el destino de los Judíos de Europa desde el comienzo del ascenso del partido Nazi hasta el fin de la guerra. <br />Como ya hemos discutido, los Nazis eran un partido anti-Semita y utilizaron el anti-Semitismo como un arma política en la era de Weimar. Los Nazis tomaron el poder en Enero de 1933 y para Marzo de 1933 el primer campo de concentración abrió en Dachau, aunque originalmente fue diseñado para los principales oponentes políticos del régimen. También en Marzo de 1933 los Nazis organizaron boicots de los negocios judíos. Para 1935, con la aprobación de las Leyes de Nuremberg, todos los Judíos perdieron sus derechos civiles en Alemania. (Los Judíos eran definidos como cualquiera que tuviera un abuelo Judío.) En 1938, estas leyes fueron extendidas a Austria. En Noviembre 9 de 1938 los Nazis organizaron un ataque a toda la propiedad Judía en Alemania en un programa llamado Kristallnacht, que significa noche de cristal, en referencia a todos los pedazos rotos de ventanas de las tiendas Judías. En este punto, todos los Judíos prominentes estaban siendo enviados a la creciente red de campos de concentración en Alemania, como enemigos raciales y políticos. <br />Sin embargo el anti-Semitismo de la Alemania Nazi se volvió incluso más horrible después de la invasión de Polonia. Confrontados con grandes poblaciones Judías los Nazis ordenaron ejecuciones en masa al ejército, y comenzaron a experimentar con nuevas maneras de matar a la gente que se estimaban más eficientes que matar con balazos en la cabeza. El momento clave de la evolución del Holocausto fue sin embargo, la invasión de la Unión Soviética. Para el final de 1941, Alemania tenía todo el control de Europa del Este, y Hermann Goering, un prominente secuaz de Hitler, abogaba por una “solución final a la cuestión de los Judíos”. En este año, la asfixia por gas de los Judíos con el químico Zykon-B comenzó en Auschwitz-Birkenau, el infame campo de concentración en Polonia del Sur. A pesar de lo horrible que fueron estas matanzas, aun no reflejaban una política total de genocidio; eso vendría después. En Enero 20 de 1942, una conferencia fue sostenida fuera de Berlín en un lago llamado Wannsee. En esta conferencia los Nazis tomaron la decisión fatal de exterminar a todos los Judíos en Europa, que estimaban alrededor de los 10 millones. Después de esta reunión una red entera no nada más de campos de concentración, sino también de campos de muerte aparecieron en toda Europa, llevando nombres como Auschwits-Birkenau, Sobibor, Majdanek, y Treblinka. Esta distinción es significativa, ya que muchas de las víctimas del Holocausto (probablemente el 80%) fueron muertas en un periodo relativamente corto de 18 meses. El Holocausto también fue un proceso—uno que se volvió más intenso y mortal conforme la guerra progresó. Para el momento en que la Nazi Alemania fue finalmente derrocada, seis millones habían sido sistemáticamente muertas por ser Judías. <br />El mundo comenzó a oír de los horrores de estos campos a través de los Soviéticos que los liberaban día a día, durante su larga marcha a Berlín. Hasta hoy en día, no hay una explicación completa para los campos en sí, ni ha habido alguna manera de derivar algún significado de ellos, ni de la guerra en general. En el contexto de las confrerencias pasadas, uno puede decir que el Holocausto destruyó lo poco que quedaba de optimismo en Europa. Como un refugiado del Holocausto y miembro del Frankfurt School Theodor Adorno lo describió, “escribir poesía después de Auschwitz es barbárico”. <br />En cuanto a la guerra en general, ésta destruyó completamente lo que quedaba del poder Europeo. El colonialismo y el imperialismo que habían marcado el ascenso de Europa desde el siglo XVI había definitivamente terminado ahora, mientras que Francia, Gran Bretaña, y Bélgica en particular ya no podían mantener a sus imperios. (Por ejemplo, no es ningún accidente que el gobierno colonial Británico en India acabara justo después del final de la guerra en 1947.) Estos imperios habían sido valiosos recursos para el oeste, ya que les dieron material y hombres para el esfuerzo de la guerra. Muchos súbditos de los imperios reconocieron esto y comenzaron a ver la independencia como algo que deseaban lograr a través de sus esfuerzos. Hablaremos más acerca de la descolonización y del tercer mundo en otra sesión. Aún así, para regresar a la escena más grande, Europa había puesto el mundo a su disposición por última vez. En suma, 61 países pelearon en la guerra y 1.7 billones de personas, tres cuartos de la población total del mundo en ese momento, participaron de alguna manera. 110 millones de personas fueron movilizadas para el servicio militar. Un consenso aproximado ha emergido acerca de los costos de la guerra. El costo humano, sin incluir los seis millones de Judíos matados en los campos de muerte Nazi, es estimado en 55 millones de muertes, alrededor de 25 millones militares y 30 millones civiles. Mucha de esta guerra fue luchada en Europa, así que los costos económicos directos solo podían debilitar fatalmente el Continente. En otra ironía de la historia, fue Europa la que hizo de los Estados Unidos y la Unión Soviética dos superpotencias. Como los dos únicos poderes con reservas casi inexhaustibles, fueron los únicos que quedaron en pie cuando la guerra terminó, y era una competencia entre los dos Behemots que dominaban la política del mundo hasta hace quince años. <br />Y luego estaban los costos culturales de los horrores de la guerra. Alemania, que se había desarrollado en una de las culturas más admiradas del mundo en el siglo XIX, se había hundido en un barbarismo para el cual no existía ni explicación ni excusa. Además, muchas otras sociedades estaban implicadas en los crímenes de la Alemania Nazi a través de su colaboración en colectar y matar Judíos. Después de este terrible conflicto Europa perdió lo que le quedaba de la autoridad moral que alguna vez había poseído. La Noche de Ellie Wiesel les dará un sentimiento del horror y de las víctimas confrontadas y las dificultades que los Europeos luego tuvieron para procesarlas. Contemplar la guerra y el Holocausto significa que el optimismo del siglo XIX estaba oficialmente y afortunadamente muerto. La civilización Europea parecía tener poco que ofrecer. El único sentimiento verdadero que le quedaba a cualquiera era, como Jean-Paul Sastre lo puso, la nausea. La próxima sesión completaremos nuestra discusión de la Segunda Guerra Mundial considerando la guerra en el Pacífico y el nacimiento del mundo nuclear.Asistente Sauterhttp://www.blogger.com/profile/06010045984058937838noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3430105514566235998.post-2838599373520417212008-04-24T08:42:00.000-07:002008-04-24T08:43:32.818-07:00Sesión 23: El Fracaso de la DiplomaciaLa semana pasada hablamos de los orígenes del fascismo y nuestros dos ejemplos clave fueron Italia y Alemania. Hoy, queremos unir nuestro entendimiento del fascismo con el comportamiento de Alemania de 1933 a 1945. Como ya hemos discutido, Alemania fue un poder revisionista de 1919 en adelante. En vez de integrar Alemania a un sistema de seguridad Europeo, el tratado de Versalles aislaba Alemania y inflaba con frecuencia las pasiones nacionales. Si Alemania hubiera sido tan poco poderosa como, digamos, Rumania, los efectos de Versalles no hubieran ocasionado ningún problema. Sin embargo Alemania era el estado más poderoso de Europa del Oeste, y una agenda revisionista solo podía causar problemas. Cuando el poder y las penas de Alemania se unieron a una ideología nacionalista agresiva, la inestabilidad Europea y mundial fue el resultado. Se supone que las cosas iban a ocurrir de otro modo. El Tratado de Versalles supuestamente acabaría con todas las guerras. No lo hizo, y la principal razón de este fracaso fue el estado Nazi. Cuando la guerra estalló en 1939, nadie en Europa, incluyendo a la mayoría si no es que a todos los Alemanes, quería otra guerra. Desafortunadamente, Adolfo Hitler entendía esta situación mejor que nadie, y como la cabeza de un estado poderoso y revisionista, estaba en posición de explotar las posibilidades que esto presentaba. <br />En 1933 Adolfo Hitler tomó el poder de un país que confrontaba problemas internos y externos significativos. Internamente su política y economía eran un desastre. Externamente, tenía una lista de quejas de política exterior. Hitler se ocuparía de todos los problemas de Alemania—de algún u otro modo. Internamente, Hitler alivió mucho de los problemas económicos de Alemania, por lo menos en el corto plazo. Para esto, utilizó programas de obra pública, un programa masivo de rearme y los judíos como chivos expiatorios para convencer a los Alemanes que él era su salvador económico. Sin embargo las políticas de Hitler eran insostenibles en el largo plazo, aunque mucha gente falló en reconocer este hecho. Y el efecto personal en los judíos de Alemania, que muchas veces eran patriotas asiduos, fue horrible. (Una de las ironías más viciosas de la historia es que al contrario de lo que los Nazis pudieron haber creído, un efecto de la unificación Alemana fue que los Judíos en Europa central y del este acogieron la gloria de la cultura Alemana completamente, convirtiéndose los más conservadores de los nacionalistas Alemanes. Por una parte, muchos Judíos estaban profundamente tristes de que el Imperio Alemán desapareciera. Por ejemplo había Judíos en Berlín, que celebraban el cumpleaños del Kaiser cada año, durante la era de Weimar. Por otra parte, los Judíos Alemanes cultivaban su propia jerarquía nacional dentro del nacionalismo Alemán. Los Judíos recién llegados de Europa del este que hablaban Alemán con un acento Yiddish y se apegaban a las tradiciones culinarias y de vestir eran llamados peyorativamente como Ostjuden, o Judíos del Este.) Dejando estas realidades de un lado, Hitler no se satisfizo con simplemente reacomodar Alemania de acuerdo a sus ideas dementes de raza; también quería trabajar de nuevo en el orden de la post-primera guerra mundial. Para entender como logró esto, debemos de ver los éxitos de su diplomacia y los fracasos de la diplomacia de sus homólogos. <br />Adolfo Hitler era un genio en cuanto a juzgar la fortaleza de la voluntad de otras personas. Entendía que nadie en Europa, y menos que nada los jefes de estado más importante, estaban dispuestos a retar sus demandas. En vez de enfrentarse a Hitler, los otros países respondieron tratando de entender la naturaleza de sus quejas, antes de darle todo lo que él quería. Esto fue conocido como una política de contemporización (appeasement) y supuestamente era la manera más racional de negociar. Para muchos políticos Europeos la guerra era el mayor mal de todos, lo que significaba que era mejor hablar y ceder que forzar la voluntad de uno y arriesgarse a ir a guerra. (El término contemporización tiene una historia interesante por si mismo. Antes de la Segunda Guerra Mundial tenía una connotación positiva. Después de la Guerra, claro esta, esta palabra ha tomado una connotación negativa. De todas las cosas que hacen los estados, no contemporizan, por miedo a que esto de por resultado incluso peores comportamientos). Así, Adolfo Hitler explotó brillantemente el deseo de las potencias Occidentales de prevenir la guerra a través de la amenaza constante de la misma. <br />En este ambiente diplomático, revisar las partes más onerosas del tratado de Versalles fue la primera tarea de la agenda de Hitler. Este primer gran paso ocurrió en 1933, cuando sacó a Alemania de la Liga de las Naciones. Alemania a penas había sido admitida en 1926 como parte de un acercamiento entre Alemania y Francia. Este fue un movimiento fatal para la Liga, ya que ahora le faltaba el estado más poderoso de Europa. (Ya desde antes le hacía falta la potencia más grande del mundo, los Estados Unidos, ya que el Senado de este país se había negado a ratificar su entrada a la Liga). El mundo ya había visto qué tan débil era la Liga, cuando Japón invadió Manchuria en 1931 y la Liga no hizo nada. Esto marcó la escena diplomática de los 1930s. La Unión Soviética ganó su admisión en 1934, pero para entonces Italia ya no iba a las reuniones del consejo, e incluso llegaría más lejos con su comportamiento. En 1935, Benito Mussolini mandó tropas a Etiopia, esencialmente retando a la Liga a hacer algo al respecto. No hizo nada. En 1939, la Unión Soviética invadió Finlandia y fue expulsado de la Liga de las Naciones por su comportamiento. A Stalin no le importó mucho, y veremos exactamente porqué próximamente. <br />Un ejemplo de la debilidad fundamental de la Liga fue sus relaciones con Alemania y la Unión Soviética. Alemania había sido cargada de responsabilidad por la Primera Guerra Mundial y le fue denegada su admisión a la Liga de las Naciones. Los Soviéticos por su parte, fueron rechazados por ser Comunistas. Ninguna de las otras grandes potencias querían negociar con un estado cuya ideología oficial llamaba al derrocamiento violento del sistema capitalista. Así, las dos potencias más grandes del Continente estaban aisladas y enojadas, una situación que ultimadamente los haría unirse. En 1922, Alemania y Rusia llegaron a una serie de acuerdos que ahora son llamados retrospectivamente el Tratado de Rapallo. La esencia del tratado era que los Alemanes ofrecían entrenamiento militar y experiencia industrial a los Soviéticos a cambio de entrenar sus ejércitos y probar sus armas en tierra Rusa. Así, aunque el ejército Alemán permaneció pequeño, sus tácticas se volvieron cada vez más letales, y cuando Adolfo Hitler aumentó el gasto militar en los 1930s, las fuerzas armadas Alemanas rápidamente se volvieron la primera fuerza guerrera del mundo. <br />En contra de este contexto podemos entender mejor las políticas agresivas de Hitler. Su primer paso después de abandonar la Liga fue ganar el completo control del territorio Alemán. En 1936, Hitler remilitarizó el Rhineland al mandar tropas Alemanas allí. El Tratado de Versalles había desmilitarizado el Rhineland, en respuesta al tan pronunciado deseo de Francia de asegurar sus fronteras. Esto fue la legacía del fracaso de Francia en 1870-1. Cuando Prusia unificó Alemania, un resultado práctico fue que los Franceses no podían hacerle frente al poder Alemán por si solos. Necesitaban aliados, y si les hacían falta en cualquier momento, tenían que escoger entre retroceder, o sufrir un fracaso militar. <br />Aún así, el movimiento de Hitler hacia el Rhineland a menudo es considerado como una de las grandes oportunidades perdidas en la historia de las relaciones internacionales. Aunque la situación estratégica fundamental estaba a favor de Alemania, la remilitarización fue una mentira (bluff) gigantesca. Hitler sabía que en ese momento Alemania no era lo suficientemente fuerte para oponerse a una respuesta bien orquestada de aliados. Las tropas Alemanas de hecho, estaban bajo órdenes de retroceder si veían la más mínima seña de resistencia. Los aliados, sin saber esto, no hicieron nada, y las tropas Alemanas entraron al área en medio de grandes fanfarrias. <br />El triunfo político de Hitler tuvo importantes consecuencias diplomáticas. Los Belgas eran un aliado Francés y habían acordado construir una extensión de la Línea Maginot a través de su país al mar. Sin embargo la falta de nervio Francesa y la gran presión diplomática Alemana, convencieron a los Belgas no tan solo de cancelar la alianza, sino también de dejar el proyecto Maginot. (En defensa de Francia, también debemos notar que los Británicos dejaron muy en claro que no estaban dispuestos a irse a guerra sobre la cuestión del Rhineland). El resultado fue que la gran red defensiva de Francia simplemente se detenía en la frontera Belga, lo que más tarde le facilitó a los Alemanes la tarea de circundar estas defensas e inmovilizar al ejército Francés contra sus propias defensas. Los Franceses simplemente pudieron haber completado la línea dentro de sus propias fronteras, pero aquí existían dos problemas. Primero, los Franceses temían que cortar a los Belgas podía echarlos a manos de los Alemanes. Sesgundo, Francia había desgastado sus finanzas completando la sección original, y las posibles consecuencias diplomáticas de completar este proyecto hacían parecer el costo excesivo. <br />Del Rhineland Hitler entonces se volvió hacia el próximo gran problema diplomático, Austria. Prusia le había negado a Austria un papel central en la política Alemana a través de su victoria en la Batalla de Königgrätz en 1886. Así, de 1886 hasta 1918, Austria era un estado multi-nacional centrado en una región de habla Alemana que estaba excluida de Alemania. Sin embargo después de la Primera Guerra Mundial, Austria-Hungría se dividió en una serie de estados más pequeños, de los cuales los más grandes eran Austria, Hungría, Czecoslovaquia, y Yugoslavia. Austria era ahora un estado enjaulado sin acceso al océano, y muchos creían que era demasiado pequeño y aislado para tener vitalidad económica. La impresión era falsa. Hoy Austria tiene exactamente las mismas fronteras y es bastante rico. Los problemas principales de Austria eran el Tratado de Versalles, que cargaba Austria con una cuenta de reparaciones que no podía pagar, y la crisis económica general de los 1029s. <br />Adolfo Hitler era, claro, un nativo de Austria y esto lo añadió a su embriagante sueño del gran Reich Alemán. Los problemas políticos y económicos de Austria lo hacían un blanco fácil; como Alemania de Weimar, había descendido al caos durante los 1920s y 30s, lo que empujaba la política Austriaca a los extremos, con ejércitos rivales de derecha e izquierda chocando en las calles de Viena. Un resultado de estos problemas fue la victoria del autoritarismo. Austria siempre había sido una región conservadora, pero durante los 1930s políticos como Engelbert Dollfuss crecieron creyendo que el autoritarismo era la única forma de salvar a Austria. Dollfuss era un miembro del partido conservador social Cristiano, y se volvió Canciller en 1932. Tomando prestado mucho del fascismo Italiano fundó una organización paraguas autoritaria llamada el Frente de la Tierra Paterna (Vaterländische Front) que supuestamente uniría a todos los partidos conservadores en contra de la izquierda. Dollfuss mantuvo a la izquierda bajo cierto control, pero no pudo hacer lo mismo con la derecha. Así como el partido Nazi se volvió el más poderoso en Alemania, también los Nazis Austriacos se volvieron los más fuertes de Austria. En 1934, los Nazis hicieron un golpe de estado y ejecutaron a Dollfuss. El golpe falló, porque Benito Mussolini forzó a Adolfo Hitler a repudiar a los conspiradores. El sucesor conservador de Dollfuss, Kart von Schuschnigg disfrutó de más éxito al principio en cuanto al control de la derecha, pero fue incapaz de mantener la independencia de Austria frente la presión Alemana. En 1936, el gobierno Austriaco firmó un acuerdo que unía su política exterior con la de Alemania. En Febrero de 1938, Schuschnigg fue a Berchtesgaden en intentando que Hitler parara de apoyar las conspiraciones Nazi en Austria. Adolfo Hitler humilló a Schuschnigg, demandando una serie de concesiones imposibles y salvajes, antes de mandarlo a casa. Schuschnigg trató de salvar su gobierno llamando a un plebiscito que pedía la unificación con Alemania. Sin embargo Hitler respondió rápidamente, ordenando una invasión en Marzo de 1938. Esto es a lo que los Alemanes llaman Anschluss: Austria ahora era parte del Reich Alemán. A pesar de la prohibición específica del tratado de Versalles acerca de esta unificación, los aliados no hicieron algo mientras que la Alemania Nazi revisaba los acuerdos territoriales de Europa. <br />Sin embargo al igual que antes, Hitler permanecía insatisfecho. Otro de los grandes problemas históricos que dejó la Primera Guerra Mundial fue la presencia de aproximadamente tres millones de Alemania en Checoslovaquia. Creada después del rompimiento del imperio Austro-Húngaro, Checoslovaquia era un estado multi-nacional que incluía a Checos, Eslovacos, y Húngaros, además de muchos Alemanes en una región montañosa conocida como Sudetenland. Aquí realmente se puede empezar a apreciar la genialidad de Hitler para manejar las apariencias como una táctica de negociación. Empezó haciendo amenazas vagas en contra del estado Checoeslovaco, imputándole cargos acerca de discriminación y violencia en contra de la minoría Alemana residente. Es aleccionador notar que Hitler en realidad nunca pidió nada ni amenazó con ninguna acción en específico. Esto hubiera hecho su posición una cuestión de negociación. No, en cambió se enfureció en contra de un estado vecino y esperó a que los aliados de occidente le dieran todo lo que él quería—cosa que pronto hicieron. A finales de Septiembre de 1938, Neville Chamberlain, el Primer Ministro Británico, voló a Munich y traicionó al estado Checoeslovaco en nombre de la paz. Junto con el Premier Francés, Édouard Daladier, Chamberlain le dio a Hitler todo lo que éste quería, cediendo la entera región de Sudetenland a Alemania. Chamberlain entonces regresó triunfantemente a Gran Bretaña presumiendo el tratado que él y Hitler habían firmado, proclamando que garantizaba la “paz en nuestros tiempos”. A cambio, los Checos obtuvieron una promesa de que los Británicos defenderían lo que quedaba de su estado. Era una promesa vacía. <br />Uno podría argumentar que Sudetenland estaba lleno de Alemanes y que sí éstos querían estar en Alemania se les debía permitir unirse a ella. (La determinación nacional, era finalmente, el principio básico detrás de los catorce puntos de Wilson, aunque no se aplicaba siempre). Pero no es relevante si había suficientes Alemanes en Sudetenland para justificar esto, ya que la verdadera determinación nacional era una imposibilidad práctica para los Alemanes. Sin el control de las Montañas de Bohemia, el estado Checo no tenía ninguna frontera de defensa. El cargo de Hitler de que los Alemanes eran gravemente maltratados era falso, aunque los Alemanes Sudeten sí tenían quejas reales, ya que los oficiales locales Checos abiertamente practicaban discriminación étnica en contra de la minoría Alemana. El descontento con su trato llevó a la aparición de un partido étnico Alemán llamado el Frente de Casa Alemán (Sudetendeutsche Heimatfront), bajo el liderazgo de un hombre llamado Honrad Heinlein. Heinlein activamente abogó por la anexión Alemana del Sudetenland y en 1935 su partido recibió 2/3 del voto Alemán Sudeten, convirtiéndolo en el segundo partido más grande de la Cámara Checa. Bajo presión doméstica y exterior, el gobierno Checo cedió a casi todas las demandas Alemanas y Sudeten, dándole una autonomía casi completa al Sudetenland. Desafortunadamente, no era posible alcanzar un equilibrio estable con Adolfo Hitler, especialmente después del Acuerdo de Munich. Anexar el Sudetenland no era la meta real de Hitler; quería toda Checoslovaquia. En marzo 14 de 1939, las tropas Nazi invadieron el resto de Checoslovaquia mientras que el Occidente de nuevo no hacía nada. Gran Bretaña no quería guerra, y Francia tenía miedo de confrontar a Alemania sola, así que permitieron que su aliado checo fuera desmantelado. <br />Alcanzado este punto debemos considerar como es que los triunfos de Hitler no tan solo lo envalentonaron a él sino también a todos los Alemanes. Hitler veía cada una de estas victorias como una vindicación de su visión y sus habilidades diplomáticas; esto es, su cabeza seguía creciendo. Domésticamente también, Hitler se veía cada vez más como un genio. Había remilitarizado la tierra Alemana, traído Alemanes distantes de vuelta al Reich, e incrementado el empleo, todo esto sin disparar un tiro. Un historiador incluso ha sugerido que si Hitler no hubiera ido a la guerra, hubiera sido considerado un jefe de estado incluso más grandioso que Bismarck.<br />Como ustedes ya saben, esto difícilmente era el final para Hitler, ya que el problema de Polonia todavía existía. Como parte del tratado de Versalles un estado Polaco con acceso al mar fue creado. Sin embargo el problema era que para darle a este estado acceso al mar, la nueva Polonia tenía que cruzar a través de territorios con mayoría Alemana, especialmente la ciudad de Danzig. Así, Prusia del Este fue separada de Alemania y Danzig fue declarado una ciudad internacional libre. La cuestión de Danzig era una espina real para los ojos nacionalistas Alemanes. No nada más se le quitaba territorio a Alemania, pero también se le daba este territorio a los Polacos, gente que los Alemanes nunca habían apreciado. El sentimiento era claramente mutuo. Los Polacos, orgullosos de su nueva independencia, se rehusaron a devolver al llamado Corredor Polaco, aunque en realidad no lo necesitaban. Así, el orgullo nacional impidió a ambas partes llegar a un acuerdo razonable. <br />Sin embargo este no era el problema real de Polonia. Una cuestión más grande era que tanto Alemania como la Unión Soviética tenían intereses en Polonia. En Agosto 23 de 1939, la Alemania Nazi y la Unión Soviética llegaron a un acuerdo que incluía un amplio espectro de materias, como el futuro de Polonia y la cooperación económica. El acuerdo tenía dos partes. La primera era un pacto de no-agresión que duraría diez años e incluía un tratado comercial bastante favorable a Alemania. El segundo rediseñaba a Europa del Este. Alemania se llevó 2/3 de Polonia, y Rusia el otro tercio, así como también los Estados Bálticos y Finlandia. Este acuerdo sorprendió al mundo. Enemigos mortales lo habían firmado. Que el Nazismo y el Comunismo, dos visiones del mundo totalizadoras y hostiles con una antipatía profunda mutua, pudieran firmar un acuerdo, confundió la visión del mundo de todos. Además, estos dos estados habían acordado desaparecer al estado Polaco del mapa una vez más, y no había nada que alguien pudiera hacer al respecto. En Septiembre 1 de 1939, Alemania invadió Polonia y ocupó aproximadamente la mitad del país. Inmediatamente después, la Unión Soviética invadió desde el Este no nada más ocupando el resto de Polonia, pero también viendo qué tan bien funcionaba el experimento de la libertad democrática en los estados Bálticos. Cuando Francia y Gran Bretaña respondieron con una declaración de Guerra, la Segunda Guerra Mundial oficialmente estaba en camino. <br />Los meses tempranos de la guerra son mejor caracterizados por dos palabras Alemanas, Blitzkrieg y Sitzkrieg. Blitzkrieg, o guerra de trueno, era un método de ataque que Alemania había perfeccionado durante la Guerra Civil Española, y que utilizaba bombardeos aéreos severos y concentraba el uso del blindaje. La Blitzkrieg de Alemania en Polonia fue salvaje y rápida, ya que los bombarderos Nazi y su artillería clavaron a las ciudades Polacas a la sumisión, y las columnas de armadura Alemanas deshicieron la valiente resistencia Polaca. La batalla por Polonia duró diez días. <br />Confrontados con otro acto de agresión sin escrúpulos, Bretaña y Francia se vieron finalmente obligados a luchar la guerra que sus políticas habían alentado. Sólo que de nuevo, ningún lado mostraba suficiente voluntad para luchar. En cambio, las tropas Británicas y Francesas se apelmazaban detrás de la línea Maginot, esperando que el ejército Alemán fuera derrocado en la complicada red de defensas. Así comenzó lo que los Alemanes llamaron Sitzkrieg, o guerra sentada, ya que los Británicos y los Franceses no hacían nada, mientras que los Alemanes en el otro lado del Rin esperaban hasta que el Wehrmacht y el Luftwaffe terminarán con Polonia en el Este. <br />Aunque no mandó tropas a atacar los Aliados de Occidente inmediatamente, Hitler se mantuvo ocupado en otras áreas. En Abril de 1940, lanzó ataques en Dinamarca y Noruega. Dinamarca no pudo ofrecer ninguna resistencia y se rindió inmediatamente. En Noruega, los Alemanes lanzaron una gran invasión anfibia, pero sufrieron fuertes pérdidas inicialmente, gracias a una determinada resistencia Noruega. Sin embargo el poder aéreo Alemán era tan abrumante que la resistencia Noruega se vino abajo en pocos días. En Mayo 9 y 10, Hitler volvió al oeste, invadiendo Bélgica, los Países Bajos, y Luxemburgo. Esta invasión le permitió a los Alemanes circundar la línea Maginot y cortar una serie de tropas Británicas y Francesas, que volaron a Dunkirk, donde fueron evacuadas en cualquier cosa que pudiera flotar. El fracaso del ejército Alemán para perseguir a las tropas a la playa fue un enorme error, ya que básicamente todos los ejércitos Franceses y Británicos fueron evacuados para luchar otro día. El equipo que los aliados dejaron detrás podía ser repuesto, pero los soldados muertos y los POWs no. La decisión de parar el avance retardaría el esfuerzo de guerra Alemán, aunque en Junio 14 las tropas Alemanas de todos modos entraron a París. En Junio22, Francia se rindió. El norte de Francia se volvió territorio ocupado y el sur se volvió un estado títere, gobernado por Marshal Pétain en la ciudad de Vichy. <br />El problema para Hitler ahora era, sin embargo, que los Británicos se negaban a darse por vencidos. Alemania no tenía ningún manera de invadir las islas Británicas, así que esperaba que los ataques aéreos obligaran a los Británicos a agacharse. Desafortunadamente para los Nazis, Winston Churchill se había vuelto Primer Ministro en Mayo 11 de 1940 y bajo su liderazgo eso simplemente no iba a ocurrir. Esto marcó el rumbo para lo que después se conocería como la Batalla de Bretaña. A los Alemanes les fue muy bien en las etapas tempranas de la Batalla. Los bombardeos aéreos Alemanes se concentraban en campos de aviación, fábricas y instalaciones de radar, cosa que debilitó bastante a los Británicos. Pero esto no estaba funcionando suficientemente rápido para el liderazgo Alemán, así que los Alemanes cambiaron de táctica, bombardeando las ciudades Británicas—bajo la idea de que una campaña terrorífica rompería la voluntad Británica. El cambio en tácticas permitió que los Británicos sobrevivieran, ya que ahora podían producir suficientes aviones para contrarrestar sus pérdidas, encontrar aviones Alemanes con sus radares, y despegar a sus propios aviones en campos aéreos que todavía funcionaban. Los Alemanes en contraste, estaban volando sobre territorio hostil. Para el verano de 1941, los Británicos claramente habían ganado esta batalla; como Napoleón antes que él, Adolfo Hitler se encontró con que conquistar Gran Bretaña era una tarea imposible. Prosiguió un empate estratégico que solamente sería alterado con la entrada de dos potencias más grandes a la guerra, los Estados Unidos y la Unión Soviética. Dibujaremos estos eventos y lo que significaron en las siguientes dos conferencias.Asistente Sauterhttp://www.blogger.com/profile/06010045984058937838noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3430105514566235998.post-17791364482896251342008-04-22T11:16:00.000-07:002008-04-22T11:19:05.522-07:00Sesión 22: La guerra Civil EspañolaEn 1898, España y los Estados Unidos estuvieron en guerra. El resultado nunca se puso en duda, ya que España había dejado de estar en la primera fila de potencias mundiales, y los Estados Unidos pronto estaría en ésta abiertamente. En el Tratado de Paris, que terminó la guerra, España renunció a todas sus posesiones en Cuba y cedió Guam y Puerto Rico a los Estados Unidos. Además, Estados Unidos pagó a España 20 millones de dólares para ganar el control de las Filipinas. Esta guerra marcó el final del largo declive Español hacia la impotencia política y económica, que había comenzado con la Paz de los Pirineos en 1659.<br />El declive Español estaba anclado en problemas estructurales de antaño en el imperio Español y su economía. El Imperio Español nunca fue tan comercial como el Británico o el Francés; siempre estuvo basado más en la extracción y la explotación que en el comercio. Más aún, España nunca se industrializó con el mismo vigor que otras potencias Europeas; se quedó muy atrás de Italia, por ejemplo, que era el más débil de los más importantes estados industriales de Europa. Así, con lo último de su imperio perdido, la economía de España virtualmente se colapsó. La inequidad en el ingreso bruto y la poca producción industrial y agrónoma dejó a España en un callejón sin salida, del cual no pudo escapar sino hasta que la Unión Europea financió su modernización en los 1990’s. La guerra con los Estados Unidos tuvo efectos significativos en la política Española. Después de la perdida, la monarquía constitucional de España parecía débil e inefectiva, y numerosas llamadas de izquierda y derecha extrema eran hechas a favor de un cambio político drástico. Esto no eran buenas noticias, ya que el gobierno monárquico constitucional de España ya había nacido a la inestabilidad. La constitución entró en vigor en 1878, después de un tumultuoso periodo de conflicto en el cual los liberales de múltiples vertientes y tradicionalistas rurales conocidos como los Carlistas pelearon por el control del gobierno. Los carlistas fueron finalmente reprimidos, pero la cuestión fue que el ejército Español se volvió cada vez más central en la política diaria Española, ya que la necesidad de orden comenzó a abrumar los deseos por una democracia liberal. El ejército aceptó la Constitución de 1878, pero durante las siguientes décadas buscó atentamente signos de debilidad. Una persona que veía de cerca era un joven militar llamado Francisco Franco. Franco venía de una familia naval y quería lograr una carrera en la marina. Desafortunadamente, los Americanos habían hundido la marina Española en el año de su nacimiento, lo que ocasionó que la Academia Naval redujera el número de admisiones. Así, en 1914, Franco escogió entrar a la Academia Militar, una decisión que tendría importantes consecuencias treinta años más tarde.<br />En 1902, Alfonso XIII llegó al poder entre promesas de mantener la constitución y lograr una reforma moderada. El problema era, sin embargo, que la constitución estaba siendo atacada de todas partes. Los ataques más fuertes venían de la izquierda, mientras Socialistas, Catalanes, y Vascos, todos querían una nueva constitución—aunque por diferentes razones. Los catalanes y los vascos, por ejemplo, ambos querían independencia de Madrid. A esta mezcla se añadían los Anarquistas y los Sindicalistas, ambos quienes querían echar al gobierno fuera. La única diferencia entre todos ellos era el método elegido para hacerlo. Estos dos movimientos más tarde se unieron, volviéndose una fuerza destructiva en gran parte porque no se intentaron dejar de usar violencia. Y claro que también existían los restos del derecho tradicionalista que había causado tantos problemas de 1830 a 1860. Así a principios del siglo XX, España vivió violencia en las calles de todo tipo, viniendo de todas partes y en contra de la constitución existente.<br />La inestable situación política entonces fue exacerbada por las presiones de las dos guerras, solamente una de las cuales España peleó. En 1909, Marruecos, la última colonia española, se levantó en rebelión, y los españoles instituyeron una leva militar. Esto ofendió una población que ya estaba agitada y llevó a gran parte del país al caos. Los Catalanes, por su parte, utilizaron el tumulto para ganar más autoridad provincial. Luego en 1914 la Primera Guerra Mundial estalló y el gobierno Español permaneció neutral. Esto tuvo tres efectos importantes. Primero, muchos vieron esto como una humillación nacional: la pelea más grande en el mundo estaba ocurriendo y los grandes conquistadores del mundo no participaban en ella. Segundo, España ahora entraba un periodo de rápida industrialización, ya que los Poderes Entente ordenaban grandes cantidades de materiales de los Españoles. Tercero, la industrialización creó en España, por primera vez, una clase trabajadora numerosa, lo que se volvió a su vez una fuente de agitación política. Esto fue particularmente el caso más tarde durante la guerra, ya que las presiones inflacionarias de Europa ocasionaron una caída en los salarios reales. Mientras tanto, la guerra en Marruecos no iba bien. La población de Marrueco no estaba tan interesada en la independencia sino más bien en alguna forma de autonomía gubernamental. Los políticos Españoles estaban dispuestos a negociar, pero los generales Españoles preferían una victoria militar, así que lanzaron otro ataque que resultó en una gran derrota y en una masacre. En 1921, los ejércitos locales destruyeron un ejército Español en la Batalla de Annual. Los líderes del partido opositor estaban decididos a usar la masacre en contra del gobierno real y el parlamento lanzó una investigación que iba a ser publicada. Antes de que pudiera ser pública, sin embargo, un general Español llamado Primo de Rivera planeó un golpe de estado y estableció una dictadura militar. El Rey Español Alfonso XIII apoyó el golpe, ya que estaba harto de que los políticos solamente trajeran desorden a España. La dictadura militar de Rivera fue tanto brutal como eficiente en su búsqueda por la estabilidad. El nuevo gobierno trabajó rápidamente para apaciguar las revueltas locales y huelgas. La represión fue extensiva. Gente tanto de derecha como de izquierda eran ejecutados rutinariamente a través de la asfixia. Las universidades fueron cerradas. Cataluña fue retomada. En Marruecos el gobierno mostró una mano de hierro similar. En Septiembre de 1925, las tropas Españolas arribaron en Alhucemas y derrocaron al líder principal, Abd el-Krim. Para 1927, España había ocupado todo Marruecos.<br />También se pusieron en orden políticas favorables a la Iglesia Católica para controlar mejor a la población. La Iglesia Española era una institución extremadamente conservadora. Dominaba la educación, lo que significaba que muy poca ciencia era enseñada en las escuelas Españolas, y que los pobres ni si quiera eran enseñados a leer. Todavía en 1927, los niños españoles eran enseñados que votar por los liberales los condenaría al Infierno. La iglesia Española también era dueña de muchas propiedades, controlando muchas granjas españolas e incluso 1/3 de la industria española. Así, las fuerzas revolucionarias en España no tan solo luchaban contra el estado sino también contra la iglesia. Cuando el gobierno finalmente cayó, mucha de la violencia estaba dirigida a la iglesia y sus propiedades.<br />El gobierno también buscaba estabilidad a través de las reformas económicas. Internamente trató de reformas las estructuras locales de gobierno y apoyó programas extensivos de obra pública para limitar el desempleo y mejorar la infraestructura podrida de España. Rivera también trató de ayudar a los negocios protegiendo las industrias locales. Pero también le hizo un gran daño a los negocios locales a través de un gobierno burocrático entrometido. Mas importante quizás, Rivera tuvo suerte. Durante los primeros años de su gobierno una expansión económica que tuvo lugar en toda Europa incrementó la demanda por productos Españoles. Sin embargo cuando la depresión económica pegó, Rivera fue innecesario. Tanto el gobierno como el rey lo abandonaron, y en Enero 28 de 1930, fue forzado a resignar. Alfonso XIII ahora tenía pocas opciones. Su apoyo a la dictadura lo hicieron extremadamente impopular, y los subsiguientes regimenes militares del General Dámaso Berenguer y el Admirante Juan Bautista Aznar eran demasiado débiles para mantener el orden. Planes para derrocar a la monarquía proliferaban entre los políticos liberales y el ejército. Luego las elecciones municipales se llevaron a cabo en Abril de 1931 y mostraron que el sentimiento popular se estaba volviendo Republicano. Alfonso abdicó y dejó España en vez de luchar una guerra civil.<br />Así, en 1931, España se volvió una República por segunda vez. (La primera República había ocurrido de 1873 a 1876). En las nuevas constituciones, a los catalanes se les otorgó su tan anhelada autonomía, y un fuerte programa de reforma agraria se llevó a cabo. Desafortunadamente, esto no produjo una estabilidad de largo plazo. La violencia anarco-sindicalista continuó plagando la vida pública, y la economía Española no tenía la suficiente fuerza para proveer un crecimiento constante. Adicionalmente, un contragolpe anti-religioso alejó a muchos Católicos del nuevo gobierno. A los católicos no se les permitía tener puestos en el nuevo gobierno y a todos los grupos religiosos se les prohibía involucrarse en cualquier tipo de negocio. Irónicamente, la extensión del voto constitucional a las mujeres también ocasionó problemas. Tradicionalmente, la iglesia Española era una de las pocas opciones para las mujeres que se quisieran involucrar en la vida pública. Así, los ataques del gobierno a la Iglesia, alejaron a las mujeres españoles del nuevo gobierno. Además, el gobierno también toleró una serie de incendios a las iglesias en 1931, lo que enfureció incluso a los políticos moderados. Un resultado de este enfurecimiento fue la creación de un partido paraguas conservador llamado CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas). Estos dos factores tuvieron un efecto significativo en el siguiente par de elecciones, al ser elegidas mayorías conservadores, hecho que impulsó a la extrema izquierda para involucrarse en aún más violencia. España, como Italia y Alemania en los 1920s se volvía cada vez más polarizada políticamente. Un ejemplo de esta polarización es la batalla creciente entre los Anarco-Sindicalistas y los grupos de derecha. En 1932, José Antonio Primo de Rivera (el hijo del dictador) fundó Falange, el partido fascista de España. Este partido se vio involucrado en una serie de operaciones terroristas en contra de los Anarco-Sindicalistas, haciendo los problemas de violencia callejera en España incluso peor. El ascenso de violencia en el ala derecha luego culminó en otro intento de golpe de estado en Agosto 10 de 1932, en Sevilla por el general Español José Sanjurgo, que fue exitosamente controlado. Al mismo tiempo sin embargo, el gobierno Republicano confrontaba una serie de problemas incluso más serios en la izquierda, al dejar la coalición gobernante los Españoles Socialistas, por estar cansados de tener que negociar con los liberales. En las elecciones de Noviembre de 1933, la izquierda se partió en sus divisiones de Comunistas, Anarquistas y Socialistas duros, mientras que bajo el paraguas del CEDE cada vez se unificaba más.<br />En Octubre de 1934, los mineros de Asturias se levantaron en una rebelión en contra de la victoria electoral conservadora. Este fue un momento crucial en la historia Española, porque determinó el paisaje político para el resto de la república. Por una parte, el miedo a una Rebelión Roja ahora galvanizaba a la derecha y llevaba al gobierno conservador a reprimir brutalmente a los huelguistas. La izquierda respondió creando su propia organización paraguas, el Frente Popular, que expresamente se oponía al fascismo. Así que ahora tanto extrema izquierda como derecha estaban representadas por grupos paraguas, mientras que el apoyo para el centro político desaparecía. En las elecciones de 1936, el frente popular ganó una victoria muy estrecha sobre la derecha. El resultado en la política fue que el gobierno se involucró en más reformas agrícolas, y le dio autonomía tanto a Cataluña como al territorio Vasco. Como si esto no fuera suficiente para enfurecer a la derecha, el Frente Popular también era hostil a los negocios, lo que deprimió la economía Española y resultó en un desempleo mayor. El resultado fue más inestabilidad y mayor violencia. Los de derecha llevaron a cabo una campaña de terror en contra del gobierno. Los Comunistas se negaban a otorgar su apoyo al nuevo gobierno, ya que querían una revolución completa. En el campo las cosas estaban fuera de control, ya que los campesinos Españoles espontáneamente tomaron toda la tierra que pudieron. Asesinatos políticos también proliferaron: mucho antes de que la Guerra Civil comenzará de hecho 269 personas prominentes habían sido asesinadas por enemigos políticos.<br />En Julio 17, 1936, el gobierno Español había perdido claramente el control de la situación y el ejército se movió para tomar el poder. El ejército quería tomarlo rápidamente y de un solo golpe, pero tenía un problema: el ejército Español estaba en Marruecos y la marina Española simpatizaba con la izquierda política, lo que significaba que las tropas estaban atoradas donde estaban. La resolución a este problema vino de Alemania y Portugal. Adolf Hitler mandó aviones de carga a Marruecos que luego volaron las tropas de regreso a España, y el dictador Antonio Salazar de España permitió que ayuda saliera de su país. El ejército arribó en España esperando ganar fácilmente, pero fueron sorprendidos por levantamientos grandes de trabajadores en las principales ciudades de España en contra del golpe. Cuando el humo se limpió, España estaba dividida en dos, con las fuerzas Nacionalistas, lideradas por un general de treinta años llamado Francisco Franco, controlando las fuerzas del Oeste y las fuerzas Republicanas (o del gobierno) controlando el Este.<br />El empate en España invitó a la intervención de las potencias más importantes de Europa. España estaba en una posición estratégica para todos. Gran Bretaña quería acceso a los recursos naturales de España, especialmente sus reservas de hierro. (Esto era una historia de antaño, ya que los Romanos y los Cartaginenses también deseaban estas reservas). Francia quería un gobierno amigable en sus fronteras, y como el gobierno Francés estaba liderado por el socialista Leon Blum, un gobierno de izquierda era un aliado natural. Alemania Nazi, por su parte, quería encerrar a los Franceses al instalar un gobierno hostil en Madrid. Italia quería un gobierno conservador en España por asuntos prácticos de política y también como una oportunidad para ganar prestigio en política exterior. Finalmente la Unión Soviética, que era todavía un paria diplomático, quería por lo menos un gobierno de izquierda en España, sino se podía un Comunista.<br />Al final sin embargo, tan solo los gobiernos Alemán, Italiano, y Soviético, proveyeron asistencia real. Este fue un problema más grande para la izquierda Española que para la derecha. Gran Bretaña estaba bajo una administración conservadora que encontraba repugnante la idea de ayudar un gobierno pro-comunista. En Francia, Blum estaba bajo ataque del ala derecha de Francia y no estaba en cual ninguna posición para ofrecer apoyo. Y luego la ayuda de la Unión Soviética no era demasiado útil. Las fuerzas soviéticas volaban aviones, manejaban tanques, y ofrecían consejos logísticos, pero estaban bajo órdenes estrictas de no involucrarse en batalla. Además, los soviéticos le vendían material a los Republicanos, en vez de donarlo, demandando oro como pago. Esto vació las reservas de oro de los Republicanos justo en el momento en el cual las necesitaban más.<br />Los Alemanes y los Italianos sin embargo, proveyeron apoyo directo. 12’000 tropas Alemanas fueron enviadas a España, y los Alemanes proveyeron cerca del 80% del poder áreo Español. Los Alemanes estaban especialmente interesados en probar su equipo y sus técnicas de batalla, ya que a diferencia de los Franceses y los Británicos, no tenían ningún imperio colonial que pudiera ser utilizado como un campo para entrenar al ejército. La más infame de estas pruebas fue el bombardeo de Guernica en Abril de 1937. Este bombardeo fue mucho menos destructivo de lo que se esperaba, pero se volvió un icono anti-fascista, particularmente con la presentación del famoso cuadro de Pablo Picasso. Los Italianos por su parte, mandaron 70’000 tropas, quienes oficialmente eran voluntarios, para luchar en el lado nacionalista, aunque fracasaron miserablemente. También hubo otra fuente de apoyo externo, intelectuales foráneos y activistas que se unieron a las Brigadas Internacionales. Cerca de 40’000 escritores extranjeros, pensadores, periodistas, y activistas corrieron a España a luchar en contra del fascismo. Entre las personas que formaban este contingente estaban Ernest Hemingway, W.H. Auden, y George Orwell. La guerra difícilmente fue un asunto glorioso. En Homenaje a Cataluña (1938) George Orwell ofreció una imagen lúgubre de la guerra, describiéndola tanto como aburrida como sangrienta, marcada mucho por las peleas internas como por las enfrentamientos militares en el lodo. Durante 1937 y 1938, 500’000 personas murieron antes de que los Nacionalistas lograran tomar fuertes Republicanos en Barcelona y Madrid a principios de 1939.<br />El final de la guerra fue rápido. Después de derrocar a sus oponentes, Franco mandó a los Alemanes y a los Italianos a casa y mantuvo una neutralidad diplomática estricta en el conflicto posterior. Esto fue en gran parte debido a las particulares circunstancias políticas de España. Franco pudo haber sido de derecha, pero no era un fascista y no se clamaba ninguna conexión espiritual al fascismo mundial. En vez, era un líder autoritario de una coalición conservadora que incluía a fascistas, a clérigos, aristócratas, monarquistas, carlistas, y militares. El lado Repúblicano era igual de diverso. Su coalición era conformada por liberales, socialistas, anarco-sindicalistas, Vascos, Catalanes, y Comunistas. Si los comunistas o los fascistas hubieran logrado obtener el control del gobierno Español, las cosas hubieran sido mucho peores para España en los siguientes años. Sin embargo irónicamente, la naturaleza fragmentada de la política Española también proveyó la justificación para la represión política continua. Franco no vio otra manera para escapar la coalición más que la dictadura. Manteniendo las diferentes facciones en linea, de derecha a izquierda, mandaba a España, con fuerza. Y su forma de política dominó la vida pública Española hasta 1975, cuando Franco murió.Asistente Sauterhttp://www.blogger.com/profile/06010045984058937838noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3430105514566235998.post-37470362661175734552008-04-21T08:42:00.000-07:002008-04-22T09:08:24.892-07:00Sesión 21: Mussolini y Hitler: Dictadores como los Íconos de la ModernidadEl Fascismo fue una cultura global y un fenómeno político de los 1920s y 30s. Como el Comunismo, era una reacción a la crisis del Liberalismo que ya hemos discutido, precipitándose al vacío cultural dejado por la Gran Guerra. Aunque comenzó en Europa central y del este, eventualmente se extendió alrededor del mundo a muchos países diferentes y tradiciones nacionales. Ampliamente, el fascismo fue un movimiento político de masas que dominó Europa central, del sur, y del este, entre el periodo de 1919 y a 1945, y que también tuvo un apoyo significativo en Europa del oeste, África, el Medio Oriente y Norte y América del Sur. El fascismo nunca fue un movimiento ideológico, pero sus componentes nacionales individuales compartieron un número de características importantes. Primero, todos los movimientos fascistas estaban basados en la nación. Segundo, todos los movimientos fascistas contenían un elemento del socialismo. Tercero, todos los movimientos fascistas eran populares, enfatizando la preocupación del estado por el bienestar de su pueblo. Cuarto, todos estos movimientos oficialmente no tenían clases sociales; es decir, el fascismo adoptó del comunismo el sueño de una sociedad sin clases, pero lo vistió con una retórica nacionalista. Quinto, los movimientos fascistas estaban todos centrados en un solo líder. Los dos líderes más famosos son, claro está, Adolf Hitler y Benito Mussolini, y sus caminos respectivos serán la base para la sesión de hoy.<br />Comenzaré con Italia, ya que el Fascismo se originó allí. Nuestra primera pregunta es, por lo tanto, ¿Porqué Italia? ¿Qué tenía la situación Italiana que propiciaba este tipo de política? Debemos comenzar considerando la unificación tardía de Italia. Unificada hasta 1870, Italia tenía que aprender muchas cosas al entrar al escenario mundial, y su desarrollo político y económico fue condensado en un tiempo relativamente corto. Así, como discutí en la sesión acerca de la unificación Italiana, las formas tradicionales de la organización social fueron tambaleadas por la nueva economía, lo que significaba que el país estaba en problemas antes de que el fascismo llegara. A esto le debemos añadir la débil constitución de Italia. Producto de muchos compromisos, la constitución de la post-unificación proveía una débil monarquía constitucional y un cuerpo legislativo elegido a través de la representación proporcional. Ya hemos visto las dificultades de la representación proporcional en nuestra discusión de Weimar. Las cosas no estaban mejor en Italia, donde encontrar un consenso político era difícil. Hubo así una sucesión rápida de gobiernos después de 1870, y la política de Italia descendió al extremismo político.<br />Además, debemos mencionar los problemas más amplios del nacionalismo y el imperialismo. Como Alemania, Italia entró al juego imperial tardíamente, y tampoco lo jugaban muy bien. En 1881, los Franceses y los Británicos frustraron las ambiciones Italianas en Tunisia. (Esto, como ustedes recordarán, fue el comienzo de la gran “Repartición de África” (“Scramble for Africa”). En 1896, desesperados por tener una colonia Africana, Italia invadió Etiopía y fue derrocado por defensores nacionales. Estos dos eventos fueron una gran vergüenza para Italia, pero revelaron una verdad: Italia no tenía los recursos económicos necesarios para jugar el juego internacional. Aún así, Italia trató de jugar repetidamente el juego y perdía cada vez, lo cual irritaba el nacionalismo herido de Italia aún más, haciéndola tanto inestable como agresiva. No es ningún accidente que Mussolini emprendiera su propio programa de expansión colonial después de tomar el poder en 1922.<br />Italia también sufrió de debilidad en su cultura política. La política democrática en Italia era famosa por su venalidad y corrupción. Al mismo tiempo, los Italianos describieron su sistema político con dos términos: combinazione y transformismo. Los dos eran peyorativos. Combinazione se refería a que tan poco en realidad había cambiado cuando los nuevos gobiernos eran elegidos. Los políticos Italianos tenían una vieja política de comprar la oposición con mordidas o puestos. Esto significaba que el cambio en el gobierno casi no ocurría, ya que la misma gente aparecía en los nuevos gobiernos. Esta política de soborno universal y extensivo era lo que los Italianos llamaban transformismo. Así, uno podía transformar un oponente político en un amigo al comprarlo. Viendo todo esto, la persona común era forzada a concluir que la elite política meramente intercambiaba favores, en vez de ofrecer alternativas genuinas. Uno puede ver como los Italianos se volvieron cínicos acerca de la política.<br />Encontramos un buen ejemplo del problema en la carrera de Giovanni Giolitti. Giolitti era una fuerza política poderosa al principio de siglo en la política Italiana, y su tipo de política enfatizaba fuertemente la corrupción y la violencia como medios para influencias las decisiones políticas. La reputación de Giolitti para usar conexiones personales y hacer negociaciones secretas incluso inspiraron una nueva palabra, giolittismo. Giolitti se convirtió en el primer ministro Italiano en 1892, pero inmediatamente se vio envuelto en un gran escándalo banquero que también implicaba a otros políticos Italianos. Estaba fuera de su puesto en 1893, pero se quedó en la política y tuvo un fuerte pleito con su sucesor, Francesco Crispi, que lo ayudó a derrocar a este gobierno en 1896. Aquí sin embargo, podemos empezar a comprender las actitudes de los Italianos hacia el gobierno, ya que Giolitti seguía regresando. Fue ministro de interior a una 1901 a 1903, y de nuevo primer ministro de 1903 a 1905. Renunció por una disputa laboral, pero se aseguró que un aliado político suyo estuviera en su lugar de 1905 a 1906. En 1906, regresó de nuevo como primer ministro, renunciando de nuevo en 1909. En 1911 regresó y comenzó una guerra con Turquía, que terminó en 1912 con Italia tomando Libya. En 1914, renunció otra vez. Para 1920, otra vez era primer ministro, y durante su administración toleró fascistas Italianos, no porque el fuera uno de ellos, sino porque su gobierno necesitaba de los fascistas para permanecer en el poder. En 1921, renunció de nuevo como primer ministro y dio apoyo moderado a los fascistas, aunque después lo tuvo que quitar. Parece que Giolitti quería regresar al poder político después, pero los fascistas lo tomaron en 1922, finalmente cerrándole las puertas a su carrera.<br />Ahora podemos entender más claramente, quizás, el anhelo popular para algo diferente, porque entre todos los supuestos cambios, nada parecía cambiar. En este contexto, vemos el desarrollo de los movimientos hiper-nacionalistas y también el deseo para un futuro diferente. Un ejemplo cultural de este deseo era el Futurismo, un movimiento artístico Italiano que enfatizaba la energía, el poder, la velocidad, y la violencia, en vez de los sentimientos o los conceptos filosóficos abstractos. Como otros movimientos que hemos discutido, sus raíces datan de antes de la Gran Guerra. Fue oficialmente anunciado en Febrero 20 de 1919, en un manifesto publicado en el periódico Parisino Le Figaro por un escritor Italiano llamado Filippo Tommaso Marinetti. Marinetti acuñó el término Futurismo, queriendo con él ir más allá de lo estático y llevando el arte a un futuro llenó de movimiento y energía. El Manifesto enfatizaba la reciente explosión de progreso tecnológico, glorificando cosas como la velocidad y el poder del automóvil. Marinetti también elogiaba las virtudes de la violencia y el conflicto, llamando a la gente a repudiar instituciones como museos y todos los valores tradicionales que ataban a la gente con el pasado. Marinetti se había vuelto el centro de un breve pero poderoso movimiento artístico que siempre anhelaba más, aunque nunca parecía estar seguro de qué más. Algunos Futuristas se volvieron fascistas, y no es ningún accidente que el movimiento Futurista se volviera el arte oficial de los fascistas.<br />Ahora podemos regresar a Benito Mussolini. Antes de la Primera Guerra Mundial, Mussolini había sido un socialista. Había editado el periódico socialista Avanti y estaba abiertamente en contra de la guerra Italiana con Turquía, llamándola una conspiración capitalista. Pero durante la Primera Guerra Mundial, él—como otros que también fueron al frente—se volvió un nacionalista extremo. En una historia que hemos oído antes, el servicio durante la guerra de Mussolini lo dejó alienado de la sociedad de post-guerra. En particular, estaba decepcionado de que tan poco Italia había sacado de Versalles. Todos estos factores hicieron de él un candidato ideal para convertirse en el oponente del status quo. Después de 1919, se movió hacia el sindicalismo, un tipo de socialismo que enfatizaba la organización de sindicatos y huelgas como una manera de controlar los sistemas económicos de la nación. En este punto Mussolini era todavía un socialista, pero el sindicalismo le permití incluir el nacionalismo con el socialismo. Este fue el primer paso real hacia un nuevo y peligroso camino político.<br />En 1919, Mussolini fundó un nuevo movimiento que llamó Fasci di Combattimento (Grupos de Pelea). Tomó el nombre y el símbolo del partido de un antiguo emblema Romano en el cual un puñado de varas está atado alrededor de dos hachas. Esto era un símbolo apropiado, en tanto que estresaba la violencia y la conformidad a un grupo más grande. Desafortunadamente para muchos Italianos, de igual manera en el cual no hay lugar entre las varas, tampoco había lugar en la Italia fascista para aquellos que no concordaban con los fascistas. En este aspecto, el oportunismo de Mussolini fue impecable, ya que 1919 fue un año tumultuoso para Italia. Los campesinos y los trabajadores se levantaron en varias partes del país en contra de la privación económica de la post-guerra. Así, los fascistas, que tenían su ejército privado y estaban más que dispuestos en tirar cabezas, fueron vistos como la única esperanza para restablecer el orden en Italia.<br />Para Marzo de 1922, presintiendo que tu tiempo había llegado, Mussolini organizó lo que llamó su “Marcha sobre Roma”, enviando a 17’000 fascistas a Roma para tomar el poder. El gobierno se colapsó y Mussolini simplemente asumió el control político. Para 1924 había escrito una nueva constitución que eliminaba tanto al rey como al parlamento y ponía al país entero bajo el gobierno de un tal “Gran Consejo Fascista”. La violencia se volvió cada día más central en la vida cotidiana de Italia, ya que Mussolini y los fascistas encarcelaban o simplemente mataban a golpes a sus oponentes políticos. Luego, durante los 1930s, después de haber acabado con sus enemigos internos, Mussolini probó la aventura en política exterior. En 1935, mandó tropas Italianas a Etiopia, que utilizaron gas tóxico (posion gas) en contra de los defensores nativos para vengar la derrota anteriormente sufrida por Italia. Una emergente relación con Adolf Hitler entonces hizo a Mussolini incluso más agresivo y peligroso. Entre 1936 y 1939 intervino en la Guerra Civil Española, y en 1940, le declaró la guerra a Francia. Este fue el error final de Mussolini, ya que llevó a Italia a una guerra que no podía ganar. Para 1940. Italia había sido reducido a un apéndice de un estado fascista Alemán mucho más grande y mucho más peligroso.<br />Ahora, volteamos al otro ejemplo del fascismo, la Alemania Nazi. Alemania ofrece algunos paralelismos significativos a la situación Italiana. Como ustedes saben, hubo una gran desilusión entre los Alemanes acerca del resultado de la Primera Guerra Mundial. El desajuste económico de los años de entre guerra hirieron fatalmente la poca credibilidad que le quedaba al gobierno democrático de Weimar. Había claro, de todos modos, una diferencia significativa. La Alemania Nazi estalló una ola creciente de anti-Semitismo que databa de las dificultades económicas de los 1870’s. Mussolini nunca necesitó del anti-Semitismo para ganar el poder. En Alemania sin embargo, cuando los problemas económicos se volvieron totalmente inmanejables, los Nazis fueron capaces de usar el anti-Semitismo como un principio organizador. Así, Alemania era un estado inestable y problemático—una receta fatal para un estado que tenía un gran potencial económico. En este entorno, debemos colocar a Adolf Hitler. Hitler fue nacido en Branau am Inn, un pequeño pueblo localizado al norte de Austria. Su padre, Alois, era un hombre distante y se murió cuando Adolf era joven; su madre, Clara, lo consentía. En 1909, Adolf Hitler se mudó a la gran ciudad de Viena y trató de entrar a la escena del arte de Viena. Falló dos veces para ganar su admisión a la prestigiosa Academia de arte de Viena. (Deben recordar aquí que junto a Berlín, Munich, y Dresden, Viena se había vuelto una ciudad líder en las artes en el mundo).<br />Viena es particularmente importante para entender a Adolf Hitler, porque aquí fue donde primero fue expuesto a ideas políticas anti-Semitas. Durante fines del siglo XIX y principios del siglo XX, Viena cambió dramáticamente, al emigrar una cantidad de Judíos y Eslavos de todo el Imperio Austro-Húngaro en busca de trabajo. El cambio demográfico encendió un movimiento nativo, que tenía fuertes tonos racistas y anti-Semitas. El ejemplo más famoso de la importancia de este movimiento es la carrera del antiguo alcalde de Viena, Dr. Kart Lueger, que no se pensaba a sí mismo ni como un racista ni como un anti-Semita, pero que de todos modos era capaz de explotar estas tendencias para mantener a su partido, la Unión Social Cristiana, en el poder. Fue mientras que Lueger estaba en el poder que Hitler primero experimentó el poder del anti-Semitismo.<br />En 1913, Adolf Hitler dejó Viena para ir a Munich, donde vivía una vida de artista pobre, pintando postales para vender. En el verano de 1914 su vida cambió con el estallido de la Primera Guerra Mundial. Hitler había sido denegado la admisión al Ejército Austrialiano al principio de ese año, debido a su baja estatura. Pero después del estallido de la guerra, se enlistó al ejército Alemán. Hitler era un soldado valiente, trabajando principalmente como mensajero en las líneas del frente. Durante el combate ganó dos cruces de hierro por valentía, una de las cuales era de “primera clase”, una distinción inusual para un cabo. Cuando Hitler regresó a Munich después de la guerra, como muchos otros, se encontró con un mundo con el cual no podía conectarse.<br />En 1919, Adolf Hitler entró a la política, uniéndose a un nuevo partido, el Partido Alemán de los Trabajadores (DAP), fundado por Anion Drexler. Hitler era un gran orador y colector de fondos para el partido. Para 1920, era uno de los líderes del partido, incluso estableciendo lo que serían los principios fundamentales del partido. En Abril de 1920, bajo el liderazgo de Hitler, el partido cambió su nombre al Partido Nacional Socialista de los Trabajadores (NSDAP), y personalmente escogió el emblema del partido, la swástica. También es importante la adquisición del periódico “Völkischer Beobachter” (El Observador de la Gente) en este mismo año, porque servía para distribuir propaganda Nazi. En 1921, Hitler asumió el control completo del poder, trayendo consigo una disciplina y una organización moderna a un partido que hasta ese entonces, había sido conformado por una bola de borrachos. Fue durante este tiempo que atrajo un cuerpo interno de aliados cuyos nombres se volverían infames: Hermann Goering, Rudolf Hess, Alfred Rosenberg, y Julios Streicher.<br />En 1923, Hitler y el ex General Prusiano Erich von Ludendorff llevarón a cabo el “Beer Hall Putsch” en Munich, declarando al gobierno de Weimar desposeído y tratando de tomar el control de la ciudad. A diferencia de Italia, el gobierno luchó en contra, arrestando a los conspiradores y juzgándolos por traición. Sin embargo como hemos visto, el sistema legal de Alemania no representaba cual ninguna amenaza para los extremistas de derecha, y Hitler solo fue sentenciado a cinco años en cárcel, de los cuales cumplió meramente seis meses, y eso en el confort relativo de un castillo. Estos seis meses sin embargo fueron cruciales y le dieron a Hitler el lujo de dictar su texto infame “Mein Kampf”, una larga letanía en contra de una larga lista de enemigos imaginarios.<br />Aunque Mein Kampf difícilmente fue la clave del éxito de Hitler, sí ofrece una idea temprana de la visión del mundo que más tarde causaría tanta destrucción. En la visión de Hitler había una jerarquía básica de razas, con los “Arios”, claro está, arriba de todos. La gente (Volk) eran la unidad básica de la humanidad, y el estado servía a la gente. Weimar no servía a las necesidades del Volk. Incluso peor, era democrático, lo que significaba que votantes individuales determinaban la política, y el individuo era completamente inútil y sin importancia para Hitler. Para él, solo un líder único (Führer) podía llevar a la gente a la grandiosidad.<br />Claro, ustedes se imaginan, Hitler también le apuntó a la otra visión totalizadora del mundo, al Marxismo. Si la democracia era mala, el Marxismo era la malicia pura. Internacionalista y basada en clases, no tenía ningún lugar para las razas. Además, ya que muchos Marxistas prominentes en Alemania y en la Unión Soviética eran también Judíos, Hitler perseguía a los Judíos mientras que atacaba a los Marxistas. Ustedes ya habrán notado que esta es una posición muy poco consistente, ya que la ideología de Hitler también veía a los Judíos como parásitos capitalistas. Esto era una contradicción, pero la coherencia no era la preocupación más importante de Hitler. Cuando Hitler regresó a las calles después de que su sentencia de cinco meses se cumpliera, lo hizo habiendo aprendido una lección muy importante. El poder no podía ser tomado por la fuerza, pero debía ser adquirido a través de medios legales. Entre 1924 y 1932 Hitler hizo de su partido una organización grande y nacional. Mucho como lo hicimos en Weimar, podemos considerar que el ascenso al poder de los Nazis tuvo diferentes etapas. La primera etapa fue de 1924 y 1928. Este fue un tiempo difícil para los Nazis, ya que la prosperidad económica creciente les hacía difícil conseguir votos. Entre 1924 y 1928 la cuenta del voto Nazi bajó de los dos millones a los 800’000, dejándoles con tan sólo 12 asientos de los 491 del Reichstag. Sin embargo durante la segunda fase, entre 1928 y 1932, el crecimiento del partido fue explosivo, ya que el caos social y económico ocasionado por la caída de la bolsa le ganó votos al partido. Mientras que el crédito del mercado se secaba en Alemania, despidos masivos ocurrieron y muchos de los desempleados se volvieron hacia los Nazis. En 1930, los Nazis tenían alrededor de 6.4 millones de votos, convirtiéndose en el segundo partido más grande después del Partido del Centro.<br />Aquí debemos considerar como exactamente los Nazis fueron capaces de tomar ventaja de esta situación inestable. Los Nazis lograron estilizarse como el partido del futuro. Los Nazis utilizaban ralléis en masa, música, discursos, banderas, y pósteres para impactar a su audiencia. Estas eran técnicas políticas pioneras y muchas de ellas se siguen utilizando hasta la fecha. El mensaje no era tanto el contenido político, sino más bien el sentimiento de que el partido estaba donde se desarrollaba la acción. Los Nazis hicieron de la política un evento social divertido, con mucha cerveza y salchichas para todos.<br />Claro, estas no son las únicas razones por las cuales el partido fue tan exitoso; también le hablaban directamente a las preocupaciones económicas de la gente. A los trabajadores les prometían empleo completo, y cuando entraron al poder cumplieron. La construcción de las carreteras (Autobahn) es un ejemplo. En 1934, 52’000 gentes estaban trabajando en el proyecto, y esto era solo el comienzo de los proyectos organizados por el gobierno. Los Nazis también hablaban a los granjeros, prometiéndoles apoyarlos con sus granjas. También le prometieron a las clases media y media baja de Alemania un mundo económico más estable, donde el dinero retuviera su valor. La centralidad de las preocupaciones económicas es importante aquí, porque la economía abrió la puerta para la despiadada política anti-Semita. El trabajador promedio o dueño de un negoció estaba muy asustado de los manipuladores del mercado y los especuladores, gente que competía injustamente y no producían nada. Esta gente eran, en sus mentes, usualmente Judíos, ya que los Judíos tenían una larga historia en los mercados financieros, y ya que los Nazis jugaron con estos miedos, alentando a la gente a culpar a los especuladores Judíos de sus problemas.<br />Mientras que tomamos nota de los problemas de los cuales se ocupaban los Nazis en sus plataformas políticas, también debemos tomar nota de otro problema que los Nazis resolvieron, aunque en una manera irónica: la violencia de las calles. Es más que irónico que los Nazis prometieran un fin a la violencia, ya que ellos la causaban. Pero como una forma de política, el “hooliganismo” programático fue efectivo. A través de los 1920s Alemania había visto una serie de batallas de calle violentas, en las cuales los Nazis y los ejércitos del ala izquierda se golpeaban. Un dicho incluso apareció que mas o menos decía así: “Mejor un fin a la pelea, que pelear sin fin”. Así, para mucha gente, no importaba quién ganara, si no más bien que la pelea acabara. En estas maneras, los Nazis se ocuparon de muchas necesidades, mientras que utilizaron todas las herramientas a su disposición para ganar el poder político.<br />Esto nos lleva a la subida del poder de Hitler. En febrero de 1932, Hitler luchó por la presidencia de Weimar en contra de Paul v. Hindenburg, el héroe popular de guerra. En Marzo de 1932, después de la segunda vuelta, Hindenburg ganó con el 53% del voto en contra del 36.8% de Hitler. Pero la situación política permanecía inestable. Recuerden de la sesión de Weimar como el electorado se polarizó progresivamente. Para Junio de 1932, con todos los problemas económicos y políticos que Alemania confrontaba, el Canciller en el poder, el político de Centro Heinrich von Brüning, resignó. Paul von Hindenburg entonces designó a Franz von Papen para volverse el siguiente Canciller y determinó las siguientes elecciones para Julio. En estas elecciones los nazis ganaron incluso más votos, con 13’745’000 votos y 230 de 608 asientos en el Reichstag. Hitler demandó ser nombrado Canciller, pero Hindenburg se rehusó, temiendo lo que Hitler podía hacer en el poder.<br />Esta situación fue de mal en peor. En Septiembre de 1932, Hermann Goering fue electo presidente del Reichstag y emprendió en una serie de movimientos políticos que forzaron a von Papen a resignar en Noviembre 17. De nuevo HIndenburg se rehusó a nombrar Hitler canciller y en vez se volvió al conservador Kart v. Schleicher para formar un nuevo gobierno. Schleicher no pudo encontrar una mayoría en el Reichstag, así que resignó en Enero 28, 1933. En Enero 30, con aparentemente ninguna otra opción, Hindenburg de mala gana nombró a Hitler como el último canciller de Weimar. En este punto Hitler era meramente solamente un Canciller. Pero luego en Febrero 27, de 1932 el Reichstag se quemó. Los Nazis seguramente empezaron el fuego, pero Hitler en seguida culpó a los Comunistas, y los Nazis arrestaron a un pobre Comunista Holandés, Marius van der Lubber, que había estado viviendo en Berlín, y lo culpó del incendio. Después todos los diputados comunistas en el Reichstag fueron arrestados, y Hitler obligó al Presidente Hindenburg a declarar un estado de emergencia, lo que le dio a Adolf Hitler poderes amplios para aplastar la disidencia y acallar la prensa libre de Alemania. Hitler utilizó la oportunidad para llamar a nuevas elecciones y emprendió una represión brutal de toda la oposición. En marzo 5, 1933 las elecciones fueron llevadas a cabo y los Nazis ganaron el 44% del voto total. Esto no era suficiente sin embargo; Hitler necesitaba 2/3 de la mayoría para cambiar la Constitución de Weimar. Para evadir este problema, Hitler hizo que el cada vez más dócil Reichstag pasara la Ley Orgánica en Marzo 23, 1933. Esta ley le dio a Hitler el completo poder dictatorial por cuatro meses. Lo devolvió después de 12 años.Asistente Sauterhttp://www.blogger.com/profile/06010045984058937838noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3430105514566235998.post-6799269656961266252008-04-09T14:33:00.001-07:002008-04-20T11:18:14.142-07:00Sesión 20: En la Sombra de Versalles: el Experimento de Weimar.La última vez consideramos cómo la carnicería de la Gran Guerra fracturó la cultura Europea. Después de la guerra muy poca de Europa parecía que valía la pena conservarse, y un sentimiento de falta de esperanza general se esparció. Hoy, veremos como los problemas del periodo de la post-guerra inmediata afectaron Alemania. Aunque Alemania había perdido un poco de territorio en el tratado de Versalles y era ahora una república, era de todos modos el estado Europeo más fuerte. Una Alemania inestable y marginal era, por esto, un problema político para todos.<br />Al hablar de Alemania entre la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial estamos claramente refiriéndonos a Weimar. Weimar entró a la escena, porque después de la caía del Kaiser y la declaración de la República, fue decidido que Alemania necesitaba Romper con su pasado imperial escribiendo una nueva constitución fuera de Berlin. (Por lo menos esta era la posición oficial; la verdad era que los delegados no hubieran estado seguros). En Febrero de 1919 los delegados se retiraron de Berlin para escribir una nueva constitución repúblicana en Weimar, un pequeño pueblo en el sudeste Alemán que alguna vez fue un sitio querido por Goethe, Schiller y Herder, y que había servido como el epicentro del autodescubrimiento literario alemán en el siglo XVIII. Escribir una constitución en Weimar fue, sin embargo, un error garrafal. Aunque Alemania era todavía un nuevo estado, su capital definitivamente seguía siendo Berlin, que era una de las más grandes metrópolis del mundo y que también abrigaba la mayoría de los símbolos políticos de Alemania, como el Reichstag y la famosa victoria de la columna que Bismarck construyó para memorar la victoria de Prusia sobre Francia en 1871. Definiéndose a sí mismo a través de Weimar, el nuevo gobierno abandonó los más poderosos símbolos de poder que tenía a la mano, lo que significó que éstos podían ser apropiados por otros. Así, cuando Alemania enfrentó disturbios económicos y políticos durante los 1920s, el gobierno en Weimar parecía ser poco más que un conjunto de habladores necios sin ninguna legitimidad. Aquellos que mejor se apropiaron los símbolos nacionales de Alemania fueron los Nazis, y no es ningún accidente que se libraran rápidamente de la constitución de Weimar después de tomar el poder.<br />La historia de Weimar es por lo tanto, una historia de fracaso, y vamos a dilucidar la naturaleza y el alcance de este fracaso. Puesto de otro modo, vamos a considerar cuántas cosas tuvieron que marchar mal antes de que Adolf Hitler pudiera subir al poder. He dividido esta sesión en tres partes. La primera cubrirá el periodo de 1919 a 1923. La segunda correrá de 1924 a 1928. La última parte seguirá el colapso final de Weimar de 1929 a 1933.<br />En muchos sentidos, el primer periodo de Weimar fue el más difícil, ya que confrontó una serie de crisis, cualquiera de las cuales pudo haberla hecho caer. La República de Weimar subió al poder al principio de la caída del Imperio Alemán, un evento que fue un gran golpe para muchos Alemanes, ya que el Imperio era la primera institución que unía a la mayoría de los Alemanes en un solo Estado. Este sentimiento de desilusión era fuerte en muchos. Sin embargo Weimar también tenía otros problemas. La Gran Guerra le había costado a Alemania una tremenda cantidad de gente y material, dejando la economía devastada. Además, el Tratado de Versalles, firmado en 1919, era punitivo y duro. Dada la plática de paz sin victoria y paz entre iguales de Woodrow Wilson, las exigencias de este tratado fueron una sorpresa para muchos Alemanes.<br />Las debilidades obvias de Weimar y la inestabilidad general del periodo de post-guerra generaron múltiples atentados Putsch. En 1919, un grupo de extrema izquierda conocido como los Espartacistas se levantaron en armas para declarar que Alemania se había vuelto una república comunista y fueron reprimidos brutalmente. En 1920, un ex-oficial militar llamado Wolfgang Kapp llevó a cabo una revuelta de derecha en Berlín que fue únicamente parado por una huelga general. Finalmente, en 1923, Adolf Hitler hizo su famosa apuesta por el poder en Munich, llevando a cabo el llamado “Putsch del Salón de la Cerveza” (Beer Hall Putsch). Este Putsch también fue reprimido y los principales organizadores fueron encarcelados, aunque tuvieron sentencias ridículamente cortas. Que la República de Weimar sobreviviera este periodo fue gracias al ascenso de grandes políticos, como por ejemplo Friedrich Ebert, un socialista pragmático y el primer presidente de Alemania, y Gustav Stresemann, un empresario pragmático y el Ministro de Relaciones Exteriores más importante de Weimar. Estos dos hombres, entre muchos otros, le dieron a Weimar un paso seguro—tanto como era posible bajo las difíciles circunstancias.<br />El problema más grande de Weimar durante sus años tempranos fue sin embargo, la gran inflación de la post-guerra. Antes de la Primera Guerra Mundial casi no habían ocurrido inflaciones, ya que las ofertas de dinero permanecieron relativamente constantes. Pero la guerra cambió las cosas, especialmente en Alemania. El gobierno del Impero Alemán había seguido una política económica muy imprudente, pagando los costos de la guerra imprimiendo dinero, en vez de incrementando los impuestos o pidiendo préstamos. Los Ingleses estaban en una posición un poco mejor después de la guerra, ya que habían aumentado sus impuestos y pedido prestado enormes cantidades de dinero tanto de su gente como de los Estados Unidos. Aún así, al final de la guerra, mucho dinero sin valor estaba circulando en Alemania. El tratado de Versalles empeoró incluso aún más la situación, porque le robaba a Alemania sus zonas industriales clave para pagar las reposiciones a los Franceses y los Ingleses. El Saarland Alemán, una región productora de carbón, le fue dada a los Franceses por 20 años, para que los pagos pudieran ser extraídos. Al final, el gobierno de Weimar se vio forzado a imprimir más dinero, lo que llevó a un desastre político porque la inflación le pegó a exactamente aquella gente que debió de haber sido el apoyo más fuerte de Weimar, es decir la clase media. Esta clase de gente vivía en el interés que sacaban de una cantidad fija de capital. Si la inflación era baja, los rentistas podían vivir una vida muy confortable, libre de preocupaciones. Desafortunadamente, esta gente fue destruida por la gran inflación, lo cual no los dejó con buena disposición hacia el nuevo régimen.<br />Vamos a considerar más detenidamente el problema de la inflación. Entre 1914 y 1918 el Reichsmark perdió la mitad de su valor. Esto no era peor para otros países Europeos; la libra Inglesa también perdió el 50% y el Franco y la Lira el 83%. Sin embargo de 1919 en adelante la situación se volvió seria. En Enero de 1919 el Reichsmark estaba a 8.57 por un dólar Americano. Para Diciembre de 1919 el ratio era de 48.3 a 1. En Noviembre de 1921 el Ratio era de 245 a 1. Un año después era de 7’350 a 1. Para Noviembre de 1923, el ratio había llegado a 7’350 por 1. En este ambiente la estabilidad política era casi imposible de alcanzar y el resentimiento popular creció. Las clases bajas y medias fueron arrasadas por la inflación, al quedar destruidos los pequeños negocios en toda Alemania. Sin embargo a los prestamistas grandes y especialmente las corporaciones grandes, les fue muy bien. Esto creó resentimiento entre los operadores pequeños, quienes creían que los ricos se estaban enriqueciendo a su costa. Una gran cantidad de simpatía por las causas del ala derecha entre la población Alemana fue un resultado infortunado.<br />La debilidad política de Weimar era particularmente notable en el incremento de asesinatos políticos. Entre 1919 y 1922 hubó más de 400 asesinatos de figuras políticas. En 1922 por ejemplo, el ministro de Relaciones Exteriores Alemán, Walter Rathenau fue asesinado mientras salía de su casa para trabajar. Estos asesinatos tenían un tono marcadamente político, ya que la mayoría provenía de partidarios disgustados del antiguo régimen. Por ejemplo, entre 1919 y 1922 hubo 22 asesinatos de políticos conservadores perpetuados por extremistas de izquierda. Sin embargo en este mismo periodo, hubo 354 asesinatos de políticos liberales por extremistas de derecha. Quizás más sorprendente son las diferentes maneras en las que el gobierno Alemán reaccionaba a estos asesinatos. De los 22 asesinatos cometidos por los izquierdistas, la policía no obtuvo ninguna confesión, pero las cortes condenaron 22 veces. En el caso de los 354 asesinatos cometidos por los de derecha, la policía obtuvo 50 confesiones y las cortes condenaron 24 veces. Lo que podemos ver aquí es que muchos en la burocracia Alemania eran aún leales al viejo sistema imperial y mostraban claramente su simpatía a la violencia del ala derecha en contra del nuevo gobierno.<br />El gobierno de Weimar fue confrontado con su mayor crisis con la invasión Francesa del Ruhr en 1923. El gobierno Alemán dejó de pagar reparaciones al principio de 1923, clamando que no tenía suficiente dinero para pagarlas. Los franceses rápidamente invadieron el Ruhr, que era la zona más importante industrial de Alemania, y comenzó a enviar por barco a Francia todo lo que esta economía regional estaba produciendo. El gobierno alemán respondió llamando a la resistencia pasiva. Los Alemanes en el Ruhr fueron alentados a ponerse en huelga, y el gobierno les prometió un ingreso. Desafortunadamente, el gobierno no tenía el dinero para pagar la resistencia pasiva y fue forzado a imprimir más dinero para apoyar a los huelguistas. Esto solo exacerbó la frágil situación económica en la Alemania de Weimar. Alemania solo evitó el colapso completo suspendiendo la campaña a finales de 1923.<br />Por suerte para Weimar, sin embargo, la economía Alemana se recuperó justo cuando las cosas se veían sombrías. El periodo 1924 a 1928 es considerado como el periodo de oro de Weimar, y su giro económico estuvo enraizado en dos factores. El primero fue una reforma necesaria en la moneda basado en una novedosa ficción legal. Hjalmar Schacht, el director del Reichsbank Alemán lidió con la inflación emitiendo una nueva moneda, el Rentenmark. El problema central para esta nueva divisa era sin embargo, que Alemania no tenía ningún oro con que respaldarla. La guerra y la cuenta de reparaciones Alemana había repletado las reservas de oro Alemanas, y como entonces el dinero estaba respaldado por oro, Alemania no tenía nada con qué inspirar confianza en los nuevos billetes. Schacht entró al rescate con una ficción ingeniosa, sosteniendo que el Rentenmark estaba respaldado por toda la tierra en Alemania. Esto pareció funcionar; los Alemanes aceptaron la nueva divisa y comenzaron a hacer negocios de nuevo.<br />El segundo factor en el auge de Weimar fue la diplomacia brillante de Gustav Stresemann. Stresemann era un hombre imperial de antaño. Había hecho su dinero en los negocios antes de entrar al gobierno, y permaneció fiel al Kaiser. Stresemann cambió su opinión sin embargo, después de la guerra, decidiendo que el Imperio había finalizado. Todo lo que quedaba era sacarle provecho a la nueva situación. Una manera de mejorar las cosas era obtener revisiones del tratado de Versalles. En vez de oponerse simplemente a todas las reparaciones, Stresemann enfrentó el problema a través de la negociación. Sus efectos rindieron fruto en 1924, cuando se negoció el Dawes Plan, que disminuyó la cuenta total de las reparaciones y extendió los horarios de pago. Stresemann también negoció la retirada de los Franceses del Ruhr, y en 1925 firmó el Tratado de Locarno, que (supuestamente) fijaba para siempre las fronteras de Alemania. Stresemann y el Ministro de Relaciones Exteriores Aristide Briand (1862-1932) compartieron el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos en negociar el tratado. En 1926, Alemania también logró ser admitido en la Liga de las Naciones, como seña final que Alemania había sido aceptado diplomática por los estados del mundo. Finalmente, en 1929, hubo otra revisión de la cuenta de reparaciones en el Plan Young, que no sólo disminuyó la cuenta, sino también inyectó capital extranjero (especialmente Americano) en la economía Alemana. La Alemania de Weimar sin embargo todavía tenía problemas serios, ya que mucha de su cultura elitista era rechazada y mofada por el Alemán promedio. Esta era una de las grandes ironías de Weimar. Aunque nosotros modernos reverenciemos la explosión cultural que ocurrió allí en los 20s, muchos Alemanes no se sentían a gusto con los cambios, y esto tuvo implicaciones políticas. Primero tomemos una visión general de la escena cultural. El florecimiento cultural de Alemania ocurrió en toda ella, pero su centro fue Berlin. Berlin era una ciudad grande y “nueva”. Primero, había sido testigo de un periodo explosivo de crecimiento poblacional. En 1850, había 419’000 personas. Para 1910, la población había alcanzado los 3.7 millones. Segundo, por la primera vez desde el siglo XV, Berlin existió sin el Hohenzollern. Así, ya no existía ningún impedimento imperial al cambio cultural, y Berlin rápidamente se volvió la ciudad más permisiva del mundo, donde cualquier cosa era posible.<br />Berlín se volvió el centro que lideraba al mundo en todas las artes. La cinematografía moderna por ejemplo, comenzó en Berlín, con directores como Fritz Lang y su tienda en Babelsberg, un pueblo justo afuera de la ciudad. La industria Alemana del cine era tan nueva y vibrante que mucha gente iba allí a estudiar el arte de la cinematografía, incluyendo a dos Americanos famosos, Alfred Hitchcock y Orson Welles. En pintura, literatura, teatro, y música, Berlín estaba a la vanguardia. El pintor Expresionista George Grosz, por ejemplo emergió del movimiento Dad en Berlin para volverse la luz guiadora en el desarrollo del Neu Sachlichkeit, o “Nuevo Realismo”, un movimiento que combinaba el arte con la crítica social. El escritor Thomas Mann ganó el Premio Nobel de la Literatura en 1929 con su libro La Montaña Mágica (the Magic Mountain). La transformación de Mann fue remarcable, ya que había comenzado apoyando al imperio, pero rápidamente se convirtió en un crítico social y político. Bertolt Brecht, el guionista Alemán, llegó a Berlin en 1924 para trabajar con los directores y músicos más prominentes de la ciudad. Cambió el teatro moderno a través de su teoría del “teatro épico”, que significaba para él que el público no debía de ser involucrado en la historia, como otros habían creído, sino más bien animada a ver la obra con un desapego crítico. Esto era un rompimiento con las nociones antiguas Aristotélicas del teatro que sostenían que la gente se debía identificar con los héroes. Para Brecht sin embargo, una identificación tan directa llevaba el criticismo social a los márgenes, cosa que él no podía permitir como Marxista. En música, Kurt Weill y Arnold Schoenberg expandieron las fronteras artísticas, Weill con su colaboración con dramaturgos como Brecht, y Schoenberg con su nuevo sistema musical de 12 tonos.<br />La explosión tremenda de creatividad en Weimar contrastaba enormemente con las actitudes populares hacia ella. Como hemos visto con Grosz y Mann, el Avant-Garde Alemán era muchas veces radicalmente de izquierda, algo que no le agradaba a muchos Alemanes, especialmente a aquellos que seguían siendo leales al imperio. En este contexto, la cultura se volvió inherentemente política, y estar en contra de la Izquierda y su aparente degeneración se volvió una manera de oponerse a los cambios políticos recientes. No sólo Weimar fue incapaz de la estabilidad política que había caracterizado al régimen imperial, sino también permitía a estos degenerados hacer y decir lo que quisieran.<br />Un ejemplo de qué tan extenso era el miedo de la cultura de Weimar entre los Alemanes es el desarrollo del término Kulturbolschewismus. Esta era una palabra que contenía todo, diseñada para impugnar a toda la gente en la izquierda que eran críticos de los arreglos sociales y políticos de Alemania. Su particular resonancia estriba en la manera en que unía el miedo del Avant-Garde con el aborrecimiento al Comunismo y el tradicional Anti-Semitismo. Muchas figuras importantes en la Revolución Rusa habían sido Judías, como eran muchos líderes Comunistas Alemanes. Además, miembros prominentes de la escena artística Alemana también eran Judíos, particularmente en Berlín. Y no ayudaba nada que algunos de estos Judíos Alemanes eran fuertes críticos sociales. Un ejemplo es el escritor Alemán-Judío Kurt Tucholsky, que atacaba el nacionalismo y el militarismo duramente. Creía que la sociedad moderna era tan corrupta y deshumanizante que públicamente afirmaba que la traición era aceptable. El sentimiento creciente que los Judíos, Comunistas, y los artistas eran una población subversiva y ajena solo exacerbó las tensiones básicas que yacían detrás de la oposición general a Weimar.<br />Confrontados con estas corrientes culturales peligrosas, muchos Alemanes adoptaron la Ideología Völkisch. Esta ideología era un alejamiento del criticismo cultural de Weimar, ya que trataba de encontrar la certidumbre en la nación Alemana, y cada vez más, en la raza Alemana. El argumento básico era que la gente estaba creada por su ambiente. Alemania era una tierra de bosques y riachuelos, lo que significaba que la gente que vivía allí era formada por el bosque. Hay más que un tinte de Romanticismo aquí, en el énfasis en el ambiente depositaba una conección mística entre la sangre y la tierra (Blut und Boden). Así, la manera de mantenerse en contacto con el verdadero ser de uno era vivir en el bosque. Un ejemplo clásico de esto fue la popularización del Wandervögel, una organización tipo Boy-Scout que enviaba a las personas a escalar y a acampar en el bosque. Nada de esto es necesariamente anti-Semita, aunque lentamente se volvió así, al extenderse teorías raciales que tuvieron como resultado la exclusión explícita de los Judíos por los Alemanes. Los Judíos se originaron en la tierra de Israel, que era un desierto, y esto significó que los Judíos eran por definición gente del desierto y no tenían lugar en Alemania. La caída final de Weimar comenzó entre 1929 y 1933 y llevó consigo muchos de estos problemas y temas. El problema básico era económico. El incremento general en la prosperidad que discutí antes llegó a un final abrupto en 1929 con la caída del mercado de valores Americano. Esta caída precipitó una crisis mundial, ya que los Americanos se vieron forzados a pedir los préstamos que le habían hecho a Alemania, Gran Bretaña y Francia. De pronto, ya no había dinero en Alemania, y el efecto en los negocios era predecible: tenían que despedir a la mayoría de sus empleados o simplemente cerrar, lo que incrementó de súbito el desempleo. Consideren estas estadísticas. En Septiembre de 1928, Alemanía tenía 650’000 desempleados. Un año más tarde este número incrementó a los 1.32 millones. En Septiembre de 1930, este número se había más que duplicado a los 3.0 millones. Para Enero de 1933, eran 6.1 millones, que se traducía en una tasa de desempleo de aproximadamente el 50%. Las consecuencias políticas fueron duras. El Partido Nacionalista extremo perdió 30 asientos este año; de 103 a 73 asientos. Los votos que perdieron los extremos fueron al centro. Los Demócratas Sociales fueron de 131 a 153 asientos, que combinados con el Partido Democrático y el Partido de CentroAsistente Sauterhttp://www.blogger.com/profile/06010045984058937838noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3430105514566235998.post-47056837990107522882008-04-08T13:54:00.000-07:002008-04-10T08:57:06.107-07:00Sesión 19: La Primera Guerra Mundial y la Cultura Europea<p class="MsoNormal" style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt"><span style="font-family:Times New Roman;">Como hemos visto, la primera Guerra Mundial fue una catástrofe enorme para toda la gente a través de Europa. En el momento fue vista como el punto decisivo de Europa para definir sus valores y el sentido de sí misma. La guerra había acabado con un amplio porcentaje de una generación. Hizo caer tres imperios en Europa, el Alemán, el Austriaco y el Ruso. Cambió el balance de poder en mundo también, porque ahora Estados Unidos comenzaba a ascender a la posición dominante que aún mantiene. </span></p><br /><span style="font-family:Times New Roman;">La guerra influyó en casi todo el trabajo intelectual de la modernidad en Occidente. La subsiguiente reorientación del pensamiento es muchas veces descrita como un alejamiento de la creencia en el Liberalismo, el progreso, y la fe universal en el positivismo. Las tendencias críticas que ya habían estado en los márgenes culturales de Europa, con el Avent-Garde literario, de pronto se volvieron posiciones intelectuales centrales. La creencia en el poder explosivo de lo irracional se convirtió en una de las suposiciones dominantes del pensamiento Europeo. Como es evidente en el trabajo de Sigmund Freud, la psicología se convirtió en la manera central de entender el comportamiento humano, haciendo a un lado las creencias anteriores en el poder de la razón sobre las cuales estaba basado el Liberalismo y <?xml:namespace prefix = st1 ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags" /><st1:personname productid="la Ilustración. Ahora" st="on"><st1:personname productid="la Ilustración." st="on">la Ilustración.</st1:personname> Ahora</st1:personname> Freud y sus colegas se volvieron gurús de una sociedad que quería entender el comportamiento que aparentaba ser inexplicable en términos racionales.</span><br /><br /><span style="font-family:Times New Roman;">En esta sesión, quiero concentrarme en las tres áreas sobre las cuales la primera Guerra Mundial tuvo el mayor impacto. La primera es la crisis del Liberalismo. El<span style="mso-spacerun: yes"> </span>segundo es la popularidad del pesimismo cultural. Y la última es la extensión del Avant-Garde de pre-guerra a una situación de predominancia cultural en la post-guerra. </span><br /><br /><span style="font-family:Times New Roman;">Consideremos primero, el contexto cultural de la post guerra. El tema dominante que surgió de la primera Guerra Mundial fue la completa inutilidad y falta de significado de ésta guerra. Originalmente, había un poco de entusiasmo por ella, aunque éste ha sido exagerado por algunos historiadores. El verano de 1914 es el periodo que los Alemanes llamaron los Días de Agosto, y se supone que es el periodo durante el cual todos se unieron para luchar en una guerra en contra de los enemigos nacionales. Esto no es enteramente cierto, ya que hubo mucha turbación en toda Europa con el augurio de una guerra. Aún así, mientras que las muertes incrementaron, incluso los partidarios más convencidos de la guerra pronto olvidaron porqué ésta estaba siendo luchada. De hecho, cuando los Europeos recordaban el asesinato del Archiduque Franz Ferdinand y el sistema de alianzas que había conducido a la guerra, toda la situación parecía absurda. <st1:personname productid="La Triple Alianza" st="on"><st1:personname productid="La Triple" st="on">La Triple</st1:personname> Alianza</st1:personname> peleaba en contra del Triple Entente. ¿Y qué? ¿Realmente podía haber un sentido en todo esto? </span><br /><br /><span style="font-family:Times New Roman;">Como ustedes saben, la guerra comenzó con la invasión Rusa de Alemania y de allí siguió con la invasión Alemana de Bélgica. Siguiendo el plan Schlieffen, los Alemanes arrasaron con Bélgica y estaban a poca distancia de Paris cuando su avance fue detenido en seco por una nueva tecnología defensiva: las metralletas, el cañón, y el alambre de púas. Así que de <st1:metricconverter productid="1914 a" st="on">1914 a</st1:metricconverter> 1918, la guerra fue esencialmente un empate, y tuvo un increíble costo en términos humanos. Esto fue en parte a la estupidez de muchos generales, que no se dieron cuenta de que la situación defensiva no podía ser superada con facilidad y mantenían su creencia de que un espíritu ofensivo sería suficiente para hacer retroceder al enemigo. Esto fue el caso para ambos lados, pero el liderazgo Británico y el Francés realmente se distinguieron por su necedad. En la batalla de Verdun de Febrero/Diciembre 1916, osea en 300 días, tanto los Franceses como los Alemanes contaron 500’000 bajas. En Somme, una ofensiva Británica que duró 140 días costó a los Británicos 600’000 hombres por <st1:metricconverter productid="6 millas" st="on">6 millas</st1:metricconverter> de territorio. Claro que después los Alemanes retomaron todo este territorio y un poco más. </span><br /><br /><span style="font-family:Times New Roman;">Nunca había habido una guerra como esta antes. La magnitud de la matanza y su aparente falta de sentido cultivó cinismo y amargura en todos lados. Para noviembre 1918, había 30 millones heridos de todos los lados. Los Alemanes habían perdido un total de 6 millones de muertos, los Frances 5.5 millones. Además, con el colapso de los gobiernos Alemán, Austriaco y Ruso, cualquier esperanza en el progreso que había prometido el Liberalismo estaba casi totalmente destruida. Europa había caído en el caos, y ahora nadie podía creer en el progreso. Demasiados valores tradicionales parecían no tener sentido alguno. ¿Cuál era el punto de “progresar”, si el punto del principio era ya absurdo? Empecemos a ver entonces lo que los historiadores llaman la crisis del Liberalismo.</span><br /><br /><span style="font-family:Times New Roman;">La tradición liberal había dominado el pensamiento económico, político y social a través de mucha de Europa durante el siglo XIX. La creencia fundamental era que el individuo era autónomo y especial. Los derechos del individuo (e incrementalmente de la mujer) debían ser respetados como base de la sociedad. Sin embargo la guerra sobrepasó este individualismo ingenuo. ¿Porqué hablar de la importancia de una persona, cuando tantos estaban muertos y heridos? ¿Y porqué premiar el rol del individuo en la economía cuando parecía que no tenía ninguna conexión directa a eventos reales? Durante la guerra, el gobierno intervino en la vida económica a un nivel sin precedentes, ya que todas las economías nacionales estaban bajo control estatal. Hubo controles extensivos de precios y racionamiento, mientras que el gobierno manejaba la producción y la distribución de los bienes y servicios más importantes. El estado <i style="mso-bidi-font-style: normal">laisses-faire</i>, que el Liberalismo había cultivado, fue repuesto por la intervención gubernamental en la actividad económica individual. </span><br /><br /><span style="font-family:Times New Roman;">La guerra también irrumpió el orden social Liberal. Creó un grupo enorme de veteranos de guerra alienados, que no tenían ningún interés en el viejo orden. De hecho, este grupo se volvió en tierra fértil para causas y grupos anti-liberales. Las relaciones de género existentes también fueron socavadas porque las mujeres, que habían descubierto una vida fuera de casa, eran obligadas a regresar a casa y no les gustaba en absoluto. Políticamente, la guerra socavó la concepción Liberal de la vida individual. El estado ahora asumió control sobre todos los aspectos de la vida de una persona, ya que la gente se había acostumbrado a ser ordenada en donde y cuando trabajar. Los valores de la libertad de expresión y de imprenta ya no eran tan queridos en un contexto en donde había poco trabajo y mucha destrucción. Así, en general, la sociedad Europea rompió con su pasado liberal, un choque que culminó con <st1:personname productid="la Revolución Rusa" st="on">la Revolución Rusa</st1:personname>, quizás la última repudiación de los valores liberales. </span><br /><br /><span style="font-family:Times New Roman;">El liberalismo también fue atacado desde el plano intelectual, donde uno podría haber esperado una buena cantidad de apoyo hacía él. Para cualquier escritor de la postguerra, la guerra solamente era un punto de referencia, y la clave que emergió desde entonces fue el pesimismo, un sentido de que Europa había entrado en una crisis irreversible. Los intelectuales se obsesionaron con un extraordinario sentimiento de pérdida, sintiendo que un pasado glorioso se había ido y que lo más brillante había sido destruido por la guerra. En muchos sentidos, este sentido fue exacerbado por sentimientos de culpa y desorientación que surgían después de haber sobrevivido. ¿Cómo podía explicar uno la racionalidad de la supervivencia aleatoria? Como no estaba claro porqué ellos habían sobrevivido—no había ninguna explicación real para ello—los intelectuales acabaron por estresar como un mundo entero se les había perdido. Un ejemplo es el trabajo de Robert Graves: Goodbye to All That (Adiós a Todo Aquello) (1928). En este libro Graves argumentó que la fe y creencias antiguas se habían vuelto obsoletas en la crisis de la post-guerra que había despedazado todo, y hacía un llamado para explicar de nuevas formas el comportamiento de la gente. Para Graves, las personas no parecían estar en control de sus vidas y ni si quiera de sus deseos. Desde su punto de vista, la única explicación posible era médica y psicológica: Europa había caído en la enfermedad. </span><br /><br /><span style="font-family:Times New Roman;">El pesimismo cultural fue especialmente claro en el trabajo de Oswald Spengler. Su trabajo principal The Decline of the West (El Declive de Occidente) (1918) retaba el punto de vista liberal progresivo de la historia al exponer un viejo punto de vista cíclico. Como él lo veía, la historia no progresa, ni se mueve a niveles más altos de logros humanos. De hecho, todas las culturas crecen, declinan, y mueren. Para él, Occidente estaba atrapado en un proceso de declive tan grande y tan poderoso que el individuo se perdía completamente, meramente flotando entre fuerzas históricas que no prestaban ninguna atención a la razón ni deseos humanos. </span><br /><br /><span style="font-family:Times New Roman;">Vemos un declive similar en el optimismo de <st1:personname productid="la Poesía Moderna." st="on"><st1:personname productid="la Poesía" st="on">la Poesía</st1:personname> Moderna.</st1:personname> W.D. Yeats y T.S. Eliot comenzaron a estresar la experiencia de la transición y el colapso en sus obras. The Wasteland (<st1:personname productid="La Tierra" st="on">La Tierra</st1:personname> de los Deshechos) (1922) de Eliot y The Second Coming (<st1:personname productid="La Segunda Venida" st="on"><st1:personname productid="La Segunda" st="on">La Segunda</st1:personname> Venida</st1:personname>) (1921) de Yeats, encierran un gran sentido de declinación, en el sentido de que la vida estaba fuera de control, que había un vacío fundamental en el corazón de la experiencia humana. Vemos la expresión máxima de esto en el poema The Hollow Man (El Hombre Vacío) (1925) de Eliot. Así, la creencia de que el pesimismo era la única posición intelectual honesta se volvió fundamental en la cultura Europea. Esto pasó, en parte, porque ya habían existido precursores en la cultura Europea. El avanti-garde literario de Paris y Viena ya había comenzado su ataque en el Liberalismo y el Progreso, al comienzo del siglo XX. Para ellos, la única manera de darle un significado al mundo era no tratar de representarlo. En arte, literatura y poesía, se asumió que solamente un salto a lo irracional podía explicar cualquier cosa. Con esto, enfoquémonos en el Avant-Garde. </span><br /><br /><span style="font-family:Times New Roman;">La guerra movió a los movimientos más extremos del arte y la literatura de los márgenes al centro. Para entender esto, debemos dar un paso atrás a la escena literaria de la pre-guerra. El Avant-Garde de la pre-guerra emergió al final del siglo XIX como una crítica a los valores liberales. En particular, los escritores se revelaron en contra de la fe liberal en la razón y la ilustración. Ya han visto un poco de esto con Nietzche, que valoraba más el querer alcanzar y la guerra que la contemplación y la vida sedentaria. Pueden encontrar críticas similares en Dostoevsky. Por ejemplo, el protagonista de su famosa novela psicológica "Crimen y Castigo" llevaba el nombre de Raskolnikov. En ruso la palabra raskol significa cisma, y un hombre que lleva consigo un cisma o una división, difícilmente puede ser llamado racional. El Avant-Garde llevó este pensamiento radical al extremo, agregándole elementos de los Románticos como Gustav Flaubert y revelando el irracional, o mejor dicho, la naturaleza no racional de la experiencia humana. En este contexto el arte se volvió una liberación, estresando la prioridad de la introspección personal sobre una discusión objetiva de la realidad. Toda verdad se volvió subjetiva y perspectiva. La verdad, el Avant-Garde decía, viene de una visión interior. El Literario Modernista tiene como tema gobernante la creencia de que la verdadera realidad no es externa pero esta basada en la experiencia interior. Podemos trazar los orígenes de este movimiento al movimiento simbólico Francia. Por ejemplo, Charles Baudelaire (1821-1867) decía que todo lo que vemos puede ser un símbolo para algo más. Para tener un entendimiento profundo debemos interpretar e imaginar el mundo. Los poetas simbolistas como Stephan Mallarmé (1842-1898), Arturo Rimbaud (1838-1889), y Villiers de L’Isle Adam (1838-1889) estaban obsesionados con el problema de los símbolos. Mallarmé estaba en el centro de este movimiento. Escribió complejos poemas para una audiencia pequeña. Desde su punto de vista, la poesía tenía que mostrar el lenguaje interior de un poeta, que era necesariamente personal y no podía ser entendido ampliamente. Lo interno era real, lo externo una ilusión. Muchos de los simbolistas utilizaban drogas y alcohol para ayudarse a explorar las profundidades del mundo interior. Otros se volvieron a las culturas primitivas, como Gauguin, quién fue a Tahiti, y Rimbaud, que viajó por África y a Asia, antes de renunciar a la escritura totalmente. </span><br /><span style="font-family:Times New Roman;"><br /> La tradición modernista se intensificó durante la Primera Guerra Mundial. Un famoso ejemplo fue el movimiento Dada. El Dada fue fundado en 1916 por un poeta Suizo llamado Tristan Tzara, quien fue un poeta irracional, que escribía palabras en un orden aleatorio. (Incluso llegaba al extremo de sacar palabras de un sombrero y escribirlas). Esto sugería que toda la civilización era aleatoria y absurda. (Ustedes se pueden acordar de la línea de Nietzche en el Umbral de los Ídolos (Twilight of the Idols) que seguiremos creyendo en Dios siempre y cuando creamos en la gramática.) La idea de que cultivar lo aleatorio era la única respuesta racional a un mundo que se había vuelto absurdo. Dada tendía a ser muy destructivo en sus efectos y no duró más allá de la guerra. Sin embargo podemos ver el impacto a largo plazo de la guerra en un movimiento de pintura conocido como Surrealismo. Este movimiento emergió en los 1920s y su exponente más famoso es, claramente, Salvador Dalí. Este movimiento de arte retomaba algunos de los temas de los poetas simbolistas. Originalmente liderado por el pintor francés Andre Breton, el movimiento sostenía que la pintura debe explorar el mundo subconsciente, debía ver las cosas de la vida diaria como meros símbolos de una realidad más profunda. También podemos ver tendencias similares en el mundo literario. El punto común entre escritores de esta tendencia era que la realidad externa no funcionaba. Las novelas en este periodo demostraron el escepticismo hacia el mundo exterior, principalmente hacia el mundo de la política, y muchos escritores simplemente juzgaron que el mundo de la política era irremediablemente corrupto. Sin nada más en la vida pública, estos escritores se consolaron al retornar a la exploración personal de las verdades artísticas. Por esta razón, la novela modernista quería alienar al lector enteramente, esto es removerlo completamente de las verdades confortantes. Quería redefinir lo familiar rompiendo las suposiciones comunes como por ejemplo de la unidad del tiempo y del espacio. A los novelistas de este periodo no les importaba la cronología o el orden. Cuando se molestaban en describirlos, los eventos externos parecían ser poco más que acontecimiento aleatorios y completamente irrelevantes a la vida interior. </span><br /><br /><p></p><p><span style="font-family:times new roman;">Cuando se molestaban en describirlos, los eventos externos no parecían ser más que eventos aleatorios y completamente irrelevantes a la vida interior. Los eventos clave en la novela modernista estaban dentro de la persona y eran explorados por narrativas que investigaban el mundo interior.<br />En la Literatura Francesa, un buen ejemplo de esto es Marcel Proust (1871-1922). Proust es notable por, entre otras cosas, retirarse a la edad de 30 a un cuarto lleno de corcho para solamente escribir y tomar cantidades masivas de café. Murió joven. Su trabajo de seis volúmenes, Remembranzas de Cosas Pasadas (Remembrances of Things Past) (1913-1922), que escribió encerrado en su cuarto, es un monumento al interior. Mientras que Francia estaba en guerra, él estaba sentado en su cuarto explorando cada rincón de su memoria, desarrollando como su tema principal que el ser es ultimadamente lo esencial. Lo que somos en nosotros mismos está aislado y es inefable; no puede ser comunicado a otras personas, aunque hay una pequeña esperanza de que otras personas puedan acceder a él a través del arte. El arte no puede comunicar enteramente nuestros pensamientos a los otros, pero es la única alternativa al completo asilamiento en un cuarto lleno de corcho. Otro escritor francés que hay que mantener en mente es André Gide (1869-1951). El vivió una vida más pública que Proust, pero también creía que el individuo estaba completamente aislado. Para él, la moralidad había sido rota por la guerra y el arte era lo único que podía restaurarle. Era tarea del artista crear una nueva moralidad en un mundo roto. Que ambos escritores eran homosexuales en un mundo que no tenía lugar para los homosexuales, meramente acentuó su sentimiento de aislamiento y de marginalización. Podemos encontrar temas similares en la literatura Inglesa. Aquí vemos el mismo interés en el interior y el énfasis en lo marginal. James Joyce (1882-1941) es un clásico ejemplo. Joyce también fue marginalizado, pero por una vida en exilio. Aunque era Irlandés, pasó muchos años viviendo en Italia, Suiza, y Francia. Su trabajo está marcado por una exploración extendida del mundo interior, como es aparente en su gran novela Ulysses (1919). Escrita durante la primera guerra mundial, el problema fundamental de la novela era el tiempo: era de 800 páginas y estaba dedicada a explorar los eventos casuales de un solo día. Para describir este mundo interior, Joyce utilizó uno innovación literaria llamada “el flujo de la conciencia” como estilo de escritura. No había ninguna lógica para el tiempo, el pensamiento, o incluso la narrativa, ya que el texto se movía aleatoriamente de un tema al siguiente. Otra escritora clave es Virginia Woolf (1882-1941). Woolf buscaba la realidad en el lenguaje y no en las acciones. Ella no estaba totalmente separada de la vida pública, pero de todos modos insistía en retirarse de ella de vez en cuando. Era miembro de un grupo llamado el “Bloomsbury Circle” que tenía fuertes lazos al “Cambridge University”; ella y sus colegas veían la verdad como trascendente, encima de la simple realidad. Así el trabajo de Wolf no le pone mucha atención a los eventos externos, mientras que el pensamiento interno es considerado a detalle excesivo. Como resultado, no hay una narrativa clara en su trabajo, y el énfasis está en descubrimientos internos repentinos y rompimientos emocionales. También vemos una desorientación similar en la Literatura Alemana. En ningún caso es más clara la crisis de la literatura que en Franz Kafka (1883-1924). Era un intelectual judío de habla alemana viviendo en Praga, trabajando como un inspector de seguros para el estado. Esto era, sin duda, un trabajo odioso, y quizás por esa razón, sus personajes siempre son representados como solos en este mundo. Para Kafka, no hay ningún significado en el mundo social y todos estaban siempre alienados de todo y todos. Los procesos sociales y políticos no tenían ningún otro significado más que frustrar las ambiciones de todos. Para aquellos que han leído su trabajo “El Juicio” (The Trial), este sentimiento de frustración y alienación es particularmente claro. La alienación de Kafka es extrema en la literatura Alemana, pero escritures menos extremos como Thomas Mann (1875-1955) siguieron temas similares. Mann veía a Europa en crisis, y este sentimiento databa de antes de la guerra, como es aparente en su trabajo clásico Muerte en Venecia (Death in Venice). En este texto exploraba como la cultura oficial le había quitado a la gente su vitalidad, dejando solamente enfermedad y muerte. Para Mann la enfermedad se volvió una metáfora para la modernidad. Inicialmente, vio la Primera Guerra Mundial como una manera de revitalizar la cultura, pero pronto se volvió un síntoma de otra enfermedad de raíz. Analizó este cambio en su trabajo La Montaña Mágica (The Magic Mountain) (1924), una historia ubicada en un hospital de tuberculosis, con pacientes de toda Alemania muriendo una muerte lenta y dolorosa. El hospital en las montañas estaba, por esto, aislado de toda la cultura. Quizás, por esta razón, la novela presenta al lector solamente con tipos ideales. El sentimiento general que emergía de lo alejado del espacio y del vacío de los personajes es que Europa necesitaba encontrar una manera de afirmar la vida. Este era un tema fundamentalmente Nietzscheano, pero identificaba un nuevo problema central: la gente estaba perdida y necesitaba algo nuevo para creer.<br />Hemos visto como la Primera Guerra Mundial dejó a una generación entera sin raíces y destripada de la habilidad de explicar o conectarse al mundo. Un elemento de esto fue el viaje hacia lo irracional y el inconciente, y no es coincidental que Freud se volvió algo así como un gurú para el mundo. (Tampoco es coincidental que la cultura Europea, en este estado, se volvió terriblemente aburrida en los treintas y cuarentas.) La cosa que debemos de tener en mente, sin embargo, es que la gente, luchando por mantenerse a flote, acababa buscando en lugares dudosos. El Comunismo y el Fascismo son dos ejemplos, y el combate entre los dos dominó Europa durante los treinta siguientes años. Pero el nihilismo liberatorio y la alienación elitista se volvieron una parte permanente en la escena cultural Europea. Sus efectos los veremos en la siguiente serie de ideologías mesiánicas europeas, sentimientos antinucleares, ambientalismo, internacionalismo, y anti-americanismo. </span></p><br /><br /><br /><br /><p class="MsoNormal" style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt"><span style="font-family:Times New Roman;"></span></p><br /><br /><br /><br /><p class="MsoNormal" style="MARGIN: 0cm 0cm 0pt"><span style="font-family:Times New Roman;"></span></p>Asistente Sauterhttp://www.blogger.com/profile/06010045984058937838noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3430105514566235998.post-40780358607385759952008-04-08T07:42:00.001-07:002008-04-08T10:40:57.953-07:00Sesión 18: La Revolución RusaLa Revolución Rusa fue un resultado directo de la Primera Guerra Mundial. Como ustedes saben, esta guerra mató una generación entera, devastó las economías Europeas, y esparció miseria en todo el continente. El caos político en Europa Central y del Este fueron las revoluciones en Alemania, Austria, Turquía Otomana, y Rusia. Lo que llamamos la Revolución Rusa fueron de hecho dos revoluciones. La primera comenzó en Marzo de 1917 y resultó en la abdicación del Zar. La segunda empezó en Noviembre y llevó a los Comunistas Rusos al poder. La primera Revolución Rusa comenzó en Marzo 8, 1917, cuando el ejército de San Petesburgo se unió a las revueltas por comida que estaban ocurriendo en toda la ciudad. Sin apoyo militar el Zar Nicolás II abdicó en Marzo 2, y así terminaron más de 300 años de la dinastía Romanov en Rusia. Rusia había roto con su pasado autocrático, o por lo menos así parecía.<br />Una lucha de poder comenzó inmediatamente; cuerpos políticos rivales peleaban para controlar el gobierno. Por una parte, la Duma Rusa, un cuerpo representativo que había nacido a través de una revolución anterior en 1905, nombró un gobierno provisional. Por otra parte, los trabajadores y soldados en Petrogrado se habían organizado en las Diputaciones de Trabajadores y Soldados de Petrogrado Soviético, un cuerpo de 2’500 miembros que habían sido elegidos por soldados y trabajadores en Petrogrado. En la Duma un grupo llamado los Mencheviques emergió como líder en Julio de 1917 y nombró un gobierno Provisional, que rápidamente instituyó la política de continuar la guerra en contra de Alemania. En este punto, los aliados de Occidente mandaban una gran cantidad de ayuda a Rusia, y el gobierno quería mantener la ayuda fluyendo. <br /> Sin embargo el Petrogrado Soviético, pronto mostró su gran autoridad. En Marzo 14, el Soviético publicó su famosa Orden Número 1, que pedía que el ejército solo obedeciera órdenes del Soviético. El Gobierno Provisional fue incapaz de detener esta orden, y el Petrogrado Soviético se restringió de declararse abiertamente el gobierno Real de Rusia por miedo a provocar un golpe de estado conservador.<br />Entre Marzo y Octubre el Gobierno Provisional se reorganizó cuatro veces. El primer gobierno estuvo compuesto enteramente de ministros liberales, con la sola excepción del Menchevique Aleksandr Kerensky. Los gobiernos subsiguientes estaban compuestos de coaliciones de diversas facciones. Sin embargo ninguno de estos gobiernos fue capaz de resolver los dos principales problemas que enfrentaba el país. Primero los campesinos, que siempre habían vivido al borde de la inanición en Rusia, comenzaron a tomar tierras sin la autorización del gobierno. Esto puso al campo en un estado de caos. Segundo, el ejército Ruso estaba colapsándose, y una defensa organizada en contra de los Alemanes era imposible.<br />A pesar de esto el gobierno provisional continuaba insistiendo en continuar la guerra. Esto era una mala estrategia, ya que la guerra se había vuelto cada vez más impopular. Cuando Aleksandr Kerensky se volvió la cabeza del Gobierno Provisional en Julio de 1917, primero tuvo que reprimir un atentado de golpe de estado por el comandante del ejército, Lavr Georgiyevich Kornilov. Aún así fue incapaz de detener la caída de Rusia hacia un caos político, económico y militar. El Partido Ruso Social-Democrático de los Trabajadores de Kerensky sufrió bajo la presión también, al separarse el ala izquierda de este partido en señal de protesta formado otro nuevo partido llamado los Socialistas Revolucionarios de Izquierda. Mientras el poder del Gobierno Provisional decrecía, el poder del Gobierno de los Soviéticos aumentaba. Para Septiembre, los Comunistas, también llamados los Bolcheviques, con sus aliados los Revolucionarios Socialistas de Izquierda habían tomado el poder de los Revolucionarios Socialistas y los Mensheviques en los Soviéticos de Petrogrado y Moscú.<br />La Revolución Rusa incluyó dos Guerras Civiles. Una era entre los Zares y los Revolucionarios Socialistas. La otra era dentro del socialismo, entre los Mencheviques y los Bolcheviques. Los dos grupos eran originalmente parte del mismo partido llamado el partido Ruso Social-Democrático de los Trabajadores. Sin embargo en 1903, una división ocurrió entre Vladmir Ilyich Lenin y sus seguidores y otro grupo alrededor de un Socialista llamado Yuly Osipovich Tsederbaum, que utilizaba el pseudónimo L. Martos. Martos quería que el partido fuera una organización de masa modelado en los Partidos Europeos Social Demócratas de occidente. Lenin sin embargo, quería que el partido fuera un grupo cerrado y cercano de revolucionarios profesionales devotados a derrocar el sistema político y económico. Cuando Lenin y sus seguidores obtuvieron una mayoría en el comité central del partido también ganaron el control editorial sobre el periódico del partido. Esta posición les dio el privilegio de nombrarse los Bolcheviques (aquellos de la mayoría), mientras que el otro lado se convirtió en los Mencheviques (aquellos de la minoría). Las etiquetas permanecieron, aunque en realidad la verdad era al revés.<br /> En la noche de Noviembre 6, 1917 los Bolcheviques y los Izquierdistas Socialistas Revolucionarios llevaron a cabo un golpe de estado casi sin derramar sangre, al ocupar varios edificios de gobierno, estaciones de telégrafo, y otros puntos estratégicos. La organización de resistencia de Kerensky fue fútil y éste huyó del país. El Segundo Congreso de todos los Soviéticos Rusos, que estaba convocado en Petrogrado al mismo tiempo que el golpe de estado ocurrió, aprobó la formación de un nuevo gobierno compuesto principalmente de Comisarios Bolcheviques.<br /> Ahora debemos considerar como eran estos Bolcheviques. Los Bolcheviques eran un partido Marxista ortodoxo cuya meta prometida era el derrocamiento del capitalismo. Su líder, conocido hoy en día como Vladimir Ilyich Lenin, nació bajo el nombre de Vladmir Ilyich Ulyanov en 1870 en una familia confortable de clase media. (Se nombró Lenin en 1901, para encubrir sus actividades revolucionarias.) Su papa era un maestro de escuela que había sido elevado dentro de su jerarquía al estatus de inspector de escuela. Su mama era hija de un médico y había recibido una pequeña herencia. Lenin era un buen estudiante, y por un tiempo parecía que se convertiría en un clasicista. Dos eventos sin embargo, cambiaron el curso de su vida. El primer evento fue el ataque Zarista a la educación pública. Sospechando de todas las fuentes potenciales de subversión, el gobierno amenazaba e intimidaba a la gente como el papa de Lenin.<br /> El segundo evento fue la ejecución de su hermano por el gobierno Zarista por conspirar para asesinar al Zar. En Rusia, esto era mucho peor de lo que cabría esperar. No solamente la familia había perdido un integrante a la policía Zarista, pero ya que la familia había producido un criminal en contra del estado, también quedó estigmatizada. La hermana de Lenin fue enviada a Siberia como una fuente potencial de sedición. A pesar de todo en 1887, Lenin fue capaz de estudiar en la universidad de Kazan, pero fue pronto expulsado de allí por tomar parte en asociaciones ilegales.<br /> Sin nada mejor que hacer, Lenin comenzó a leer a Marx y a unirse a los grupos de lectura revolucionarios Marxistas. Para 1889, Lenin se había convertido al Marxismo. Más tarde ese mismo año, la familia de Lenin se movió a Samara, en donde le fue posible estudiar leyes. Después se movió a San Petesburgo y abrió una práctica legal, aunque continúo con sus actividades revolucionarias paralelamente. En 1895, Lenin fue sentenciado a 15 meses en prisión por sedición y después de cumplir su término fue exiliado de nuevo a Siberia. En 1900, Lenin dejó Rusia y se movió a Munich, donde fundó el periódico revolucionario Iskra, que significa “La Chispa,” y organizó un partido político que eventualmente vencería a los Mencheviques. Con el estallido de la primera Guerra Mundial, tuvo que dejar Alemania para esconderse en la Suiza neutral, donde permaneció hasta 1917. En ese año los Alemanes le permitieron cruzar su territorio por tren, esperando que debilitara fatalmente el gobierno de su enemigo. Lenin llegó a San Petesburgo en abril 16 de 1917 y comenzó a trabajar.<br /> Lenin era un Marxista dogmático. Creía firmemente en el derrocamiento del capitalismo, en el desarrollo de una sociedad sin clases, en el debilitamiento del estado, la dictadura temporal del proletariado, y eventualmente en el esparcimiento de la democracia comunista, prometiendo todas estas cosas antes de la revolución. El dogma Marxista decía que la revolución solo podía acontecer a través de la guerra, aunque cuando la Revolución Rusa finalmente sucedió, parecía que todo iba a ocurrir pacíficamente. Los Comunistas tomaron el poder y después la propiedad, con poca resistencia. Se le dio amnistía a la gente que se había opuesto a los Comunistas, y se intentaron evitar represalias. Sin embargo pronto la situación comenzó a cambiar, y el gobierno se volvió dictatorial. En Noviembre los Bolcheviques tomaron el control de todos los periódicos Rusos, dejando solamente que el Pravda y el Izvestia publicaran las noticias. (Pravda significa “Verdad”, e Izvestia “Noticias”. Un chiste eventualmente corrió en Rusia que iba así: “En las noticias no hay verdad, y en la verdad no hay noticias.”) En noviembre 22 el gobierno autorizó cateos de casa sin necesidad de órdenes de cateo. En diciembre 11 tomó todas las escuelas Rusas. En diciembre 14, los bancos fueron nacionalizados. En diciembre 21, el gobierno les dio el poder a las Cortes Revolucionarias para juzgar a enemigos de la revolución. En diciembre 29, todas las cuentas de banco fueron congeladas y el cargo de intereses fue prohibido. Así, en un periodo muy corto, el gobierno había tomado el poder sobre los esenciales de la vida privada. El dinero y la propiedad eran ahora controlados por el estado. Una serie de cortes canguro se aseguraron que nadie hiciera nada al respecto.<br /> El cambio más importante del gobierno fue sin embargo, la reposición de la policía secreta Zarista Okrana con una policía secreta revolucionaria conocida como la Cheka. Al principio, la Cheka tenía un enfoque limitado. Tenía solamente 120 agentes y durante los seis primeros meses de la revolución fue responsable por 22 muertes. Incluso esta tendencia era preocupante, ya que el gobierno Zarista solamente (¡!) había matado a 17 personas anualmente. Para 1919 sin embargo, la Cheka estaba matando 1’000 gentes por mes. Dos años más tarde tenía 250’000 agentes de tiempo completo, mientras que el Okrana en sus mejores tiempos solamente tuvo 15’000. Además, la Cheka se gobernaba a sí misma, teniendo sus propias cortes secretas y campos penales para castigar a los enemigos del estado. (La habilidad de la Cheka para producir miedo en el Ruso promedio se evidencia en la palabra Chekista, que era un término peyorativo utilizado por el populista para cualquiera que trabajara para las fuerzas de seguridad interna de la Unión Soviética).<br /> Es importante entender que Lenin sabía y apoyaba totalmente esta matanza. Su adherencia servil al dogma significaba que la burguesía debía ser eliminada como clase, más aún si impedían la revolución. Por esto la gente fue arrestada y matada, simplemente por pertenecer a la clase incorrecta. Esta actitud eventualmente llevó a la ejecución conjunta del Zar y su familia en Julio 16, 1918. Nada, ni si quiera piedad para los hijos del Zar, podía desviar la mano de la justicia revolucionaria.<br /> El deseo dogmático de Lenin de matar sus enemigos fue socorrido por la difícil situación política en la que él y la revolución se encontraron. Después de que la Revolución Bolchevique comenzó, Rusia rápidamente descendió al caos. Durante un momento, dieciocho diferentes gobiernos existieron en Rusia, todos clamando soberanía sobre todo el país. El resultado fue una guerra civil masiva, particularmente entre Lealistas, Bolcheviques, y Mencheviques. Lenin respondió declarando la guerra a todos y esencialmente volviéndose un Zar Marxista. En este sentido, el giro Bolchevique hacia la violencia era inevitable, ya que el nuevo gobierno confrontaba una serie de problemas de problemas de todos lados. Primero, los alemanes ganaron la guerra e impusieron un tratado de paz severo para los Rusos conocido como Brest-Litovsk. Mucha gente dentro de Rusia se oponía a los términos del tratado, y esto le quitó apoyo al gobierno en un momento crucial. Segundo, los aliados occidentales invadieron Rusia por todos sus lados. Los Británicos y los Americanos aterrizaron sus tropas en el norte en Archangel. Los Franceses vinieron del sur. Y los Japoneses tomaron Vladivostok en el este. El gobierno comunista estaba en grandes problemas.<br /> Sin embargo en este momento los Bolcheviques reaccionaron creativamente a las muchas presiones que enfrentaban, incluyendo tomar la decisión prudente de terminar la represión. En 1919, los Bolcheviques de momento declararon que los Mencheviques eran legales de nuevos. Mientras tanto, las fuerzas Zaristas llevaron a cabo su propia represión, matando a los simpatizantes Comunistas con abandono, lo que les quitó el apruebo de muchas personas que antes habían removido su apoyo de los Bolcheviques. Para 1921, la Guerra Civil Rusa había terminado, y León Trotsky comenzó a reformar el ejército Ruso para defender a Madre Rusia. Pagaría después su lealtad a la revolución con su vida. Los aliados no tenían ningún objetivo real en Rusia más que prevenir que los recursos que habían enviado fueran a caer en las manos de Alemania. Cuando la Guerra Civil terminó, ellos también se marcharon.<br /> Ergo la resolución de la Guerra Civil fue, el momento perfecto para comenzar de nuevo la represión. Esto se estimaba necesario, porque incluso buenos revolucionarios se estaban volviendo en contra del nuevo gobierno. En Petrogrado-Kronstadt, por ejemplo, que es una isla en el puerto de San Petesburgo, los navegantes de la marina demandaron que Lenin cumpliera sus promesas anteriores acerca de devolver el poder al nivel local. (Lenin originalmente había comenzado la Revolución al grito de, “¡Todo el poder a los Soviets!”) Ejércitos Bolcheviques masacraron a los marinos, a pesar de que éstos habían estado en el centro de la revolución, y la necesidad para reprimir se intensificó mientras que la política gubernamental del “Comunismo de Guerra” se llevó a su máximo. Bajo esta política el gobierno tomó las riendas de la economía. Ilegalizó todas las uniones, ya que el punto de vista oficial era que como la Unión Soviética era un estado de trabajadores, el gobierno ya trabajaba para el interés de los trabajadores. Además, el gobierno tomó el control de la agricultura, yendo al campo y robando toda la comida que los campesinos producían para dársela a los trabajadores de la ciudad. Como anticipo de lo que sucedería con las políticas de Mao Zedong que devastarían a la economía China, el “Comunismo de Guerra” ocasionó rápidamente el colapso de la economía Rusa. Para 1920, San Petesburgo había perdido 75% de su población, y Moscú 50% mientras que la fuerza laboral industrial se había encogido en un 75%. Muchos trabajadores murieron en la pelea, otros murieron por hambre, pero muchos simplemente regresaron a la tierra. Así, la producción industrial paró y la manufacturación total cayó al 87% de los niveles de 1913. Esto era un retroceso de la tendencia hacia la industrialización que había comenzado bajo los Zares. Veinte años de progreso económico fueron destruidos en un solo golpe. <br /> Los Comunistas pronto se dieron cuenta de que tenían que adaptarse o morir. Así que en 1921, anunciaron la Nueva Política Económica, que representaba un retroceso temporal de la implementación total del programa Comunista. Lenin en efecto se volvió un capitalista temporal y táctico, declarando que era perfectamente correcto dejar a los pequeños negocios funcionar independientemente como parte de una transición más grande. En 1922, el estado incluso reintrodujo el dinero, que había sido declarado ilegal al principio de la revolución. En cuanto a operaciones más grandes, el partido tomó el control de todas las industrias grandes, porque éstas eran cruciales para la economía y tenían demasiado poder para dejarlas fuera de las manos del gobierno. Así, los líderes del partido asumieron control de fábricas sin tener ninguna experiencia en la industria, y a los trabajadores no se les dio ninguna voz ni voto en la administración y manejo diario de ella, ya que el partido estaba, después de todo, de su lado.<br /> La NPE logró estabilizar la economía Rusa, y a las políticas capitalistas se les permitió persistir un par de años. Un impuesto fijo sobre el ingreso del 20% fue instaurado, que de acuerdo a estándares históricos es bastante bajo. La agricultura revivió lentamente y la producción de comida incrementó, aunque sí hubo hambrunas en todo el país. Sin embargo los peores efectos de la hambruna fueron aliviados por un esfuerzo masivo de ayuda llevado a cabo por el futuro presidente de Estados Unidos Herbert Hoover. (En polémicas posteriores entre los Estados Unidos y la Unión Soviética acerca de quien comenzó la Guerra Fría este hecho fue olvidado en el lado Soviético, mientras que se le prestaba mucha atención a los ejércitos aliados que habían aterrizado en Archangel.) Incluso fábricas grandes tenían que trabajar de acuerdo a prácticas capitalistas un tanto ambiguas. Las compañías pagaban salarios a sus trabajadores, y los directores talentosos ganaban un poco más. Incluso era legal correr a gente que se negaba a trabajar. Las uniones comenzaron a aparecer y ganaron el derecho de negociar colectivamente, aunque solamente con compañías privadas. Sin embargo el potencial revolucionario de estas nuevas uniones fue detenido por el requisito de que los líderes fueran miembros del Partido Comunista.<br /> La NPE también permitió la vuelta a la vida pública. Ya que ahora era legal vender y comprar bienes con fines de lucro, mercados locales muy vivos y pequeñas tiendas comenzaron a aparecer. Middlemen también comenzaron a aparecer. Conocidos como hombresNPE, jugaban al mercado al posicionar su dinero en productos o lugares particulares. Más impresionante fue quizás, que cafés abrieron en Moscú, un pueblo notablemente sombrío. Incluso permanecía la última señal de las empresas capitalistas, el interés. Ya que oficialmente el interés era ilegal, el gobierno comenzó a sacar bonos que costaban 95 rublos y podían ser canjeados por 100 rublos después de que pasara un determinado tiempo.<br /> Sin embargo Rusia iba en dirección de más problemas, ya que el capitalismo y el dogma del Partido Comunista no podían existir en el largo plazo, como Mikhail Gorbachev descubriría mucho más tarde. Ya que algunas personas se volvieron ricas e independientes, el colapso del gobierno fue inevitable. Ya en 1921 Lenin públicamente denunció la libertad de expresión, llamándola desviacionismo. Además, mantuvo su sistema de control autoritario. Lenin prometió durante la revolución que la Cheka sería disuelta después de que el polvo se calmara, y cumplió esa promesa, hasta cierto punto, cuando disolvió la Cheka y la renombró GPU en 1922. Después esta organización se volvió famosa en el mundo bajo sus iniciales KGB, o el Comité de Seguridad Estatal. La necesidad de las herramientas de opresión nunca desapareció mientras que el estado Soviético existió.<br /> Lenin murió en 1924, dejando detrás una situación política bastante inestable. Nunca hubo un procedimiento claro de sucesión y una batalla por el poder siguió. Para 1928, Josef Stalin había logrado llegar a una posición de supremo poder, y las tendencias autoritarias que habían comenzado con Lenin alcanzaron su desarrollo máximo. En 1928, Stalin terminó el NPE, porque nunca resolvió el problema de suplementar cantidades adecuadas de granos a las ciudades. Luego impuso en la gente de Rusia un programa de colectivización masivo que mató a millones. Al final de la década de los veintes y al principio de os treintas el gobierno privó por la fuerza a todos los campesinos rusos de su tierra, produciendo una hambruna en el campo. Además, para 1931 el estado reimpuso sus controles sobre la producción y el comercio. La Unión Soviética ahora estaba sin ningunas libertades económicas. También era un estado policía y permanecería así hasta su disolución final en 1991.Asistente Sauterhttp://www.blogger.com/profile/06010045984058937838noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3430105514566235998.post-80231184038921176062008-03-24T06:01:00.000-07:002008-04-08T06:57:33.649-07:00Sesión 17: Un Nuevo Tipo de Guerra<div style="MARGIN: 1ex"><p><span style="font-family:Times New Roman;font-size:100%;">La Primera Guerra Mundial es el desastre fundamental del siglo XX. Sin ella, la amargura y el odio que llevó a la Segunda Guerra Mundial es inconcebible. Esto es porque la primera guerra destruyó tres cosas. Primero, rompió con lo que había sido, hasta ese punto, una cultura común Europea. A pesar de todos los nacionalismos europeos, todavía había una directriz común de valores acerca de cómo los negocios en Europa debían de conducirse. Segundo, la guerra arruinó por una década una economía que había estado creciendo mucho y volviéndose más productiva. Finalmente, brutalizó una generación entera de hombres jóvenes, que Europa necesitó después de la guerra, pero que tenían ya muy poco para ofrecer.<br />Nuestra pregunta principal aquí es, ¿cómo se llegó a esto? Ya hemos discutido algunas de las cuestiones más grandes que llevaron a esta catástrofe moderna. Factores económicos y sociales empujaron a Europa hacia el resto del mundo, haciendo de la competencia entre estados un preludio a la guerra. El arribo de dos nuevos estados, Alemania e Italia, estropeó el balance diplomático que había existido desde 1815. La tentación de usar el nacionalismo por razones políticas domésticas fue muy grande, y demasiados hombres de estado en Europa impulsaron a sus gentes para que creyeran en la agresión política nacional.<br />En el centro de este enredo estaba Guillermo II, que había cometido el grave error de correr a Bismarck en 1890. Correr a Bismarck sin embargo, no fue el asunto grave. El problema fue que Guillermo II era incapaz de entender la diplomacia de Bismarck. Esta estaba en dos principios. Primero, Francia y Rusia nunca debían unirse. Segundo, Gran Bretaña debía ser convencida de permanecer independiente. La diplomacia de Guillermo II después de 1890 estuvo sin embargo, basada en vociferaciones y la búsqueda eterna de victorias prestigiosas, que desestabilizaban a las otras grandes potencias de Europa. Así, hacia 1892, Francia y Rusia habían firmado una alianza. Hacia 1904, Gran Bretaña y Francia también habían firmado una alianza. En 1907, la pesadilla de Bismarck era una realidad: Francia, Rusia, y Gran Bretaña estaban todos aliados. De esta manera, Europa había descendido a un sistema rígido de alianzas, en el que los dos lados juraban ir a guerra, si el otro la empezaba. Cuando en Junio 28 de 1914, el Archiduque Francisco Fernando fue asesinado, el sistema de alianzas jaló a Europa hacía el remolino de la guerra.<br />La primera cosa que debemos de entender acerca de la guerra es que tan destructiva fue, en comparación con otras guerras. Cuando Francia y Prusia estuvieron en guerra en 1871, el conflicto terminó pronto y con relativamente pocos heridos. Esto fue porque los ejércitos, a pesar de todos sus avances técnicos desde el periodo Napoleónico en cuanto al poder de fuego, todavía eran débiles en comparación con lo que vendría después. La Primera Guerra Mundial fue diferente. Inflados por sus economías poderosas los combatientes produjeron enormes cantidades de cañones y pistolas que podían disparar tan lejos y tan rápido como nunca antes visto. Esto llevó a un resultado histórico impresionante: por primera vez en la historia de la guerra, más soldados fueron muertos por el fuego enemigo que por las enfermedades.<br />El desarrollo de máquinas de pistolas y cañones y su proliferación fue el punto focal de este proceso. Considera este hecho: mientras que la doctrina militar Inglesa en 1870 había recomendado dos ametralladoras por batallón, en 1914 ese número había incrementado a 50. Y la guerra todavía ni si quiera empezaba. Las ametralladoras aparecieron en contexto con otras innovaciones. Una invención de gran importancia, aunque muy pocas veces reconocida, es la invención y la producción en masa del alambre de púas. Había sido inventado en Estados Unidos en 1874 para mantener al ganado en un lugar, pero después se esparció en el mundo y encontró otros usos. Uno de estos fue claro, militar. Con suficientes pistolas y alambre de púas, se hizo posible dominar grandes franjas de territorio, haciéndolas completamente inhóspitas para la vida humana.<br />Incluso más importante que las metralletas y los alambres de púas fueron, sin embargo, la aparición de cada vez más sofisticados cañones. Cañones hicieron de la PGM lo destructiva que fue. Durante los 1870s el cañón se había vuelto más sofisticado, desarrollando mayor rango y precisión. El más importante aspecto de estos desarrollos fue la introducción de amortiguadores en las ametralladoras, lo que redujo el culatazo del arma y mejoró la puntería. (Es importante notar que en este tiempo los cañones Alemanes eran generalmente mejores que cualquier cosa que el otro lado tenía que ofrecer. Esta es una razón por la cual las bajas de los franceses fueron tan horribles). La aparición de estas armas llevó a otro resultado histórico impresionante. Por primera vez, más soldados fueron matados en acción por cañón que por tiroteo. Esto fue en gran parte al sistema de las metralletas, alambre de púas y trincheras que mantenía las líneas estáticas. No obstante, gracias a la tecnología más avanzada, el cañón de cada lado podía llegar y volar a aquellos en el otro lado. Había claro, otros avances tecnológicos en el armamento, como por ejemplo más rápidos, y más poderosos barcos, aviones, tanques y gas venenoso. Fueron importantes en la guerra y causaron muchas muertes, pero ninguna de estas armas puso fin al empate que había sido creado por la combinación de las ametralladoras, el cañón y el alambre de púas. La guerra había empezado en el frente oriental en Agosto 1, cuando los Rusos invadieron el este de Alemania. Este fue un acontecimiento sorprendente, ya que los Alemanes habían sentido que los Rusos no se habían podido mover por meses. También fue un momento crucial en la guerra, ya que requería que el Comandante Supremo Alemán Helmuth von Moltke (1848-1916) divergiera dos divisiones en el Este, eso es que alejara el intento de ataque en el Oeste por Francia. Los Rusos avanzaron en este frente hasta Agosto 27, cuando sus fuerzas fueron aplastadas en las batallas de los Lagos Tannenberg y Masurio. La guerra en el Este no había terminado, pero ahora los Alemanes tenían la iniciativa.<br />Los alemanes comenzaron su ataque en Francia en Agosto 4, 1914. Arrasando a través de Bélgica (un acto que hizo certera la participación de Gran Bretaña en la guerra), las tropas Alemanas rápidamente derrotaron las fuerzas Belgas e Inglesas, antes de dirigirse a Paris. Estaban muy cerca de la ciudad, pudiendo ver a la Torre Eiffel, cuando fueron detenidos en Marne en una serie de batallas que decidieron el curso de la guerra. Hasta ese punto Alemania había avanzado constantemente y esperaba una victoria rápida. Después de haber sido sofocados en Marne, sin embargo, los Alemanes corrieron a von Moltke y lo repusieron con otro General, Erich von Falkenhayn. El cambió la estrategia un poco, decidiendo que si no podía obtener una rápida victoria sobre las tropas oponentes, trataría de esquivarlas. Así, el ejército alemán hizo una serie de ataques en el bosque Argonne, y en ciudades como Lille y Amberes, pero sus planes fueron frustrados cada vez. Esto era lo que ahora se ha llamado la “carrera al mar”. Ningún lado podía derrotar al otro directamente, así que ambos corrieron al océano para cambiar el flanco del enemigo. Eventualmente, a ambos lados se les acabó el territorio y cavaron una red compleja de trincheras a través de Europa del norte.<br />Al mismo tiempo que los alemanes entraron a Bélgica, los Franceses entraron en territorio Alemán en Alsacia. El plan de ataque de los Alemanes había predicho que esto ocurriría. A finales del siglo XIX, un Jefe del Estado Mayor Alemán llamado Alfred von Schlieffen articuló el plan Schlieffen. Sostenía que en una guerra de dos frentes, Alemania debía primero derrocar a Francia y después volverse a Rusia, ya que ese país se movilizaría más lento. En el caso de Francia, sin embargo, el cálculo de Schlieffen fue correcto. El sentía que los Franceses estarían tan preocupados con recuperar los territorios en Alsacia y Lorena que atacarían allí primero. Así que la idea era esperarlos en Alsacia y después ir alrededor de ellos a través de Bélgica. Ya que los Alemanes estaban esperando a los Franceses pudieron contra-atacar con fuerza para parar el avance. Así, para finales de Septiembre el ataque falló y los dos lados se estancaron. Para el final del año, Europa del Norte era una gran trinchera del Atlántico al Rin.<br />Habiendo llegado el final del año, ponderemos la situación. Ambos lados habían fallado en ganar una victoria rápida. Estratégicamente, la situación era un poco mejor para los Alemanes que para los Franceses o los Ingleses, ya que el Ejército Alemán estaba en tierra extranjera. Pero el costo humano era terrible de comprender. Para el final de 1914, Francia había perdido 300’000 hombres, con Gran Bretaña y Bélgica perdiendo otros 25’000 conjuntamente. Alemania había perdido 85’000. Y esto era solo el principio, ya que el sistema de guerra de trincheras propició más matanzas. Para avanzar las líneas de la trinchera, se pensaba que el bombardeo de artillería y ataques de infantería eran necesarios para abrumar al enemigo. Así, miles de personas eran echadas a un molino de carne (los Alemanes lo llamaban una máquina de salchichas) que producía ganancias moderadas y efímeras. La situación en el Este fue un poco diferente para el principio del Nuevo Año. Los Rusos habían perdido todas sus ganancias iniciales y eran empujados al este por los Alemanes. Las cosas ocurrían de diferente manera en el sudeste, donde los Rusos estaban avanzando hacia territorio ocupado por los Austriacos. Pero incluso aquí nadie lanzó un golpe fulminante, ya que los Austriacos repusieron sus pérdidas y comenzaron a retroceder hacia Serbia. Después de que el frente se había calmado en el oeste, la primera iniciativa militar vino en Marzo de 1915 de los Ingleses en un ataque a un pueblo llamado Neuve Chapelle, pero el ataque valló y los Alemanes mantuvieron el pueblo. La respuesta Alemana vino en el pueblo Belga Ypres, y el ataque de artillería fue tan furioso que el pueblo se volvió inhabitable. Buscando una salida al empate y respondiendo a las llamadas de ayuda de los Rusos, los Británicos decidieron atacar el eslabón más débil de los Poderes Centrales, los Otomanos. Durante los meses de Marzo y Abril, atacaron los Dardanelles con barcos, pero fueron repelidos. Entonces trataron de desembarcar en Gallipoli, que también falló. Uno de los líderes en la defensa Turca era Mustafa Kemal, que se convirtió en el fundador de la Turquía moderna. Ese ataque finalmente falló en Agosto. Este es un momento importante en la guerra, ya que anuncio al resto de los estados de Europa que el Imperio Otomano estaba disponible para todos. Italia, sintiendo que podía ganar territorio en contra de sus rivales tradicionales, Austria y el Imperio Otomano, pactó un tratado secreto por territorio y se unió a la guerra en el lado de los Poderes del Entente en 1915. Los Británicos buscaron ganar la iniciativa en el Oeste al atacar el pueblo Belga de Loos en Septiembre. Los Británicos usaron gas venenoso por primera vez en esta batalla, pero no hizo ninguna diferencia. La superioridad alemana en ametralladoras terminó el ataque. También hubo una ofensiva en lo que actualmente es Irak, pero el agobiante fuego se detuvo antes de tiempo. A los austriacos les fue un poco mejor en Serbia. Para el final de 1915, las tropas Austriacas estaban en Belgrado. Bulgaria, que había sido neutral, entró a la guerra en este punto, esperando robar territorio de los Serbios. Esto invitó una invasión liderada por los Británicos a través de Grecia que trajo consigo diversos resultados, a lo mucho. Al final de 1915, en consecuencia, poco más había sido logrado además de matar más gente. Durante el año los Franceses habían perdido otros 210’000 soldados, los Británicos 66’000, y los alemanes 113’000.<br />Al mirar el año de 1916, vemos a Austria tomar la ofensiva, tomando Montenegro y Albania. Esta fue la marea alta de los Poderes Centrales. La invasión Anglo-Francesa en Gallipoli había sido un desastre y la evacuación estaba en proceso. El ataque Anglo-Británico en Irak fue otro desastre, ya que las tropas Turcas derrocaron a los invasores y se llevaron 11’000 prisioneros. Y durante este tiempo Alemania también comenzó a invadir al Imperio Ruso. Las tropas Alemanas avanzaron hacia Polonia y Lituania, mientras que huelgas en contra de la guerra comenzaron a ocurrir en ciudades Rusas. Este imperio estaba muriendo; tres más eventualmente correrían la misma suerte. También en 1916, los Alemanes comenzaron su ofensiva en la fortaleza de Verdun. Los Franceses habían sostenido por mucho tiempo que nunca abandonarían su fortaleza, y los generales Alemanes idearon que utilizarían esto a su ventaja desangrando a Francia hasta su muerte a través de su necedad. Ya que los Franceses permanecerían en esta fortaleza más allá de la razón, la idea era, que perderían a muchos hombres y tendrían que enviar repuestos de otras partes. Esto era realmente una máquina de salchichas. La batalla duró hasta el verano, cuando los Alemanes bajaron la intensidad de sus ataques. En este punto, los Alemanes habían perdido 71’000 hombres muertos o desaparecidos y los Franceses 160’000. En Julio 1, 1916, los Británicos hicieron su contribución a la masacre al atacar el otro lado del Río Somme en el norte de Francia. Durante todo el verano los Británicos marcharon hacia las líneas Alemanas y fueron destruidos. Las estadísticas son nauseabundas. En el primer día, los Británicos sufrieron 57’000 bajas, 19’000 de ellas eran muertos. Para el final del año, solamente en esta batalla los Británicos habían sufrido 500’000 bajas de todo tipo y los Franceses otras 200’000. Los Alemanes sufrieron 235’000 propias. Para darles un poco más del contexto en el desangramiento que ocurrió en esta batalla. Durante el año de 1916 los Británicos habían perdido un total de 150’000 muertas, los Franceses 270’000, y los Alemanes 143’000. El total de muertos en este punto para la guerra para los Alemanes, Franceses y Británicos alcanzaba 1.4 millón. Y todavía faltaban dos años más de guerra.<br />1917 es un año crucial en la guerra, porque trajo consigo el final del Imperio Ruso y vio la entrada de Estados Unidos a la guerra. Comenzaremos con los Rusos. Para 1917 el ejército Ruso estaba terminado. Más de un millón de soldados Rusos habían sido muertos en acción, otros 500’000 estaban heridos, y otro millón había desertado. Las cosas tampoco habían estado muy bien en el frente de casa. Ya al final de 1916, en Octubre y Noviembre, había habido casi 200 huelgas de 200’000 hombres trabajadores en contra de la guerra. Las cosas continuamente se erosionaron de allí. Para Marzo 3, 1917 hubo una huelga masiva en la planta de municiones en San Petersburgo. La huelga se extendió y para Marzo 9, 300’000 trabajadores estaban en huelga. El disturbio se contagió a otras áreas y para Marzo 15 el Zar había abdicado. Un gobierno provisional fue puesto bajo el socialista Menchevique Alejandro Kerensky. Este gobierno sin embargo, cometió un error crucial al decidir continuar la guerra. (Podemos entender esta decisión un poco, si tomamos en cuenta que la vida del estado Ruso era mantenida gracias a una ayuda masiva de occidente. Para no renunciar a esta ayuda, Kerensky decidió continuar la guerra.) Esto solo empeoro las cosas y para Noviembre de 1917 hubo otra revolución liderada por Vladimir Lenin. El gobierno de Lenin termino la guerra con el tratado de Brest-Litovsk. Firmado ultimadamente en Marzo 3 de 1918, fue un arreglo punitivo que le arranco a Rusia un tercio de su población y tierra de agricultura, así como de su petróleo. Retomaremos la historia de la Revolución Rusa en otra sesión. Por ahora, solo debemos recordar que la Rusa Zarista ya no existía y que los Alemanes podían ocupar todas sus fuerzas en el Oeste.<br />La derrota Alemana de Rusia pudo haber significado una tremenda ventaja para los Poderes Centrales, excepto por la entrada de Estados Unidos a la guerra en Abril de 1917. Alemania había tenido desde hace mucho un problema fundamental. No había podido retar la supremacía naval Británica, lo que significaba que los Británicos podían estrangular el comercio Alemán, pero los Alemanes no le podían hacer lo mismo a los Británicos. (También debemos añadir a esto la reticencia Alemana de poner sus preciosos barcos a prueba. Solo hubo una batalla naval durante la Primera Guerra Mundial, la batalla de Justland de 1916. La idea era abrir el Mar del Norte al derrotar a los Británicos. La batalla quedo inconclusa y ambos lados perdieron barcos. La respuesta de la marina Alemana fue dejar todos sus barcos anclados durante el resto de la guerra.) Después de su gran empaje militar durante 1916, Alemania creyó que podía finalmente derrocar a los Británicos estrangulando su comercio. Ya que la flota de alta mar de los Alemanes estaba anclada en el puerto, la manera de lograr esto era a través de una "guerra submarina sin límites". Si los alemanes no podían derrocar a la Marina Real en altamar, podían en cambio destruir desde abajo a los comerciantes que iban a dejar bienes a los Británicos. Alemania había utilizado técnicas de guerra submarinas antes en la guerra, pero había suspendido ataques en las flotas mercantiles después de que los Estados Unidos protestaron por el hundimiento del Lusitania en 1915. Sin embargo en Marzo de 1916, el gobierno Alemán cambio radicalmente de carácter, cuando Erich Falkenhayn fue repuesto por Paul von Hindenburg como Jefe Supremo de las Fuerzas. Hindenburg tomo como su ayudante a Erich von Ludenorff. Estos hombres eran los héroes de la batalla de Tannenberg e inmediatamente se dieron a la tarea de militarizar cada aspecto de la sociedad Alemana, incluyendo la producción y la diplomacia en tiempos de guerras. El Káiser ya no hacia la política, y más bien era una figura simbólica.<br />En Febrero de 1917, bajo este nuevo liderazgo, los Alemanes tomaron la decisión desastrosa de llevar a cabo una guerra submarina sin restricciones. Para el 6 e Abril, los Estados Unidos declararon la guerra y pronto barcos y hombres empezaron a viajar a Europa. Eventualmente, los Estados Unidos enviaron 2 millones de hombres a Europa. (Lo que los Alemanes inexplicablemente no sabían es que los Británicos estaban a punto de colapsar financieramente. Su crédito con los Estados Unidos había alcanzado un límite y no podían haber recibido nuevos préstamos sin la entrada de Estados Unidos en la guerra.) Esto marco el principio del fin. Sin la intervención de Estados Unidos, Alemania hubiera ganado la guerra. Sin embargo con los recursos adicionales, no había manera de que los Alemanes ganaran. Mas sin embargo, la pelea continuaba. Para el final de 1917 otros 500'000 soldados Alemanes, Franceses, y Británicos habían muerto. En Enero 8 de 1918, Woodrow Wilson, presidente de los Estados Unidos, dio a conocer sus catorce puntos para un programa de paz, abogando por una visión democrática de Europa basada en la autodeterminación nacional. Cayó en oídos sordos. Todos los países estaban tan profundamente envueltos en la guerra que el único fin posible para la misma era hacer que el otro lado pagara los costos. (Por ejemplo los Británicos se habían reunido bajo la frase de "Cuelguen al Káiser!) Alemania, por su parte, decidió hacer una última ofensiva en 1918. Había firmado el tratado de Brest/Litovsk en Marzo y estaba convencido de que Estados Unidos no podía contribuir enormemente a la guerra antes del verano de 1918. Así, desde su punto de vista una carrera para terminar rápidamente la guerra era lo que estaba ocurriendo. En Marzo 21, la primera de tres grandes ofensivas Alemanas comenzó: un ataque en las posiciones Británicas cerca de Laon. En un principio fueron altamente exitosas, eliminando casi por completo dos ejércitos Británicos y recuperando todo el territorio que los Británicos habían ganado en el Somme. Luego los Alemanes atacaron de nuevo en el área alrededor de Ypres. Las muertes fueron masivas. En cinco semanas desde el comienzo del ataque, los Británicos reportaron 150'000 muertos o desaparecidos. (En la llamada tercera Batalla de Ypres, que había sido una ofensiva Británica, lo Británicos habían perdido aproximadamente la misma cantidad, pero esta batalla había durado 5 meses.) Los Franceses perdieron otros 60'000, y los Alemanes 105'000. Luego en Mayo de 1918, los Alemanes voltearon al sur, tomando Soissons y emprendiendo el camino a Paris de nuevo. Este avance fue detenido únicamente por los Americanos. Los Alemanes trataron de atacar otra vez en Julio, pero no pudieron sobreponerse a la fuerza recién importada de los Estados Unidos.<br />En Julio 18, los Franceses fueron capaces de lanzar un contraataque que finalmente rompió las filas Alemanas. 30'000 soldados fueron tomados ese día. Entre los soldados que participaron en la retirada estaba un joven cabo llamado Adolfo Hitler. En agosto 4 Hitler fue premiado con la Cruz de Hierro, Primera Clase para valor personal. Pero esto de nuevo fue el comienzo de un colapso general. Los poderes de la Triple Entente atacaron otra vez el 8 de Agosto. Para el 14 de Agosto Ludendorff recomendó que el gobierno Alemán pidiera la paz. El 17 de Agosto, los Franceses atacaron y tomaron 10 millas de territorio en un solo DIA. En Septiembre 26, hubo una nueva ofensiva cerca de Cambray. El ejército Austriaco estaba cayendo rápidamente también y comenzaba a buscar la paz. Para el final de Septiembre Bulgaria había firmado un armisticio y estaba fuera de la guerra. A mediados de Octubre, los Británicos avanzaron de nuevo, en una batalla en la cual el joven cabo Hitler fue otra vez herido, esta vez cegado por un proyectil de gas venenoso. En Octubre 28, los Austriacos preguntaron por un armisticio. En Noviembre 2, los Americanos lanzaron otra ofensiva, utilizando gas mostaza por primera vez. El 11 de Noviembre, los Alemanes también firmaron un armisticio. La guerra mas destructiva de toda la historia -hasta este punto- había terminado el 11 de la mañana el onceavo día del onceavo mes. Durante los cuatro años de lucha los Franceses habían perdido un total de 1.2 millones de soldados muertos, los Británicos 620'000, y los Alemanes 670'000. La cuenta total de muertes para el Occidente alcanzaba 2.5 millones. Es en este contexto en el que tienen que considerar la sesión que sigue acerca de la cultura que surgió entre las dos guerras.<br />Sin embargo antes de que terminemos, debemos dar un paso atrás y tratar de poner esta guerra en un contexto mas amplio. Primero, mirando atrás, podemos ver que esta fue una gran guerra nacional. Las naciones-estado colisionaron, en una manera que no había sido posible antes, y una nueva serie de estados-nación aparecieron después de la guerra, como Polonia, Checoslovaquia, Yugoeslava, Lituania, Latvia y Estonia. Segundo, esta gran guerra nacional finalmente destruyo los poderes conservadores de Europa del Este y Central. La Alemania Imperial, Austria-Hungría, Rusia, y la Turquía Otomana todas sucumbieron ante la guerra. El mapa de Europa estaba cambiado para siempre por estos levantamientos políticos. Tercero, la guerra revoluciono las economías Europeas, aunque es debatido si para mejor.<br />Gracias a las enormes necesidades materiales de la guerra los gobiernos intervinieron en sus economías en maneras nunca antes vistas. Para 1915, los gobiernos estaban dirigiendo economías enteras. Primero, habían tomado las riendas del tipo de cambio y de la inversión. Después, como la leva afecto la fuerza de trabajo, el estado se involucro en la economía asignando el trabajo. Como la oferta de bienes se volvió muy escasa durante la guerra, el estado entro a la economía al racionar los materiales disponibles. Los Alemanes tenían una Junta Directiva de Guerra y Materias Primas e instituyo la Leva Nacional muy temprano en la guerra. Los Ingleses primero instauraron un Ministro de municiones, solamente para garantizar la oferta de misiles / proyectiles de artillería. Sin embargo después, crearon cinco nuevos departamentos para dirigir toda la economía. Los propietarios ricos también vieron que la guerra tomo un pedazo de sus riquezas. Los Británicos incrementaron sus impuestos dramáticamente y los Alemanes finalmente instituyeron un impuesto. La propiedad sobre la tierra fue cada vez más regulada ya que toda la tierra disponible tenía que ser utilizada para crecer cultivos. En muchas maneras, estos gobiernos de guerra eran experimentos tempranos de socialismo estatal, y señalan una nueva relación entre Estado y economía que perduraría durante y después de la Segunda Guerra Mundial.<br />Hacia el final, la guerra se había vuelto algo absoluto, como si toda la sociedad -con o sin voluntad- fuera movilizada para la victoria, ya fuera en nombre del pueblo, del gobierno, o del autócrata. Los no combatientes se vieron envueltos en la guerra en una nueva manera. Los Civiles fueron el objeto de una guerra psicológica y económica. Los gobiernos comenzaron a racionar la comida en nombre de la guerra. Alemania comenzó la tendencia en 1915, Italia la siguió en 1917. La gran expansión de libertades civiles que ocurrió en la oleada liberal después de 1870 fue suprimida, ya que el gobierno en tiempo de guerra significo la suspensión de libertades constitucionales y parlamentos. Después de 1916, Alemania estuvo bajo un régimen militar. En Austria, el parlamento no se reunió hasta 1917. En Gran Bretaña y Francia, los oficiales electos todavía reinaban, pero una manera cada vez más autocrática; la política era solo un medio para buscar la victoria. Además, el odio entre clases aumento, ya que la gente comenzó a quejarse de que las obligaciones y el peso de la guerra no estaban equitativamente distribuidas. Al final, la Guerra dejo un mundo mucho más peligroso que aquel que destruyo. El Liberalismo estaba siendo atacado. Los gobiernos estables habían caído. Los resentimientos sociales no fueron superados. Por eso es que desafortunadamente hoy, llamamos como la Primera Guerra Mundial lo que en ese tiempo se conoció simplemente como la Gran Guerra.</span></p><br /></div>Asistente Sauterhttp://www.blogger.com/profile/06010045984058937838noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3430105514566235998.post-60490954598068672672008-02-23T13:29:00.000-08:002008-02-23T13:30:21.739-08:00Sesión 16: El Sistema de Estados Europeos hasta la Primera Guerra Mundial.En las semanas pasadas hemos estado siguiendo un doble camino. Por una parte, hemos considerado la historia y la política de algunos estados particulares de Europa. Por otra parte, hemos puesto estas historias en contextos más amplios, considerando los efectos de fuerzas como la revolución industrial y de la agricultura, así como el grupo de “ismos” que surgió del periodo post-revolucionario. En esta sesión, también quiero ampliar nuestra perspectiva, pero con referencia a las relaciones internacionales. Aunque los individuos jugaron un papel importante en las relaciones internacionales durante el siglo XIX, con gente como Klemens von Metternich, Otto von Bismarck, Benjamín Disraeli, y Napoleón III controlando la agenda, sus decisiones eran determinadas por los problemas creados por la competencia de los estados por influencia, una competencia que databa desde el siglo XV. Así, el estallido de la primera guerra Mundial en el verano de 1914 pudo deberse en parte a confusiones diplomáticas, pero que la conflagración resultante fue tan larga y durará tanto fue el producto de una batalla viciosa y que ya llevaba largo tiempo entre los estados europeos por la preeminencia terrestre. En esta sesión quiero delinear como es que esta batalla más grande fue luchada y quienes fueron los actores más importantes. Empezaré discutiendo las relaciones internacionales en el siglo XVI. Ustedes ya están familiarizados con mi manera de describir el escenario internacional de acuerdo a “problemas”. Así, como ya he discutido, durante el siglo XIX Francia fue uno de los mayores problemas de Europa. ¿Que debía hacer uno, después de todo, con un país que entre 1789 y 1870 había exportado repetidamente revoluciones y guerras al resto del Continente? Después de 1870, claro, el problema “central” se convirtió en Alemania. Las cosas eran diferentes en el siglo XVI. Para empezar, diferentes jugadores estaban en el juego. Alemania no existía como un estado, e Inglaterra, Francia, España, y Austria eran los únicos jugadores reales. Durante el siglo XVI el problema central fue España. España había emergido de la reconquista del siglo XV como un estado poderoso, y agresivo empeñado en la dominación. Hacia 1492, cuando Granada era el último de los estados Islámicos en la Península Ibérica cayó, los monarcas de España ya tenían una experiencia considerable en cobrar impuestos y luchar. Mas aún, la unión de los Reinos de Aragón y Castilla a través del matrimonio de Isabel y Fernando en 1469 creó un estado grande y centralizado que estaba listo para hacer malicias en el escenario global. Cuando el destino de España se entremezcló con las ambiciones dinásticas de los Habsburgo, Europa se destinó a múltiples guerras.<br /> Ustedes ya saben en dónde España hizo muchas de sus maldades, principalmente en el Nuevo Mundo. El Imperio colonial Español en Norte y Sudamérica era crucial para la política Europea, porque la plata que se extraía de allí financiaba una serie de guerras en contra de otros estados Europeos. En 1495, España se unió con Inglaterra para invadir Italia con el pretexto de sacar a los Franceses, que habían invadido el año anterior. En 1503, tomaron Nápoles, que conservaron por dos siglos, parte de una larga tendencia de interferencia extranjera en la península Italiana que databa desde el siglo XVIII y que continuaría hasta 1870. En 1588, España trató de invadir Inglaterra, pero su flota fue destruida por una marina inglesa más preparada y el clima traicionero del Atlántico. Y luego también estaba el problema de la herencia de los Habsburgo. El Emperador Sacro Romano Maximiliano I de Austria había agrandado Austria a través de una astuta, y un tanto suertuda, política de matrimonio. Una de sus apuestas de matrimonió dio buenos resultados con la adquisición de lo que hoy es Bélgica, los Países Bajos, y Luxemburgo. Después, otra de sus apuestas, rindió buenos frutos al acercar el trono Español al redil de los Habsburgo. Así fue que en 1516 el nieto de Maximiliano Carlos no sólo subió al trono Español pero también tomó posesión de lo que se llamaría los Países Bajos de España.<br /> El ascenso de Carlos V al poder nos ofrece la oportunidad de considerar dos factores que serían importantes en el curso del siglo XVII. El primero fue el conflicto religioso. Martin Lutero puso en marcha las cosas con un bullicioso principio al poner en 1517 sus 95 tesis en la puerta de la catedral de Wittenberg. Lutero fue salvado del martirio por la política Alemana, ya que el Duque Federico el Sabio de Sajonia lo encerró en un castillo, así permitiendo que Lutero fuera el primer herético exitoso desde Jesús de Nazareth. El fermento religioso resultante afectó el equilibrio político europeo, y sucedieron una serie de guerras. Esto nos lleva al segundo factor. Una de las guerras más importantes durante el siglo XVI fue la Revuelta Holandesa de 1567-1579, en la cual los Holandeses ganaron su independencia de la corona Española. Durante el siglo XVI los Holandeses se habían convertido en Calvinistas. La opresión religiosa Española y sus elevados impuestos hicieron que los Holandeses se levantaran en contra de su príncipe y fundarán una república. Esto es importante, ya que los Países Bajos eran un área densamente poblada altamente involucrada en el comercio del Atlántico. Al volverse ricos, los Holandeses también se volvieron beligerantes, yendo a la guerra no solamente en contra de España pero también con Portugal, y todo en el nombre del comercio. Así, para el principio del siglo XVII, los Holandeses se habían vuelto uno de los mayores jugadores en la gran carrera por la ventaja colonial y mercantil.<br /> Al entrar en el siglo XVII, tenemos seis jugadores principales en el sistema de estados Europeos: Francia, España, Inglaterra, Austria, la República Holandesa, y Suiza. Inglaterra, por su parte, tenía suficientes problemas con qué ocuparse a través del siglo XV. Primero, los Franceses los sacaron del norte de Francia en 1443. Después, al final del siglo XV la guerra civil estalló, la llamada Guerra de las Rosas, que comenzó en 1455 y que terminó hasta 1485. Fue solamente con el ascenso de Enrique VIII al trono Inglés (1491-1547; r.1509) que los Ingleses pudieron proyectar poder más allá de sus fronteras. Comenzaron en el siglo XVI al unirse a la invasión española de Italia, pero con la llegada de la Reforma en los 1530s los Ingleses dejaron el bando católico y cada vez más vieron que estaba en su interés aliarse con los Holandeses. El intento de Felipe II de invadir Inglaterra, fue en parte, una respuesta a la ayuda Inglesa a los Holandeses durante la revuelta de éstos últimos. Sin embargo, durante el siglo XVII, los Ingleses se volvieron mucho más agresivos. Como ya hemos discutido, los intereses Ingleses en el comercio los llevó a luchar tres guerras con los Holandeses durante el siglo XVII. Y al final de la Guerra de Sucesión Española, los Ingleses eran la potencia mercantil preeminente de Europa.<br /> Los Franceses habían estado subiendo desde el final de la Guerra de los Cien Años (1337-1453). En 1477, tomaron la mitad baja de Burgundía de los Habsburgo. En 1494, invadieron el norte de Italia. Durante el siglo XVI pusieron su mirada en Alemania, ocupando ciudades claves de Lorena en 1552. El verdadero ascenso a la prominencia de Francia llegó, sin embargo, en el siglo XVI con los reinados de Luis XIII (1601-43: 1610) y Luis XIV (1638-1715: r.1643). Bajo el ministro principal de Luis XIII, el Cardenal Richelieu, Francia se vio involucrada en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), buscando dañar a los Habsburgos Católicos al luchar del lado de los Protestantes Alemanes. (Hago notar aquí en paréntesis que la Guerra de los Treinta Años vio el nacimiento y la caída de Suiza, particularmente bajo el Gran Rey Gustavus Adolphus (1594-1632: r. 1611). Adolphus llevó a Suiza a la guerra en defensa del Protestantismo, pero después de su muerte se hizo evidente que Suiza no tenía los medios para sostener una política exterior beligerante. La cuestión, sería resulta al final, por el arribo de Rusia). No obstante, ahora debo regresar a Francia. Durante el reinado de Luis XIV Francia fue a la ofensiva, atacando a los Españoles (1648-59) y a los Holandeses (1672-78), antes de verse envueltos en la Guerra de los Nueve Años con los Ingleses, Holandeses, y Austriacos, de (1688-1697), y después enfrentar la misma coalición en la Guerra de Sucesión Española (1701-1713/14). El reinado de Luis XVI cambió la situación estratégica de Europa. Desde este punto en adelante, los Ingleses, Holandeses, y Austriacos siempre estarían buscando maneras de controlar a Francia. El problema fundamental era que Francia era el país más poblado de Europa, teniendo 20 millones de personas durante el reinado de Luis XIV, y su economía era muy productiva. Así, justo a través del tiempo de Napoleón, Francia era tan poderosa que siempre amenazó a Europa con expansionismo.<br /> Para el comienzo del siglo XVIII, el sistema Europeo había perdido tres de sus jugadores más importantes y ganado dos. Los Ingleses, Franceses, y Austriacos persistían, mientras que los Españoles, Holandeses, y Suizos dejaron de ser potencias de primer nivel. A cambio, Europa vio el ascenso de los Rusos y de los Prusianos. Los Franceses rompieron la Paz de Pirineos con España en 1659, que había sido firmada al final de una guerra que llevaba ocurriendo desde 1648. España permaneció como una potencia Europea importante hasta el final de la Guerra de Sucesión Española, pero después de que otras potencias desmantelaron su imperio en ultramar su tiempo en el escenario Europeo llegó a su fin. Los Suizos ya habían sobrepasado su tiempo en la Guerra de Treinta Años, pero con la Gran Guerra del Norte (1700-21) fueron finalmente echados de la primera fila de potencias por el gigante durmiente en el este de Rusia. Rusia había avanzado a pasos agigantados bajo el Czar reformador Pedro el Grande (1672-1725; r. 1696) quien movió la capital a San Petersburgo, reformó el ejército Ruso y construyo la marina. Al final del reinado de Pedro, y con la victoria sobre los Suizos, Rusia fue la potencia preeminente en el Báltico. También se volvería el poder preeminente en los Balcanes bajo el reinado de Catarina II (1729-1796; r. 1762). Los Holandeses también fueron echados de la lista de potencias más importantes por sus guerras en contra de los Ingleses y los Franceses. Para el siglo XVIII eran esencialmente un próspero satélite de Inglaterra. También hay una cosa más que debemos notar, sin embargo. Para el final del siglo XVII, la religión había dejado de ser una de las principales causas para la guerra. El apoyo cínico de Francia para los poderes de la Alemania Protestante en la Guerra de Treinta Años en contra de sus co-religionarios en Austria fue ya un signo de que las cosas habían cambiado. En 1697, cuando Luis XIV oficialmente reconoció la ascensión de Guillermo III y María II al trono Inglés, los temas religiosos habían sido excretados de la política del poder. Por fortuna o por desgracia, todas las guerras serían luchadas desde ese momento por razones de estado.<br /> Ya hemos discutido el ascenso de Prusia en el siglo XVIII. El ataque maquiavélico de Federico II en Austria en la Guerra de Sucesión Austriaca (1740-48) y su buena fortuna para sobrevivir la Guerra de los Siete Años (1756-1763) significó que Prusia se volvió una potencia de primer nivel, o al menos casi. Ya bien entrados en el siglo XIX, Prusia era una gran potencia que pudo haber sido disuelta por una sola derrota militar, así que era entendible que los poderes de Europa tendían ha estar más preocupados de que Austria fuera a dominar Alemania. El ascenso de Prusia señaló, sin embargo, dos cosas. Primero, un importante parte aguas ocurrió en el Continente. Desde este punto en adelante Europa fue dividida en dos esferas: una occidental dominada por Inglaterra y Francia, y una oriental dominada por Austria, Prusia y Rusia. Las tres particiones de Polonia en 1772, 1793, y 1795 fueron una señal clara de que el oeste tenía poco que decir de los asuntos del este. Segundo, Austria ahora tenía una competencia legítima por el liderazgo en la esfera Alemana. Que Prusia ganara esta batalla podía tener importantes consecuencias para toda Europa. Hablaremos más de estas en un momento.<br /> Ya hemos discutido la Revolución Francesa y Napoleón en detalle en otra lectura, así que pasaré por alto estos eventos y limitaré mis comentarios a implicaciones más amplias. Primero, con la derrota “final” de Napoleón en Waterloo, se volvió evidente que Europea estaría dominada por dos poderes que nadie podía tener esperanzas de derrotar, Bretaña y Rusia. La marina de Bretaña la hacía invulnerable a la invasión, y la eterna estepa de Rusia hacía que invadirla no tuviera sentido. Estas dos potencias, en particular, vigilaban Europa y trataban de asegurar que los Franceses no agitaran problemas de nuevo. Paso mucho tiempo antes de que cualquiera pudiera olvidar los 15 años de guerra y las cuatro coaliciones que habían sido necesarias para derrotar a Napoleón.<br /> El deseo de mantener a los Franceses en una caja es la fundación real de la segunda implicación a la cual acabo de aludir, el nacimiento del Sistema del Congreso. Liderada por Austria, el llamado Concierto de Europa trató de mantener paz en el Continente desarrollando un sistema de obligaciones y derechos que ataba a las diversas potencias al sistema. Este concierto incluía Bretaña, Francia, Austria, Rusia, y Prusia. Como ustedes saben, el sistema del Congreso no era una restauración, ya que muchos de los cambios Revolucionarios y Napoleónicos persistieron. Esta pudo haber sido la razón por la cual el nuevo sistema logró mantener la paz, a pesar de la serie de crisis que pudieron haber encendido una guerra mayor. En 1820-21, hubo revueltas en España, Nápoles y Piamonte. En 1821-5, hubo una revuelta en Grecia en contra del Imperio Otomano. En los 1810s y 20s una serie de colonias Españolas se revelaron en contra de sus gobernantes imperiales. En 1826-29, hubo una crisis acerca de una guerra Ruso-Turca que los Turcos habían perdido horriblemente. En los 1830s hubo revoluciones en Francia, los Países Bajos, Alemanía, Italia, y Polonia. En 1822-41 hubo otra Crisis en el Este Cercano, en el cual el Concierto de Europa de hecho apuntaló a los Otomanos.<br /> Aquí necesito hacer dos puntos. Primero, el ascenso de los poderes del este (Rusia, Prusia, y Austria) jaló a los Otomanos hacia el sistema Europeo. El Imperio Otomano se originó en el siglo XIII, y había sido una amenaza para Austria desde el siglo XVI. Sin embargo para el siglo XIX, estaba claramente decayendo y esto se volvió un problema, ya que tanto Austria como Rusia querían expandirse a costas del Imperio Otomano. Esto fue un problema para cada otra potencia en Europa, pero especialmente para los Británicos, que no querían a los Austriacos y a los Rusos compitiendo con ellos en el Mediterráneo. Esto es, las grandes potencias siempre temieron una guerra mayor y trataron de evitarla a través del hábil uso, a veces amoral, de la diplomacia. La creencia era que una conferencia importante era preferible a la guerra. Las cosas no siempre funcionaron de esta manera, y hubo una grave guerra en 1853, pero dada la historia Europea de incesante guerra durante los siglos XVI y XVII, no fue para nada un mal record.<br />El Sistema del Congreso se disolvió al final, y aquí quiero buscar tres razones que explican porqué. La primera razón es el ascenso del nacionalismo. Entre 1848 y 1861, como hemos visto, los movimientos nacionalistas aparecieron a través de Europa, y esto permitió a ciertos líderes oportunistas socavar la estabilidad del sistema Europeo. Un buen ejemplo es Napoleón III, quien ya hemos discutido. El comportamiento de Napoleón hacia Italia y Austria fue un factor clave en disminuir los intereses de otras potencias en mantener el status quo. Segundo, la Guerra de Crimea (1853-56). Napoleón III estuvo en el grueso de esta situación, virtualmente asegurándose de que una guerra estallara. Napoleón quería romper la alianza Austro-Rusa que ambos partidos habían desarrollado al comienzo del Congreso de Viena, así que arriesgó una crisis grande para jugarse un triunfo diplomático. Los turcos, por su parte, estaban hartos de que los Rusos los atacaran tan seguido. La agresión Rusa comenzó bajo Fyodor III en 1676 y continuó con cada subsiguiente Czar, terminando solo hasta 1878. Los Británicos, en turno, estaban inciertos en cuales eran sus objetivos en el área, y no tenían idea más allá de cierta creencia de que los Rusos no podían tener el control del Mar Negro. Al final, los Turcos declararon la guerra a Rusia, seguidos de Francia e Inglaterra. Austria, a pesar de haber jurado ayudar a Rusia permaneció al margen del conflicto, negando unirse a cualquiera de los dos. La lucha quedó inconcusa, aunque los Rusos sufrieron una humillante derrota en la conferencia de paz en Paris.<br />Esta guerra tuvo importantes consecuencias a largo plazo. Primero, los Rusos estaban enojados y aceleraron su proceso de reformas militares y financieras, que meramente incrementó la competencia en Europa. Segundo, los Franceses eran vistos como metiches y por eso, indignos de apoyo. Tercero, los Austriacos fueron vistos como poco confiables. Tercero, los Británicos estaban tan apenados por su rendimiento abismal que llegaron al consenso político en la necesidad absoluta de darle más recursos a su marina. Finalmente, la desconfianza y la amargura que la guerra creó dejó una apertura para Prusia y Sardinia-Piamonte. Tanto la unificación Italiana como la Alemana fueron productos de un shock grave al Sistema del Congreso causada por la Guerra de Crimea.<br />Esto me lleva a la tercera razón para el descenso y caída del Sistema del Congreso, el ascenso de la Alemania Imperial. En 1862, Otto von Bismarck se volvió el primer ministro de Prusia. Como ustedes saben de su sesión acerca de la unificación Alemana, Bismarck utilizó cada oportunidad diplomático que pudo para obtener para unificar Alemania bajo los términos de Prusia. No hablaré de más detalles de este proceso, porque ustedes ya los saben. Lo que quiero discutir aquí es la inestabilidad básica que un estado poderoso en medio de Europa creó para el viejo Sistema del Congreso. La unificación Alemana cambió el paisaje estratégico. Inglaterra ahora tenía un competidor en el océano abierto, que no podía tolerar. Francia era, claro, bastante infeliz ya que un ejército más grande y poderoso era su vecino. Es cierto que los Franceses querían Alsacia y Lorena de vuelta, pero un problema más profundo vis- à-vis Alemania era que ellos no tenían ninguna esperanza de derrocar a los Alemanes en una lucha justa. Alemania era el estado Europeo más poblado y tenía la economía más poderosa y dinámica. Déjenme darles un ejemplo: en 1890 el segundo campo de carbón más grande de Alemania, en Silesia, produjo más que toda la industria carbonera Francesa. Esto significaba que los Franceses solamente podían encontrar seguridad en alianzas, que buscaban asiduamente. Una medida de qué tan amenazante era la nueva Alemania fue que los Franceses e Ingleses, históricamente enemigos mortales, firmaron una alianza en 1904, la llamada Cordiale Entente. Los Austriacos estaban aún en un estado formidable, pero en realidad eran un apéndice Alemán, lo que significaba que realmente no tenían libertad diplomática. El resultado final de la debilidad de Austria fue la alianza defensiva entre Alemania y Austria en 1879. Las líneas de batalla en 1914 ya estaban dibujadas hacia el final del siglo XIX. <br />Ahora estamos en una posición para entender tanto el genio como la falla del estado nuevo de Bismarck. Bismarck entendió que Europa estaba rápidamente volviéndose una olla de presión, así que constantemente trataba de divergir las energías de Europa a regiones periféricas, como África y los Balcanes. Dos congresos son importantes ejemplos aquí: el primero es el Congreso de Berlin de 1878, que revisó el Tratado de San Stefano entre Rusia y Turquía acerca de la guerra final por los Balcanes. Básicamente, Bismarck forzó a los Rusos a devolver un poco de territorio a los Turcos para que los Británicos y los Austriacos estuvieran contentos. El siguiente fue el Congreso de África del Oeste en Berlín en 1884-5. Este congreso se reunió para decidir el destino del Congo. Portugal había proclamado derechos sobre el estuario del Río del Congo, pero el Congreso lo declaró una zona de navegación libre, en gran parte para mantener a los Ingleses y a los Franceses contentos. Ustedes recordarán que el Reparto de África comenzó oficialmente en 1881 con la invasión Francesa de Tunisia. Lo que me gustaría notar aquí es que los Franceses recibieron una buena cantidad de motivación para sus aventuras del mismo Otto von Bismarck. Y sus esfuerzos de más tarde para regular la competencia en África fueron un reconocimiento continuo de la necesidad de mantener Europa viendo hacia otras partes del mundo.<br />Así que Alemania ahora era el centro de la diplomacia Europea. Pero un problema de largo alcance estaba presente en todos los movimientos de Bismarck: el Sistema del Congreso había sido remplazado por la voraz competencia por territorios en África y en los Balcanes. Como ustedes bien saben, eventualmente el territorio disponible para el saqueo llegó a su fin, y entonces las viejas tensiones regresaron a Europa con venganza. Una guerra terrible era, entonces, inevitable, y su estallido era solamente una cuestión de tiempo. En 1890, Guillermo II corrió a Bismarck, declarando su intención de gobernar, y no nada más de reinar, sin querer atrayendo rápidamente un conflicto militar. Un peor giro de eventos difícilmente es imaginable. Guillermo II estaba lleno de fanfarronería y rápidamente se volvió el Napoleón III de su día. Mientras que Bismarck había tratado de evitar la guerra y mantener las ganancias de Alemania a través de una política de objetivos limitados, Guillermo II solamente buscaba el siguiente triunfo diplomático. No entraremos en detalles aquí, pero el punto es que de pronto la política exterior Alemana se volvió una fuente de inestabilidad en Europa. Sin Alemania jugando el papel de árbitro cauteloso, el descenso de Europa hacia un sistema de alianzas mutuamente hostiles era predecible. Es en este contexto que un evento tan ridículamente pequeño como el asesinato del aparente heredero de Austria, el Archiduque Francisco Fernando pudo encender una guerra Europea. Como esto ocurrió es el tema para otro día.Asistente Sauterhttp://www.blogger.com/profile/06010045984058937838noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3430105514566235998.post-73620135359018609392008-02-19T09:11:00.001-08:002008-02-19T09:11:45.029-08:00Sesión 15: Bismarck: Prusia obtiene AlemaniaLa última vez hablamos del proceso de unificación de Italia, y utilicé la oportunidad para reflexionar acerca de temas históricos más grandes, vinculando a Italia con el Romanticismo, el Liberalismo y el Nacionalismo, así como también con la política emergente de grandes poderes en Europa que exportaría una serie de problemas alrededor del mundo. Tomando esto en cuenta, el camino de Prusia hacia la unificación alemana es importante para nosotros en dos niveles. Primero, su surgimiento como una gran potencia cambió fundamentalmente el mapa de Europa. Desde el momento en el que el Imperio Alemán fue fundado en 1871, las reglas de la competencia internacional cambiaron, al entrar al juego un rival nuevo y poderoso que los británicos creían haber derrotado. Segundo, el surgimiento de Prusia ocurrió a costa de Austria. Austria, que había sido una gran potencia desde el siglo XVI, fue desplazado a un segundo plano. Ahora era un estado vasallo, capaz de hacer tan solo lo que Alemania le permitía. Así, ahora quiero considerar el problema del Imperio Alemán desde la perspectiva de la batalla entre Austria y Prusia por el liderazgo de la Nación Alemana. Veremos que una vez que este problema se resolvió, muchos otros aparecieron. Comenzaré en el año de 1848. En las áreas de habla alemana de Europa, la noche de la revolución de 1848 fue testigo de un auge en la emigración. Esto fue en parte por la continua represión política que se había vuelto característica en toda Alemania. Pero también fue mucho debido a los problemas económicos que la mayoría de Europa enfrentaba a mediados del siglo XIX. En 1846, 95’000 alemanes habían dejado su tierra natal; en 1847, 110’000 alemanes emigraban. La revolución y la reacción política que le siguió tan sólo intensificaron esta tendencia. Inicialmente, el número de emigrantes se redujo: entre 1848 y 1850, fluctuaron entre 80’000 y 90’000. Después de que la Revolución fracasó, sin embargo, el flujo de emigrantes volvió a crecer. En 1851 hubieron 113’000; en 1852, 162,000; en 1853, 163,000; y en 1854, 300,000. Así, un tema central de la Alemania del siglo XIX es la reacción de la clase media Alemana a la desilusión de 1848.<br /> Este aumento en la emigración alemana después de 1848 tuvo pocas justificaciones económicas, ya que la economía había estado expandiéndose por un tiempo. La razón real de la emigración era política. Un gran número de líderes liberales dejaron aquellos estados en los cuales los regimenes antiguos habían sido restaurados. Maestros, abogados, doctores, poetas, músicos, e incluso oficiales se fueron, llevándose consigo sus fortunas, que valían colectivamente por lo menos novecientos millones de marcos oro. Esta gente se había movilizado para obtener gobiernos más liberales y un estado nacional. Pero no todos los liberales se fueron, sin embargo, y sus ideales persistieron en el discurso político alemán. Estos ideales consistían de sueños de unificación, de una constitución, e incluso del socialismo. Pero como veremos, el nacionalismo en el contexto alemán cambiaría el significado de estas palabras, ya que en el epicentro del Romanticismo Europeo, la nación abarcó todo. La nueva Alemania incluyó muchos aspectos del sueño liberal, pero en un contexto político conservador, y el cerebro detrás de estos cambios fue Otto von Bismarck, quien eventualmente unió Alemania en 1871.<br /> En apariencia, el desarrollo de Alemania después de 1848 continúo sobre las mismas líneas viejas. Pero la unificación de Bismarck creó un imperio autocrático que era muy diferente de las esperanzas de 1848. El estado que creó Bismarck era de un tipo nuevo, el producto de lo que podemos llamar conservadurismo creativo. Basado en el ejército Prusiano y el poder industrial—y no en la explosión comunal y el renuevo que ocurrió en Francia en 1789—combinaba los medios autocráticos con programas sociales que aliviaban los males de la producción capitalista. De hecho, Alemania bajo Bismarck logró un ápice de progreso social mucho más avanzado que otros estados Europeos, que incluía educación masiva, seguros médicos, de trabajo y de vejez. Así, Alemania se volvió un hibrido extraño. El estado no estaba fundado en los mismos principios democráticos que los revolucionaros liberales de Alemania habían propugnado, pero sus logros sociales eran mucho mayores que los de otros países más liberales.<br /> El estado hibrido era producto de una serie de fuerzas en comptencia. Primero, tenemos el deseo de los conservadores de mantener el control del estado. Segundo, tenemos liberales que querían una constitución liberal y un estado alemán unificado. Tercero, tenemos las dificultades impersonales sociales y económicas asociadas con la industrialización. Otto von Bismarck se puso en el centro de estas fuerzas, tratando de unificar Alemania sin ceder a las demandas liberales y socialistas por más poder. En su búsqueda por la unidad Bismarck siempre fue muy flexible. Así, disolvió la unión alemana aduanera (Zollverein) cuando el libre comercio parecía estar a la orden del día. Después en 1878, se volvió proteccionista cuando necesitaba apoyo agrario para mantener a su gobierno en el poder. El campo alemán había sido dañado gravemente por las importaciones más baratas de Canadá, Estados Unidos, y Rusia, así que subió las barreras arancelarias. En la misma manera, entre 1883 y 1889, Bismarck extendió los seguros en contra de accidentes, enfermedades y vejez a los trabajadores, dándole atención a muchas de sus preocupaciones más básicas. E hizo todo esto al mismo tiempo que proscribía el Partido Social Democrático entre 1878 y 1890.<br /> Los revolucionarios de clase media que habían demandado la revolución en nombre de la nación alemana, a menudo aceptaban las acciones de Bismarck. Desde su perspectiva, Bismarck había obviamente triunfado en donde ellos habían fracasado, ya que él no sólo había unificado Alemania sino también había instituido políticas sociales por las cuales ellos habían abogado desde hacía mucho. Algunos de la clase media cedieron a estas condiciones, otros lucharon en contra de ellas. El punto que nosotros debemos mantener en mente, sin embargo, es que todas las fuerzas que hemos estado trazando tuvieron su choque más violento en Alemania. Aquí veremos con mucha claridad las divisiones políticas y sociales que ayudaron a hacer del siglo XX uno tan sangriento. <br /> Otto von Bismarck tuvo que luchar tres guerras para unificar Alemania. En 1864, una guerra con Dinamarca lo ayudó a consolidar su posición en Prusia. Luego una guerra en contra de Austria en 1866 forzó a los Habsburgos a irse de Alemania para bien. La guerra Franco-Prusiana de 1870-71 unió a los estados del sur de Alemania bajo el águila Prusiana y estableció el hecho de que Francia ya no mantenía la hegemonía sobre el Continente. Después de que Alemania se unificó en 1871, la revista de noticias The Economist opinó que, “Europa ha perdido a una amante y ha ganado a un amo”. La situación en Dinamarca pone de relieve como el nacionalismo unió al liberalismo y al conservadurismo. El sentimiento liberal en Alemania siempre había deseado separar a Schleswig-Holstein de Dinamarca. Estas dos regiones eran ducados que estaban bajo el control de la Corona Danesa. Holstein era enteramente alemán y Schleswig era mayoritariamente alemán, con una minoría danesa significativa en el norte. En 1852, para lidiar con la opinión alemana emergente en contra del control danés, un acuerdo internacional fue firmado que permitía a los daneses controlar los ducados siempre y cuando no trataran de integrarlos al estado Danés. Los daneses, sin embargo, violaron el acuerdo al integrar Schleswig a la monarquía Danesa. Bismarck entonces utilizó el comportamiento de los daneses como un pretexto para la agresión.<br /> Porque la cuestión de Schleswig-Holstein era un problema alemán, para legitimar su ataque Bismarck invitó a Austria a participar. En Enero 16, 1864, las dos potencias lanzaron un ultimátum a Dinamarca que demandaba a los daneses retirarse dentro de 48 horas, o enfrentar acción militar. Dinamarca, contando con el apoyo de las Potencias Europeas, rechazó el ultimátum. Los ingleses eran simpatéticos a los daneses, pero se negaban a actuar solos. Los franceses no tenían ningún deseo de atacar Prusia, ya que la veían como un arma en contra de Austria. Así, las grandes potencias no hicieron nada. Un breve intento de mediación falló, y Dinamarca cedió a las fuerzas militares prusianas y austriacas.<br /> En el Tratado de Gastein (Agosto 1865) Prusia y Austria dispusieron de los ducados adquiridos. Las dos potencias gobernarían los dos ducados conjuntamente, con Austria administrando Holstein y Prusia administrando Schleswig. A Prusia le fueron dadas ciertas calles militares que cruzaban a través de Holstein y el comando de Kiel, que sería un puerto para la Confederación Alemana, de la cual tanto Prusia como Alemanía serían miembros. (Ustedes recordaran que Klemens von Metternich había armado la Confederación en 1815). Ambos ducados fueron obligados a unirse a la unión aduanera alemana, que funcionaba para el beneficio de Prusia ya que ella la controlaba. Pero esto no fue todo. Prusia también se anexo Lauenburgo, aunque pagó 2.5 millones de taleros por ella. El alemán que clamaba el trono de los dos ducados, el Príncipe Augustenburg, fue completamente ignorado. Todo esto parecía suficientemente justo, aunque Prusia obviamente obtuvo la mejor parte del trato, ya que solidificó su control sobre Alemania del norte y obtuvo el fundamento para agresiones futuras. Desafortunadamente para todos, Bismarck no tenía ninguna intención de dejar las cosas así.<br /> Bismarck creía que la guerra con Austria era inevitable. Toda su política de 1863 a 1866 fue basada en esta creencia. El se había asegurado de que Rusia no intervendría en este conflicto intermitente al simpatizar con la brutal represión Rusa de la revolución Polaca en 1863. Maniobró con Napoleón III de Francia una posición favorable haciendo toda clase de vagas promesas para agrandar territorio. Una alianza con Italia incluso fue hecha en abril de 1866, a través de la ayuda de Napoleón, que estipulaba que Italia vendría a la ayuda de Prusia, si una guerra con Austria comenzaba en los siguientes tres meses. Todo esto dicho, Bismarck manipuló a cada jefe de estado importante en el Continente hacia una posición diplomática incómoda. Cuando la guerra finalmente ocurrió con Austria, derrotó a los Habsburgos sin que nadie de afuera interfiriera.<br /> Bismarck entonces trató de finalizar el enfrentamiento acusando a Austria de armar a Bohemia. Lo llamó “agitación sediciosa” y además acusó a Austria de apoyar al desafortunado Príncipe Augustoenburgo. Extrañamente, cuando el rey Prusiano presionó a Viena, Austria pareció dispuesta a desarmarse, pero falsos rumores de que Italia se estaba armando, asustaron a Austria y la movieron en la dirección contraria. Así que Austria se movilizó primero, y al mismo tiempo, llevó a la Dieta Federal los múltiples problemas menores que se habían desarrollado sobre la cuestión de Schleswig-Holstein, para ganar el apoyo de otros estados alemanes. Bismarck enseguida clamó que este era una violación de la Convención de Gastein. Cuando Austria, poco tiempo después, convocó a la dieta de Holstein, las tropas prusianas marcharon hasta Holstein. Austria llamó a los ejércitos de la Confederación para que actuaran en contra lo que llamó acciones ilegales de Prusia en Holstein. Mientras tanto Bismarck presentaba un nuevo plan de reorganización de la Confederación. Esto fue puesto sobre la mesa aproximadamente al mismo tiempo que Bavaria proponía elegir un comandante de los ejércitos de la Confederación y movilizar las fuerzas de los estados más pequeños. Cuando la propuesta de Bavaria ganó por un voto de 9 a 6, el delegado Prusiano declaró la Confederación disuelta y anunció un estado de guerra. Fue una guerra rápida—tres semanas de duración. Sadowa o Königgratz, que está en Bohemia, fue la batalla crucial que le dio la victoria a Prusia, gracias a su excelente organización y la famosa “needle gun”. (Esta pistola daba la posibilidad a los prusianos de disparar siete rondas por cada ronda que disparaban los austriacos, aunque la influencia de la pistola en la batalla ha sido sobreestimada). El rey prusiano, que había sido vacilante acerca de la guerra ahora quería invadir Austria. Pero Bismarck, el diplomático siempre calculador, refrenó. Sabía el valor de restringirse y no estaba interesado en aplastar a Austria, solamente en removerla de la política alemana. En vez, Bismarck formó algo llamado la Confederación Norte Alemana, anexando varios estados pequeños y jalando a los estados más grandes al norte del Río Main a la órbita de Prusia. Observadores contemporáneos pensaron que todo esto era una revolución. Lo que los liberales habían soñado por cinco décadas, Bismarck lo logró en tres semanas. El punto importante aquí es que el éxito transformó a muchos de sus antiguos enemigos en amigos y admiradores. <br /> Pero muy parecido a Italia en 1861, Alemania no estaba unificada por completo. El sur permanecía fuera de la coyuntura y aquí es donde Francia y Napoleón III entran en la escena. Tradicionalmente, la política Francesa hacía Alemania había ordenado a los franceses a nunca permitir un estado más grande a aparecer en Alemania, para que no se volviera una amenaza para Francia. Napoleón modificó esta política, porque quería utilizar las fuerzas del nacionalismo en contra de Austria. Esta estrategia era un arma de dos filos. Por una parte, Austria era un estado multi-nacional, y el establecimiento de un rival Alemán, podía en teoría, debilitar los cimientos de Austria. Pero por otra parte, Napoleón parecía creer realmente algo de la retórica nacionalista. Esto lo llevó abajo a un “cul de sac”, ya que nunca pudo decidir qué era más importante: su creencia en la determinación nacional o la necesidad de mantener a Francia más fuerte de lo que sería una nueva Alemania. Bismarck ayudó a Napoleón a decidir al ser mejor estratega en una serie de cuestiones diplomáticas. Las desilusiones que Bismarck le ocasionó a Napoleón, hicieron que éste deseara aún más un triunfo diplomático importante. Esto significó que en los 1860s la política francesa fue nerviosa y errática, reflejando la posición incierta de Napoleón en casa. El gobierno Francés hizo amenazas de guerra prematuras y demandas insolentes de sumisión a los prusianos. Sus acciones en Italia enervaron a los británicos, lo que significó que ellos no apoyarían a Napoleón en contra de Prusia. Más aún, la opinión pública francesa comenzó a oponérsele al empeorar la economía, intensificando la necesidad percibida de una guerra. Napoleón no lo sabía, pero estaba liderando a Francia hacia una guerra que no podía ganar. Aunque parezca extraño, la guerra Franco-Prusiana en realidad comenzó en España. La Reina Española, Isabella, había sido destronada por un golpe militar en 1868, y el parlamento Español comenzó a buscar un repuesto. El Príncipe Leopoldo von Hohenzollern-Sigmaringen, cabeza de la rama del sur de la familia Hohenzollern, se volvió uno de los candidatos. Bismarck se convirtió en el principal promotor del príncipe, ya que creía que esto atraería una guerra. La noticia de la aceptación de Leopoldo para el trono Español le pegó a Francia como una bomba en Julio 2. Gramont, el ministro de relaciones exteriores francés, inmediatamente empezó a hacer vagas amenazas en el French Corps Legislatif (Cuerpo Francés Legislativo), diciendo cosas como “Nosotros debemos saber nuestro deber.” Esta bravuconería solamente dio la impresión a los otros de que Francia estaba desquiciándose de nuevo. En Julio 9 el embajador Francés Benedetti entrevistó al Rey Guillermo, quien en ese momento estaba en Bad Ems, en el Sudeste alemán disfrutando de los baños. Aparentemente, Benedetti persuadió a Guillermo a forzar a Leopoldo a retraer su candidatura. En julio 12 Leopoldo renunció, siendo un miembro bueno y obediente de la familia Hohenzollern. El asunto debió de haber quedado allí. Pero los franceses cometieron más errores, y la aparente ingenuidad de Bismarck los embaucó en una guerra. Gramont no estaba satisfecho con el logro de Benedetti, así que Benedetti de nuevo fue mandado a ver al rey para demandar una promesa inequívoca de nunca más permitir a Leopoldo renovar su candidatura. Gramont buscaba un gran triunfo diplomático. Pero usualmente una necesidad diplomática de este tipo es un indicio de debilidad doméstica. Napoleón III necesitaba algo para restaurar su debilitado control sobre el poder. Tanto Gramont como Napoleón estaban, entonces, involucrándose en un juego muy riesgoso. Si ganaban, se quedarían en el poder. Una pérdida, sin embargo, significaría el final de su estado. Desafortunadamente para Francia, la ferviente necesidad del gobierno de un éxito diplomático cegó a sus líderes de la trampa que había puesto Bismarck.<br /> En julio 14, mientras que el rey tomaba una caminata por el parque, Benedetti de pronto se materializó de entre los árboles y acusó al rey de deshonestidad. Demando una promesa definitiva de que a Leopoldo nunca le sería permitido renovar su candidatura. El rey se negó a hacer semejante promesa, y un reporte del asunto fue mandado a Bismarck en Berlin. Bismarck inteligentemente abrevió este ahora famoso Telegrama de Ems en una manera que lo hacía parecer como una provocación deliberada de parte de Francia. Después hizo que lo publicaran en los periódicos, diciendo que tendría el efecto de una tela roja sobre un toro Galés. Esto es exactamente lo que ocurrió, ya que los franceses consideraron el enmendado telegrama como una provocación y en Julio 19, Francia declaró la guerra a la Confederación Norte Alemana. Los anteriores esfuerzos diplomáticos de Bismarck ahora rindieron su cosecha. Entre los estados alemanes, solamente Bavaria vaciló en unirse a la guerra de Bismarck. Rusia prometió neutralidad. Inglaterra se volvió neutral después de que Bismarck publicó el plan secreto de Benedetti para anexarse a Bélgica, que había sido proyectado con la aprobación indulgente de Bismarck justo después de la Batalla de Königgrätz. Esta guerra tampoco duró mucho. La fortaleza de Sedan cayó en Septiembre 2, 1870, y el Emperador Napoleón caminó entre las filas alemanas con las manos arriba en el aire. Ahora una revolución estalló en la ciudad de Paris, que no se aplacó hasta Enero 28, 1871. La Paz de Frankfurt fue concluida en Mayo 10. Fue una dura, requiriendo que Francia pagara una indemnización de 5 billones de francos de oro, además de que les quitaba Alsacia y Lorena, territorios que los franceses habían robado exitosamente dos siglos antes. Aunque inicialmente Bismarck no dio signos de gran entusiasmo para llevarse estas tierras, algunos industrialistas lo convencieron de que tenían ambas regiones tenían valor económico y militar. (Lorena tenía depósitos masivos de hierro). Este último arrebato envenenó las relaciones Franco-Alemanas hasta la Primera Guerra Mundial. El Norte de Francia fue ocupado hasta 1873, cuando la indemnización fue completamente pagada.<br /> La nueva Alemania fue construida sobre la humillación nacional francesa. En Enero 18, 1871, Guillermo I fue coronado como el emperador de Alemania en el Salón de los Espejos de Versalles. Este fue, sin duda, añadirle un insulto a la herida, y estableció las bases de guerras futuras. En el momento, Victor Hugo predijo que Francia habría, un día, de retomar Alsacia y Lorena y hacer de Alemania una república. Predijo correctamente una parte. Francia sí obtuvo de vuelta Alsacia y Lorena, pero esto fue por dos razones. Primero, Bretaña y Alemania nunca pudieron alcanzar un ajuste a su rivalidad global. Segundo, como resultado una potencia incluso más grande fue forzada a entrar a la escena Europea. Esta fue Estados Unidos de Norteamérica, y delinearemos estos dos temas en las siguientes sesiones.Asistente Sauterhttp://www.blogger.com/profile/06010045984058937838noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3430105514566235998.post-4078373261536449732008-02-07T15:46:00.000-08:002008-02-18T15:59:03.589-08:00Sesión 14: Italia se unificaEn las dos conferencias pasadas hablé acerca del papel que Francia y Gran Bretaña jugaron en el mundo. Ambos eran Estados poderosos y unidos, capaces de proyectar un tremendo poder alrededor del planeta. Sus fortalezas y debilidades internas se convirtieron en cuestiones claves para toda Europa y mucho del resto del planeta. En esta conferencia quiero considerar el nacimiento de un nuevo estado-nación, Italia. Italia se unió oficialmente en 1870, y vale la pena examinar con precaución y en diferentes niveles su experiencia de unificación nacional—llamado el Risorgimento. Primero, nos permite considerar desde otra perspectiva las maneras en que el Romanticismo, el Liberalismo, y el Nacionalismo interactuaron. Segundo, nos muestra como los problemas domésticos de política y economía interactuaban con el sistema más grande de Estados Europeos. Al igual que sus poderosos vecinos , Italia exportó sus problemas domésticos a otras partes del mundo. Finalmente, el Risorgimento fue un evento sumamente importante para la visión del mundo de los europeos. En general, la gente veía la lucha de los italianos como el rompimiento final con el Viejo Régimen. A pesar de todas las revoluciones—en 1789, 1830, 1848—fue el ímpetu Italiano por un estado-nación unificado lo que señaló a los contemporáneos que la última cadena con el pasado había sido cortada. No es ninguna coincidencia, añadiría, que el movimiento artístico que llamamos Modernismo se originó en Italia.<br />Para entender la importancia de todos estos cambios, consideremos brevemente como era Italia antes de la unificación. Lo primero que tenemos que entender es que Italia había sido el foco de rivalidades muy poderosas desde el siglo XV. En varios momentos, las fuerzas armadas de los españoles, franceses, y austriacos, todas competían por el control sobre diferentes partes de Italia, mientras que la flota inglesa aseguraba que nadie se volviera demasiado poderoso en la península. Por el siglo XVIII España había dejado la competencia y Francia y Austria se volvieron los principales poderes que pugnaban por influencia. Así, cuando las Guerras de Revolución francesa estallaron, las fuerzas armadas francesas entraron en Italia e inmediatamente reorganizaron sus pequeños principados en varias repúblicas. Este proceso fue extendido durante el reinado de Napoleón, quien instaló diferentes reinos y después puso a sus amigos y relativos en los tronos nuevos . Hacia 1815, mientras que Europa reaccionaba políticamente, muchos de los viejos Reinos y principados fueron reestablecidos y las reformas revolucionarias abolidas.<br />El año 1815 es central para entender el Risorgimento Italiano, porque marcó el cenit de la influencia Austriaca en la región. Los austriacos habían llegado a ver a Italia como el bastión central en contra de la agresión francesa, y estaban determinados a mantener el control político sobre la mayoría de la península. Por esto, los Austriacos se anexaron Lombardía y Venecia. El Gran Ducado de Toscana fue para el hermano del Emperador austriaco. Parma fue para su hija. Modena y Massa fueron para otros relativos suyos. Había sin embargo, límites a las demandas austriacas. Esta era la edad del legitimismo, así que otros principados tradicionales quedaron en manos de familias con históricos derechos dinásticos . Una princesa de Borbón recibió el Gran Ducado de Lucca. La línea reinante Borbón retomó el Reino de Nápoles y Sicilia. El Reino de Sardinia Piedmont fue devuelto a su anterior gobernante, Victor Emmanuel I.<br />La restauración legitimista de los gobernantes tradicionales de Italia creó una situación inestable. Italia era un país pobre en 1815 y continúo siendo pobre durante las revoluciones que estremecieron a la península en 1848. El norte era tradicionalmente más rico que el sur, basado en sus riquezas mercantiles, y las Reformas Napoleónicas habían abierto grandes secciones de la economía norteña a un mercado mundial. Pero las reformas Napoleónicas también habían herido a muchos granjeros pequeños, que ahora veían como sus tierras eran sustituidas por granjas más grandes y exitosas. Esto incrementó el número de campesinos sin tierra, cuya ira aumentó en proporción a su creencia de que los gobiernos locales no les estaban ayudando. La situación era incluso más difícil en el sur de Italia, donde la tierra era más pobre que en el norte. Aquí las reformas del mercado y el cercamiento de los campos privaron a muchos granjeros pequeños de las protecciones sociales que habitualmente utilizaban para sobrevivir los tiempos difíciles. Y si los campesinos sin tierra del norte tenían dificultades, éstas eran mucho más intensas para los campesinos del sur, donde la tierra era mucho más árida. Así, durante la primera mitad del siglo XIX, Italia estuvo plagada de insurrecciones. Hubo una revuelta muy grande en 1820-21, que derrocó a Victor Emanuel en Sardinia Piamonte. En 1831, hubo otro levantamiento en Boloña que fue aplastado por tropas austriacas. Sicilia se levantó en armas sin tener éxito en 1837 y 1841. Este descontento con los gobiernos conservadores continúo hasta enero de 1848, cuando los Sicilianos de nuevo se levantaron, obligando al Rey Fernando II de Sicilia a dotarle una constitución a su Reino. Este levantamiento, y también el de París, resultaron en una serie de revueltas a través de Italia en áreas como Toscana, Piamonte y Parma. En Venecia y Lombardia, en particular, los levantamientos populares y las tropas de Piamonte, hicieron retroceder a las tropas austriacas. (Los gobernantes de Piamonte, la Casa de Saboya, tenían un viejo interés en sacar a los austriacos). En toda Italia los príncipes locales, como respuesta, otorgaron constituciones. Para marzo de 1848, parecía que Italia iba a tener un orden completamente nuevo. Pero esto no ocurrió. Las tropas austriacas consiguieron apaciguar las revueltas no tan solo en sus propios territorios, sino también en aquellos gobernados por los relativos de los Habsburgo. Con esta muestra de poder, la Revolución en 1848 en Italia llegó a su fin.<br />Dentro de este contexto ahora podemos sobresaltar dos elementos cruciales que condujeron a la unificación de Italia: primero, la Casa de los Saboya; y segundo, Giuseppe Mazzini; el padre del nacionalismo italiano. Una cosa que muchos príncipes aprendieron de la Revolución de 1848 fue que una reforma conservadora podía evitar demandas de mayor autonomía. Ninguna casa entendió mejor esto que la Casa de Saboya, quién comenzó una campaña agresiva para una reforma conservadora. Su primer paso en este camino fue mantener la constitución de Piamonte de 1849, la llamada Statuto. Esta constitución preveía un parlamento electo que compartía algunas responsabilidades gubernamentales con la monarquía, y por esta razón se volvió una causa que defendieron muchos reformistas. Mantenerla era una decisión inteligente. El Rey Viejo de Piamonte, el reaccionario Carlos Alberto (1831-1849) había sido derrocado por la Revolución de 1848. El nuevo Rey Victor Emanuel II (1849-1878), sin embargo, utilizó la paz que el Statuto le garantizaba para obtener grandes reformas económicas en Piamonte, y fue gracias a estas reformas que Piamonte se volvió el líder de Italia. A esto debemos añadir el político italiano más importante de este periodo, el Conde Camilo Benso de Cavour. Si existe un arquitecto de la unidad política italiana, es él. En los 1850s, Piamonte se volvió la región industrial y económica líder de Italia, gracias a políticas reformistas y de libre mercado que Cavour emprendió a través del gobierno italiano. Nacido en una familia noble, Cavour entró a la política en 1848 como miembro del parlamento Piamontés. En 1850, se unió al gabinete como ministro de comercio y agricultura. Cavour se aseguró de que Piamonte firmara tratados de comercio con una docena de estados diferentes. El gobierno presionó a otros gobiernos para que bajaran sus tarifas, a cambio de que Piamonte bajara las suyas. Esto significó que los productores locales de cosas como vino y seda podían vender más de sus productos, mientras que los bienes manufacturados y baratos de pronto fueron disponibles a los consumidores locales. Los resultados de las políticas de Cavour fueron impresionantes. El comercio Piamontés se triplicó entre 1851 y 1861, ya que extranjeros compraban grandes cantidades de vino, arroz, aceites y textiles. Este aumento en el comercio hizo posible una nueva inversión enorme en infraestructura. La red ferroviaria del Reino, por ejemplo, que no había existido en 1851, era la más grande de Italia en 1861. Así, cuando Cavour murió en 1861, Piamonte se había vuelto el estado más poderoso y económicamente desarrollado de toda Italia, un modelo que otros pronto comenzaron a emular.<br />En este contexto, Piamonte se volvió el principal motor de la unificación italiana. Pero en contra de lo que ocurriría en Alemania, donde Prusia uniría Alemania ganando guerras, Piamonte lo haría perdiéndolas. He comentado antes que Piamonte trató de echar a Austria de Italia durante la Revolución de 1848. Falló en el intento, porque Austria estaba mejor armado, y porque realmente no recibió ayuda de otras potencias. Piamonte por lo tanto, estaba en una posición diplomática única. Francia quería a Austria fuera de Italia, pero no se arriesgaría a un conflicto abierto con los austriacos, ya que eso introduciría a los británicos en el mismo.<br />Más aún, Francia también consideraba Piamonte como un estado intermedio necesario. Esto significaba que Piamonte era libre de atacar a Austria cuanto quisiera, sin temer las consecuencias posteriores a la guerra, ya que Francia no dejaría que Piamonte desapareciera. El conocimiento de que los franceses siempre apoyarían a Piamonte, impulsó a Cavour a lanzar una política abiertamente agresiva entre 1856 y 1859. En 1857, rompió relaciones diplomáticas con Austria. En 1858, logró un acuerdo secreto con Napoleón III de Francia que cedía Saboya y Niza a los franceses a cambio de respaldo en una guerra en contra de Austria. En 1859, la guerra ocurrió, pero los franceses se retiraron bajo la presión de los británicos. Piamonte por lo tanto, solo pudo obtener a Lombardia como botín de la guerra. Cavour dejó el gobierno en señal de protesta, pero regreso en 1860. En este punto propuso una serie de plebiscitos cuyo resultado positivo permitiría Piamonte anexar Venecia, Toscana y Modena. Este nuevo grupo de estados ahora sería el Reino de Italia, con la Casa de Saboya en el trono.<br />Ahora sólo estamos a la mitad del proceso de unificación, pero antes de ir más lejos, necesitamos mirar atrás y considerar el segundo factor de unificación que mencioné antes, Giuseppe Mazzini, el fundador espiritual de la Unificación Italiana. Mazzini es particularmente importante, porque conjunta muchas de las corrientes políticas que discutí en las conferencias de los “ismos”. Nacido en 1805, Mazzini fue influenciado por el Romanticismo, aunque él no era un verdadero romántico. Los Románticos crearon a la nación, viendola como el elemento sobre el cual se basaba toda experiencia cultural. Mazzini era parte de una tendencia liberal dentro del Romanticismo, en el sentido que se veía a sí mismo como un líder en una lucha internacional para emancipar a toda la gente del mundo. Como evidencia de su Liberalismo, debemos notar que incluyó a mujeres, sirvientes, y esclavos en su misión internacional. Pero Mazzini también era italiano. Quería unir las muchas Italias en una sola nación-estado, creyendo que organizar a la gente en estados contiguos era la única manera de traerle paz a Europa. (En eso se equivocaba, claro). El enfoque romántico de Mazzini de la política lo hizo un oponente tanto del Liberalismo como del Marxismo. Veía a los liberales como demasiado preocupados con los derechos individuales, dispuestos a dejar a la nación sufrir a expensas de los individuos. También creía en la propiedad privada, aunque no le gustaban los negocios grandes. Así que Mazzini era una figura muy compleja, y trazar su influencia en la unificación de Italia nos ayudará a vislumbrar algunas de las complicaciones y contradicciones dentro del nuevo estado Italiano. Mazzini pasó sus primeros años en Genova. No le gustaba el orden post-revolucionario y se involucró en movimientos políticos subversivos mientras que era estudiante, uniéndose a los Carbonari, una sociedad secreta dedicada a la reforma liberal. En 1831, fue descubierto y tuvo que ir al exilio. Se estableció en Marsella, que se había vuelto en un refugio de exiliados italianos, y se rodeó de individuos que pensaban como él. Su contribución central fue la fundación de un famoso periódico, La Giovine Italia o Jovén Italia, que hacía propaganda para una revolución en Italia. Un gran movimiento emergió de este periódico llamado “Joven Italia”, con células en toda Italia. (La organización se volvió un modelo para el movimiento “Joven Turco” que fundó la Turquía moderna). En 1833 los genoveses rompieron la organización, al encerrar a algunos líderes locales en la cárcel y obligar a otros a huir. Mazzini respondió en 1834 patrocinando una invasión de Saboya que resultó un fiasco. Esto hizo que lo expulsaran de Francia. Entonces fue a Suiza y después a Inglaterra, donde continuó conspirando en contra de los muchos gobiernos italianos. En 1840, Mazzini se había vuelto el más famoso nacionalista italiano, y una generación entera de líderes políticos futuros aprendieron su nacionalismo de él.<br />Mazzini estuvo activo durante los 1840s, tratando de comenzar rebeliones en toda Italia. Durante este tiempo, reclutó un aventurero-soldado italiano llamado Giuseppe Garibaldi para conducir una serie de invasiones fallidas y otras correrías. Garibaldi había sido influenciado de más joven por Mazzini, pero sus políticas hicieron que fuera exiliado a Sudamérica, donde básicamente se ganó la vida como pirata. En 1848, Garibaldi regresó a Italia bajo el aliento de Mazzini, trayendo consigo 60 hombres para llevar a cabo la lucha por la independencia. La mayoría de las operaciones de Garibaldi fueron fracasos, pero con cada una tanto él como Mazzini se volvieron más famosos y determinados a dirigir a Italia a la unificación. En 1859, cuando Cavour llevó a Piamonte a la guerra en contra de Austria, Mazzini todavía estaba en Inglaterra, pero regresó rápidamente a Italia después de enterarse de la traición de Francia, tratando de generar problemas.<br />Desafortunadamente, Mazzini generó problemas, más que nada, para Cavour, ya que odiaba la monarquía y resentía el tipo de unión conservadora que proponía Cavour. No obstante, la ironía es que las maquinaciones de Mazzini en realidad aseguraron que Italia fuera unificada bajo el modelo de Cavour. Mazzini estaba convencido de que un levantamiento en el sur traería consigo un cambio democrático a través de toda Italia. Cuando supo de un levantamiento en Sicilia convenció a Garibaldi de dirigir una expedición allí, para derrocar a los Borbones que todavía mantenían el trono. En una campaña brillante, Garibaldi venció a los Borbones y entró a Nápoles. Desafortunadamente para Mazzini, Garibaldi se había unido al ejército Piamontés y solamente reinó Nápoles en nombre de Victor Emanuel hasta que los oficiales Piamonteses llegaron. Cuando los Piamonteses tomaron el poder, solamente los Estados Papales y Venecia permanecían fuera del control italiano.<br />El periodo de 1860-1870 marcó el decaimiento del Risorgimento italiano. La única cuestión pendiente era Roma y los Estados Papales, que el Papa todavía reinaba. Lo que debemos mantener en mente aquí, sin embargo, es que Italia era ahora en gran parte irrelevante desde una perspectiva europea. Desde 1864, Otto von Bismarck, había emprendido una serie de tres guerras que terminó en 1870 con la guerra Franco-Prusiana. Mientras que el mundo veía estos eventos, la situación italiana comenzó a significar mucho menos. En 1866, los italianos utilizaron la guerra entre Prusia y Austria como una excusa para atacar a Austria, esperando robar un poco de territorio en Tirol que tenía unos pocos de hablantes italianos. Perdieron de nuevo, a pesar del contundente éxito Prusiano. (Los italianos no obtendrían este territorio hasta 1919, cuando los victoriosos Poderes Ententes se los dieron en la conferencia de Versalles). Esta inhabilidad para mantenerse al tanto con los otros poderes europeos, nos muestran los límites tanto del Risorgimento como de la economía italiana. El Risorgimento fue mucho más importante culturalmente que políticamente. Con el surgimiento de Prusia, la vieja batalla Franco-Austriaca significó mucho menos, e Italia dejó de ser un campo de batalla estratégico. De hecho, a penas si fue importante, ya que Italia no tenía los recursos para competir con Alemania, Gran Bretaña, o Francia. Así, cuando las tropas Italianas entraron Roma en septiembre 20 de 1870, terminando el reinado territorial del Papa, fue algo vergonzoso. No hubo realmente ninguna batalla, y el Papa se retiró rápidamente al Vaticano, donde todavía permanece. Italia ahora tenía una ciudad capital, pero parecía que a nadie le importaba. El gran teórico italiano e historiador Benedetto Croce (1866-1952) dijo del Risorgimento que hasta 1870 la historia de Italia había sido poesía. Después de 1870 sin embargo, descendió hacia la prosa. Esto refleja un poco del desencantamiento con el mundo político. En los tiempos de Croce, el nacionalismo se transformó de una retórica de liberación, en una justificación para el poder y la violencia estatal. Seguiremos un tema parecido la conferencia siguiente.Asistente Sauterhttp://www.blogger.com/profile/06010045984058937838noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3430105514566235998.post-80314110886443916002008-01-31T07:49:00.000-08:002008-02-07T13:14:52.112-08:00Sesión 13: Gran Bretaña y la lucha por el ImperioLa última vez hablamos sobre la inestabilidad en Francia como un problema para toda Europa. En 1789, los franceses tuvieron su revolución, en 1799 aclamaban a un dictador que puso a Europa en guerra. El recuerdo de las guerras napoleónicas no moriría tan fácilmente entre otras potencias europeas, y durante gran parte del siglo diecinueve la diplomacia europea se centró en mantener a Francia en su lugar. En esta sesión quiero tomar un enfoque diferente y considerar a Inglaterra como un problema para la seguridad europea. Durante mucho tiempo la gente ha tenido la idea que Gran Bretaña traía estabilidad a Europa. No era una potencia agresiva pero estaba interesada en mantener el status quo. El papel de la diplomacia británica era mantener el equilibrio de poder, o al menos así dice la historia. Hay algo de verdad en ello, pero el interés británico en la estabilidad europea tenía que ver menos con sus instituciones democráticas emergentes que con sus intereses mundiales. Si Francia, y después Alemania, llevaban a la guerra al continente, Gran Bretaña llevaba a la guerra y a la explotación al resto del mundo. En este sentido, aunque Gran Bretaña quería la estabilidad política en Europa, no había altruismo involucrado en ello, pues un Estado europeo poderoso podía amenazar los intereses mundiales de Gran Bretaña. Esta es la razón por la que los británicos estaban en contra de que Francia retuviera a Bélgica. Esta es la razón por la que la invasión alemana a Bélgica en 1914 metió a Gran Bretaña en la Primera Guerra Mundial.<br />Durante los siglos diecisiete y dieciocho, Gran Bretaña se convirtió en una potencia colonial agresiva, incautando los puestos comerciales y las colonias de otras potencias europeas alrededor del mundo. Donde España, Portugal y algunas ciudades-estado italianas adquirieron grandes imperios coloniales en siglo quince y dieciséis, Holanda, Francia y Gran Bretaña comenzaron a competir directamente con estas viejas potencias durante el siglo diecisiete. Inicialmente, los holandeses y los franceses disfrutaban de un gran éxito colonial, estableciendo puestos comerciales y colonias alrededor del mundo en áreas que incluían Norteamérica, África, India y Asia. Sin embargo, para finales del siglo diecisiete Gran Bretaña se había convertido en el rival colonial más imponente de todos.<br />Gran Bretaña lucho tres guerras con los holandeses durante el siglo diecisiete debidas a los derechos comerciales, una de 1652 a 1654, otra de 1664 a 1667 y la última de 1672 a 1674. En el proceso, los británicos se apropiaron de gran parte del imperio colonial holandés, incluyendo la India, y cierta ciudad de Norteamérica llamada Nueva Ámsterdam, que hoy se conoce como Nueva York. Con los holandeses fuera de cuadro, Gran Bretaña ganó dos guerras más durante el siglo dieciocho que resultaron en más ganancias coloniales. En la Guerra de la Sucesión Española (1701-1711), los británicos tomaron Gibraltar y Menorca de España, y ganaron el derecho exclusivo de proveer al Imperio Español con esclavos. Después en la Guerra de los Siete Años (1756-1763), que he mencionado en alguna sesión previa, Gran Bretaña eliminó a los franceses del negocio colonial en América del Norte al tomar los asentamientos franceses en lo que hoy es Canadá y la parte norte de Estados Unidos. Por tanto, durante los siglos diecisiete y dieciocho, Gran Bretaña fue una potencia colonial agresiva, determinada a luchar con sus vecinos europeos por cada ventaja comercial y marítima. Para 1800, ningún otro país podía competir por el control del comercio mundial o de los mares.<br />Antes de entrar al siglo diecinueve, necesitamos analizar una distinción terminológica importante. He hablado del colonialismo europeo, pero en la medida en la que nos acercamos al siglo diecinueve comenzaré a utilizar el término imperialismo. Los dos términos están relacionados fuertemente, pero al final hay distinciones importantes entre ambos. El colonialismo es un fenómeno que data de tiempo atrás, mucho más que el imperialismo. Ya es evidente en los siglos quince y dieciséis y describe el establecimiento de redes comerciales. Generalmente, una colomia era un puesto cerca del mar cuya función era incrementar el comercio con la metrópoli. Sólo en raras ocasiones las potencias coloniales iban más allá de las redes comerciales individuales para invadir una región o un país entero. Esto generalmente se debía a preocupaciones acerca de control político. Las potencias coloniales sólo podían controlar tanto territorio como las ideas de las personas que vivían ahí se los permitiesen. Por ejemplo, había una tensión constante entre la potencia británica y sus colonias en América sobre el grado de asentamiento europeo. Oficialmente, los estadounidenses no podían asentarse más allá de los Montes Apalaches al este de los Estados Unidos, y los británicos hacían todo lo posible para impedir dicha expansión. Ya saben cuál fue el resultado de dicha historia.<br />El imperialismo es un término más laxo que el de colonialismo, pero es importante porque describe el cambio en Europa, es decir, la revolución industrial. Lo que es diferente del imperialismo es que los estados industrializados (en el siglo diecinueve esto incluía a Rusia, Japón y los Estados Unidos) ahora podían proyectar su poder en otras partes del mundo, tomando grandes fajas de territorio sin la necesidad de colonizarlas con sus propios ciudadanos. Estos Estados industriales necesitaban el acceso a materias primas para sus industrias, por lo que no estaban tan interesadas en el comercio como sí lo estaban en la simple extracción de materias primas. (Se sorprenderán al oir esto pero una de las potencias más opresoras y viciosas era la pequeña Bélgica, que saqueaba materias primas de Congo para su altamente desarrollada base industrial). Además, las potencias imperiales ejercían grandes presiones económicas y diplomáticas en aquellas áreas que no querían controlar directamente. Por tanto, el imperialismo describe a un sistema de dominación completo que las potencias industrializadas usaban para obtener lo que necesitaban de regiones no industriales.<br />Al haber definido el imperialismo, necesitamos poner este amplio término en un marco de tiempo específico. El imperialismo es un periodo que comenzó en 1880 y sigue hasta 1945. Está caracterizado por un incremento masivo en el poderío industrial, una competencia feroz entre los Estados por el acceso a los recursos naturales, y nacionalismo estridente. También tiene una característica adicional: marca el fin del eurocentrismo, pues Japón y Estados Unidos se unieron al club imperial. El ascenso tanto en el poder total como en el número de países competidores incrementó la presión política en el mundo, pues varios actores continuaron luchando contra los demás. Entre 1870 y 1900, Gran Bretaña incrementó su territorio en la mitad y su población en un tercio. El nuevo Estado de Alemania, que discutiremos en otra sesión, adquirió un millón de millas cuadradas de territorio entre 1880 y 1900. Francia obtuvo 3.5 millones de millas cuadradas durante el mismo periodo.<br />Ahora analicemos la posición de Gran Bretaña dentro del ascenso del imperialismo en el siglo diecinueve. El Imperio Británico, en oposición a la Gran Bretaña colonial, apareció durante la Guerra de Crimea (1853-1856). Esta guerra fue peleada por los reclamos de Rusia de proteger a los cristianos ortodoxos que vivían bajo el gobierno de los sultanes otomanos, que eran musulmanes. Por el miedo al deseo ruso de extender su influencia sobre el Imperio Otomano, los británicos y franceses declararon la guerra a Rusia. La guerra fue un total desastre para todos, con mucha gente muerta sin ningún propósito. Cada lada perdió alrededor de 250,000 hombres, con la mayoría de muertos debido a enfermedades en vez de actividad enemiga. Al final, las fronteras de la Turquía Otomana fueron confirmados y los rusos obtuvieron un ojo morado. Esto tuvo implicaciones de largo plazo para Europa en varios niveles. Primero, Austria había apoyado a Gran Bretaña, Francia y Turquía, aunque no se metió a la guerra. Esto significaba que Rusia retiraría todo su apoyo diplomático a Austria. Por tanto, cuando Austria peleó contra Prusia por el liderazgo sobre un nuevo Estado alemán, sólo podría pedir el apoyo de Francia y Gran Bretaña, lo que significó que no recibiría ninguna ayuda. Segundo, desde la perspectiva británica esta guerra establecía qué tan esencial era una armada fuerte para defender los intereses británicos alrededor del mundo, e hizo que la armada fuera fuente de orgullo nacional. Desde entonces habría un consenso dentro de la política nacional británica que la armada debía ser abastecida de fondos debidamente. El Imperio Británico, además de ser una gran empresa económica, era también el derecho de nacimiento de cada británico.<br />Los efectos políticos de la Guerra de Crimea deben ser entendidos en términos de las experiencias británicas en otras partes del mundo. Comencemos con la India. The British East India Company había estado funcionando en la India desde el siglo dieciocho (Se acordarán que los británicos robaron a los holandeses sus intereses en la región). La East India Company era, sin embargo, un serio problema financiero para mediados del siglo diecinueve, y su única esperanza de sobrevivir era darle acceso a más territorio indio. Por tanto, entre 1848 y 1852, Gran Bretaña anexó a una serie de rajás que incrementaron mucho los recursos totales de la East India Company. El proceso de anexión cobró vida propia pues aparecieron resistencias. En 1857, la rebelión Sepoy estalló contra la dominación imperial británica. Esta rebelión se generó por las objeciones religiosas a las municiones británicas. Los británicos utilizaron un tipo especial de cartucho que se lubricaba con grasa animal. El problema con este sistema recaía en la utilización del cartucho. Para cargar el arma, un soldado tenía que romper la envoltura del cartucho con sus dientes. Los hindúes y los musulmanes objetaban el uso de este cartucho y se levantaron en contra. La rebelión llevó a una mayor ocupación, un proceso que terminó en 1876, cuando el primer ministro británico declaró a la reina Victoria como Emperatriz de la India.<br />Lo que necesitan entender acerca de este proceso es que los intereses económicos de Gran Bretaña la impulsaron hacia un imperio más grande. Con el control firme sobre la India, Egipto se convirtió en pieza clave de la política imperial británica. Los franceses habían completado el Canal de Suez en 1869. Al encontrar un interés común en mantener el canal abierto, los británicos y los franceses inicialmente lo administraron de manera conjunta. Sin embargo, en 1882 los nativos se levantaron contra el dominio imperial y los británicos ocuparon Egipto. Esto exacervó las tensiones entre Gran Bretaña y Francia, estableciendo el foro para una competencia imperial entre ambos países en Asia. Francia había desarrollado una imperio extenso en Asia y el Pacífico. Ya en 1847, los franceses tomaron Tahití. En 1853 adquirieron Nueva Caledonia. En la década de 1870, tomaron todo Vietnam, Laos y Camboya. Rumores de que los franceses se aproximaban a Birmania hicieron que Gran Bretaña se anexara esa región en 1886.<br />Los líderes europeos estaban al tanto de los peligros que habían creado. De hecho, había intentos para regular la competencia imperial, en tanto que las potencias pudieran evitar la guerra. Otto von Bismarck fue uno de los manipuladores principales en el drama que siguió, y el continente africano fue la principal víctima. Comencemos en 1876. En ese año, el rey Leopoldo de Bélgica invitó a un grupo de geógrafos a un conferencia en Bruselas para hablar de la explotación de los recursos naturales de África. En 1877, el rey estableció una compañía privada, llamada Asociation Internationale du Congo, que exploraría el río Congo y establecería puestos comerciales. Para 1884, este comité había firmado tratados con más de 450 tribus locales, y sobre esta líneas se hizo del control completo de la región que hoy es Zaire (In fact, today is called Democratic Republic of Congo).<br />Antes de continuar con África, necesitamos regresar a Europa, porque ahí podemos ver uno de los problemas estratégicos fundamentales del siglo diecinueve: la rivalidad que surgió entre Gran Bretaña, Francia y la nueva Alemania. En 1877 se desató la guerra entre los rusos y los otomanos, pues los rusos ayudaron a los levantamientos separatistas en Bosnia, Herzegovina, y Bulgaria. Rusia y sus aliados ganaron, y en enero de 1878 se firmó el tratado de San Estéfano con el que se ratificaban los beneficios obtenidos por Rusia en los Balcanes. Esto alarmó a los británicos y a los austricos, quienes sintieron amenazados sus intereses. Para evitar una crisis internacional, se celebró un congreso en Berlín para revisar el tratado de San Estéfano, dando algunas de las ganacias rusas a Austria. Otto von Bismarck presidió la conferencia, haciendo lo mejor para asegurar que ninguna potencia se convirtiera en lo suficientemente poderosa como para amenazar el nuevo status quo político que había creado en Europa. (Hablaremos de Prusia en otra sesión). Lo que quiero enseñarles hoy es que la presión era muy grande dentro de Europa que tendría que ser ventilada en algún lado. Bismarch se aseguró que fuera ventilada en África.<br />Ahora regresemos a África. En 1881, en parte por conveniencia de Gran Breteña y Alemania, los franceses invadieron Túnez. Tanto los británicos como los alemanes querían alejar a la política exterior francesa del deseo público de vengar su derrota frente a Prusia en 1871. Mientras los franceses se involucraban en la parte norte de África, Bélgica estaba ocupada en Congo, extrayendo las materias primas y oprimiendo a la población local. Las ganancias belgas hicieron descontentos a los portugueses. Los italianos ya estaban descontentos con las ganancias francesas en África, y dado que la ira se extendió, hubo otra conferencia en Berlín llamada Conferencia de Berlín sobre África Occidental. Esta conferencia creó al Estado Libre de Congo e inaguró el proceso, en gran parte pacífico, de la repartición de la totalidad del continente africano. Dentro de veinticinco años, el 95% (noventa y cinco por ciento) de África estaría bajo control europeo, pues Gran Bretaña, Francia, Alemania, Bélgica y Portugal establecieron imperios. Estos imperios fueron producto de las rivalidades políticas y económicas de Europa. Cuando África fue finalmente repartida, y no había más lugar a dónde ir, estas rivalidades regresaron a Europa. Entonces, no es accidente que la Primera Guerra Mundial comenzara con una pequeña crisis en los Balcanes.<br />Ahora debemos hacernos a un lado por un momento y analizar las rivalidades europeas a través del Imperio Británico. Lo primero que notamos desde la perspectiva británica es que las políticas británicas mercantil y marítima crearon una necesidad constante de expander las fronteras de Gran Bretaña hacia el mundo. Para cuando comenzó la Guerra de Crimea, Gran Bretaña ya tenía detrás doscientos años de experiencia colonial. Cuando otros países entraron en escena, el impulso para defender la red colonial existente fue puesto en la agenda imperial. Los británicos no se anexaron ciertas regiones porque les dieran más riqueza sino que actuaban defensivamente para evitar que otras potencias europeas amenazaran sus intereses globales. De esto se trataba el Congreso de Berlín. Aquí regresamos a un tema mencionado anteriormente: la expansión de la industrialización fue central para este desarrollo. A medida que las industrias aparecían a lo largo de Europa y después, en Estados Unidos y Japón, la competencia imperial se volvió más intensa. Si Gran Bretaña pretendía asegurarse de ser la primera potencia, necesitaba una armada fuerte. Por tanto, a ninguna potencia podría permitírsele crecer lo suficiente como para retar la supremacia naval británica. Esta es la razón por la que los británicos perseguían una política del status quo tanto en las fronteras como en el gasto militar en el continente europeo. Cuando Alemania surgió como un competidor poderoso en lo naval y en lo imperial se había puesto el fundamento de la siguiente gran guerra.Asistente Sauterhttp://www.blogger.com/profile/06010045984058937838noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3430105514566235998.post-49538356634377164922008-01-31T07:48:00.002-08:002008-02-07T13:14:35.597-08:00Sesión 12: La revolución permanente: Francia y los orígenes del Estado burguésHemos estado discutiendo una serie de abstracciones durante las últimas semanas. Hoy, vamos a regresar a la política y comenzaremos con el problema fundamental para Europa en el siglo diecinueve: ¿qué hacer con los franceses? Al contrario de Inglaterra, Francia era incapaz de evitar una revolución política durante el siglo diecinueve. Entre 1789 y 1989, Francia tuvo cinco repúblicas, tres monarquías y dos imperios. Ahora contrastemos a Francia con Gran Bretaña, cuyo parlamento y monarquía han sobrevivido la revolución francesa, Napoleón, dos guerras mundiales y la pérdida del imperio colonial. Debemos también incluir a Estados Unidos, cuya constitución ha estado en vigor desde 1787, sobreviviendo no sólo una guerra civil sino también la depresión, además de dos guerras mundiales.<br />La inestabilidad de Francia durante el siglo diecinueve es más desconcertante pues la revolución industrial ofrece pocas explicaciones. La industrialización ocurrió a un ritmo menor en Francia que en cualquier otra parte de Europa, y de hecho, fue menos perjudicial. Durante el siglo diecinueve, el incremento promedio en el producto interno bruto de Gran Bretaña fue casi el doble que el de Francia. Esto no es necesariamente algo malo. Los franceses no necesitaban grandes tasas de crecimiento, pues la población no estaba creciendo tan rápidamente como en otros países. La tasa de natalidad en Francia representaba tan sólo el 60% (sesenta por ciento) del promedio de Europa occidental. Esto significaba que no había tanta presión sobre los recursos agrícolas e industriales, un hecho que se evidenciaba en las notoriamente bajas tasas de emigrantes franceses. Al contrario que los ingleses, los irlandeses, los alemanes, y después los europeos orientales, los franceses tendían a quedarse en su país. Si vamos a encontrar una explicación para el tumultuoso siglo diecinueve francés, debemos buscar en otro lado, esto es, en la política, y especificamente en los legados revolucionario y napoleónico. La historia del siglo diecinueve en Francia es, de muchas formas, la historia de la incapacidad para distinguir el periodo revolucionario.<br />El regreso de los Borbones después de la derrota incial de Napoleón estaba muerto desde el principio, pues Francia y su nobleza se habían dividido. En 1789, los príncipes de sangre y sus partidarios realistas habían huído de Francia, asentándose comunmente en la ciudad alemana de Coblenza. Cuando regresaron después de 1814, su país había cambiado profundamente y muchos de ellos nunca aceptaron a la nueva Francia. Como el diplomático francés Talleyrand dijo de los Borbones: “No han aprendido nada, no han olvidado nada”. Esto era una exageración. Cuando Luis XVIII (dieciocho) regresó al trono en 1814, tenía problemas fuertes que habrían sido difíciles de resolver para cualquiera. De hecho, esto apunta hacia la falta de consenso político en Francia. Y este sería el tema central para la política francesa del siglo diecinueve.<br />El primer problema de Luis era que aunque Napoleón se había ido, el Estado Napoleónico permanecía pues el ejército completo de burócratas que Napoleón había creado seguía en servicio. Luis necesitaba de esos burócratas y por ello practicó una política conciliatoria al negarse a purgarla. Esto indignó a los más fervientes partidarios del rey. Guiados por el Conde de Artois, el hermano más chico del rey, la facción conocida como los ultrarrealistas o ultras demandaba que todos los cambios posrevolucionarios fueran abolidos. Por tanto, Luis se vió atrapado entre grupos que querían eliminar los cambios de la revolución y grupos que debían a ella su estatus. Esta era una posición difícil pero inicialmente logró manejarla al crear un punto medio entre estas facciones en oposición, tratando de sanar la ruptura política que la revolución había creado. Desafortunadamente para Luis, Napoleón regresó y la reconciliación se hizo imposible.<br />Napoleón escapó de su prisión de Elba en 1815, y marchó por Francia durante los “Cien días”. El regreso del emperador intensificó las ya de por sí profundas divisiones políticas. Primero, muchos de los antiguos partidarios de Napoleón se levantaron contra el nuevo gobierno, incluyendo algunos ejércitos que el rey había mandado para detenerlo. Segundo, la paz final con las potencias victoriosas, quienes inicialmente habían ofrecido condiciones indulgentes, fue dura y dolorosa. Por tanto, se aplicaron represalias después de la segunda restauración de Luis XVIII, con el gobierno purgando a muchos de los funcionarios napoleónicos cuya lealtad al rey estaba en duda, y ejecutando a aquellos que activamente se habían unido a Napoleón. Finalmente, los “Cien días”incitaron el enojo público contra los demandantes napoleónicos. Al sur y al este de Francia bandas de vagabundos aplicaban su propia justica contra la gente que había estado del lado incorrecto. Esto produjo una radicalización de corto plazo en la política francesa que resultó en agosto de 1815 en la elección de una Cámara de Diputados reaccionaria.<br />La reacción pos-“Cien días” generó nuevos problemas para Luis XVIII. Aunque estaba feliz de ver una Cámara de Diputados conservadora –inicialmente los llamó “Parlamento inigualable”- este grupo probó ser demasiado reaccionario incluso para él, pues demandaban: el regreso de todas las propiedades a sus poseedores prerrevolucionarios, la abolición total de la burocracia napoleónica y el control de la Iglesia sobre el sistema educativo. Los ultras, el segmento más reacccionario de la sociedad, se volvió más estridente en sus llamados a reaccionar que incluso los ejércitos extranjeros ocupantes se pusieron nerviosos. El rey trató de negociar con esta situación al continuar con su middle curse y nombró un gobierno moderado conducido por Elie Decazes. Desafortunadamente esto no resolvió nada.<br />Para septiembre de 1816, la situación se había vuleto intolerable y Luis convocó a nuevas elecciones. Esta elección produjo una Cámara de Diputados más moderada, en parte porque los resultados fueron fuertemente manipulados. Tres amplios grupos aparecieron. A la izquierda estban los liberales, un grupo que se formaba por los republicanos y los bonapartistas. En el centro estaban los realistas, gente que en su mayoría se comprometió con alguna forma de monarquía constitucional. A la derecha estaban los ultras, gente que quería regresar al antiguo régimen. (Sólo para darles una idea de lo volátil de la situación, los ultras se dividieron después en ultras y ultra-ultras). Desafortunadamente, los próximos cuatro años sólo trajeron una polarización más fuerte pues los liberales ganaban fuerza en las subsecuentes eleciones y los ultras se volvían más histéricos en su oposición. Parecía no haber un punto medio.<br />Desde 1820 hasta 1830, los ultras controlaron la Cámara de Diputados esencialmente gobernaron Francia, exacervando todas las divisiones políticas que he discutido. Además, Luis XVIII se enfermó y abdicó al gobierno, dejando al conde de Artois, su hermano y líder de los ultras, en su lugar. El conde se embarcó en una política de represión. Las cosas empeoraron en 1824, cuando Luis se murió y el conde ascendió al trono como el rey Carlos X (décimo). Bajo la Cámara de Diputados del nuevo rey pasaron una serie de leyes reaccionarias que, entre otras cosas, compensaba a los emigrados revolucionarios, hizo del sacrilegio un crimen capital, y restringía la libertad de prensa.<br />Se pueden imaginar que con todas las cosas que habían cambiado en Francia, las prospectivas a largo plazo del régimen no eran buenas y finalmente cayó en julio de 1830. La caída del régimen revolucionario es importante porque resalta desde otro ángulo cómo el legado revolucionario continuó para envenenar a la política francesa. Dos asuntos dominan la escena política en la década de 1820: el problema del compromiso político con los liberales, y el papel de la religión en la vida cotidiana francesa. Como mencioné antes, los ultras gradualmente se dividieron en los ultras y los ultra-ultras. El primer ministro francés Conde de Villèle era un ultra, pero estaba dispuesto a comprometerse con otros grupos como los liberales y los moderados. Esto enojó a los ultra-ultras que aborrecieron a Villèle a pesar de todo lo que tenían en común, y constantemente colaboraban con la izquierda para crearle problemas al gobierno.<br />La religión desestabilizó aún más la situación. Los periodos revolucionario y napoleónico habían secularizado a Francia, con mucha gente alejándose de la Iglesia y de sus expresiones abiertas de piedad. Sin embargo, el problema era que los nobles que habían huído de Francia después de 1789, los tan llamados émigrés, se habían vuelto más piadosos mientras más tiempo habían estado fuera. Por tanto, cuando regresaron, demandaban el restablecimiento del control de la Iglesia sobre todos los aspectos de la vida. Y, una vez más, esto simplemente no era compatible con la situación posrevolucionaria.<br />La naturaleza reaccionaria del Nuevo Régimen llevó al surgimiento de la oposición liberal. Louis Adolphe Thiers es uno de los ejemplos más prominentes de la oposición liberal al régimen de Carlos X. Thiers surgió de un entorno común para convertirse en coeditor del periódico liberal Le National. Thiers y su periódico hicieron una campaña inflexible para correr a Polignac y deponer a Carlos X. Thiers y la oposición pública de Le National crearon una tendencia generalizada en la política francesa contra el gobierno reaccionario. El 19 de julio de 1830 se llevaron a cabo nuevas elecciones y la base política cambió fuertemente hacia la izquierda. Carlos X respondió duramente al decretar una serie de ordenanzas que prohibían la distribución de panfletos políticos, disolvió la nueva Cámara de Diputados, convocó a elecciones nuevamente y restringió el derecho de voto solamente a las personas más ricas de Francia. Al finalizar su trabajo, el rey se fue de París para ir de cacería. Nunca regresó.<br />El 27 de julio estallaron demostraciones contra el gobierno en París, seguidas de dos días de tumultos sangrientos. Estos tres días son conocidos como la revolución de julio. El resultado final de las demostraciones y tumultos fue un nuevo rey, otro Borbón llamado Luis Felipe. Los opositores a Carlos X ganaron al deponerlo y llamaron a Luis Felipe a convertirse en un verdadero monarca constitucional. Por su parte, Luis Felipe estaba poco emocionado por convertirse en rey. Inicialmente sólo aceptó el título de lugarteniente general del reino, pues su primo realmente no había abdicado. Después de celebrar en las calles de París, Luis cambió de opinión incluso yendo a una reunión política en el ayuntamiento donde alzó la bandera tricolor muy alto y abrazó al marqués de Lafayette.<br />No mucho cambió bajo Luis Felipe. Luis aceptó la constitución de 1814 y expandió el sufragio. (Bajo Carlos X sólo cerca de 90,000 personas podían votar. Con Luis Felipe se expandió a 170,000) Luis Felipe fue conocido como el rey burgués. Era muy bueno al manejar los símbolos políticos, significativamente se negó a ser coronado rodeado de la pompa que había caracterizado a las coronaciones anteriores. Como rey se aseguró que fuera visto por las calles de París vestido de traje y con sombrero. Trabajaba duro y vivía de manera frugal, dos virtudes que los franceses no estaban acostumbrados a ver en sus reyes. El problema fue que Luis nunca podía decidirse entre ser un rey burgués y un Borbón. Quería tener un papel activo en el gobierno, algo que los liberales como Thiers le habrían negado, pero también quería aplicar las viejas tradiciones de la monarquía.<br />Desafortunadamente para Luis, trató de encontrar el justo medio entre tradiciones incompatibles. Esta debilidad en su mandato se hizo patente de manera particular en las décadas de 1830 y 1840, pues constantemente desafiaban su legitimidad. La extrema izquierda y la extrema derecha continuaban la lucha, sin que ningún bando estuviera dispuesto a entablar compromisos. Por ejemplo, los ultras se volvieron más legitimistas después de 1830. Tener un rey Borbón no era suficiente y sólo la sucesión de un verdadero Borbón lo sería. Las esperanzas de los ultra recaían en la duquesa de Berry, esposa del fallecido hijo de Carlos X. En 1832, la duquesa dejó su exilio en Italia y llegó al sur de Francia, esperando empezar un levantamiento a favor de su hijo legítimo Borbón. Nada de esto sucedió y fue capturada. Desafortunadamente para la legitimidad, la duquesa también resultó estar embarazada. Y debido a que su esposo había sido asesinado en 1824, era poco probable que fuera su hijo. Al final, la duquesa de Berry tuvo que admitir que se había vuelto a casar y el proyecto de la restauración se colapsó por completo.<br />Luis Felipe enfrentó otros retos también. Los republicanos nunca aceptaron su gobierno, llevando a cabo una serie de levantamientos entre 1831 y 1834. Estos disturbios fueron provocados por rivalidades laborales, el peor ocurrió en Lyon en 1831 donde 15,000 trabajadores lucharon contra la Guardia Nacional en las calles. El gobierno arrestó a los líderes de los levantamientos y prohibió las asociaciones republicanas, lo que provocó exacerbó a toda la población.<br />Y los bonapartistas también estaban cerca detrás de su emperador. En los años después de su muerte, el recuerdo de Napoleón había tomado una nueva forma. Ya no era el dictador despiadado que había sido exiliado de una Francia exhausta sino un pequeño cabo que había llegado a la cima y que defendía al hombre común y corriente. Sin importar lo tonto que esto haya sido, esta visión de Napoleón como defensor del pueblo fue un mito muy poderoso. El hijo y heredero de Napoleón, el duque de Reichstatt vivió hasta 1832. Uno podría pensar que este mito se moriría con él pero entonces surgió otro Bonaparte que se cobijaba bajo el manto de Napoleón, Luis Bonaparte, supuesto hijo del hermano de Napoleón. La ironía es que Luis Napoleón no era francés. Había sido criado en Alemania y sólo hablaba alemán, nunca dominó el francés. En 1836, Luis Napoleón invadió Francia con un ejército pequeño y se dirigió a Estrasburgo donde persuadió al comandante militar local de unírsele. Luis Napoleón fue arrestado y sentenciado por su delito, y fue deportado a los Estados Unidos. Finalmente, terminó en Inglaterra donde conflagró otro golpe.<br />A pesar de todo, Luis Felipe sobrevivió y las cosas parecieron aplacarse en 1840. Fue afortunado en que gran parte de la oposición había logrado verse ridícula. El embarazo de la duquesa de Berry había matado al legitimismo. Los republicanos se habían desacreditado con su violencia, y el bonapartismo parecía ser una broma. Para gran parte de la década de 1840 hubo estabilidad, prosperidad y paz.<br />Esta situación cambió drásticamente en 1846. El mal tiempo hizo que disminuyeran las cosechas y el precio de los alimentos se incrementó. Agregado a esto, hubo una crisis económica que provocó que las fábricas cerraran y se generó un gran descontento contra Luis Felipe durante 1847. Debido a que la oposición política había sido prohibida, la manera más común de protestar contra el gobierno era agendar banquetes. En estos eventos la gente comía y se quejaba del gobierno. La caída de Luis Felipe comenzó el 28 de enero de 1848, cuando el gobierno reprimió un banquete, alegando que era un evento político prohibido. En respuesta, hubo protestas políticas que se convirtieron en disturbios y los disturbios en una revolución. El resultado fue que los Borbones cayeron por última vez y una segunda república fue proclamada en su lugar.<br />El gobierno provisional trató de ganar el apoyo de la población al declarar el sufragio universal masculino, que era de aproximadamente nueve millones de hombres, muchos de los cuales votarían por primera vez. Desafortunadamente, el gobierno electo falló en resolver los problemas económicos de Francia, lo que llevó a otra revolución en junio de 1848, los llamados Días de Junio, que se extendió a toda Europa, haciendo tambalear a los gobiernos a su paso. Klemens von Metternich, el ministro austriaco reaccionario fue forzado a abandonar Austria para refugiarse en Inglaterra. La revolución fue reprimida brutalmente y se creó un nuevo gobierno con planes de nuevas elecciones. Por tanto, las cosas estaban dispuestas para Luis Napoleón. Napoleón entró a la política francesa, esta vez de manera legítima, y fue electo presidente en 1848 con una gran mayoría. Disfrutaba de apoyo popular inmediato gracias en gran parte a su nombre, y quería convertirlo en su fuente de poder permanente. Sin embargo, la nueva constitución francesa prohibía la reelección del presidente. Por ello, Luis Napoleón hizo un golpe de Estado en 1852, trayendo consigo el legado de Napoleón I (primero) al hacerse llamar Napoleón III (tercero). En aquel entonces, Karl Marx hizo notar que la historia parecía repetirse, o como el dijo: “en un primer momento es tragedia, en un segundo momento es farsa”. Pero Marx olvidó algo importante: el gobierno de Luis Napoleón hizo cambios fundamentales en el paisaje político europeo.<br />Discutiré más de los cambios políticos en las sesiones sobre el ascenso de Italia y de Prusia. Lo que necesitan saber de esta sesión es que el reinado de Napoleón III se caracterizó por dos cosas. La primera es la estabilidad. Napoleón III trajo certidumbre política a Francia, lo que permitió que la economía creciera. De hecho, las políticas económicas de Napoleón eran ilustradas. Se aseguró que el pan fuera accesible para los pobres y construyó casas higiénicas para sus ciudadanos. La segunda es lo irresponsable de su aventurismo en política exterior. Aunque Napoleón III no era agresivo militarmente como su tío, él se veía a sí mismo como el negociante de poder en Europa, asegurándose que si algún país ganaba poder, Francia también ganara algo. Esta política funcionó inmediatamente después de la Guerra de Crimea (1853-1856), pero fue desastrosa cuando Napoleón decidió intervenir en Italia y en México. Hablaremos sobre Italia en otra sesión, pero por ahora resaltaré el deseo de Napoleón de debilitar a los Habsburgo austriacos al atacarlos en Italia, pero le salió el tiro por la culata pues sólo debilitó a Austria en su conflicto contra Prusia. La aventura en México le salió casi igual de mal.En 1861 Napoleón III propuso al archiduque austriaco Maximiliano como gobernante de México. Napoleón quería contrarrestar el creciente poder de Estados Unidos al establecer una serie de gobiernos amigos en América Latina. Inicialmente, los franceses apoyaron el ascenso de Maximiliano, pero cuando los Estados Unidos surgieron como potencia después de la Guerra Civil en 1865, Napoleón fue forzado a replegarse. Napoleón también tenía otros planes en el norte de Alemania. Vió al ascendente Estado de Prusia como una cubierta contra los Habsburgo. Desafortunadamente, ese estado terminó venciéndolo y le quitó su imperio en 1870. No importa dónde Napoleón III tratara de intervenir, siempre obtuvo menos de lo que quería y más de lo que negociaba. Hablaremos de las implicaciones de esto en otras sesiones sobre Italia y Prusia.Asistente Sauterhttp://www.blogger.com/profile/06010045984058937838noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3430105514566235998.post-67744541411494167282008-01-31T07:48:00.001-08:002008-02-07T13:14:21.267-08:00Sesión 11: El MarxismoPara entender correctamente los orígenes del marxismo, necesitamos volver a la sesión en la que hablé sobre las revoluciones agrícola e industrial. Los muchos cambios de los que hablé con respecto a los medios de producción no pasaron desapercibidos en aquel entonces. Casi inmediatamente la gente comenzó a criticar los cambios sociales y económicos que estaban en camino. Los ataques más tempranos estuvieron ligados al romanticismo. Especialmente en Inglaterra, los poetas y escritores comenzaron a criticar el sistema de producción que devaluaba tanto al ser humano como a la naturaleza. Shelley y Wordsworth, por ejemplo, se rebelaron contra la deshumanización que percibían. Sin embargo, su oposición era ampliamente estética y no ofrecían ninguna teoría social. Otros críticos conservadores románticos también atacaron el cambio industrial pero simplemente porque se oponían a cualquier tipo de modernización. De nuevo, ninguna teoría real surgió.<br />Sin embargo otra crítica surgió, pero en otra línea, que llevaría a teorías sociales sofisticadas, o a lo que llamamos socialismo temprano. Los socialistas tempranos atacaron la revolución industrial desde muchos ángulos diferentes. Algunos se oponían completamente a la industrialización; otros querían verla controlada. Los ataques más importantes vinieron de aquellos que querían controlar la industrialización al reorganizarla. En este enfoque, los teóricos atacaron al capitalismo por su explotación, pero adoptaron nuevos medios de producción. La idea era hacer de la industrialización algo más humano. Aquí debemos tomar nota de los tres grandes socialistas utópicos: Robert Owen (1771-1858), Charles Fourier (1772-1837) y Henri Duc de Saint-Simon (1760-1825). Estos hombres no tenían en común mas que su oposición a la explotación industrial. Karl Marx llamó a estos socialistas utópicos porque no tenían ninguna teoría de la historia. Hablaremos más de Marx después. Pero primero, veamos a cada uno de estos pensadores.<br />Robert Owen era un rico propietario de molinos. No le gustaban los métodos que su molino utilizaba para explotar a los trabajadores, y pensaba que la explotación estaba destruyendo las cualidades morales de los trabajadores. Desde su punto de vista, ni los capitalistas ni la iglesia hacían lo suficiente para solucionar el problema. Por tanto, Owen quería crear una fábrica ideal que permitiría a los trabajadores desarrollar su potencial personal dentro del ambiente laboral. Estableció este ideal en una comunidad llamada Nueva Lanarck. Aquí las horas de trabajo estaban limitadas, las condiciones laborales mejoradas y fueron fundadas las tiendas en manos de los trabajadores. Los niños iban a escuelas corporativas en vez de trabajar en las fábricas. La teoría de Owen decía que los trabajadores felices eran más productivos. Y estaba en lo correcto; la productividad en Nueva Lanarck estaba muy por encima de las comunidades industriales tradicionales. Desafortunadamente, los costos involucrados eran tan altos que Nueva Lanarck no podía ser reproducida, ni tampoco proveía las suficientes ganancias para los inversionistas. Owen también intentó llevar sus reformas a los Estados Unidos. En 1825 compró 30,000 (treinta mil) acres de tierra de una comunidad religiosa en Indiana y la llamó Nueva Armonía. La comunidad parece haber funcionado bien pero también costó el 80% (ochenta por ciento) de la fortuna de Owen. Este tipo de reforma no tenía futuro financiero.<br />Charles Fourier propuso una forma muy diferente de reorganizar el trabajo. Estaba convencido de que la mejor forma de aliviar la pobreza era organizar a las personas en comunidades agrícolas pequeñas, que él llamó falansterios. Estas comunidades estarían perfectamente equilibradas para dar apoyo y armonía para todos. Un falansterio no tendría más de 1620 (mil seiscientas veinte) personas. Aparentemente, este era el número máximo de personas que podría vivr en armonía en una comunidad. Cada persona en la comunidad trabajaría en un empleo que fuera adecuado a su naturaleza básica. Por ejemplo, Charles Fourier pensaba que los niños pequeños debían ser puestos a cargo de la administración de la basura. La gente más productiva en la comunidad recibiría la mayor paga. Algunas comunidades fueron fundadas bajo estas características, aunque sin el involucramiento de Fourier. Una comunidad en Massachusetts llamada Brook Farm duró de 1841 a 1846. Otra comunidad en Red Bank, Nueva Jersey fue un fracaso. Los teóricos sociales tendrían que buscar en otra parte.<br />El Duc de Saint-Simon es el último de los teóricos sociales tempranos. Saint-Simon puede ser llamado fundador de la planeación económica moderna. Él pensó que las comunidades industriales trabajarían mejor si estaban mejor planeadas. Por tanto, la élite política determinaría el mejor uso de los recursos y todos los demás trabajarían en un empleo en particular. Saint-Simon también tenía una fe fuerte en el progreso tecnológico. Desde su punto de vista, el trabajo se mejoraría en la medida en la que se avanzara en las tecnologías. Estas dos ideas tendrían un impacto significativo a largo plazo pues la creencia de que la administración científica y el progreso tecnológico se extendería por medio del capitalismo en el marxismo. Aquellos de ustedes que estudien la historia económica reconocerán que éste se convirtió en un asunto central que separó a Friedrich Hayek de John Maynard Keynes en el siglo veinte.<br />Ahora debemos poner en perspectiva estos avances. Los Owenitas eran gerentes, más interesados en hacer eficientes las fábricas que en cambiar los fundamentos del sistema. Fourier y Saint-Simon estaban igualmente interesados en resolver las implicaciones para la revolución francesa como en lidiar con la industrialización. De hecho, dos cosas fueron de la mano para sus intereses. Aunque los tres hombres hicieron propuestas para el cambio, lo que faltaba era un rigor through-going filosófico e histórico. Es en este contexto que necesitamos entender a Marx, pues él representa tanto una resolución a este problema filosófico en particular y una unión de las tradiciones nacionales importantes. (Para ahorrar tiempo, voy a dejar a un lado a Friedrich Engels). En Marx vemos la economía británica, la teoría de la revolución francesa y finalmente, la filosofía alemana uniéndose para crear una nueva visión del mundo industrializado.<br />Antes de hablar de Marx directamente, debemos tomar una desviación hacia la historia intelectual alemana, pues Marx sacó muchas ideas de ese contexto (the word you used in English was backdrop and the translation in Spanish is telón de fondo, but in Spanish it doesn’t make sense if you use that word). Entre las consecuencias más importantes de la revolución francesa está la nueva concepción de la historia que apareció en Alemania. La gente había estado estudiando historia como un campo de estudio durante mucho tiempo. Durante el renacimiento, la historia fue estudiada por sus implicaciones morales; en los siglos dieciséis y diesisiete, apareció un nuevo interés por el recuento de los hechos. Sin embargo, no había una manera sistemática de analizar temas distintos y eventos de la historia desde una misma perspectiva. La religión ya no tenía el encanto que alguna vez tuvo. Más aún, ustedes pueden ver todo lo que quieran en la moralidad y los hechos, pero ¿qué significa realmente la actividad humana a lo largo del tiempo? La nueva concepción alemana de la historia surgió del periodo de la revolución francesa como una forma de procesar y explicar los grandes cambios históricos que estaban en camino. Esta concepción de la historia era una mezcla del idealismo filosófico, el romanticismo y la tradición metafísica occidental.<br />Como ustedes saben, el romanticismo fue la reacción intelectual más significativa contra la ilustración, pues los pensadores europeos rompieron con el racionalismo rígido de la ilustración. Lo que esto significaba es que la gente rompió con la idea de un universo rígido y mecánico. Para los románticos la naturaleza estaba llena de fuerzas y espíritus. El pensador clave en esta transición fue Friedrich Wilhelm Schelling (1775-1854), un filósofo idealista y amigo cercano de Hegel. Schelling combinó el idealismo filosófico de Immanuel Kant con el romanticismo. Estaba ansioso de expandir el concepto de espíritu de Gottlieb Fichte, y estaba de acuerdo con Fichte en que el espíritu estaba presente en el mundo. Pero quería incluir a la naturaleza dentro del concepto filosófico de Fichte. También veía a la naturaleza como la expresión inconsciente del espíritu, mientras que el hombre era su expresión consciente.<br />Nos topamos con la historia por medio de Georg Wilhelm Friedrich Hegel. El pensamiento de Hegel emanaba de la tradición idealista alemana. Pero en vez de concentrarse en la naturaleza y el arte, Hegel buscó el espíritu en la historia y exploró la relación entre ambos. Lo que le impulsaba a seguir esta agenda de investigación eran la revolución francesa y Napoleón. La revolución como evento y Napoleón como una figura transhistórica requerían de explicación. Para dar un sentido de la destrucción que siguió después de 1789, Hegel usó al romanticismo y al idealismo. El romanticismo puso énfasis en el proceso de pensamiento de Hegel. El gran cataclismo revolucionario era, por tanto, una señal de crecimiento y poder en vez de degeneración. El idealismo dio a Hegel un camino para poner a la razón en este gran proceso histórico. Para explicar el significado de los grandes eventos históricos era en sí mismo evidencia de que la razón de alguna manera los guiaba. Esta combinación permitió a Hegel tomar una perspectiva universal sobre los grandes eventos de su tiempo, que condensaba en su versión de la dialéctica. De manera más simple, la historia produjo una idea o tesis que provocaba una antítesis. Al final, una síntesis se creaba de las dos que la precedían. Marx tomó este proceso dialéctico, pero como veremos, puso su toque único.<br />En 1848, dos alemanes radicales obscuros, Karl Marx y Friedrich Engels publicaron uno de los documentos políticos principales del siglo diecinueve: El Manifiesto Comunista. Este pequeño texto era la culminación de una meditación larga sobre las lecciones de la revolución francesa y representaba la aplicación de ideal revolucionario para los efectos sociales y políticos de la revolución industrial. El Manifiesto tuvo un impacto enorme en la manera de pensar de la gente. Era corto, directo y ofrecía una manera coherente de pensar acerca de la sociedad moderna. Analizando los cincuenta años previos, podemos decir que condensaba gran parte del pensamiento europeo entre la revolución francesa y la revolución de 1848.<br />Comencemos por comprender a Marx en su contexto histórico. Marx nació en 1818 en la ciudad alemana de Trier, una ciudad pequeña al lado del río Moselle. Venía de una familia de judíos secularizados. Su padre, Heinrich Marx, se convirtió al protestantismo el año del nacimiento de Karl, y el pequeño Karl fue bautizado a la edad de seis años. Después de asistir a la escuela en Trier, Marx estudió en las universidades de Bonn y Berlín. Fue en Berlín particularmente cuando confrontó la nueva filosofía hegeliana y el ateísmo académico emergente, pues éste veía la esclavitud del hombre en la religión en vez de la liberación. A principios de la década de 1840 esta combinación de filosofía con crítica religiosa se convirtió en el sello de un grupo conocido como los hegelianos de izquierda. Este grupo, que incluía a Marx, aceptaba la noción hegeliana de que la historia es un gran desenvolvimiento de un proceso racional, pero rechazaban la noción de que el mundo presente era la expresión final de la razón. En la visión de los hegelianos de izquierda Hegel había malinterpretado la historia al percibirla en términos del espíritu. Ellos decían que el espíritu existía en la actividad humana por sí sola. La historia sí cambia pero son los seres humanos –no fuerzas abstractas- las que traen el cambio.<br />Los hegelianos de izquierda cambiaron la idea del espíritu claramente en la obra de Ludwig Feuerbach (1804-1872). Feuerbach era un hegeliano de izquierda que de hecho había estudiado bajo la tutela de Hegel, aunque aplicaba las ideas de Hegel a asuntos teológicos. En 1841 publicó su más famoso libro Esencia de la cristiandad. Este texto fue extremadamente influyente pues ayudó a dar forma al pensamiento de Karl Marx, aunque también tuvo un gran impacto en otro escritor anticristiano importante: David Friedrich Strauss (1808-1874). En su texto, Feuerbach analizaba a la religión en términos psicológicos y antropológicos, al argumentar que la religión era solamente la proyección de la conciencia humana en el mundo. Los seres humanos crearon e idealizaron el concepto de Dios. La historia de la religión es, por tanto, la historia de la especie humana escribiendo sus ideas acerca Dios en el mundo.<br />Karl Marx estuvo profundamente impresionado con la inversión de Feuerbach sobre Hegel, y se convirtió en el fundamento de su enfoque filosófico. La Alemania de la década de 1840 no era un lugar hospitalario para la crítica de izquierda. Por tanto, en 1843 Marx abandonó Alemania para mudarse a París, llevándose sus ideas filosóficas radicales. En París, Marx estudió en una tradición intelectual completamente diferente, leyendo la historia de Francia y la teoría social temprana. Después fue a Londres donde se encontró con el pensamiento económico británico. El resultado fue un nuevo enfoque de las dos grandes revoluciones de la época moderna: la francesa y la industrial. Pero Marx realizó sus estudios desde una perspectiva alemana en particular, una que incluía una extensa y complicada teoría de la historia.<br />Las primeras pistas sobre el enfoque básico de Marx aparecieron alrededor de 1845. En 1844 Marx escribió los Manuscritos económicos y filosóficos. En 1845, escribió La Sagrada Familia. La crítica básica de Marx en estas obras sobre el pensamiento político francés y el pensamiento económico británico era que a ambos enfoques les faltaba sentido de la historia. Por ejemplo, en la visión de Marx, aunque la revolución francesa decía apoyar los derechos universales del hombre, simplemnte representaba los intereses de un grupo: los que tenían propiedad. Por tanto, el universalismo francés fue gestado en la ignorancia de su especificidad histórica, lo que significaba que los teóricos franceses tempranos, como Fourier y Saint-Simon, crearon sus enfoques socialistas sin ninguna conexión con las fuerzas históricas. La evalución de Marx era que aunque los franceses entendían la política, no entendían la historia. Una teoría de la política sin una teoría de la historia era una teoría de la política sin un lugar para el cambio.<br />Marx percibió muchos de los mismos problemas en el pensamiento económico británico. Marx decía, por ejemplo, que el economista inglés David Ricardo se equivocó al suponer que las condiciones económicas para el capitalismo eran naturales y universales. Ricardo había formulado algo llamada la ley de hierro de los salarios, que sostenía que los salarios siempre se mantendrían cerca de los niveles de subsistencia. Sin embargo, Marx respondía que la prevalencia actual de los salarios de subsistencia era sólo un momento específico en el desarrollo capitalista. Como ven, Marx leyó a Ricardo y a Adam Smith, entre otros, de la misma forma que Feuerbach había leído los textos teológicos. Donde la religión describe la enajenación de Dios por parte del hombre, los economistas describen la enajenación de la economía por parte de los hombres. Para Marx, esta posición es ahistórica pues resulta de un sistema creado. Por tanto, el sistema puede ser cambiado. Marx no desechó completamente al pensamiento económico británico. Incluso si los británicos estaban mal, su instinto básico probó ser correcto: las relaciones económicas determinan las estructuras de la vida social. Armado con Hegel, Marx sostenía que los economistas británicos no habían entendido las dimensiones históricas del pensamiento. Eso era economía sin historia.<br />Ahora analicemos los aspectos alemanes del pensamiento de Marx. Tocó el turno de criticar a Hegel y a sus aliados filosóficos al argumentar que a la historia filosófica alemana le faltaban conexiones con los acuerdos políticos y económicos que los pensadores franceses y británicos habían descrito. Los hegelianos entendían la historia pero su pensamiento estaba al revés. La dialéctica hegeliana se había quedado en el mundo de las ideas cuando debía ser aplicada a las condiciones materiales de la vida. La historia no era una historia del desenvolvimiento del espíritu; era un proceso de relaciones sociales que estaban determinadas por las relaciones económicas. Al final, las condiciones económicas –y no las ideas- conducían la historia. Para Marx esto significaba dos cosas. Primero, la dialéctica hegeliana había perdido el contacto con el mundo material. Segundo, el mundo material sólo podía ser entendido con la dialéctica. Para Marx, los sistemas económico y político pasaban por las etapas históricas necesarias, que Marx describía como la evolución del feudalismo al comunismo pasando por el capitalismo.<br />Esto nos lleva al concepto marxista del materialismo dialéctico. Al conjuntar todas las corrientes de pensamiento que hemos discutir, Marx anunció que el socialismo inevitablemente reemplazaría al capitalismo, porque era una forma más racional de hacer las cosas. Escribiendo desde su exilio en París y después en Londres, Marx trató de desarrollar una respuesta materialista al idealismo alemán que –no obstante- hizo extensivo el uso del enfoque idealista a la historia. Marx argumentaba que la verdadera enajenación es la separación del hombre de lo que produce. Si hay algo esencial para la humanidad es que las actividades productivas de la gente tienen lugar dentro de las estructuras sociales. Por tanto, en el capitalismo los trabajadores pierden contacto con las cosas que producen. Marx agregó que la enajenación no es permanente porque el sistema económico puede ser cambiado. Este cambio sucederá como un asunto de lógica e historia. Sin embargo, en la medida en la que el cambio es histórico e inevitable, también es supranacional. El socialismo puede y será esparcido más allá de las fronteras políticas pues el sistema alemán de producción económica también estaba en marcha de acuerdo con las mismas leyes, y el francés y el británico y todos los demás también.<br />Por tanto, Marx representa una de las síntesis culturales más importantes del siglo diecinueve. Él ofrecía un recuento coherente de la historia, la política y la economía en un gran sistema. Esto era importante en dos niveles. Primero, la teoría marxista de la historia era fundamentalmente optimista. En este sentido llenaba el vacío dejado por la crítica de la ilustración hacia la religión. Mientras que los cristianos alguna vez estuvieron seguros de que el juicio vendría en el siguiente mundo, los marxistas podrían estar seguros de que la revolución del proletariado llegaría. Segundo, las ideas de Marx cumplían con las necesidades percibidas de una comunidad intelectual emergente que buscaba conexiones sin referencia al origen nacional. Por tanto, uno podía ser marxistas en París, Londres, Berlín o Roma. Por medio de su comprensión y optimismo, el marxismo se convirtió rápidamente en la ideología europea más dinámica y de más largo alcance. Los trabajadores del mundo y sus contrapartes intelectuales podrían unirse a la búsqueda de otra totalidad.Asistente Sauterhttp://www.blogger.com/profile/06010045984058937838noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3430105514566235998.post-17047821786109209312008-01-31T07:47:00.000-08:002008-02-07T13:13:52.925-08:00Sesión 10: El liberalismoEl liberalismo es la respuesta ideológica de la revolución francesa más ampliamente difundida. Su principal virtud era reconciliar tanto a la revolución industrial como a la francesa en un solo enfoque. El liberalismo enfatizaba tanto la libertad económica como política. Por la parte económica abogaba por un gobierno limitado que permitiera que las personas se involucraran libremente en la actividad económica. El término para describir esta posición era laissez-faire. Por la parte política, enfatizaba las libertades civiles que originalmente habían sido parte de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Por tanto, los liberales podían reclamar que su ideología se ajustaba a las condiciones históricas recientes. No estaban en contra de los cambios políticos o económicos recientes; simplemente eran realistas en un mundo cambiante. Por esto, los liberales se distinguían de una gran cantidad de enemigos, como los conservadores que querían regresar al antiguo régimen, los revolucionarios intransigentes que querían el terror político, y un grupo emergente de críticos sociales que hoy llamamos marxistas. Hablaremos sobre los marxistas la próxima sesión.<br />El término liberalismo surgió en el siglo diecinueve. Se derivó de la palabra latina liberalis o “relativo al hombre libre” y fue una reacción a lo que muchos liberales veían como excesos revolucionarios. (La naturaleza genérica del liberalismo se mantuvo durante el siglo diecinueve, pues los liberales generalmente no incluían a las mujeres en su visión del mundo). No obstante, los liberales sí profesaban un aumento en la autonomía individual. Para ellos, la expansión de la autonomía no podría venir por medio del cataclismo de la revolución. Los liberales contrapesaban tanto a los conseradores como a los revolucionarios con un énfasis en la idea del progreso. Para los liberales, todo cambio en el sistema político y económico tenía que ser predecible y controlable, y es por ello por lo que enfatizaban las constituciones y los procedimientos. Por tanto, el liberalismo trataba de canalizar las fuerzas del cambio por medio de procesos legales que mejoraran las malas condiciones sin ceder el poder a las masas populares.<br />El miedo a las masas es lo que hace que el liberalismo rompa con gran parte de la ilustración. Como Burke, a los liberales no les gustaba la inclinación de la ilustración hacia las abstracciones. Se oponían a cualquier doctrina amplia de los derechos naturales, pues las veían como políticamente peligrosas. Tomaron un enfoque pragmático pues creían que los derechos eran una evolución histórica, como había dicho Burke. Para los liberales, lo importante era asegurarse de que la evolución continuara y fuera suave y predecible. Este énfasis en el cambio procedimental se originó en dos creencias. La primera era que la gente libre generalmente son mejores personas. La segunda es que incluso la mejor gente cede ante las pasiones. Por tanto, la manera para hacer que la gente fuera libre sin llegar al caos era tener claro procedimientos constitucionales que permitieran un cambio moderado. En esencia, los liberales creían que el fin de una mayor libertad no podía ser separado de los medios utilizados para ganar dicho incremento en la libertad. Éste era el único camino para que los espectros gemelos de la reacción conservadora y del exceso revolucionario pudieran ser evitados.<br />Durante el siglo diecinueve hubo dos centros del pensamiento liberal: Gran Bretaña y Francia. Hubo otros liberalismos en Europa, especialmente en Alemania, pero estos debates le deben mucho a Francia y Gran Bretaña y políticamente fueron más débiles. No obstante, aunque los liberalismos británico y francés eran parecidos en sus ideas básicas, cada uno tuvo orígenes diferentes. El liberalismo británico se derivó de la tradición ilustrada del utilitarismo. Esta corriente de pensamiento enfatizaba la aplicación de la razón a problemas sociales y políticos. El énfasis en la razón se combinó con una larga tradición de parlamentarismo para hacer política pública, fundamentalmente para la creación de leyes racionales. Por tanto, durante el siglo diecinueve, los liberales británicos lucharon por mejores leyes. En contraste, la tradición francesa se originó en las fallas de la revolución y la restauración posnapoleónica. Los liberales franceses creían que Francia necesitaba mejorar las estructuras estatales. Por tanto, los pensadores franceses enfatizaron el diseño de un Estado mejor y más liberal, haciendo a un lado el problema de las leyes individuales. Veremos cómo esta diferencia de énfasis hizo que los liberalismos británico y francés tomaran diferentes caminos.<br />Comenzaré con la tradición británica. Analicemos a Jeremy Bentham (1748-1832), el último gran teórico de la ilustración. En 1789, Bentham publicó Introducción a los Principios de la Legislación Moral. En este libro, Bentham sentó de hecho las bases para un mapa del camino para todo el liberalismo futuro. Bentham creía en el poder de la razón para realizar cambios. Por tanto, argumentaba que la gente necesitaba aplicar la razón a todos los problemas sociales y políticos, con el fin de reformar tanto al Estado como a la sociedad en líneas más racionales. ¿Cómo uno puede juzgar si una política es racional? Bentham sostenía que la gente debe apelar a un principio en política: el mayor bien para el mayor número de personas. Esto significaba romper con una larga tradición corporativa que equilibraba el choque entre sí de los intereses de los diferentes órdenes. Quien era feliz tradicionalmente le importaba muy poco, especialmente si la gente infeliz eran también campesinos.<br />Este era un enfoque intelectual poderoso. Para Bentham, la mejor política era aquella que permitía a la mayor cantidad de gente seguir su propio interés. Este enfoque tuvo dos efectos. Primero, debilitó las concepciones tradicionales del privilegio social. Si a la gente se le permitía seguir su propio interés, también debían ser liberados de leyes arbitrarias. Segundo, este enfoque también atacó la creencia ilustrada del derecho natural. El propio interés se originó en las condiciones dadas de una sociedad; no es una abstracción que está sujeta a interpretaciones múltiples. Esto llevó a lo que Bentham llamó felicific calculus, o el cálculo de los placeres y daños. Bentham pensaba que el Sumo Bien podría ser determinado al ponderar los placeres contra los daños. Aquello que trajera el mayor placer y el menor daño al mayor número de personas era la mejor política. Deben notar que la idea completamente debilita la política romántica. Sopesar los placeres y los daños no era en sus orígenes un proceso emocional pero tampoco daba lugar a la tradición o a la jerarquía.<br />Por tanto, Bentham sostenía que las leyes deben darle a las personas la libertad para obtener su propio interés. Esto significaba que el mejor sistema político era aquel que se basaba en el sufragio universal masculino y libertad de prensa. Las ideas debían fluir libremente si las personas debían decidir lo que era su propio interés. Con ese fin, Bentham quería expandir el sufragio y terminar la censura. Estos pilares gemelos del pensamiento de Bentham se convirtieron en el fundamento del liberalismo británico del siglo diecinueve. Dos de los más famosos seguidores de Bentham son el economista James Mill y su hijo John Stuart Mill. James Mill hizo más que cualquiera para difundir las ideas de Bentham. Era un escritor prominente y se oponía tanto a la revolución francesa como al romanticismo. Sus más famosas obras incluyen un artículo titulado “Gobierno” que apareció en las primeras ediciones de la Encyclopaedia Britannica y su libro Elementos de Economía Política (1821). El artículo “Gobierno” fue particularmente importante porque proveyó el sustento filosófico para la primera gran reforma del sistema electoral del siglo diecinueve en Gran Bretaña, con la ley de reforma de 1832. Una serie de reformas seguirían a esta, y en 1928 cada británico que tuviera veintiún años tendría el derecho a votar.<br />Aunque tenía una relación difícil con su padre, John Stuart Mill se unió a la causa liberal. Sin embargo, Mill fue más lejos que su padre al considerar la naturaleza y los fundamentos de la sociedad. Fue un pensador multifacético pero su contribución más importante fue en la economía política y en la filosofía política. Durante la década de 1840 publicó una serie de obras sobre economía política en la que consideró si las relaciones de propiedad eran en sí un problema para la sociedad. Mill estudió cuidadosamente la literatura socialista emergente y, aunque no era un socialista, sí creía que la política necesitaba dar soluciones a lo que llamaba “cuestiones sociales” antes de que el descontento hiciera imposible la forma racional de la política. Sin embargo, su obra más famosa, que leerán para esta clase, es Sobre la libertad. Publicada en 1859, este texto es la piedra angular de toda la subsecuente argumentación liberal sobre la libertad de pensamiento. En el contexto que he descrito acerca del utilitarismo, es notable por dos razones. Primero, sostiene como una creencia absoluta al sumo bien de la libertad de expresión. Aun si algunos utilicen mal su libertad, en general más bien que mal se obtiene de un debate libre. Segundo, es terriblemente elitista. Una de las principales preocupaciones del texto es argumentar que los librepensadores necesitan evitar la presión social. Considerando que a los pensadores previos les había importado la censura estatal, a Mill le preocupaba la censura que los no informados o los no letrados pudieran practicar. Deben tener estas cosas en cuenta mientras leen el texto.<br />Ahora, analicemos la escuela francesa del liberalismo. Como mencioné antes, los pensadores franceses no estaban interesados en cómo pasar más leyes racionales, lo que querían era entender cómo crear estructuras políticas estables. Empezaré analizando los indicios de este tema con Benjamín Constant (1767-1830). Nacido en Lausana, Constant era francosuizo, y su padre era un oficial menor al servicio del Estado holandés. Constant viajó ampliamente durante su juventud y también estudió en Alemania, Inglaterra y Escocia. Durante la década de 1790 fue partidario de la revolución francesa, pero después se unió al gobierno napoleónico. Pronto se desilusionó del autoritarismo de Napoleón y dejó Francia para vivir en el exilio en Ginebra.<br />Constant creía, por sobre todas las cosas, en la libertad individual. En este sentido, estaba fuertemente influenciado por los románticos alemanes. Durante algún tiempo estuvo en Weimar donde conoció a Goethe y a Schiller, y se convirtió en amigo de Friedrich y August Schlegel. También tuvo una larga relación con la descubridora francesa del romanticismo alemán: Madame de Staël. Al haber analizado tanto al periodo revolucionario como al napoleónico, Constant concluyó que Francia necesitaba un sistema estatal que protegiera la libertad individual. Desde su punto de vista, las masas podrían ser una fuerza peligrosa, lo que significaba que un Estado era necesario para mantener la libertad dentro de ciertos límites. Pero Constant también estuvo desilusionado por la restauración borbónica de 1815. El comportamiento de Luis XVIII (dieciocho) mostró que si un rey tenía poder absoluto, la libertad personal también podría ser destruida. Constant favorecía una monarquía constitucional que equilibrara los poderes ejecutivo y legislativo franceses y favorecía también garantías constitucionales estrictas para la libertad personal, como la libertad de prensa y de culto.<br />Las ideas de Constant se convirtieron en el fundamento del liberalismo francés entre 1815 y 1830. Cuando la revolución llegó en 1830, la gente demandó el tipo de Estado que Constant y sus aliados liberales habían planeado. Parece justo a la medida que Constant hubiera muerto en 1830, exactamente cuando sus ideas triunfaban. Los seguidores de Constant establecieron un gobierno constitucional que fue llamado Monarquía de Julio (En próximas sesiones hablaré más acerca de ella). Bajo la nueva constitución, Francia tendría un monarca constitucional y una Cámara de Diputados muy activa. Desafortunadamente para los liberales, la Cámara de Diputados fue percibida como muy elitista debido al requisito de propiedad para poder votar. Durante las siguientes dos décadas, la Constitución de 1830 se volvió cada vez menos popular, pues más segmentos de la sociedad francesa demandaban el derecho al voto. Eventualmente, esto llevó a otra revolución en 1848, que estableció a la Segunda República Francesa y expandió el sufragio muy ampliamente. Con cada revolución, los liberales franceses creían que Francia se acercaba a la libertad. Sin embargo, el problema con su proceso era que cada nuevo régimen debía legitimarse nuevamente, lo que alentaba a los oponentes del gobierno a dedicarse a criticar de manera más radical.<br />La inestabilidad de la política francesa entre 1815 y 1848 llevó al surgimiento de otra crítica liberal de Alexis de Tocqueville. Tocqueville sospechaba de los cambios políticos al sostener que Francia se enfrentaba a un nuevo problema: el estado liberal se estaba convirtiendo en una democracia. A Tocqueville le disgustaba la democracia porque pensaba que el anhelo de igualdad, que había caracterizado la política francesa desde 1789, ponía en peligro la libertad. En una democracia, la mayoría siempre supera al individuo.<br />No es accidente, por supuesto, que Tocqueville fuera un aristócrata. Tenía cierta nostalgia por la vida aristocrática. Pero también se dió cuenta que el ancién regime se había ido para bien. Sus famosos viajes por Estados Unidos lo habían convencido de este hecho, y publicó sus ideas en su obra clásica La democracia en América. Tocqueville percibió a Estados Unidos como una vanguardia para el futuro, porque sufría de la tendencia niveladora que afligía a su país pero también porque era estable. Esto significaba que Estados Unidos podría sobrevivir pero también mostraba cómo la democracia era acechada por la tiranía de la mayoría. La democracia desalentaba el comportamiento excéntrico y necesitaba que las personas se ajustaran. Tocqueville concluyó que la democracia era más igualitaria pero también menos libre que los régimenes democráticos. Por tanto, la verdadera pregunta para los liberales era cómo mantener la libertad dentro de la democracia.<br />Para encontrar una respuesta a esta pregunta, Tocqueville volteó a la aristocracia. Según él, los aristócratas tenían la libertad para ser poco usuales porque tenían tradiciones familiares que los defendían de la presión social. Por tanto, para Tocqueville la llave de la libertad era mantener a los grupos intermedios que protegían al individuo de los gobiernos electos democráticamente. Desde el punto de vista de Tocqueville, el liberalismo no podría sobrevivir sin este tipo de salvaguardas y que en Estados Unidos dichos grupos intermedios se conformaban por las diferentes religiones. El problema para Europa era que la iglesia y la aristocracia se habían ido. Por tanto, los europeos necesitaban crear instituciones secundarias que protegieran la libertad. Este es un eco del disgusto liberal generalizado por las abstracciones. Tocqueville quería encontrar organizaciones intermedias en la vida diaria, no en doctrinas amplias. Esto es especialmente importante para él pues otro Napoleón entró en escena en 1848. Napoleón III (tercero), el sobrino del gran general, usó el nombre de su tío en un intento para ganar poder en Francia. En última instancia, Napoleón III ganó y Francia renunció a su constitución liberal a cambio de otro imperio.<br />Este es el contexto que necesitamos para entender a Tocqueville. Él sabía que el antiguo régimen se había ido pero también reconocía que otros peligros contra la libertad se habían presentado, como la democracia y la tiranía. La clave era, por tanto, buscar tradiciones que todavía funcionaran y usarlas en contra de estos nuevos peligros. Este sistema casi nunca funcionó en Francia pero las ideas de Tocqueville siguen siendo muy influyentes. Él junto con otros liberales que he discutido continúan siendo importantes para entender la política actual.Asistente Sauterhttp://www.blogger.com/profile/06010045984058937838noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3430105514566235998.post-44128694298176088052008-01-31T07:46:00.000-08:002008-02-07T13:13:35.342-08:00Sesión 9: El ConservadurismoEl conservadurismo es una de las tres ideologías revolucionarias que mencioné la última vez. En general, los conservadores posrevolucionarios rechazaron la incertidumbre y la violencia desatada por la revolución francesa y querían establecer un orden político y social estable. Aunque existieron muchas fuentes del conservadurismo en Europa, sus orígenes como movimiento intelectual real surgieron en Inglaterra con Edmund Burke (1729-1797) Edmund Burke fue el primer europeo en ver a la revolución francesa como un movimiento social e intelectual. Desde este punto de vista, la revolución no sólo trajo un cambio de régimen sino que también alteró los fundamentos de la sociedad francesa. Para Burke, esto significaba que el impacto de la revolución no podía ser contenido. Era un reto para cada sociedad que tenía aristocracia, iglesia y monarquía.<br />Burke expuso sus argumentos en su famoso libro Reflexiones sobre la Revolución Francesa (1790). Su libro fue escrito de manera temprana durante los primeros seis meses de la revolución. Conocer la cronología es importante porque nos muestra que la oposición de Burke era filosófica en vez de reaccionaria. Muchos de los conservadores se opusieron a la revolución pero sólo después de haber visto la violencia y el derramamiento de sangre. Sin embargo, Burke publicó su oposición antes de que lo peor de la violencia y la destrucción sucedieran. Por estas razones, sus doctrinas son más coherentes y más tomadas en cuenta que las peroratas que sus oponentes escribían en tiempos de terror.<br />Las Reflexiones sobre la Revolución Francesa eran un muy fuerte ataque a las doctrinas oficiales de las revoluciones. El fundamento para este ataque era su oposición a la abstracción en política. Por ejemplo, Burke rechazaba la idea de los derechos naturales al argumentar que todos los derechos se originaban de la historia de una sociedad en particular. En su visión, los derechos son una herencia que pasan de una generación a otra. Debido a la falta de abstracción en política, los gobiernos tampoco se consideraban como existentes. Las estructuras políticas y legales se desarrollaron lentamente de acuerdo con la historia del país. Al analizar el intento de los revolucionarios de construir un gobierno nuevo y perfecto, Burke argumentaba que el gobierno no era una máquina que podría ser separada y vuelta a unir; en vez de ello, era un organismo que había crecido lentamente y que estaba fundado en las tradiciones y prácticas de un país. En la visión de Burke, el gran error de la revolución era romper la relación orgánica de Francia con su historia y con sus instituciones.<br />Burke vio al pasado como una fuente de sabiduría. Moderaba los juicios políticos y evitaba que el cambio se saliera de control. En este contexto, incluso los prejuicios podían ser útiles, pues un prejuicio que había funcionado en el pasado era mejor que una idea sin probar que amenazara con la anarquía. (Notarán, basados en la clase pasada, una alusión temprana del rechazo del romanticismo a la abstracción de la razón. Burke no era romántico pero su oposición a la abstracción se incorporó después al romanticismo.) En la visión de Burke, la revolución había perdido su toque con un pasado nacional por lo que se convertiría en el caos y haría necesario un militar fuerte. Él escribió: “En la debilidad de un tipo de autoridad, y en lo fluctuante de todos, los oficiales de un ejército permanecerán por algún tiempo rebeldes y en facciones, hasta que algún general popular, que entienda el arte de conciliar con los soldados, y que posea el verdadero espíritu del orden, logre captar la atención de todos sobre sí mismo... Pero el momento en el que esto suceda, la persona que realmente comande al ejército será su amo, amo (es pequeño) de su rey, de su asamblea, de toda su república”. Dado el curso de la revolución francesa, y su fin con Napoleón, Burke habría podido reclamar, si hubiera vivido para ver el resultado final, un gran triunfo.<br />Ya he mencionado la anticipación de Burke hacia algunos temas románticos, porque hay una conexión importante entre la política conservadora y el romanticismo inglés. Ya he mencionado a William Wordsworth y a Samuel Coleridge en alguna clase pasada. Ambos hombres cambiaron su postura de ser partidarios de la revolución a opositores a medida que la violencia revolucionaria iba en marcha. Ambos representan la diseminación del sentimiento conservador a lo largo de Europa que aborrecía la violencia revolucionaria. Por ejemplo, Wordsworth se acercó más a las autoridades tradicionales como la monarquía británica y la Iglesia de Inglaterra, aunque sus políticas permanecieron reprimidas. El sentimiento antirrevolucionario de Coleridge era más abiertamente político pues exaltaba las virtudes de los órdenes de la vieja sociedad. En su visión, cada orden jugaba un importante papel en la sociedad. Si la gente trataba de interactuar fuera de su orden, el caos político y social sería el resultado. La postura de Coleridge tendría implicaciones políticas fundamentales pues para él significaba que si la gente no preparada para la actividad política trataba de debatir públicamente, o peor aún, el votar, el Estado se colapsaría. Por tanto, Coleridge pensaba que era mejor que los órdenes convivieran de manera armoniosa, con los nobles a cargo de la política y los demás en sus actividades. Esta idea tendría un gran impacto en líderes futuros como Benjamín Disraelí y Winston Churchill.<br />Después de la derrota de Napoleón, otra generación de escritores conservadores se hizo presente, particularmente en Francia, que quería reivindicar los ataques de Burke a la revolución pero que se diferenciaba de ella de manera significativa. Muchos de los nuevos conservadores reaccionaron fuertemente contra los excesos de la revolución al demandar mayor seguridad para el Estado. Sin embargo, el problema era que la revolución francesa y Napoleón habían destruido tantas tradiciones que el pasado sólo proveía poca estabilidad. Más aún, algunas tradiciones estabilizadoras que habían funcionado bien en Inglaterra, como el protestantismo, no jugaban un papel significativo en los países católicos. Por tanto, una redefinición del conservadurismo de Burke era necesaria antes de poder ser aplicado en otra parte, y en algunos casos esto empujó al conservadurismo a ser considerado como reaccionario.<br />Mucho de lo que los conservadores posnapoleónicos hicieron puede ser descrito como una reapropiación de la tradición. Los conservadores franceses oscilaban hacia la Iglesia católica como una fuente de estabilidad y tradición. La Iglesia trajo de regreso a la vida cotidiana un sentido de jerarquía y un orden orgánico. (Por supuesto que aquí hay una conexión implícita al romanticismo.) El Catolicismo no habría cabido bien con la visión de Burke pues él era protestante. Pero en las regiones católicas de Europa, especialmente en Francia, Italia y España, este tipo de conservadurismo religioso tendría una atracción inherente. El francoitaliano Joseph de Maistre (1753-1821) es un buen ejemplo pues representa de manera más completa la alianza entre el trono y el altar. De Maistre tomó una visión más pesimista de la política que sus predecesores ilustrados. En vez de buscar los orígenes del Estado en la razón, como hizo John Locke, él enfatizó la violencia como su aspecto fundamental. En su visión, todos los sistemas políticos se originaban en la violencia. Antes del Estado estaba la anarquía. El Estado evita la anarquía al centralizar la violencia que estaba distribuida aleatoriamente. En este contexto, es la amenaza de la violencia estatal la que quita a la anarquía de la vida diaria.<br />El énfasis de De Maistre en la violencia se combinó con sus dudas acerca de que la razón llevara a una mayor innovación intelectual. De Maistre fue el primer pensador en teorizar abiertamente sobre la importancia política de los rituales públicos. Para persistir, argumentaba De Maistre, el Estado necesita de rituales. Estos rituales no son racionales pero están diseñados para inculcar creencias y enseñar lecciones. Los rituales públicos de cualquier índole afirman su lealtad al Estado. (El análisis de De Maistre dio en el blanco. No es accidente que los revolucionarios franceses constantemente inventaban nuevos rituales públicos para asegurar al Estado. Algunos de estos rituales eran violentos como el continuo uso de la guillotina lo afirma). En particular, De Maistre sentía que la religión tenía un papel central en el mantenimiento de la seguridad diaria, pues estaba fundada en los rituales. Por tanto, un nuevo enfoque político surgió. El Estado estaba fundado en la violencia y estaba permeado por lo irracional. Si los rituales mantienen al Estado unido entonces los rituales religiosos, que eran los más poderosos y penetrantes de todos los rituales públicos, tenían que ser protegidos por el Estado.<br />Esta posición filosófica puso en conflicto a De Maistre con casi todo el siglo dieciocho. Se oponía tanto al racionalismo de la ilustración como a las abstracciones de la revolución francesa. De Maistre detestaba los ataques de los philosophes en lo que consideraba como el verdadero fundamento de la vida humana: la religión. De Maistre era un cristiano creyente y veía a la historia y a la política en términos de la voluntad divina de Dios. Al atacar la autoridad de la Iglesia Católica, la ilustración había envenenado a la comunidad social y provocó que Francia perdiera la visión de su misión cristiana. La revolución francesa era solamente el fin predecible a esta triste aventura, pues el dolor y el sufrimiento causados eran el castigo de Dios por el ateísmo (In Spanish, the translation for irreligion is irreligión but it is not of common usage). Esto le dio a la revolución un significado pues toda la violencia podía ser interpretada como una acción simbólica que representaba el plan de Dios. De acuerdo con esta perspectiva, el gobierno del terror era un ritual de sacrificio que purificaba a Francia y la regresaba al buen camino. Ahora que la purificación estaba completa, Francia podía ser reconstruida bajo las líneas tradicionales.<br />En su obra, De Maistre identifica lo que se convertiría en un problema central para muchos de los pensadores posrevolucionarios: ¿cómo se reconstruye una autoridad fragmentada? La respuesta de De Maistre fue argumentar que la monarquía era la mejor forma de gobierno pues se aproximaba mejor a la voluntad de Dios. La monarquía controlaba el tipo de egoísmo que la revolución había liberado al mostrarle a las personas de cómo el poder estatal se anclaba en un misterio. Por supuesto, los misterios son cosas que simplemente uno debe creer lo que significaba que Voltaire no tenía cabida en el mundo de De Maistre. Sin embargo, para De Maistre la proscripción de Voltaire y de la razón hizo también posible un regreso a la moralidad. Ahora, la Iglesia asumiría su justo lugar en la política. Con el sistema político anclado firmemente en la religión, los individuos podrían vivir en paz dentro de la nueva jerarquía.<br />De Maistre fue muy popular en Francia y a lo largo de Europa pues hizo posible la comprensión de la destrucción que trajeron las guerras revolucionarias y napoleónicas. Pareció dar una mejor explicación para la violencia de lo que la ilustración pudo. La ilustración había predicado que el hombre era básicamente bueno pero, ¿cómo podría serlo, si había sucedido el gobierno del terror? De Maistre dio una ideología alternativa a las ideas planteadas por Locke, Voltaire y Rousseau. Para él, la gente era mala y necesitaba ser contrarrestada por sistemas de autoridad. Sólo las instituciones tradicionales de la Iglesia y del Estado podrían prevenir catástrofes futuras. Este enfoque se convirtió en la base para los argumentos conservadores futuros sobre la necesidad de proteger a las instituciones tradicionales.<br />No podemos analizar con detalle todos los conservadurismos en Europa pero antes de concluir esta sesión, quiero analizar otro conservadurismo que comenzó en Europa antes de la revolución francesa y que lo radicalizó: el conservadurismo alemán. Para entender el conservadurismo en Alemania, deben acordarse la sesión sobre la estructura política única de Alemania. Hasta la primera unificación en 1871 con Bismarck, Alemania estaba dividida en muchos principados de diferentes formas y tamaños. En 1648 había todavía 365 (trescientos sesenta y cinco) estados alemanes separados. Algunos, como Prusia y Austria, eran grandes. Otros, como el ducado de Weimar y muchos ciudades-estado alemanas eran muy pequeñas. En la diversidad de las instituciones y estados estaba envuelta una institución antigua llamada Sacro Imperio Romano Germánico. Supuestamente el imperio fue fundado el día e Navidad del año 800 D.C. (Después de Cristo) y creció por los siguientes mil años hasta que fue disuelto por el emperador austriaco Francisco II (segundo) en 1806. Analizaremos la historia del conservadurismo alemán por medio de tres personas: Justus Möser, Friedrich von Gentz y Carl Ludwig von Haller.<br />El conservadurismo alemán se originó en oposición al cambio político dentro del sistema. El cambio estaba definido principalmente por medio de la agresión de los Estados grandes contra los Estados pequeños. Por tanto, a lo largo de Alemania, las voces de protesta se hacían notar cada vez que un Estado grande –usualmente Prusia- trataba de cambiar los acuerdos políticos existentes. Justus Möser fue una de las constantes voces de protesta. Möser representó las preocupaciones de los Estados alemanes pequeños. Nacido y criado en un pequeño pueblo llamado Ösnabruck, en Alemania noroccidental, donde trabajó toda su vida en el gobierno loca. Möser publicaba un periódico semanal llamado Fantasías Patrióticas, en el que argumentaba sin descanso que el espíritu alemán recaía en la realidad orgánica del Sacro Imperio. Defendió la diversidad regional, las libertades tradicionales y la sabiduría antigua contra las fuerzas del cambio político. Estas ideas serían muy importantes tiempo después para los críticos de la batalla entre Berlín y Viena por el control sobre Alemania. Pero Möser también influenció fuertemente la literatura. Enfatizó la diversidad y las tradiciones locales en el plano cultural en su famoso libro Historia de Ösnabruck. En este texto argumentó que la cultura tenía sus orígenes en las prácticas de la vida cotidiana de gente común y corriente. Si quieren encontrar la verdadera Alemanidad, deben buscar en los campesinos y escuchar su lenguas y aventuras populares. Esta idea tuvo un gran impacto en Goethe y en Herder, dos pensadores alemanes que tendrían un impacto enorme en los románticos.<br />Si el conservadurismo alemán tenía sus orígenes en la oposición local y el cambio político antes de la revolución francesa, después de ésta se volvió altamente nacionalista. Aquí es donde damos un giro para hablar de Friedrich Gentz. Nació en Silesia, la provincia que Federico II (segundo) había robado a Austria, y su padre trabajaba en la administración prusiana. Gentz creció y fue educado en Berlín, particularmente por hugonotes franceses. La madre de Gentz era parte de esa comunidad de expatriados, lo que significaba que Gentz hablaba y escribía bien tanto el alemán como el francés. Gentz había estudiado filosofía con Kant en Königsberg y era partidario de la revolución a principios de ésta, pero pronto se volvió en contra de la violencia y del derramamiento de sangre revolucionarios. En este contexto, es notable que Gentz fuera la primera persona en traducir al alemán la obra de Burke: Reflexiones sobre la Revolución Francesa. En 1791 leyó la obra de Burke en inglés con fastidio pero después con una gran admiración pues la revolución se había vuelto más violenta. Gentz tradujo la obra de Burke al alemán y la publicó en 1793. Su traducción fue un gran éxtio y convirtió a Gertz en un escritor antirrevolucionario. Invirtió la siguiente década en hacer campaña contra la revolución en una serie de revistas conservadoras. En 1802, por escándalos de índole personal, Gentz se fue de Berlín para vivir en Viena donde se convirtió en parte de los propagandistas conservadores del príncipe Klemens von Metternich. Como miembro del equipo de escritores, Gentz unió la propanda antifrancesa con el conservadurismo y el nacionalismo emergente.<br />De Gentz cambiamos de tema para hablar del conservador más influyente del periodo inmediato posnapoleónico, Carl Ludwig von Haller. Haller nació en 1768 en la ciudad suiza de Berna. Su padre había sido un funcionario público en el gobierno de la ciudad, y Haller también trabajaría ahí. En 1786, a los dieciocho años, Haller comenzó a trabajar para el ayuntamiento. Sin embargo, la vida tranquila de Haller cambiaría dramáticamente, con la conquista francesa de Suiza en la década de 1790. Haller luchó contra la ocupación francesa, pero fue forzado a abandonar Berna. Regresó tiempo después pero fue forzado a abandonar la ciudad otra vez, cuando se reveló su conversión al catolicismo (Los suizos son altamente protestantes). Como muchos de los jóvenes conservadores, la destrucción del mundo político y social antiguo hizo que Haller buscara orden en la Iglesia Católica.<br />La obra más importante de Haller es Restauración de la Ciencia Política (1816-1822). En este texto, Haller quería superar la teoría revolucionaria del contrato social con un énfasis en la desigualdad social. En la visión de Haller, la sociedad está basada en la desigualdad social. En cualquier parte, los débiles dependen de los fuertes, y esta cadena de dependencia va directo al príncipe, cuya fuerza protege a todos. Por lo tanto, la autoridad del príncipe era inalienable y él tomaba todas las decisiones políticas solo. Haller no era completamente dogmático en este asunto. En contraste con De Maistre, él no enfatizaba el papel de la Iglesia en el Estado, tampoco argumentaba que el príncipe no pudiera ser despojado del poder. Incluso el príncipe tenía reglas que seguir pues no sólo era el príncipe sino el padre de su pueblo. Sin embargo, al enfatizar la desigualdad Haller hizo manifiesta una fuerte tendencia conservadora en el pensamiento político alemán. Esto se combinaría después con el nacionalismo para darle a la política alemana un sabor antifrancés.<br />Para concluir, el conservadurismo es un producto tanto de los periodos prerrevolucionarios y revolucionarios de Francia. Tiene varios orígenes y apareció en varios países de formas diferentes. Pero si hay algo que podemos decir de su historia es que la revolución francesa generó un ímpetu para convertir al conservadurismo en un movimiento. Aquellos que había hecho campaña contra cualquier cambio antes de 1789 repentinamente se convirtieron en profetas. Las guerras de la revolución y los asesinatos convirtieron a Dios, al rey y al país en una buena combinación para mantener el orden político y social. La próxima vez hablaremos sobre otro enfoque: el liberalismo.Asistente Sauterhttp://www.blogger.com/profile/06010045984058937838noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3430105514566235998.post-59482926832066762272008-01-31T07:45:00.002-08:002008-02-07T13:13:22.300-08:00Sesión 8: El RomanticismoHoy comenzaré una serie de cuatro sesiones que analizarán los “ismos” que el siglo diecinueve trajo al mundo. Si hay algo que podemos decir acerca de Europa en el siglo diecinueve es que estaba llena de ideologías. El mundo se politizó después de 1789. A nivel cultural, casi todos parecían explicar el mundo, reimaginarlo o tomar posiciones críticas a favor o en contra de esto o aquello que molestaba, irritaba, favorecía o satisfacía. Quiero comenzar nuestra discusión de este fenómeno intelectual posrevolucionario con uno de los “ismos” más difíciles de definir: el romanticismo.<br />¿Qué es? Si vemos lo que hoy en día los académicos llaman romanticismo, encontramos un montón de gente con diferentes aspectos políticos, religiones, nacionalidades, especialidades creativas, actitudes históricas y la lista puede continuar. En ello recae el problema al hablar del romanticismo pues no es un movimiento fácil de identificar a comparación de otros como el marxismo, el liberalismo o el conservadurismo. Parece ser un movimiento político sin que en realidad lo sea.<br />El romanticismo es mejor descrito como estilo, modo o incluso énfasis. Este nuevo modo tuvo un impacto significativo en todos los aspectos de la sociedad europea trayendo un cambio en el arte, la música, la literatura, el sentido humano del yo, el enfoque hacia la naturaleza, e inclusive alteró la manera de pensar acerca de la política. Discutiremos todas estas áreas durante esta sesión pero primero necesitamos clarificar qué es el romanticismo en comparación con la ilustración. Se acordarán de las primeras sesiones en las que describí a la ilustración como un movimiento crítico preocupado por entender pero también por reformar al mundo. Cultivar la razón era su principal propósito. El romanticismo fue una reacción contra este énfasis en la razón. Los escritores, músicos, pintores y políticos ilustrados hacían énfasis en la elegancia, moderación, proporción y gusto. La combinación de estas características representa la vida del salón y de la corte del siglo dieciocho. En contraste, los escritores, músicos, pintores y políticos románticos enfatizaban la autenticidad, el deseo, la energía y la subjetividad.<br />Lo que comenzamos ver en el cambio de la ilustración al romanticismo son cambios importantes en el énfasis: un cambio de lo universal a lo individual, del desprendimiento a la pasión, de ambientes cultivados a la naturaleza. Un ejemplo de ello es el estilo de los jardines. Durante los siglos diecisiete y dieciocho la gente apreciaba los jardines franceses pues eran cuidadosamente cultivados y usualmente tenían un patrón geométrico. Sin embargo, para 1800 (mil ochocientos) el jardín inglés era la moda. En este jardín, el estilo era más libre, con árboles plantados aleatoriamente con patrones dispuestos para serpentear a lo largo del terreno. Para los románticos planificar cualquier jardín era intervenir en la naturaleza. No hay distinción alguna entre el jardín francés y el inglés pero que la gente considerara la diferencia entre lo natural y lo no natural nos dice algo importante sobre esta nueva forma de pensar.<br />A partir de aquí voy a analizar diferentes aspectos del romanticismo en la parte cultural: la música, el arte, la arquitectura y la literatura. Finalizaré con una pequeña discusión sobre la política.<br />Si podemos identificar el origen del romanticismo, éste sería en Alemania a principios de la década de 1790. Escritores como Friedrich Hölderlin, Friedrich Schlegel, Jean Paul Novalis y Ludwig Tieck desarrollaron su interés en la subjetividad, sensibilidad y emoción que Johann Wolfgang Goethe y Friedrich Schiller habían introducido a la literatura alemana en la década de 1770. En su juventud, antes de volverse conservadores, Goethe y Schiller fueron el centro de un movimiento literario conocido como Tormenta y Premura o Sturm und Drang. The Sturm und Drang había sido fuertemente influenciado por el interés en la sensibilidad que caracterizó el trabajo de Joseph Addison y Richard Steele en Inglaterra y Jean-Jacques Rousseau en Francia. Sin embargo, notarán de la lista del vocabulario que los románticos alemanes eran mucho más jóvenes que Goethe y Schiller, y esto es algo que unificará a todos los románticos. Su relación con el mundo había sido delineada por una combinación de juventud con la revolución francesa. La era revolucionaria tuvo una manera de hacer ver que las cosas viejas estaban pasadas de moda. Hölderlin, por ejemplo, trató de fugarse con la mujer de otro hombre porque según alegaba, ambos sentían una conexión; pero fracasó y comenzó un largo camino hacia la locura. Friedrich Schliegle, sin embargo, fue exitoso en lograr que una mujer, Brendel Mendelssohn, dejara a su marido, lo que generó un gran escándalo.<br />Los románticos enfatizaron fuertemente la experiencia subjetiva, siempre preocupados por documentar lo que sentían y porqué, y actuando en consecuencia con esos sentimientos. Entre estas líneas, una de las cosas más extrañas que los románticos hicieron fue mandar hacer bustos de sí mismos y enviárselos a sus amigos. Cada amigo entonces escribiría una carta detallada acerca de lo que le hizo sentir la contemplación del busto (Como se pueden imaginar, hay una conexión profunda entre la estética del romanticismo y la pseudociencia del siglo diecinueve llamada frenología). Este primer grupo de románticos dio origen a un segundo, e incluso más joven, que incluía a Clemens Brentano, Achim von Arnim, Joseph Görres, E.T.A. Hoffman y Joseph von Eichendorff. Lo que vemos en estos escritores es un interés creciente en lo supranatural y lo espantoso. E.T.A. Hoffman es un buen ejemplo, pues sus historias estaban plagadas de fantasmas, espectros y espíritus malvados que interactuaba tanto en el mundo natural como en el supranatural.<br />Un despertar literario parecido ocurrió en Inglaterra, aunque un poco antes. El romanticismo inglés supuestamente comenzó en 1798 con la publicación de los versos famosos de William Wordsworth titulados “Baladas Líricas” Ya he mencionado a Wordsworth en alguna sesión anterior porque nos permite identificar la importancia de la juventud para el romanticismo. Al referirse a la revolución francesa, escribió el libro once (11) del Preludio, ”bendecidos aquellos que estaban vivos, pero ser joven era la gloria”. Wordsworth era parte de un grupo de hombres muy jóvenes que se reunían regularmente para discutir poesía y dilucidar lo profundo de sus almas. La lista de personajes incluye a Samuel Coleridge, Robert Southey, y el científico Humphry Davy, quien por equivocación se creía poeta. Una de las cosas extrañas que Coleridge, Southey y Davy hacían era inhalar el recientemente descubierto óxido nitroso o gas de la risa. Se pueden imaginar cuánta diversión debieron tener drogándose y escribiendo poesía. Estos escritores inspiraron a otra generación de escritores románticos. Autores como John Keats, Lord Byron y Percy Bysshe Shelley nos vienen a la mente. Lord Byron estaba tan apasionadamente comprometido con un mundo mejor que viajó a Grecia para fomentar una rebelión, donde murió de fiebre en 1824.<br />Había más escritores románticos en otras partes de Europa pero debido a las limitantes de tiempo tendremos que concentrarnos en el arte. Es en el arte en donde realmente podemos ver cuán importante es la subjetividad y la pasión personal para los románticos. En esta parte de la sesión analizaremos a pintores románticos importantes desde la tradición inglesa, francesa y alemana. Comenzaremos con el pintor inglés Joseph Turner y el suizo pero naturalizado inglés Henry Fuseli. Turner llevó al máximo la pintura del paisaje inglés y en particular expresa la importancia de la naturaleza para el artista. Notarán que en su primer cuadro Maggiore (1819) los colores tenues y la manera de pintar hacen que el espectador se sienta dentro del cuadro. Contemplar a la naturaleza tenía el objetivo de provocar una sensación en el espectador. Henry Fuseli llama nuestra atención por sus temas supranaturales que ya hemos discutido. Analicen su cuadro “Night-Hag Visiting Lapland Witches” donde la diosa griega Hécate is drawn to? the niño sangrante. Aquí lo extraño y perverso recuerda al espectador las fuerzas obscuras y malvadas que penetran al mundo.<br />En Francia, Théodore Géricault es otro buen ejemplo del énfasis romántico en la representación y la inspiración de sentimientos. Su cuadro “La Balsa (The Raft) de Medusa” (1819) estuvo inspirada en un naufragio en el que marineros franceses flotaron en una balsa por días en la costa de Senegal. Noten la emoción, la desesperación en este cuadro. Es difícil no conmoverse por la historia de sufrimiento en este cuadro. Otro pintor francés que enfatizaba la emoción, aunque de manera diferente a Géricault, es Eugène Delacroix. Su cuadro de 1830, La libertad guiando al pueblo es una interpretación optimista y liberal de la revolución de 1830. Aquí se nota la emoción de la batalla en la esfera mundial.<br />En Alemania, encontramos temas similares, el énfasis en las emociones, la inclusión de los espíritus en el mundo. En ningún caso es más clara esta tendencia que en la obra de Philip Otto Runge. En Morning (1808) Runge incluye tanto imágenes de paisaje como de ángeles, una combinación de la añoranza tanto por el mundo natural como por el espiritual. Quizá el pintor alemán más famoso de este periodo es Caspar David Friedrich. Aquí, especialmente, se ve el énfasis en la soledad y el intento de provocar emoción en el espectador. Veamos dos cuadros de Friedrich. El primero es el Lonely Tree (1822) en el que Friedrich sitúa algo completamente normal, un árbol, en un área abierta cuyo espacio transmite el sentimiento de separación y soledad. El uso de la soledad como tema captura la añoranza por lo absoluto que caracterizó a buena parte del romanticismo. El arte era ahora una forma de sanar lo que se había roto. Vemos el mismo tema en The Wanderer above the Sea of Fog (1818). Aquí se invita al espectador a contemplar su propio sentido de diferencia y separación al considerar sus sentimientos sobre la contemplación del panorama de la naturaleza.<br />Del arte pasamos a la música. Hay una diferencia entre la música clásica del siglo dieciocho y la música romántica, aunque es difícil situarla en el tiempo. Algunos compositores incluyeron elementos tanto de la música clásica como de la romántica pero es difícil trazar la diferencia. Existe un abismo de diferencia entre Bach y Beethoveen. Pero Mozart y Beethoven comparten algunas características importantes, incluso si Mozart no era romántico y Beethoven sí. El principal elemento romántico es su énfasis en la originalidad y libertad sobre la forma. Los arreglos musicales rígidos y viejos fueron eliminados y nuevas formas aparecieron como el capriccio, el intermezzo, el lied, la mazurka, el nocturno y el preludio. Dos nuevos intereses también surgieron y que serían de vital importancia para la música del siglo diecinueve: la voz humana y el piano. En la medida en la que las viejas formas eran rechazadas, la voz se convirtió en algo muy importante para la música romántica y se mezclaba de manera más extensa con una variedad de instrumentos. El lieder de Franz Schubert es un ejemplo clásico de la combinación del piano con cantantes como si fueran un solo instrumento. La inclusión del canto en la Novena Sinfonía de Ludwig van Beethoven, es quizá el ejemplo más famoso. En Francia, Frédéric Chopin llevó al piano a nuevos horizontes, haciendo su música más personal e intensamente emotiva. Los románticos también exploraron otros temas importantes. Piotr Chaikovski puso música al acontecimiento mundial de la Guerra de Napoleón de 1812, y después durante el siglo diecinueve Eduardo Grieg hizo lo mismo para aventuras populares. Escuchemos para percibir la manera novedosa de incluir emociones en la música. Primero, comparemos a Bach, Mozart y Beethoven. Ahora escuchemos una de los lieder de Schubert. Después Chaikovski.<br />Ahora, analicemos al romanticismo en la esfera política. Comencemos con la historia y la filosofía. En la medida en la que analizamos la historia y el romanticismo, se hace evidente que el romanticismo no apoyaba ninguna ideología en particular. Los historiadores franceses Jules Michelet y Alphonse Lamartine apoyaban la revolución francesa pues percibían con pasión los eventos históricos. Ya habíamos visto este tipo de sentimiento en Delacroix, quien era un romántico y un liberal. Sin embargo, el conservador francés François Chateaubriand estaba en contra de la revolución y buscaba seguridad en la revolución. En 1802 publicó un libro famoso titulado The Genius of Christianity. Este es un libro importante porque resalta una preocupación fundamental del romanticismo conservador: la búsqueda de autoridad fuera de la esfera política. Para Chateaubriand, la gloria de la cristiandad no estaba necesariamente en su verdad sino en sus rituales y en la jerarquía que creaba. Muchos románticos que añoraban la jerarquía se convirtieron en conservadores y católicos. Friedrich Schlegel es un buen ejemplo. Pero también había románticos católicos que seguían una línea liberal, como Johann Joseph Görres. Podemos ubicar los efectos políticos ambiguos del romanticismo aún más en los románticos británicos. Williams Wordsworth, Samuel Colerdige y Robert Southey comenzaron como liberales de la revolución francesa. Pero todos se desilusionaron. Wordsworth se salió de la política para retirarse a la esfera estética. Por su parte, Colerdige siguió parte de la línea de Wordsworth pero se convirtió en un ferviente cristiano. Finalmente, Robert Southey se convirtió en un Tory sin remordimiento.<br />Concluyamos haciendo un resumen y viendo hacia el futuro. El romanticismo rechazó los ideales clásicos ilustrados del orden, armonía y equilibrio. Enfatizó al individuo, lo irracional y la imaginación. Encontró belleza en la naturaleza no en el orden creado por el hombre. Estaba profundamente interesado en el pasado por su propio bien. Generó genios de todos tipos, sin importar si eran artistas o figuras políticas, como Napoleón. Sin embargo, estas características también llevaron al romanticismo a esferas más problemáticas. La tendencia hacia la irracionalidad llevaron a los románticos hacia el pasado popular, que se convertiría en la base del nacionalismo moderno. Los románticos se interesaron en las maneras de las personas, recolectando aventuras populares y poemas nacionales. Las disciplinas modernas del folclor y la filología (lingüística) histórica encontraron sus orígenes en el trabajo de los hermanos Jacobo y Guillermo Grimm, quienes recogieron los cuentos alemanes y leyendas. Al valorar lo natural y lo histórico, los románticos europeos ayudaron a impulsar, lo que en última instancia, un patrón destructivo. Fueron los románticos quienes descubrieron la nación, y las naciones se volverían el problema central para el nuevo régimen.Asistente Sauterhttp://www.blogger.com/profile/06010045984058937838noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3430105514566235998.post-86036254314599491432008-01-31T07:45:00.001-08:002008-02-07T13:13:05.105-08:00Sesión 7: Recogiendo los pedazos: Metternich y el Congreso de Viena.La primera vez que hablamos sobre Napoleón resalté cómo su necesidad constante de exportar la revolución francesa lo llevo a enfrentarse a Europa hasta que reunió una gran cantidad de enemigos que hicieron que retrocediera el y la revolución y se quedara en Francia. Esta fue una gran victoria para la tan llamada cuarta coalición de Austria, Gran Bretaña, Prusia y Rusia. Sin embargo, al haber vencido a Francia, la coalición tenía el problema de qué hacer con la Europa liberada. La revolución y el periodo napoleónico trajo tantos cambios –políticos, sociales y económicos- que no había manera de regresar al mundo anterior a 1789. Por lo tanto, cuando las potencias victoriosas se reunieron en el Congreso de Viena en 1814, tuvieron que atravesar una línea difícil entre el viejo y el nuevo mundo, entre apagar las fuerzas del desorden y no ir tan lejos como para incitar nuevas revoluciones. Sí se restauró el orden político en Europa, pero sería constantemente retado por las fuerzas que Napoleón y la revolución francesa habían desatado.<br />Hoy, quiero analizar una fuerza contra la que las potencias victoriosas tuvieron que luchar: la creencia entre los europeos que los gobiernos eran, de alguna forma, responsables ante la gente. Mientras que Luis XVI (dieciséis), rey de Francia, había sido rey únicamente por gracia de Dios, todos los futuros gobernantes europeos tendrían que construir su derecho a gobernar en líneas más mundanas. Por ejemplo, cuando Luis Felipe se convirtió en rey de Francia en 1830, después de que su predecesor Carlos X había sido depuesto por otra revolución, aceptó el titulo de “Rey de los franceses” y no, como había sido el caso de sus predecesores, el de “Rey de Francia”. Este cambio en la terminología resaltó lo que yo llamo un problema de legitimidad. Durante el siguiente siglo, los estados europeos tratarían de mantener la legitimidad política, a la luz de un acuerdo político que no tenía dicha legitimidad.<br />Los negociadores en el Congreso de Viena confrontaron a un nuevo mundo –uno en el que los mitos que habían apoyado a regímenes anteriores ya no se sostenían. El problema era que los negociadores trataron, no obstante, de traer estabilidad sin hacer referencia a este cambio. Fueron exitosos en parte, pues Europa no tendría otra guerra de gran escala a nivel continental hasta que la Primera Guerra Mundial se desató en 1914. Aún en 1919 cuando otra conferencia trataba de levantar las pequeñas piezas que la guerra dejó, los negociadores en Versalles ignoraron las mismas lecciones que los participantes en Viena habían demostrado incapaces de captar: sólo aquellos gobiernos que era considerados legítimos ante los ojos del pueblo podrían mantener la paz interna. Desafortunadamente, en este segundo tiempo (o sea, después de la Primera Guerra Mundial), con millones ya muertos, los errores cometidos en la negociación de Versalles contribuyeron a que más millones de gente murieran después.<br />He formulado mi exposición del Congreso de Viena en términos de sus fallas pero debemos tener en cuenta que dichas fallas también fueron producto de la revolución francesa y de Napoleón. Esto es equivalente a decir que lo que aparece ante nosotros como una reacción conservadora unidimensional fue de hecho algo nuevo en la historia de Europa. Los participantes en Viena trabajaban en un mundo difícil e inestable. Algunas de sus reacciones fueron exageradas pero gran parte fue resultado de sus preocupaciones legitimas sobre seguridad. Por lo tanto debemos asegurarnos que no veremos el proceso completo de negociación y reorganización bajo una lente completamente negativa.<br />Si los ponemos en perspectiva, podremos comprender las dificultades de una manera mucho más clara. Analicemos por ejemplo, que cuando el congreso comenzó el primero de noviembre de 1814, habían pasado escasos siete meses después de que Napoleón dejó Europa para exiliarse en la isla de Elba. Por lo tanto, no podemos olvidar que la sombra de Napoleón y la revolución francesa rondaban al Congreso y es justo decir que fue producto tanto del lado oscuro de la revolución, la agresión revolucionaria, como de la reorganización retrograda del antiguo régimen.<br />Al discutir el Congreso de Viena confrontamos un mundo complicado que había sido trazado en un lucha desesperada por sobrevivir. Se acordarán que después de que Francia declaró la guerra en 1792 se tomaron múltiples coaliciones y veintiún años de guerra para lograr la victoria final. Este sistema de coaliciones condicionó la estructura del Congreso y las actitudes de los participantes. Mientras marchaban hacia París, los jefes miembros de la cuarta coalición se reunieron en la ciudad francesa de Chaumont para firmar un tratado que obligaba a las partes a negociar un orden de posguerra. Después de ocupar París, las potencias principales aceptaron, de acuerdo con el tratado de Chaumont, reunirse en Viena para negociaciones formales. Por lo tanto, la guerra de liberación en sí misma fue la inspiración para intentar mantener bajo control a las posibles guerras. El resultado fue algo que se ha llamado el Sistema de Congresos. Este sistema se fundó bajo la creencia de que los Estados europeos debían colaborar para evitar las guerras y que el mejor recurso para evitarlas era negociar antes de que las hostilidades estallaran (Noten que no hay mención alguna sobre la legitimidad o la democracia. Eran los diplomáticos los que negociaron el fin de la guerra). Entre 1814 y 1822 cuatro conferencias más se llevaron a cabo para mitigar los conflictos:<br />1818 Congreso de Aix-la-Chapelle<br />1820 Congreso de Troppau<br />1821 Congreso de Laibach<br />1822 Congreso de Verona<br />Estas conferencias fueron las primeras señales de cooperación internacional y revelan qué tan confusa se había convertido la situación de la posguerra. Reacciones políticas trajeron consigo la cooperación internacional. Sin embargo, esta oposición a la guerra no era producto del instinto humanitario ni tampoco representaba el deseo filosófico de acabar con la guerra. En vez de eso, surgía de la comprensión entre la élite política europea de que las guerras desestabilizaban a los gobiernos, lo que alteraba sus posiciones.<br />Visto desde esta perspectiva, el Congreso de Viena fue un intento para garantizar que Francia no amenazara la estabilidad por segunda vez. Aunque las potencias trataron de recoger los pedazos del antiguo régimen, reconocieron que los veinticinco años previos habían traído cambios irreversibles. En particular, reconocieron el poder del nacionalismo francés pues era evidente en su ofrecimiento a Francia de una paz indulgente por miedo a que los franceses se desbordaran otra vez. Entonces, sólo se requirió a Francia que regresara a las fronteras que tenía en 1793, lo que significó que los antiguos Países Bajos austriacos, el área que después se convertiría en Bélgica, permanecería bajo control francés. No se le exigió ningún pago de indemnización de guerra. Finalmente, se acordó que todos los tesoros artísticos que los ejércitos revolucionarios y napoleónicos habían saqueado de Europa permanecerían en París para su protección.<br />La indulgencia de los potencias victoriosas se evaporó cuando el primero de marzo de 1815 Napoleón regreso por sus “Cien Días”. Este cambio de políticas sugiere qué tan central era la seguridad para los negociadores. Napoleón escapó de su cárcel en la isla de Elba, y después de llegar al sur de Francia reclutó un ejército. Marchó hacia el norte, adquiriendo tropas en la medida en la que avanzaba, y para el 20 de marzo, estaba en París otra vez, confirmando los temores de la coalición sobre la agresión francesa. Sin embargo, no debemos exagerar el apoyo francés a Napoleón. Aunque atrajo a muchos entusiastas, en general veteranos de guerra que se aferraban a sus buenos tiempos, la mayoría de los franceses prefirió guardar distancia antes de unírsele para ver si Napoleón ganaba. Esto no iba a pasar. Para junio de 1815 los deseos de Napoleón fueron hechos trizas pues un ejercito prusobritánico lo derrotó en la ciudad belga de Waterloo. Napoleón abdicó una vez más el 22 de junio de 1815 y se le envió de nuevo al exilio, aunque esta vez fue en una prisión más segura en una isla fría y húmeda en el Atlántico llamada Santa Elena. La paz podría regresar a Europa. Pero esta vez era de un tipo marcadamente diferente.<br />El renovado afán aventurero de Napoleón trajo una paz mas dura para Francia. Después de que el Congreso de Viena se reunió otra vez, Francia fue reducida a sus fronteras de 1790 (Bélgica se añadió al reino de los Países Bajos para crear un estado títere que mantuviera a los franceses a raya). Las potencias victoriosas hicieron pagar a Francia una gran indemnización y requirieron el pago de los costos de ciento cincuenta mil (150,000) hombres del ejército ocupante. Pero los Cien Días hicieron más firme la necesidad de mantener la estabilidad política contra cualquier amenaza de desordenes. Como resultado, el Congreso de Viena restauró a las monarquías y redistribuyó territorio sin hacer referencia a las condiciones locales o hacer llamados para un involucramiento más democrático. Bélgica es un claro ejemplo de esta tendencia. Aunque la mayoría de los residentes fueran católicos y hablaran francés, esta región fue dada al rey de los Países Bajos, un país protestante y que hablaba holandés. Fundamentalmente, los intereses de seguridad estaban en conflicto con la conciencia nacional emergente. La brecha entre estos dos fue un elemento clave para la inestabilidad del acuerdo de Viena.<br />Con esto en mente, consideremos más detalladamente como el Congreso de Viena redibujó el mapa de Europa. Comencemos con Gran Bretaña. Como resultado del tratado final, Gran Bretaña obtuvo la Isla de Malta, y una pequeña isla que había robado a Dinamarca llamada Heligoland (esta isla fue cedida a Alemania en 1890). Los ingleses también se volvieron protectores de las Islas Jónicas, que eran territorios en los que se hablaba griego, cerca de la costa de Turquía que había estado bajo el control turco. También obtuvieron las Islas Mauricio, Tobago y Santa Lucia de Francia. Gran Bretaña también tomo Ceilán y el Cabo de Buena Esperanza de Holanda. Finalmente, tomaron Trinidad de los españoles. Estas fueron adquisiciones importantes y completaron una tendencia que había estado en marcha desde finales del siglo diecisiete. Por medios honestos y deshonestos Gran Bretaña se había convertido en la potencia comercial más grande del mundo, dominando los océanos del planeta. Esto tendrían consecuencias importantes después de 1850.<br />Prusia fue otro gran ganador al distinguirse durante la conferencia de Viena por su visible codicia. Prusia recibió la mitad de Sajonia, el ducado de Berg, que había sido creado por Napoleón algunos años antes. También recibió parte del reino de Westfalia, y una gran cantidad de territorio en la franja occidental del Rhin que incluía Colonia y Aix-la-Chapelle (Los alemanes llaman a esta ciudad Aachen). Además Prusia obtuvo Pomerania de Suecia, finalizando la presencia sueca en esta área germano parlante que databa desde el siglo diecisiete. Finalmente Prusia también retuvo los territorios que había adquirido de las tres particiones de Polonia. Esto incluyó la región conocida como Posen y en particular, las ciudades de Danzig y Thorn.<br />Sin embargo, de muchas formas Austria ganó más que Prusia. Esto no se debió a que Austria adquiriera nuevo territorio ( la Austria pos-1815 era casi del tamaño de la Austria pre-1815), sino porque los Habsburgo fueron exitosos en consolidar su débil imperio en un territorio contiguo que pudiera ser defendido y administrado de manera efectiva. Esta fue una gran ventaja y es necesario notarla porque esencialmente permitió que el imperio durara por cien años más. Solo hasta 1919 el imperio sería disuelto para bien.<br />Bélgica es el ejemplo más claro del éxito de Austria. Este territorio había sido conocido como los Países Bajos Austriacos. A los austriacos nunca les gustó tener este territorio. Estaba muy lejos para ser administrado de manera efectiva y la gente no recibía con agrado el descuido austriaco. De hecho, los austriacos trataron repetidamente de arreglar un intercambio con los Wittelsbach, la familia real de Baviera. Dos veces durante el siglo dieciocho tanto los Wittelsbach como los Habsburgo estuvieron cerca de intercambiar estos territorios, pero todas las veces Federico II (segundo), rey de Prusia, evitó que el pacto se llevara a cabo.<br />En vez de lidiar con gente hosca lejos en Europa, Austria se concentró en ganar los terrenos de junto. Tomó los territorios perdidos de Venecia, Trieste y Dalmacia mientras mantuvo la provincia polaca de Galicia. Además obtuvo la región alpina de Tirol así como el obispado de Salzburgo. Y si esto fuera poco, los ducados de Toscana y Modena fueron otorgados a parientes de los Habsburgo. Un vistazo al mapa nos muestra lo compacta y poderosa que Austria se había convertido. Alcanzando el Este con acceso directo al Mediterráneo, el futuro inmediato de Austria parecía brillar.<br />Si consideramos el resto de Alemania veremos claramente lo central de los asuntos de seguridad en las negociaciones en Viena. Aunque Napoleón se había ido, Alemania no regresó a sus acuerdos políticos previos, donde gobernaban cerca de trescientos (300) príncipes. En el Acta de Confederación, que fue parte del acuerdo final de Viena, estos trescientos principados fueron reducidos a treinta y ocho (38). La proliferación de los pequeños principados que habían caracterizado al Sacro Imperio Romano Germánico se había acabado para bien. Desde este punto en adelante el futuro de Alemania pertenecería a los Estados más grandes y poderosos.<br />Rusia también recibió una cantidad significativa de territorios. El Gran Ducado de Varsovia que Napoleón había creado fue disuelto y el territorio fue dado a Rusia. Además mantuvo el control sobre Finlandia, que había obtenido de Suecia en 1808, así como Besarabia que había tomado a Turquía en 1812.<br />Italia quedó en una condición parecida a la de Alemania, ampliamente dividida. En el sur, Fernando IV( cuarto) se convirtió en rey del reino de las Dos Sicilias, con su capital en Nápoles. Los Estados Papales, que sobrevivieron a la anexión de Napoleón, se añadieron Bolonia y Ferrara a sus dominios. Génova se convirtió en parte del reino de Cerdeña, que unificaría Italia en 1870. finalmente, como dije antes, Toscana y Modena se convirtieron en propiedad de los Habsburgo.<br />Los Países Bajos también cambiaron drásticamente. El reino de los Países Bajos se expandió más allá de Holanda para incluir Bélgica en el reinado de Guillermo I (primero). Guillermo I se convirtió en Gran Duque de Luxemburgo, lo que lo convirtió en parte de la Confederación Alemana.<br />Suiza estaba de vuelta después de haber sido derrotada por Napoleón. Los diecinueve cantones originales fueron restaurados y tres más fueron añadidos: Ginebra , Wallis y Neuchatel.<br />Incluso Suecia y Dinamarca se involucraron. Suecia mantuvo Noruega que había tomado de Dinamarca en 1814. Dinamarca fue compensado con Lauenburg, que tuvo que ser cedido a Alemania en 1864.<br />España y Portugal fueron los grandes perdedores de la conferencia, pues España cedió Trinidad a los británicos y Portugal cedió Guayana a Francia.<br />Para concluir esta parte de la sesión, si analizamos como las fronteras políticas de Europa cambiaron después de la derrota de Napoleón vemos preocupaciones de seguridad tomar precedencia sobre sentimientos nacionales, que en varios casos fueron en detrimento de los gobiernos existentes. El periodo después de 1815 fue, por lo tanto, no un intento de regresar al mundo pre-1789 sino dominado por la necesidad de evitar otra revolución.<br />Ahora voy a cambiar el enfoque sutilmente y considerare el Congreso de Viena desde la perspectiva de los negociadores individuales. Los mas importantes jugadores fueron:<br />Por Austria: Klemens von Metternich<br />Por Prusia: príncipe Karl August von Hardenberg y Guillermo von Humboldt<br />Por Rusia: conde Karl Robert Nesselrode<br />Por Gran Bretaña: vizconde Robert Castlereagh<br />Por Francia: Charles-Maurice de Talleyrand<br />No hay tiempo para ahondar en todas las personas que he mencionado, así que restringiré mis comentarios al hombre que dominó la negociación entera y, ciertamente, dominó la diplomacia europea por los siguientes treinta y tres años, príncipe Klemens von Metternich. Metternich fue el ministro austriaco de los asuntos exteriores desde 1809 hasta 1848. Encabezó la negociación diplomática para construir una coalición en contra de Napoleón y manipuló todo el Congreso de Viena para asegurarse que dicha guerra nunca volviera a ocurrir. Una manera para lograr esto fue por medio de bailes. Metternich era un muy buen bailarín y disfrutaba ser el centro de atención, el perfecto rasgo característico de un diplomático del siglo diecinueve. Pero Metternich era también astuto y utilizaba sus bailes y fiestas para mantener a los países pequeños de Europa ocupados mientras él y otras potencias negociaban los asuntos importantes. Por esta razón, el Congreso de Viena es también ocasionalmente conocido como el “congreso de bailes”. Metternich era políticamente conservador, pero también sabía que para que el Congreso fuera exitoso tenía que ser flexible. Detrás de la formación de la confederación alemana se encontraba un grupo de estados alemanes que incluían a Prusia, y estaban dedicados a mantener el status quo político. Metternich se aseguró de que este grupo estuviera dominado por su Austria al ser nombrada presidente. Además, al usar al Congreso, Metternich era capaz de debilitar a Francia, mantener a Prusia encerrada en la confederación alemana, mientras evitaba que Rusia ganara mucho poder. Por lo tanto, si analizamos lo que lo precedía, el tratado era ampliamente exitoso. No habría otra gran guerra en Europa hasta 1914. Pero esto también le dio al sistema diplomático -que Metternich y sus seguidores habían creado- mucho crédito, pues no duró mucho. Para 1822 el sistema de alianzas creado para evitar el revanchismo francés se había colapsado. Cuando Europa fue sacudida por otra revolución en 1848 el sistema ya no existía. Además si le quedaba algo de vida, el sistema de congresos estaba muerto para la guerra de Crimea en 1853.<br />El Congreso de Viena era parte del viejo mundo. Era algo nuevo, traído por las fuerzas que la Francia revolucionaria y napoleónica habían desatado. Las medidas represivas que fueron utilizadas eran las mismas que Napoleón había usado. Esta vez, sin embargo, estos métodos fueron puestos al servicio de la estabilidad política en vez de la guerra. El sistema de congresos falló, pero como discutiré en las próximas sesiones, falló porque los problemas que no fue diseñado para resolver hicieron su existencia imposible.Asistente Sauterhttp://www.blogger.com/profile/06010045984058937838noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3430105514566235998.post-48369706184915059892008-01-31T07:44:00.001-08:002008-02-07T13:12:52.470-08:00Sesión 6: Napoleón Bonaparte y la reorganización de EuropaNapoleón Bonaparte es tanto el heredero como el fin de la revolución francesa. Él representa las complejidades y tensiones que hicieron de la política francesa algo tan volátil después del 4 de julio de 1789. Estas tensiones fueron el resultado de intentar unir dos tradiciones irreconciliables. Una era la tradición republicana de libertad, igualdad y fraternidad; la otra era una corriente autoritaria que intentaba controlar todos los aspectos de la vida de la gente, incluyendo sus opiniones políticas. Esta tendencia autoritaria se hizo más patente durante el gobierno del terror (1793-94) cuando los líderes revolucionarios –Maximiliano Robespierre entre ellos- hacían uso exhaustivo de la guillotina con una gran cantidad de enemigos, reales y ficticios. Por tanto, existió una tensión durante la revolución entre el instinto igualitario y el autoritario. Napoleón juntó ambas tendencias pero Europa pagó un precio muy alto por ello.<br />Entre el 9 y 10 de noviembre, después de regresar a Egipto, Napoleón dio un golpe de Estado, terminando así con diez años de guerra y caos de la República. Este cambio ya se veía venir desde hacía algún tiempo. De hecho, ya había sido padecido en 1789 cuando el escritor inglés Edmund Burke escribió que los fines contradictorios de la revolución obligaban al surgimiento de un hombre fuerte que “logrará reunir las miradas de todos sobre él y ese será el fin de toda su República”. El problema real era que los franceses ya estaban hartos del caos interno y muchos de ellos opinaban que un ejecutivo fuerte era lo único que podía evitar el caos. Aunque el ascenso de Napoleón al poder revirtió parte de la revolución, ciertamente no auguró el regreso del antiguo régimen. En realidad, era un intento por encontrar consenso entre la población basado en la necesidad de seguridad. Después de la revolución mucha gente –que por primera vez pudo poseer propiedades- veían en los disturbios de la revolución un peligro para sus intereses.<br />Los primeros años de Napoleón como Primer Cónsul fueron un intento para negociar con las fuerzas del desorden en Francia. En 1801 logró un concordato con la Iglesia católica. En él, se reconocía la pérdida de propiedades a favor del Estado y Napoleón tendría la autoridad para nombrar representantes de la Iglesia. A cambio, el Estado garantizaría el pago a dichos representantes. La Iglesia ahora estaría subordinada al Estado francés pero también estaría ligada a él.<br />Napoleón también resolvió el problema de la deuda que se había incrementado mucho durante la primera y segunda coaliciones. Las guerras son negocios muy caros y Francia necesitaba desesperadamente dinero para pagar sus gastos y le siguieran dando crédito. Hasta ese entonces, el Estado había dependido del incautamiento de propiedades cuando no podía comprar lo que necesitaba. Napoleón resolvió el problema al establecer el Banco de Francia, que estaba diseñado a imagen del muy exitoso Banco de Inglaterra. El Banco de Francia controlaba la política monetaria y proveía de suficiente estabilidad para permitir el crecimiento y la reactivación económica de Francia, que usualmente es un fenómeno derivado de la construcción de consensos. El banco sería importante tiempo después pues le permitiría a Napoleón contraer créditos para pagar sus guerras próximas. Sin embargo, mientras esto ocurriría Napoleón necesitaba terminar la guerra de la segunda coalición, que estaba en marcha desde 1799. Rápidamente derrotó a Austria firmando el tratado conocido como la Paz de Lunéville en 1801. No le fue posible derrotar a Inglaterra pero negoció el Tratado de Amiens firmado en 1802. Por ello, tres años después de su golpe de estado Napoleón trajo paz a Francia.<br />Finalmente –y más importante aún- es que Napoleón continuó el proceso que se había gestado durante la revolución francesa al instituir nuevos códigos en procedimientos criminales, civiles y empresariales. Este nuevo código –código Napoleón o código napoleónico- era la última manifestación del interés de la revolución en Égalité o Igualdad, pues hizo que todos los franceses fueran iguales ante la ley. Además regularizó todos los procedimientos legales eliminando así el enredado y complejo sistema de cortes que caracterizaba al antiguo régimen. Por lo tanto, Napoleón fue la indicación de que el antiguo régimen en Francia se había ido.<br />Algo que debemos tener en cuenta es que los esfuerzos de Napoleón por consolidar la revolución eran muy populares a pesar de que gobernaba con excesos. Napoleón fue el primer estadista europeo en hacer plebiscitos y utilizarlos como una herramienta política. Napoleón realizó el primer plebiscito en 1802 al preguntarle a la gente si él debería ser nombrado Cónsul vitalicio. Los franceses aprobaron esta medida con un 99% de los votos a favor. Por supuesto, las subsiguientes elecciones de Napoleón fueron manipuladas, y no todos podían votar. El asunto que a nosotros nos interesa es que Napoleón pensaba que su legitimidad emanaba del pueblo.<br />Hemos considerado cómo Napoleón cambio y no cambió Francia. Ahora veamos cómo Napoleón cambió Europa debido a que sus guerras e innovaciones administrativas hicieron que Europa fuera un lugar diferente en 1815 –cuando fue derrotado por última vez- que en 1799 o inclusive en 1789. Napoleón fue producto un cambio: el cambio de luchar por la revolución a exportarla. De hecho, él era la principal razón por la que los franceses eran tan buenos en el campo de batalla pues era comandante general. Desde la perspectiva de Napoleón la victoria militar había sido clave para su ascenso y sería clave para su legitimidad política. Desde que se convirtió en primer cónsul en 1799, siguió una política de conquistas y anexiones. Esto tenía el doble propósito de dar una imagen más fuerte pero también significaba que las guerras no fueran peleadas en Francia. En la medida en la que se continuara con las victorias los franceses apoyarían a Napoleón.<br />Entonces podemos ver que Napoleón siempre tendía la necesidad de nuevos enemigos y nuevas victorias. Al final, sus enemigos serían muchos. Veamos como los consiguió. Para 1803 la guerra se había declarado entre Inglaterra y Francia. Ambas naciones mantenían siempre una mutua y profunda desconfianza. El problema para Napoleón era que nunca podría igualar la fuerza naval de los ingleses por lo que cuando la guerra se desató otra vez su armada no podía hacer más que correr y esconderse –y ni siquiera podían hacer eso bien. En 1805 en la batalla de Trafalgar el almirante Horacio Nelson destruyó los remanentes de las armadas francesa y española y con ello se acabarían las batallas navales.<br />Habiendo perdido en el mar, Napoleón se dedicó a lo que hoy llamamos guerra económica. Sus tropas ocuparon Italia y el noroeste de los puertos europeos para evitar la importación de bienes ingleses. Esto lo único que hizo fue agregar a la lista más enemigos pues Austria y Rusia estaban enojadas por las ocupaciones. Por lo tanto, Austria y Prusia se aliaron otra vez con Inglaterra para formar la Tercera Coalición (1805). Las cosas no mejoraron pues Napoleón venció tanto a Austria como Rusia sentando las bases del Tratado de Pressburg que redujo significativamente el tamaño de Austria y extendió a la Francia Napoleónica desde Ámsterdam hasta lo que hoy se conoce como Croacia (Ver mapa). Después de lidiar con austriacos y rusos, tocó el turno a los prusianos a los que Napoleón derrotó en las batallas de Jena y Auerstädt en 1806. Habiendo vencido a todos sus enemigos continentales Napoleón expandió su guerra económica contra Inglaterra al establecer el “Sistema continental” que prohibió la importación de todos los bienes ingleses en el continente europeo. En 1807 firmó la Paz de Tilsit con Rusia. Este tratado hizo de Rusia un aliado francés y cerró el continente –al menos en teoría- al comercio británico.<br />Ahora Napoleón controlaba completamente Europa. Consideremos las medidas que tomó para reorganizar esta gran franja de territorio. Los esfuerzos de Napoleón incluyeron el establecimiento de repúblicas hermanas con el patrón de la revolución francesa. En 1805 reorganizó la república Cisalpina y los convirtió en el reino de Italia. Convenientemente se autonombró rey. Después de que las tropas francesas siguieron descendiendo a lo largo de la península itálica, se encontraron con los Estados Papales que después anexarían a Francia. Finalmente, lo que había sido el reino de las Dos Sicilias, fue renombrado como reino de Nápoles y Napoleón puso a su hermano José en el trono. Para 1810 Francia controlaba de una u otra forma la península itálica completa.<br />Los cambios políticos fueron más dramáticos en Alemania. Antes de 1789, gran parte del área que hoy es Alemania formaba parte de una organización antigua llamada el Sacro Imperio Romano Germánico. Fundado el día de Navidad del año ochocientos era un imperio amado por muchos alemanes. Sin embargo, era completamente inútil en la escena internacional pues le faltaba poder real para imponer y recaudar impuestos, y por ello no tenía ejército. Esta vieja institución se colapsó por el peso militar de Napoleón. En 1801 Napoleón firmó un tratado con los austriacos llamado el tratado de Lunéville. Como parte de este tratado los Habsburgo reconocieron la anexión de Francia de todos los territorios al oeste del Rhin. En vista de que este territorio era alemán y había sido controlado por príncipes del Imperio, el Sacro Imperio en efecto dejó de existir. El tratado compensaba a los príncipes alemanes despojados al darles territorio más al oeste. En 1805 cuando Austria fue derrotada otra vez, lo que quedaba del imperio fue eliminado. En 1806 el emperador Francisco II (segundo), que se había renombrado Francisco I (primero) Emperador de Austria declaró al Sacro Imperio como difunto.<br />Sin alguna oposición efectiva, Napoleón era libre de convertir a Europa a su propia imagen. Napoleón comenzaría con Alemania. Además de anexar todos los territorios al oeste del Rhin, Napoleón se dirigió a los estados de tamaño medio, Baden, Württemberg y Baviera al vincularlos con él por medio de grandes concesiones territoriales. También les dio a cada uno nuevos títulos. Los margraves de Baden se convirtieron en Grandes Duques y los duques de Württemberg y Baviera se convirtieron en reyes, respectivamente. Además, Napoleón creó dos nuevos estados alemanes, el reino de Westfalia y el Ducado de Berg. Estos estados fueron creados a imagen del Estado francés. No por accidente, Napoleón puso a su hermano Jerónimo en el trono de Westfalia y puso a uno de sus generales favoritos en el Ducado de Berg.<br />Napoleón, por supuesto, no se detuvo en Alemania. En 1805 la república de Batavia fue rebautizada con el nombre de reino de los Países Bajos y otro de sus hermanos, Luis, fue puesto en el trono. Dos años antes, la República Helvética había sido reorganizada como otra Confederación Suiza pero esta vez Napoleón era su protector oficial. También puso en el trono de Suecia a uno de sus generales favoritos, de apellido Bernardotte, además de poner a otro de sus hermanos en el trono de España. Finalmente, después de la derrota de Prusia en 1807 Napoleón separó a las regiones étnicamente polacas de Prusia y estableció el Ducado de Varsovia con el interés de que fuera un aliado francés en Europa oriental. Por lo tanto, Napoleón estableció un juego completo de estados títere para apoyarlo, algunas veces más otras menos.<br />Ahora veamos al sistema napoleónico desde una perspectiva más amplia. Aunque el sistema napoleónico tenía sus problemas, éste presentaba grandes ventajas en comparación con la situación anterior. La nueva administración napoleónica restauró el orden, redujo el bandidaje y reconstruyó la infraestructura. Se establecieron impuestos altos y se incrementó el reclutamiento pero el nuevo sistema también respetaba las normas legales y en general sus beneficios excedían los costos. La primera década del siglo diecinueve tuvo buenas cosechas y precios altos para los granos lo que mantuvo a los campesinos contentos. Además, la actividad manufacturera se incrementó en un cincuenta por ciento a comparación del antiguo régimen. Este repunte ocurrió no sólo en Francia sino también en partes de Bélgica, Alemania y Bohemia. El periodo de 1802-1812 fue una época de pleno empleo para los artesanos urbanos que hicieron muy popular a Napoleón entre los sans-culottes. Sólo la derrota militar podría quitar a Napoleón del poder.<br />Napoleón fue derrotado finalmente por el conflicto sin fin con Inglaterra. No importaba lo que hiciera, los ingleses siempre permanecían cerca y de hecho se fortalecían. Aunque inicialmente el sistema continental dañó al comercio inglés, el valor de los productos ingleses en el mercado europeo era más grande que los riesgos de no cumplir con las leyes de Napoleón. El resultado fue una gran cantidad de contrabando con grandes ganancias al infiltrar productos ingleses en el continente. De hecho, el sistema se volvió tan regular que las compañías aseguradoras comenzaron a asegurar a los contrabandistas en caso de pérdidas. El sistema continental fue muy poroso y esto llevó a que Napoleón tomara acciones drásticas para evitar la entrada de bienes ingleses.<br />Los problemas de Napoleón empezaron en España en 1807, donde una serie de levantamientos contra la ocupación francesa ocurrieron y se necesitó de miles de topas adicionales para controlar las rebeliones. Austria tomó esto como su guía de acción al concluir no sólo que Francia era vulnerable sino también que el nacionalismo francés tendría que ser combatido por medio del nacionalismo alemán. El problema con este llamado al nacionalismo fue que otros príncipes alemanes se sintieron amenazados. Los príncipes de la confederación del Rhin puesta por Napoleón contribuyeron con cien mil tropas al ejército francés para combatir a los austriacos. Para mayo de 1809 Napoleón y su ejército estaban en Viena y los austriacos rogaban por la paz.<br />Los problemas de Napoleón en 1808-09 le obligaron a extender su control de manera más profunda en Europa. Primero, como parte del tratado de paz con Austria, Francia incautó la costa de Iliria (hoy Croacia). Después se anexó totalmente la costa del Mar del Norte desde Holanda hasta Hamburgo. Además, se anexó los Estados Papales para extender su control más ampliamente en el Mediterráneo.<br />Desafortunadamente para Napoleón, sus problemas económicos se incrementaron. Las cosechas de 1810 y 1811 fueron desastrosas y la prosperidad en la que basaba su imperio comenzaba a esfumarse. Las ciudades costeras de Europa estaban descontentas por su situación económica y el descontento fue extendiéndose a más ciudades y personas. Podemos ver qué tan seria era la situación para Napoleón cuando consideramos que al anexarse Holanda quitó a su propio hermano del trono. Más aún, Bernardotte, antiguo general de Napoleón y rey de Suecia impidió la aplicación del embargo -y eso que era amigo de Napoleón. Tampoco era sorpresa que Rusia se negara a continuar con el embargo por más tiempo.<br />La decisión de Rusia de no aplicar el embargo le dio a Napoleón el pretexto perfecto para la guerra, que era en lo que Napoleón era muy bueno. En 1812 reunió al ejército más grande del mundo con seiscientos cincuenta mil (650,000) hombres. Trescientos mil (300,000) eran de los aliados de Napoleón y trescientos cincuenta mil (350,000) eran franceses. Esta fue una empresa de gran escala pero su tamaño fue un gran obstáculo para su desempeño. Los rusos explotaron las debilidades de Napoleón de manera brillante. Casi no ofrecieron pelea y simplemente se retiraron hacia el interior del país. Mientras hacían eso, quemaban la tierra para que el ejército de Napoleón no tuviera nada que comer.<br />Napoleón hizo el viaje a y tomó la ciudad pero esto no logró nada pues los rusos la evacuaron y quemaron todo. Napoleón se estableció en el Kremlin por un mes esperando a que los rusos pidieran la paz pero esto nunca sucedió. Con un ejercito exhausto y mal alimentado, y con el frío aproximándose, Napoleón ordenó la retirada en 1812. La salida no fue fácil. El ejercito ruso persiguió a los ejércitos que se retiraban y el invierno los atacó salvajemente. Para cuando Napoleón cruzó la frontera con Prusia, solo lo acompañaban cien mil (100,000) de los seiscientos cincuenta mil (650,000) hombres que originalmente habían emprendido el viaje. Napoleón apresuró su llegada a París para organizar un nuevo ejército porque sabía que pronto lo atacarían.<br />Aquí podemos ver que tan eficiente era el Estado napoleónico francés. Para la primavera de 1813 Napoleón tenía un ejercito de tamaño considerable a su disposición aunque muchos de los hombres no estaban adecuadamente entrenados. Sin embargo, el general prusiano Johann Yorck von Wartenberg, que había apoyado a Napoleón con un regimiento en la campaña contra Rusia, cambió de bando y llamó a una insurrección nacional alemana contra Napoleón. Yorck cometió traición al cambiar de bando sin el permiso del rey pero el rey, nerviosamente, se unió a el. Los austriacos también se unieron a esta coalición junto con los rusos y esta nueva coalición derrotó a Napoleón en octubre de 1813 en una batalla fuera de Leipzig llamada la Batalla de las Naciones. En este punto el sistema completo se colapsó. Todos los aliados de Napoleón cambiaron de bando. Suecia le declaró la guerra a Francia. Los ingleses y los españoles se aliaron para expulsar a los franceses fuera de España. Para marzo de 1814, las tropas rusas, prusianas y austriacas tomaron París. Napoleón fue forzado a abdicar y desterrado a la isla mediterránea de Elba, aunque después organizaría su regreso que lo llevaría a su ultima derrota en Waterloo. Después de esta derrota, Napoleón y la revolución francesa se acabarían finalmente.<br />Entonces, ¿Que significa todo esto? ¿Cómo podemos entender el papel de Napoleón en la escena mundial? Por encima de todo, Napoleón representa el fin del feudalismo. La revolución francesas había acabado con el feudalismo en Francia pero Napoleón exportó los cambios al resto de Europa. Fue Napoleón quien institucionalizó los cambios traídos por la revolución de 1789 y generó un ambiente estable para que las instituciones se establecieran de manera permanente. Por primera vez, la gente podía disfrutar los beneficios del fin del feudalismo. Desde este punto en adelante, muchas personas tendrían algo que perder si regresaba el antiguo régimen. Además, por primera vez los Estados europeos, especialmente Francia, tendrían cuadros especializados de burócratas altamente entrenados que nunca aceptarían el regreso del viejo régimen. Sus posiciones estarían basadas en la igualdad ante la ley y se acostumbrarían a hacer decisiones que afectaban al Estado en su conjunto, no sólo a un grupo sobre el cual ellos tendrían control. En suma, aunque muchas cosas permanecieron sin cambio, de manera importante y fundamental, el mundo había cambiado bajo Napoleón y no había regreso. El famoso historiador alemán Thomas Nipperdey comenzó su historia de Alemania de tres tomos con las palabras “Am Anfanb war Napoleon” (En el comienzo, estaba Napoleón). Napoleón fue tanto un comienzo como un fin. En la próxima hora, analizaremos uno de los muchos peligros que acechaban al nuevo régimen que Napoleón había ayudado a crear.Asistente Sauterhttp://www.blogger.com/profile/06010045984058937838noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3430105514566235998.post-36912421435443139212008-01-31T07:42:00.000-08:002008-02-07T13:12:37.464-08:00Sesión 5: Otro tipo de revoluciones: la agricultura y la industria, 1780-1850Durante las ultimas sesiones hemos hablado acerca de las revoluciones como eventos separados que han tenido un impacto de largo plazo. La revolución estadounidense, la revolución francesa y la hegemonía de Napoleón se sintieron inmediatamente debido a que eran eventos políticos. La gente en toda Europa tomó nota de la toma de la Bastilla que sucedió el 14 de julio de 1789. La derrota de Napoleón en Waterloo el 18 de junio de 1815 da otro punto de referencia muy claro y distinto para nosotros. Por ello, es fácil hablar de estas revoluciones. Podemos ubicarlas en un periodo que comienza en 1789 y finaliza en 1815.<br />Hoy voy a hablar sobre revoluciones en un sentido diferente –uno que toma una visión más amplia de la historia. Haciendo a un lado los sucesos políticos enfatizaré estructuras profundas que afectaron a casi todos los europeos, aunque muchas personas no se hayan dado cuenta de lo que pasaba en ese momento. Específicamente considerare las fuerzas económicas y demográficas en el periodo de 1750 a 1850. Dichas fuerzas fueron a menudo invisibles pero muy poderosas y querrán tomar nota de los cambios tan inmensos que los las mejoras económicas y demográficas trajeron a la vida diaria. En 1815 para muchas personas, como los campesinos por ejemplo, no era posible ver a 1789 y preguntarse si algo realmente cambió. Sin embargo, en 1850 era posible voltear hacia 1750 y decir que todo había cambiado. La estructura de la economía y sociedad europeas habían alterado de manera dramática la vida de todos, por lo que era necesario reconocer que un cambio fundamental había ocurrido.<br />Quiero comenzar, con algo que quizá es de lo más aburrido que un historiador puede hablar: el crecimiento de la población. Empezando alrededor de 1750, Europa tuvo un periodo largo de expansión de la población que seguiría hasta el siglo veinte. Entre 1750 y 1800, la población europea creció a una tasa de punto cincuenta y cuatro por ciento(.54%). En 1750 Europa tenia ciento cuarenta (140) millones de personas. En 1800 ese número se había incrementado a ciento ochenta (180) millones. Durante los próximos cincuenta años de 1800 a 1850, las tasas de crecimiento de población se duplicaron alcanzando una tasa anual de punto noventa y ocho por ciento (.98%). Para 1850, Europa tenía un estimado de doscientos sesenta y cinco (265) millones de personas. Ahora lo que necesitamos preguntarnos son dos cosas: ¿Por qué sucedió esto? ¿Qué significa?<br />Existen dos escuelas de pensamiento entre los historiadores que buscan explicar este incremento en la población. Una escuela sostiene que el crecimiento poblacional se debió a un incremento en las tasas de natalidad. Más mujeres tenían más bebés. La otra escuela sostiene que el incremento se debió a una disminución en las tasas de mortandad. Como la persona “promedio” vivía más, Europa se lleno de más personas cada año. El hecho de que no haya información suficiente para decir cuál escuela tiene la razón realmente no importa. Lo que es importante es que la población europea creció y esto tendría consecuencias dramáticas. En un momento, discutiremos las razones subyacentes para el crecimiento.<br />Antes de continuar, necesitamos analizar la segunda pregunta: ¿Qué significa este incremento de la población? Su significado surge cuando comparamos a Europa con el resto del mundo. Analicen la tabla de población que les he dado. Noten que el numero de habitantes europeos como porcentaje de la población mundial se incremento de manera sostenida desde 1750 hasta 1900. En 1750 Europa tenia el diecinueve punto tres por ciento (19.3%)de la población mundial. Para 1900, el porcentaje se había incrementado a veintitrés punto dos por ciento (23.2%). Desde ese entonces empezó a disminuir como se muestra en los datos de 1995. Europa tiene actualmente menos del catorce por ciento (14%) de la población mundial e incluso ese porcentaje está disminuyendo, un hecho que tiene implicaciones importantes para las relaciones internacionales en los años próximos. Lo que esto sugiere para el periodo que estamos analizando es parte de la explicación para la dominación europea desde el siglo dieciocho hasta el siglo veinte es el crecimiento sostenido de la población. Esto no explica todo, por supuesto, pero es un factor importante en la expansión del imperialismo europeo. Una razón por la que los europeos podían proyectar su poder era porque tenían la población suficiente para hacerlo.<br />Ahora analicemos las causas subyacentes del incremento de la población. Los historiadores enfatizan dos: la reorganización de la agricultura y el desarrollo de los métodos industriales de producción. Comenzaremos con los cambios en la agricultura. Los métodos agrícolas del siglo diecisiete no eran muy diferentes de los utilizados en el siglo catorce. Los granjeros utilizaban las mismas herramientas, cultivaban los mismos productos y tenían las mismas preocupaciones. La hambruna siempre estaba detrás de una mala cosecha. La situación miserable se debía en su mayor parte a la organización de la agricultura. Los granos eran el principal producto de Europa pero agotaban el suelo muy rápido. Para lidiar con el agotamiento del suelo, los campesinos medievales desarrollaron un sistema de dos campos. Plantaban un terreno con grano y no plantaban nada en el otro. Este mecanismo era ineficiente ya que la mitad del suelo productivo europeo no era sembrado y por lo tanto se limitaba la cantidad de comida disponible.<br />Durante el siglo dieciocho se reunieron diferentes factores que hicieron posible la reorganización agrícola. El primero fue el uso alternado y en incremento de otros cultivos como el nabo, trébol (you wrote clover but the translation in Spanish is shamrock) , y algarroba. El segundo cambio fue hacia un sistema de tres campos. En vez de dividir sus terrenos a la mitad, los campesinos los dividieron en tres. El primer tercio lo plantaron con grano, el segundo con nuevos productos como los mencionados y el tercero se dejaba sin cultivar. Los nuevos productos trajeron dos ventajas distintas. Por un lado fijaban nitrógeno en el suelo, reemplazando lo que los granos habían utilizado, de tal forma que se incrementaban los rendimientos la próxima vez que el campo fuera plantado. Estos nuevos productos también eran aptos para alimentar animales por lo que los animales de granja tendrían más que comer. Animales bien alimentados producen más abono, que utilizado como fertilizante, también incrementaban los rendimientos de los terrenos. Los resultados fueron impresionantes. En Inglaterra, que estaba a la cabeza de la reforma agrícola, el rendimiento promedio de una semilla era de 10 a 1. Para el continente, que iba más lento en la aceptación de los nuevos métodos, era aproximadamente 4.5 a 1 (Sólo para propósitos comparativos, el rendimiento actual de una semilla para el campesino promedio es de 25.5 a 1).<br />Dicho todo esto, los granjeros podían producir más comida y mantener a más animales lo que significaba que Europa podría sostener a una población más grande. Esto es lo que los historiadores llaman un ciclo agrícola. Más comida significaba más personas lo que significaba más tierra cultivada. Entre 1800 y 1860, por ejemplo, la cantidad de tierra cultivada en Europa se incrementó en un setenta y cinco por ciento (75%). Al tener más tierra cultivada se creo un mercado de productos agrícolas más amplio debido a la aparición de un mercado nuevo que no era de agricultura de subsistencia.<br />En el sur por ejemplo, más agricultores comenzaron a especializarse en uvas para la producción de vino y brandy. Otros cultivaban árboles de morera para la producción de la seda u olivos para producción de aceite. En el norte, los agricultores cultivaban remolacha azucarera, lúpulo y lino. Estos productos especializados iban a parar al mercado donde los agricultores obtenían mejores precios y les permitían comprar otros productos que necesitaban pero que no podían producir. Como resultado, en muchas áreas las personas obtuvieron un mayor acceso a una variedad de comestibles, y la producción de estos se volvió regional en vez de local.<br />Todo esto se oye muy bien en retrospectiva pero el proceso de cambio en la agricultura fue lento y disparejo. La resistencia al cambio estaba incrustada en la naturaleza comunal del sistema. Hasta que la reforma agrícola se solidifico, los campos eran organizados en pequeños terrenos que se distribuían de forma radial de los comunes (from a commons) Los comunes proveían de ganado de pastoreo y los campos eran tan pequeños que los animales debían ser alimentados de manera conjunta. No tenia sentido darles la vuelta a un grupo de bueyes sobre un terreno que al mismo tiempo tenia que ser arado y era muy pequeño. Por lo tanto, un pueblo poseería una yunta de bueyes y araría al mismo tiempo cada año. Esto significaba que todos los granjeros tendrían que cultivar los mismos productos.<br />Los nuevos métodos rompieron las interconexiones sociales tradicionales en las que la agricultura se había basado. Los commons eran distribuidos y los granjeros individuales tomaron sus decisiones acerca de que cultivar y cuando plantar, arar, cosechar, etc. Además, en la medida en la que las granjas se volvieron más productivas y se integraban a los mercados locales, también necesitaban menos trabajadores que crearon un superávit de trabajadores que discutiremos en un momento.<br />Antes de continuar necesitamos recordar dos cosas. Primero, esta fue una revolución muy gradual. Durante mucho tiempo el crecimiento agrícola fue tan lento e irregular porque los mercados eran muy limitados debido a la naturaleza perecedera de los bienes agrícolas. No sería sino hasta 1820 cuando los ferrocarriles aparecieron y un gran mercado para dichos bienes sería creado. Además, el antiguo régimen persistía en algunas áreas. En Europa Oriental muchos campesinos todavía eran siervos lo que evitaba cualquier reforma real en los métodos. En Europa Occidental, el antiguo régimen continuaba también pero porque los campesinos lo deseaban. Los derechos tradicionales llamados “servidumbres” como recoger frutas caídas de los árboles o el pastoreo continuaban vigentes. Esto significaba en esencia, que la gente todavía tenía derechos sobre las tierras de los demás aunque un claro dueño hubiera sido establecido legalmente. Por esta razón, en el mejor de los casos la revolución agrícola fue dispareja. Cuando los cambios ocurrieron había más comida. Pero sin una revolución legal y completa los granjeros no podrían haber tomado todas las ventajas de los nuevos métodos. En muchas formas la revolución legal vino al continente sólo con Napoleón.<br />Antes de cambiar de tema y hablar de la actividad manufacturera, necesitamos anclar la revolución agrícola más claramente en los acontecimientos históricos. En todos estos avances Inglaterra sentaba la pauta para llevar al continente. La principal razón para esto fue un fenómeno de finales del siglo diecisiete llamado el movimiento “enclosure” o de cercado. El tribunal real inglés y después el Parlamento, emitieron una serie de decretos que requirieron que toda la tierra de granjas fuera cercada. Los pequeños granjeros que no podían costear las cercas fueron despojados de sus tierras. De esta forma las granjas inglesas se volvieron más grandes durante el siglo dieciocho, lo que permitió una mayor experimentación. Como resultado, los ingleses estaban al frente de la innovación agrícola. Un ejemplo fue el desarrollo del sistema Norfolk de cuatro campos What happens to the fourth?. Bajo este sistema de plantación el año en el que se dejaba de cultivar desapareció completamente y diferentes productos fueron cultivados subsecuentemente. En el primer año se plantaba grano. En el segundo se sembraban nabos. En el tercero se plantaban cebada, centeno y trébol. Este sistema se difundió por toda Inglaterra en el siglo dieciocho y se expandió hacia el continente.<br />La revolución agrícola británica estimuló el crecimiento poblacional en Inglaterra. Entre 1700 y 1800 los campos de trigo se incrementaron en un cuarto. Para 1850 se incrementó en la mitad otra vez. Más comida significó más personas. En 1750 Inglaterra tenía cerca de cinco punto siete (5.7) millones. Para 1850 ese numero alcanzó los dieciséis punto seis (16.6) millones (Actualmente son unos sesenta (60) millones). Además, en la medida en la que la agricultura se volvió más eficiente, menos personas necesitaban trabajar los campos. Para 1850 sólo el veintidós por ciento (22%) de la población inglesa trabajaba en la agricultura, el porcentaje más bajo en el mundo en aquel entonces. Por tanto, una mayor cantidad de mano de obra estaba disponible para apoyar la producción no agrícola, lo que nos lleva a analizar la actividad manufacturera.<br />Empecemos por analizar la producción de bienes antes de la revolución industrial. La manufactura había sido principalmente de manera artesanal. En las ciudades las tiendas pequeñas encabezadas por un maestro producían zapatos, tela, acero, barriles, etc. para el mercado local. Estos maestros estaban organizados en gremios que protegían a sus miembros de la competencia. Los maestros tomaban aprendices que con el tiempo se convertían en maestros si había suficiente mercado para justificar la creación de una tienda aparte. En esencia, todo el sistema estaba creado para evitar la competencia.<br />El sistema proteccionista de gremios fue atacado por dos fuerzas. Primero, existió un cambio importante en el sistema artesanal. Durante el siglo diecisiete y dieciocho la manufactura rural o trabajo a domicilio apareció. Los empresarios en busca de mano de obra más barata mandaban productos no terminados al campo y obtenían productos terminados que venderían en la ciudad. Por ejemplo, el empresario compraría algodón de algún productor y se lo regresarían hilado por campesinos rurales. Entonces el empresario haría que otros campesinos tejieran los hilos para hacer tela. Al final de este mecanismo, el empresario tendría un producto terminado que podría vender a un precio menor que la tela producida en las ciudades. Esto creaba una gran cantidad de peleas pues los gremios locales trataban de evitar la venta de bienes que no eran producidos en sus ciudades. El segundo avance fue uno verdaderamente mortal. Para mediados del siglo dieciocho, la producción mecanizada comenzó a aparecer y esto es de lo que hablamos cuando hablamos de la revolución industrial. La gente comenzó a utilizar agua y después vapor para echar a andar las maquinas que producían artículos terminados.<br />La revolución industrial no sucedió de un día para otro pero sus efectos fueron tan ampliamente esparcidos que sus contemporáneos los sintieron. Entre 1780 y 1850 los centros altamente productivos aparecieron y emplearon a una gran cantidad de personas. Estos centros generalmente empezaron de un pequeño pueblo y en la medida en la que la industria crecía, la ciudad también crecía. Buenos ejemplos son las ciudades inglesas de Manchester y Sheffield que emergieron de la nada para dominar la producción industrial en Inglaterra. Aunque dichos centros industriales eran pocos en número para 1820 los reformadores sociales condenaban la producción capitalista. Por ejemplo, Manchester se convirtió en fuente regular de los críticos sociales que querían reformar los males de este nuevo sistema de producción. En otra clase discutiré uno de los críticos más duros de Manchester: Karl Marx.<br />El nuevo sistema de producción industrial apareció en dos fases. Los textiles primero y luego el carbón y el acero. En 1780 Samuel Crompton invento “mule-jenny” que era un híbrido de dos maquinas hiladoras, “mulas”, que eran puestas a andar por un motor de vapor, “jenny”. Entre 1780 y 1820 esta jenny se expandió en Inglaterra, multiplicando la cantidad de algodón producido. Por tanto, había una gran cantidad de algodón y no había suficientes tejidos. La oferta de algodón tenía que ser trabajada por lo que desde 1780 hubo una expansión en el número de tejedores (Esto es importante tenerlo en cuenta pues aquí vemos como la producción artesanal y la revolución industrial pudieron, por un pequeño lapso de tiempo, coexistir) Desafortunadamente para los tejedores el telar motorizado apareció en 1820 dejando sin trabajo a muchos tejedores pero incrementado la cantidad de materiales disponibles para todos.<br />En 1829 había unos cincuenta y cinco mil (55,000) telares en Inglaterra. Solo cuatro años después ya había cien mil (100,000). Este sistema de hilanderos y telares se extendió de Inglaterra a Europa continental. Por ejemplo, en Dusseldorf, una pequeña ciudad alemana del Rhin, había seis mil (6,000) hilanderos mecanizados durante la década de 1820. Para 1850, ya existían doce mil (12,000).<br />Antes de que cambiemos de tema al carbón y el acero es importante recordar algo. Había una gran interacción entre el viejo mundo y el nuevo mundo industrial. Recordemos el sistema de trabajo a domicilio que discutimos anteriormente. Nuevas industrias se asentaron en áreas que dicho trabajo todavía prevalecía. Esto sucedió por dos razones. Primero, había una oferta lista de mano de obra barata y experimentada en estas áreas rurales. Segundo, el exceso de materiales siempre podía ser enviado a las áreas rurales que no estaban trabajando ya en las fabricas de tejidos. En este sentido, los empresarios podían utilizar al máximo los materiales y la mano de obra local. Lo que esto demuestra es que en algunas áreas la industria y la mano de obra rural iban de la mano. En la medida en la que menos trabajadores del campo se necesitaban para producir más alimentos, los empresarios podían utilizar ese superávit de mano de obra.<br />La segunda fase de la revolución industrial también comenzó en Inglaterra. Durante el siglo dieciocho y principios del siglo diecinueve hubo un incremento en la producción de hierro y acero en Inglaterra. Inglaterra es muy rica en depósitos de carbón y su uso relativamente fácil hizo más eficiente la producción de hierro. Antes de que el carbón apareciera, el hierro había sido producido con carbón de leña (carbón vegetal), que no se calienta tanto como el carbón mineral y tampoco se quema tanto. De hecho, Napoleón contribuyó a este proceso de cambio, porque sus guerras crearon un mercado de metales alentando a muchas áreas en Europa a expandir su producción de hierro y carbón. Hubo una caída en la demanda de hierro y carbón después de 1815 pero la aparición de ferrocarriles en la década de 1820 estimulo un incremento en la demanda. Después de 1820 vino el despegue real pues los rieles y los motores de vapor requirieron grandes cantidades de acero. Como antes, la tendencia comenzó en Inglaterra y se expandió al continente. Para 1850 el auge de los ferrocarriles a gran escala ya iba en camino en Francia, Bélgica y Alemania.<br />El auge del carbón, acero y ferrocarriles tuvo un impacto significativo en muchas partes de la sociedad europea. Los campesinos mejoraron su situación pues los trenes permitieron la apertura de nuevos mercados para sus productos. Los vitivinicultores, por ejemplo, estaban en una excelente posición para enviar sus productos a regiones que estaban dispuestas a pagar precios más altos. A algunos artesanos también les fue bien. Los artesanos expertos que proveyeron de bienes y servicios a los ferrocarriles y a las industrias manufactureras les pagaban bien. Sin embargo, mucha gente fue dañada por el crecimiento explosivo en el sector industrial pues perdieron el control de su trabajo. La mano de obra no calificada fue dañada más pues había menos demanda de trabajo físico. Pero aún para los trabajadores calificados que trabajaban en la industria acerera o en las fabricas textileras sus sueldos habían disminuido y sus condiciones de trabajo habían empeorado. La jornada de trabajo era brutal pues los trabajadores debían laborar entre doce y catorce horas bajo condiciones peligrosas, altas temperaturas y mucho ruido. Más significativo, este grupo emergente de trabajadores era totalmente dependiente de los salarios. Al contrario de los pueblos, no había redes sociales que distribuyeran recursos para los necesitados y tampoco tenían la oportunidad de conseguir comida extra. En general, las revoluciones agrícola e industrial destruyeron los vínculos sociales en los que mucha gente dependían durante tiempos difíciles.<br />Las revoluciones que he descrito eran revolucionarias no por lo inmediato de sus efectos sino por la profundidad de los cambios que trajeron a la vida diaria. En general, esto es lo que estas dos revoluciones trajeron. La revolución agrícola trajo un incremento brusco en la producción total de comida y creo un superávit de mano e obra. La revolución industrial explotó este exceso de mano de obra. Inicialmente los empresarios utilizaron este exceso para la producción y luego los utilizaron para la supervisión del funcionamiento de las maquinas. Las consecuencias sociales fueron muy grandes. Las sociedades locales se rompieron y los vínculos sociales tradicionales desaparecieron. Entonces los centros industriales surgieron trayendo todo tipo de males sociales como el crimen, las enfermedades, el alcoholismo y la prostitución. Para la década de 1840 dos reacciones a estos cambios surgieron. La primera fue la emigración y la segunda fue el sindicalismo. En la década de 1840, por ejemplo, cuarenta mil (40,000) alemanes abandonaron el continente para emigrar a Estados Unidos. Y en toda Europa comenzó la agitación por el derecho a organizarse y negociar de manera colectiva. Hablaremos de las respuestas a las revoluciones agrícola e industrial así como a la revolución francesa en las próximas sesiones.Asistente Sauterhttp://www.blogger.com/profile/06010045984058937838noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3430105514566235998.post-42211883068502641202008-01-31T07:00:00.000-08:002008-02-07T10:52:09.299-08:00Sesión 4: Francia ExplotaHoy, quiero discutir los orígenes y el estallido de la revolución francesa. La revolución oficialmente empezó, como muchos de ustedes saben, el 14 de julio de 1789 con la toma de la Bastilla. Pero este acontecimiento tuvo sus orígenes en la historia de Francia y en la historia del siglo dieciocho. Ya he discutido dos orígenes de la revolución: el movimiento literario conocido como ilustración y, más directamente, la revolución estadounidense. La joven república en las colonias inglesas se convirtió en el odio de Francia, al mismo tiempo que estadounidenses como Thomas Jefferson y Benjamín Franklin eran adorados en la vida social francesa por su combinación de ilustración con sencillez. La obsesión francesa por la revolución estadounidense estaba justificada hasta cierto punto pues Francia la había financiado. El dinero francés y otras formas de apoyo hicieron posible la victoria estadounidense sobre el ejército británico. Pero es aquí donde encontramos un problema fundamental para los franceses: Francia ya estaba endeudada por las dos guerras previas que había luchado contra Inglaterra y sus aliados. La Guerra por la Sucesión Española (1701-1711) y la Guerra de los Siete Años (1756-1763). Al ya aplastante peso de la deuda de guerras previas se añadió esta nueva deuda estadounidense, y para mediados de la década de 1780, la mitad de los ingresos del Estado francés se destinaba a financiar la deuda.<br />El incremento en la deuda exacerbó un problema interno de hacía muchos años: era notoria la ineficiencia del sistema fiscal. Muchos de los ricos casi no pagaban impuestos y la mayor parte de la carga impositiva recaía en los campesinos. El problema para el Estado francés era lo limitado del ingreso de los campesino por lo que no era posible recaudar ingresos adicionales. Lo que quedaba para recaudar provenía de los ricos, compuestos por nobles y un grupo emergente de empresarios (No había una diferencia real entre estos grupos pues la burguesía se casaba con la nobleza y muchos nobles eran empresarios). Gran parte de los adinerados estaban dispuestos a pagar impuestos pero sólo a cambio de representación más directa en el gobierno. Ya hemos hablado de los Estados Generales, una institución corporativa en la que la gente estaba representada por estamentos. La nobleza tenía un voto, el clero también y el tercer estado –básicamente el resto de la gente- también tenía uno. El clero y la nobleza podían contar con la unión de sus votos por lo que era poco probable que el interés popular fuera representado.<br />En este punto es necesario tener en cuenta dos cosas. Primero, a pesar del conservadurismo característico de los Estados Generales, a los reyes franceses no les gustaba convocar a sesiones (Se reunió una vez en el siglo dieciséis y otra en el siglo diecisiete). Segundo, los intereses tradicionales de los estamentos franceses estaban en un proceso de cambio. La nobleza, que alguna vez vivió a costa de los campesinos, comenzaba a involucrarse en el comercio y algunos de ellos se estaban volviendo muy ricos. El tercer estado, que incluía solamente a un grupo pequeño de mercaderes, se estaba volviendo económicamente más poderoso a medida que el siglo dieciocho avanzaba. Los nuevos adinerados cimentaron una alianza con la vieja élite. De acuerdo con la constitución francesa esto creaba una situación inestable. Un gran número de franceses no tenían experiencia en política y negociación pública. Más aún, los acuerdos sociales más antiguos que muchos utilizaban para entender la política no eran vigentes. En esta situación inestable, el rey tropezó con la carga del incremento de la deuda y para obtener nuevos fondos convocó a los Estados Generales el primero de mayo de 1789. Francia y el resto de Europa nunca serían lo mismo.<br />El llamado a Estados Generales tendría amplias implicaciones sociales y políticas. Por ley, cada distrito tenía derecho a redactar una lista de quejas –llamada cahiers de doléances- que sería expuesta en la próxima junta. El problema era que la mayoría de estas listas nunca llegaba a ser leída pues los intereses de la nobleza y el clero se volvían el centro de la atención. El francés “promedio” realmente pensaba que estos cahiers eran respetados cuando en realidad no lo eran. El sentimiento de frustración entre la población creció y mientras los cuerpos locales -a los cuales estaba convenida la redacción de dichas listas- permanecían en sesión la ira aumentó. Por tanto, el sistema político francés estaba al borde de la ilegitimidad. No sólo la élite política tenía suficiente razón para estar insatisfecha con el rey sino que una gran cantidad de la población también lo estaba.<br />Por su parte, el rey creyó que la reunión de Estados Generales simplemente serviría para incrementar los ingresos fiscales. Se sorprendió que el tercer estado tuviera ideas diferentes. Los representantes populares querían reformas de largo alcance para la estructura política en su conjunto. Un incremento en los impuestos era lo que menos les preocupaba. El rey y sus consejeros se sorprendieron por la gran cantidad de demandas pues no tenían un programa real de reformas que ofrecerles a los descontentos. El rey únicamente pudo ofrecer una reforma política ligera en la que el tercer estado recibiría dos votos en los Estados Generales. Esto sólo auguró un punto muerto pues el tercer estado no podría superar el voto de los otros dos estamentos. El resultado fue que el 17 de junio de 1789 el tercer estado se retiró de los Estados Generales y se autonombró Asamblea Nacional. Este fue el inicio de la primera fase de la revolución que va de 1789 a 1791. El clero y la nobleza pronto se unieron a la Asamblea Nacional. Se generó una lucha entre el rey y la nueva asamblea que resultó en la completa deposición del gobierno. Esto incluyó la toma de la Bastilla el 14 de julio de 1789. El 4 de agosto la nueva Asamblea abolió el antiguo orden feudal, eliminó deberes feudales, privilegios legales, etc. Tres semanas después la Asamblea publicó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Desde este punto en adelante los franceses ya no eran súbditos del rey sino ciudadanos con igualdad ante la ley.<br />Esta era una época increíblemente optimista para Francia y para una gran parte de Europa también. Todo parecía nuevo y posible. El viejo sistema de pesos y medidas fue abolido y se estableció un sistema métrico uniforme. Las lenguas y dialectos locales fueron desalentados en la medida en la que el francés se convirtió en el idioma de instrucción en todas las escuelas. Las carreras fueron abiertas oficialmente para los más talentosos. El joven poeta ingles William Wordsworth viajó a Francia en 1790 para ser testigo de la revolución y se enamoró de la energía que parecía emanar la revolución. En 1805 al mirar el periodo revolucionario, Wordsworth escribió: “bendecido aquel que estaba vivo pero ser joven era la gloria”. Sin embargo, fuerzas poderosas se empezaban a salir de control. Francia tuvo dos malas cosechas seguidas en 1787 y 1788. Para 1789 el precio de los productos básicos como el pan se incrementó siete veces. A pesar de lo que la élite política dijera sobre la necesidad de libertad lo cierto es que la gente se oponía a pan caro y altos impuestos. Por su parte la Asamblea Nacional trató de resolver el problema de la deuda al nacionalizar todas las propiedades de la iglesia. Esto no solucionó el problema de la deuda pero arrojó a la mayoría de la Francia rural a una guerra civil. Como en el caso de Austria, los campesinos eran muy conservadores en asuntos de religión.<br />De regreso a París, los problemas sólo parecían ponerse peor. La Asamblea Nacional no quería poderes totales, sólo quería compartirlos con el rey. Esto fue puesto en evidencia por la así llamada constitución de 1791, un documento moderado que restringió los poderes del rey al convertirlo en monarca constitucional. El rey se negó a sancionar cualquier cambio de la Asamblea Nacional y trató de huir a Francia la noche del 20 al 21 de junio en la llamada Huída de Varennes. El rey y su séquito fueron apresados en la frontera por un guardia alerta y llevado de vuelta a París. Antes de continuar, necesitamos analizar porqué el rey trató de huir del país. Desde julio de 1789 una gran cantidad de aristócratas y de clérigos huyeron hacia Alemania. Estos émigrés o emigrantes eran leales al antiguo régimen e instalaron colonias francesas en las ciudades alemanas sobre el Rhin, donde planeaban una contrarrevolución. Como se pueden imaginar, el rey quería incorporarse a sus leales partidarios, para regresar a París como triunfador. Obviamente, muchos de los franceses odiaban a esta gente y se sentían amenazados.<br />La huída del rey radicalizó a la población y marcó una nueva fase armada de la revolución. Después de su regreso a París, el rey tomó y juró la constitución pero nadie le creía: el rey se había convertido en algo intolerable. Esta dinámica de un rey reacio y revolucionarios sospechosos empujó a Francia a una guerra. El tamaño masivo de las guerras resultantes tuvo origen en una combinación única de crecientes tensiones nacionales e internacionales. Inicialmente, la mayoría de las potencias extranjeras se mostraban indiferentes a los acontecimientos en Francia. Ésta había sido la nación más fuerte y más agresiva en el continente y si se involucraba en una guerra civil, a las potencias les daba igual pues mantendría al ejército francés alejado de una guerra con ellas. Entonces la Asamblea Nacional proclamó un principio revolucionario: toda la población tenía el derecho a la autodeterminación nacional. Si se acuerdan de la primera sesión, había muy pocas repúblicas en el mundo durante esta época y la articulación de dicho principio universal amenazaba a la mayoría de las potencias. Internamente, la presión política también se incrementaba. Francia continuaba sufriendo por las malas cosechas de 1787 y 1788. Fueron tan malas que la hambruna se desató. En 1791 hubo otra mala cosecha.<br />Durante el invierno de 1791-1792 los precios del pan subieron a cantidades estratosféricas, y el resultado fueron todo tipo de disturbios públicos. Por lo tanto, para finales de 1791 surgió una alianza dentro de Francia que precipitó la guerra. Por u8n lado, los revolucionarios radicales que querían exportar la revolución se unieron a Luis dieciséis, quien esperaba recobrar sus poderes por medio de una victoria militar o una derrota total. Por otro lado, la crisis interna favoreció que los franceses tuvieran una visión de sus problemas en términos de conspiraciones extranjeras e injerencia. El 20 de abril de 1792 Francia le declaró la guerra a Austria. Prusia se unió a la guerra tres meses después, y sus ejércitos combinados avanzaron hacia París.<br />Desde ahora todo saldría mal. Los ejércitos franceses lamentablemente eran inadecuados. Los oficiales del ejército desertaron en el campo de batalla y había pocos soldados para luchar. Predeciblemente, todo el mundo culpaba a los demás por la terrible situación militar y el resultado fue una radicalización más fuerte de la política francesa. La nación se convirtió en el fundamento de toda la retórica política lo que significó que los desacuerdos sobre las políticas a implementar fueran automáticamente vistos como traición. En el verano de 1792 salieron llamados de París hacia todas las regiones de Francia para mandar tropas y defender la revolución. Incluso se habló de la necesidad de deponer al rey. Tropas voluntarias de la guardia nacional comenzaron a llegar a París de todas partes de Francia. Uno de los últimos regimiento en llegar vino desde Marsella. Estas tropas llegaron cantando una canción de libertad que recientemente había sido muy popular en esa región; la canción llamó la atención del público y la llamaron La Marsellesa (La Marseillaise). Hoy, La Marsellesa es el himno nacional de Francia y con cada interpretación la gente canta cómo la sangre de los enemigos inundará los campos franceses, un remanente vívido de la violencia y miedo que permeaba a Francia durante aquella época.<br />Para agosto de 1792, París estaba llena de hombres enojados y totalmente armados. Dos cosas sucedieron como resultado de esta situación. Primero, el 10 de agosto de 1792 una masa de hombres armados avanzaron hacia la residencia real y aprisionaron al rey y a su familia. Los revolucionarios declararon que la corona estaba vacante y convocaron a la creación de una nueva constitución y al enjuiciamiento del rey. En este punto, París efectivamente tomó el mando de la revolución y en esta situación tan álgida los radicales comenzaron a demandar la sangre de los traidores. La masa avanzó hacia las prisiones francesas que estaban llenas de nobles y clérigos que se oponían a la revolución y los ejecutaron a todos. Estas ejecuciones fueron llamadas las Masacres de Septiembre y aproximadamente mil personas fueron ejecutadas públicamente en defensa de la revolución. Para el seis de septiembre, la autoridad central paulatinamente empezó a tomar el control y para el veinte de septiembre el orden regresó a Francia. Dos factores fueron responsables de ello. Primero, una nueva asamblea –llamada Convención Nacional- fue electa. Este fue un cuerpo más radical y mucho más acorde al sentimiento político de aquel entonces. Segundo, la fuerzas francesas finalmente obtuvieron la victoria al derrotar a las tropas prusianas en Valmy. Los austriacos y prusianos salieron de Bélgica en una disputa sobre Polonia, y ya no había quien detuviera la exportación de la revolución francesa.<br />En este punto, la revolución se convertía progresivamente en algo más radical. Como antes, debemos tener en cuenta la relación entre las tensiones nacionales e internacionales. Internamente, una lucha masiva aseguró el control del Estado francés. Dos grupos dentro de la Convención Nacional estaba en pleito: los jacobinos y los girondinos. Ambos grupos se autonombraban revolucionarios pero cada uno tenía una visión diferente para el país. Los jacobinos, dirigidos por Maximiliano Robespierre, eran políticamente radicales pus pedían representación directa para el pueblo. Los girondinos, liderados por Georges Danton, apoyaban la representación indirecta y querían que la convención representara a más regiones, no sólo a París. Lentamente, la visión jacobina ganó. Aunque los girondinos intentaron evitarlo, el rey fue ejecutado por traición el 21 de enero de 1793. La reina María Antonieta fue ejecutada nueve meses después. Mientras esto pasaba, los ejércitos franceses ganaban repetidamente contra sus enemigos. Los ejércitos avanzaban tan lejos al este hasta Austria y tan lejos al norte como los Países Bajos. A donde quiera que iban , los ejércitos franceses declaraban el fin del antiguo régimen y establecían gobiernos revolucionarios.<br />El expansionismo francés abrió la puerta para una guerra más grande. La invasión francesa hacia los Países Bajos obligó a que Inglaterra se metiera en la guerra debido a que los ingleses no iban a permitir que los franceses controlaran los puertos holandeses. Este es el comienzo de la primera gran coalición pues Gran Bretaña, Austria, Prusia, España y partes de Italia se aliaron contra Francia. Para el verano de 1793, Francia parecía perder la guerra otra vez pues las tropas prusianas y austriacas avanzaban hacia París. El progreso de la guerra incrementaba la presión interna en Francia y radicalizaba la política francesa mucho más fuerte que antes. Para el verano de 1793 los jacobinos habían derrotado a los girondinos en la Convención Nacional. Para el 5 de septiembre de 1793 una orgía de purgas que los historiadores llaman ahora el gobierno del terror comenzaría –un periodo de diez meses en el que el revanchismo político y la masacre serían las principales características.<br />El gobierno del terror fue producto de circunstancias complejas. La convención Nacional no llevaba los asuntos diarios del gobierno, eso se ele encargó a un grupo llamado Comité de Salud Pública. Este comité estaba compuesto por los miembros más radicales de la asamblea, incluyendo a Maximiliano Robespierre. Con los ejércitos extranjeros amenazando Francia, muchos miembros del gobierno buscaban chivos expiatorios. La necesidad de encontrarlos coincidió con el deseo de eliminar a sus enemigos políticos. El resultado era predecible: juicios estelares y ejecuciones públicas que se convirtieron en la actividad política diaria. Cada vez que el Comité enfrontaba a la oposición política aumentaba el terror contra sus oponentes. Entre el 10 de junio y el 28 de julio de 1794 –el clímax del terror- mil cien personas fueron ejecutadas en París solamente. Después de este periodo particularmente sangriento el clamor popular por las ejecuciones disminuyó y la Convención Nacional asumió mayor control sobre el Comité de Salud Pública. Además los ejércitos franceses obtuvieron una serie de victorias contra la primera coalición, lo cual hizo menos necesaria la violencia. El 27 de julio de 1794 Robespierre fue depuesto de la Asamblea Nacional. El gobierno del terror fue interrumpido el 28 de julio con la ejecución de Robespierre y ciento siete de sus colaboradores más cercanos. Este cambio conservador de la revolución es conocido como la revolución Termidor debido a que ocurrió durante el mes del Termidor. En total, dieciséis mil quinientas personas fueron ejecutadas durante el gobierno del terror. Probablemente cuarenta mil más murieron en prisión debido a las miserables condiciones en que se encontraban. Además, quinientos mil aproximadamente fueron a prisión por supuestos crímenes políticos.<br />Cuando los Termidor tomaron el poder, inmediatamente trataron de eliminar las estructuras sociales y políticas que habían llevado a la época del terror. Se eliminaron los puestos permanentes del Comité de Salud Pública y éstos comenzaron a rotarse. Además se prohibieron los clubes políticos especialmente de jacobinos, los cuales habían sido la base del radicalismo. Sin embargo, la ejecución de Robespierre no terminó con los problemas políticos internos. La contínua situación económica precaria llevó a más levantamientos y –más importante aún- llevó a intervenciones militares. El 1 de abril de 1795 los trabajadores parisinos se levantaron en contra del gobierno y las tropas tuvieron que acallar la sublevación. El 5 de octubre de 1795 los realistas hicieron un levantamiento que fue acallado por un joven general de nombre Napoleón Bonaparte. En medio de este conflicto turbulento, la Convención redactó otra constitución, la tercera desde 1789. Este fue un documento conservador que creó una autoridad central conocida como el Directorio. Tenía cinco miembros llamados “directores”. El Directorio se mantuvo hasta el golpe de estado de Napoleón Bonaparte en 1799.<br />Los Termidor cometieron menos matanzas pero no acabaron con la revolución. La guerra contra las potencias extranjeras continuó. La primera coalición que mencioné fue derrotada cuando los prusianos abandonaron la guerra. Aplastantes victorias contra los austriacos continuaron en 1796 bajo la dirección de Napoleón Bonaparte. A éste se siguieron varios triunfos con una desastrosa invasión a Egipto, en lo que era un intento de exportar la revolución francesa al Imperio Otomano. Sin embargo, él pudo mantener en silencio las noticias de su derrota. Cuando Napoleón regresaba a Francia sus enemigos empezaron a ganar más batallas, especialmente a lo largo del Rhin y en los Países Bajos. Hasta este momento, parecía como si Francia regresara al gobierno del terror. Con el objeto de evitar la derrota y al mismo tiempo otro gobierno del terror los directores de Francia buscaron un hombre fuerte. Éste los encontró primero. El 9 de noviembre de 1799 Napoleón Bonaparte dio un golpe de estado y se convirtió en el primer cónsul de Francia. La República Francesa no estaba perdida pero sus días estaban contados. Hablaremos de su fallecimiento en la próxima semana.Asistente Sauterhttp://www.blogger.com/profile/06010045984058937838noreply@blogger.com0