En la sesión de los orígenes de la Guerra Fría y su curso durante los 1940s y 50s, notamos que el conflicto tenía que ser entendido como una competencia estratégica en vez de como una guerra de balazos. Dos sistemas exclusivos económicos y políticos se confrontaron y comenzaron a competir por influencia alrededor del mundo. Esta competencia comenzó con la ocupación y la reorganización de Europa después de la Segunda Guerra Mundial y después se extendió a Asia, África y América Latina. Aunque los Estados Unidos y la Unión Soviética no se involucraron en una guerra de balazos, la esencia de su conflicto era militar. Ambos lados ocupaban grandes áreas afuera de sus respectivos países. La Unión Soviética controlaba Europa del Este y los Estados Unidos tenían tropas en Europa Occidental y Japón, así como una serie de bases militares alrededor del mundo. Además, a finales de los años cincuenta ambos lados tenían armas nucleares y la capacidad de mandarlos desde plataformas de misiles balísticos. Este balance de terror estratégico hizo posible la Guerra Fría, en el sentido que restringió a ambos poderes de involucrarse en un conflicto directo. Esto era bueno, hasta el punto en el que ayudó a evitar otra guerra mundial, una que hubiera sido mucho más destructiva que ambas de las dos guerras mundiales combinadas. No obstante, también trajo consigo otros problemas que no serían resueltos por cincuenta años.
Para entender el surgimiento de la Guerra Fría y su declive más claramente, debemos dividirla en dos etapas: 1945-1961, y 1961-1991. Hemos cubierto el primer periodo en la sesión de los orígenes de la Guerra Fría. En esta sesión consideraremos mayormente el segundo periodo. 1961 fue un año crucial en muchos aspectos. Primero, marcó el clímax político del Comunismo Soviético. Durante los cincuentas, parecía que la Unión Soviética y sus aliados, incluyendo China, estaban lentamente apoderándose del mundo. Para aquellos viviendo en los Estados Unidos y en Europa Occidental, sus países parecían como pequeñas bases en un océano hostil. Los Soviéticos se habían engullido toda Europa del Este después de la Segunda Guerra Mundial y utilizaron la fuerza para mantener a su sistema económico en su sitio. En 1956, el ejército Soviético también sofocó una rebelión anti-Soviética en Hungría. En 1949, Mao Zedong llevó a su Partido Comunista a la victoria y rápidamente firmó una alianza con los Soviéticos. En 1950, Corea del Norte Comunista lanzó un ataque sorpresa en contra de Corea del Sur, y China también invadió Tibet. En 1959, Fidel Castro y su pequeño grupo de seguidores derrocaron el régimen corrupto de Fulgencio Batista y rápidamente se alió con la Unión Soviética.
Los Estados Unidos respondieron a la actividad Soviética con un sistema de alianzas que incluían la NATO, la SEATO y el CENTO, así como también programas de ayuda masiva como el Plan Marshall y otras formas de ayuda directa a países alrededor del mundo. Aunque los Estados Unidos habían resistido los intentos Soviéticos para incrementar su influencia alrededor del mundo durante los cincuentas, para 1961 estaba claro que un consenso nacional en contra de los Soviéticos había emergido. En su discurso inaugural el presidente John F. Kennedy marcó el tono, diciendo, “Dejen saber a cada nación, independientemente de si nos desea bien o mal, que pagaremos cualquier precio, cargaremos cualquier carga, enfrentaremos cualquier obstáculo, apoyaremos cualquier amigo, nos opondremos a cualquier enemigo, para asegurar la supervivencia de la libertad.” El mundo bipolar de las superpotencias era ahora la materia de la política diaria.
Segundo, 1961 fue también el clímax del liderazgo Soviético en la ciencia. En 1949, los Soviéticos habían explotado su propia bomba atómica y una bomba de hidrógeno siguió en 1953. La rapidez de los avances Soviéticos era impresionante. En atómica los Estados Unidos había tenido el liderazgo por cuatro años seguidos, de 1945 a 1949. Sin embargo la brecha entre las dos superpotencias se cerró más rápido con la bomba de hidrógeno: los Estados Unidos explotaron su primera bomba de hidrógeno den 1952, y los Soviéticos los alcanzaron casi en seguida. Cuando ambos obtuvieron la bomba-H, el mundo entró en una fase aún más peligrosa, ya que la capacidad destructiva de la bomba de hidrógeno era de una magnitud mayor que las armas ordinarias atómicas. (La explosión de los Estados Unidos de una bomba-H en el Pacífico Sur dejó un agujero en el océano de siete millas de profundidad).
Además, los Soviéticos claramente llevaban el liderazgo en tecnología balística y del espacio. En Octubre 4 de 1957, los Soviéticos lanzaron el Sputnik a la órbita. Sputnik II, que tenía a un perro dentro, salió tan solo un mes después. Estos lanzamientos les dieron a los Soviéticos experiencia valuable para entender el efecto de los vuelos espaciales en los cuerpos vivos. Los Estados Unidos respondieron rápidamente, aunque frenéticamente, lanzando su primer misil balístico al final de ese año, y poniendo su primer satélite, el Explorer I, en órbita en Enero 31 de 1958. La carrera por el espacio había empezado, pero los Soviéticos parecían estar ganando. En Abril 12 de 1961, Yuri Gagarin se convirtió en el primer ser humano en orbitar la tierra, pasando hora y media en el espacio. Los Estados Unidos respondieron en Mayo 5 mandando a Alan Shepard al espacio por 15 breves minutos, y luego tan sólo a un camino sub-orbital. De nuevo, los Estados Unidos estaban detrás. El primer Americano en lograr completa la órbita terrestre fue John Glenn en 1962, y en este contexto de aparente atraso debemos entender la llamada famosa de John F. Kennedy en Mayo 25 de 1961 para poner a un hombre en la Luna antes del fin de esa década. Los Americanos tenían miedo de perder su vanguardia tecnológica a los Soviéticos y estaban dispuestos a gastar mucho dinero para cubrir la distancia. La diferencia entre las dos superpotencias fue que, ultimadamente, tan solo los Americanos tenían el dinero para librar esta guerra tecnológica.
Finalmente, la Economía Soviética parecía estar sobrepasando a la Americana durante los cincuentas. Aunque ahora sabemos que las tasas de crecimiento Soviéticas no eran erales, hubo mucha ansiedad sobre el rendimiento de la Economía Soviética en América en ese momento. A pesar de sus limitaciones, el Plan Quinquenal (1951-55) incrementó el ingreso nacional por 71%. El Plan Sexenal (1956-60) cambió un poco del énfasis tradicional en la industria pesada hacia los bienes de consumo, aunque el subsiguiente Plan de Siete Años (1957-1962) volvió a reacomodar algunas de estas prioridades una vez más. Este último plan enfatizaba la industria química e inversiones fuertes en el campo del este de la Unión Soviética y pareció gozar al principio de un poco de éxito. El ingreso nacional incrementó 58%. La producción industrial bruta incrementó por 84%. Los bienes para productores aumentaron en un 96% y los bienes de consumo en un 64%.
En general, las tasas de crecimiento anual Soviéticas entre 1928 y 1955 fueron, supuestamente, mayores a 12%. Las figuras comparables en occidente fueron del 10%. Para 1960, las estadísticas oficiales Soviéticas mostraban un crecimiento anual del 10%, aunque estas tasas bajaron constantemente durante las décadas siguientes. Estos números crecientes incluso llevaron al Secretario General del Partido Comunista, Nikita Khrushchev a predecir que las economías Comunistas algún día, rebasarían las capitalistas en riqueza. Sin embargo para mediados de los ochentas, las tasas de crecimiento estaban oficialmente estimadas a un 2.2%, con el PIB cerrando en $2.4 trillones. Más aún, todo mundo empezaba a sospechar que los números Soviéticos eran una mentira. En 1988, el Secretario General del Partido Comunista, Mikhail Gorbachov reportó al Comité Central que la economía Soviética en realidad no había crecido en veinte años.
En retrospectiva podemos ver sin embargo, que para 1961, el auge de la Unión Soviética había terminado. Económicamente, su principal problema era que no podía competir con las economías capitalistas en la producción de riqueza, que cada vez más se comenzó a medir en términos de bienes de consumo. En 1959 estaba ya claro, cuando el Vicepresidente de los Estados Unidos y el Primer Ministro Soviético Nikita Khrushchev debatieron los relativos méritos de sus respectivos sistemas económicos en una maqueta de una cocina Americana en Moscú. Sin importar que tan tonto el debate nos pueda parecer hoy, esta claro que la gente viviendo detrás de la cortina de hierro no tan solo tenía pocos bienes de consumo a su disposición, pero también menos tiempo de vacaciones.
Más aún, al mismo tiempo que los Soviéticos tenían que trabajar más duro tan sólo para quedar atrás, la economía Soviética tenía que hacer enormes sacrificios para su presupuesto militar. En dólares de hoy en día los Estados Unidos gastaron alrededor de $320 billones por año en defensa militar para vencer a la Unión Soviética, lo que significa alrededor del 8% de su PIB por 30 años. A mediados de los ochentas, la Unión Soviética estaba dedicando el 15-17% de su PIB en defensa y no podía incrementar sus gastos ya más, cuando Ronald Reagan incrementó el presupuesto de defensa Americano en los ochentas. En este sentido, la competencia militar de la Guerra Fría entre las dos sociedades tuvo un efecto desproporcionadamente negativo en la Unión Soviética, ya que tenía que competir en contra de los Estados Unidos con menos recursos en general a su disposición.
El éxito de la NASA es un ejemplo de la brecha que emergió entre los dos poderes después de 1961. NASA fue creada en 1958 en respuesta al Sputnik, como una organización dedicada a la exploración del espacio y a alcanzar a los Soviéticos. Aunque el programa existía antes que John F. Kennedy subiera a la presidencia en Enero de 1961, el apoyo incondicional del presidente para él, tanto en palabras como en dinero, le dio al programa un impulso significativo y comenzó fervientemente a construir naves espaciales con la intención de poner a un hombre en la luna para el final de la década. El progreso hacia un aterrizaje en la luna fue premeditado. De 1961 a 1963, NASA llevó a cabo el Proyecto Mercurio, que puso una cápsula de un hombre en el espacio y después recuperaba al piloto y a la cápsula después de un clavado en el océano. Mercurio fue seguido por el Proyecto Géminis, que duró de 1964 a 1967. El sistema Géminis puso una cápsula de dos hombres en el espacio y la recuperó junto con los dos pilotos del océano. Sin embargo el momento histórico mundial de NASA vino con el Proyecto Apollo, que fue anunciado en 1961, pero que de hecho comenzó hasta 1967. El Programa Apollo mandó una cápsula de tres hombres a la luna a bordo del cohete más poderoso del mundo, el Cohete Saturno V. En Julio 20 de 1969 NASA puso a los primeros seres humanos en la luna con el vuelo del Apollo 11. El último aterrizaje en la luna ocurrió en Diciembre de 1972, con el Apollo 17. En este aspecto, la Unión Soviética nunca logró alcanzar el éxito Americano.
El Programa Apollo es un ejemplo importante de las dificultades que enfrentaba la Unión Soviética tratando de alcanzar a los Estados Unidos. En total, el programa costo $25.4 billones, una suma de dinero que tan solo los Estados Unidos podían pagar, dadas las diferencias económicas que seguían creciendo. En 1971, por ejemplo, el ingreso per capita de los Estados Unidos era el más alto del mundo con $18’842. Para la Unión Soviética esa figura en ese año era de $1’385. Encima, el programa espacial engendró una serie de habilidades e inventos importantes que la industria de consumo Americana rápidamente tomó. Por ejemplo, mucho del ímpetu para la miniaturización surgió de la necesidad de la NASA de meter la mayor cantidad posible de herramientas electrónicas en el menor espacio posbile. Estados Unidos también ganó experiencia vital escribiendo complicados programas de computadoras. Los códigos que fueron cargados a las computadoras de los Apollo se hubieran extendido por millas, si se hubieran impreso y puesto de principio a fin. La transferencia de estas habilidades de programación ala industria es un factor esencial para la revolución del software en la cual se basa la computación moderna. Además, el relativo éxito del programa espacial de los Estados Unidos continuó. Los Soviéticos hicieron un gran empuje en los setentas para sobrepasar a los Estados Unidos construyendo una estación espacial, y gozaron de gran éxito manteniendo esta estación trabajando. Los Estados Unidos alcanzaron a los Soviéticos en 1973, aunque por poco, construyendo su propio laboratorio orbital espacial. La superioridad de los Estados Unidos en la tecnología espacial se volvió clara sin embargo, cuando se construyó el Cohete Espacial, el primer vehículo espacial reutilizable del mundo, que fue lanzado por primera ocasión en 1981. Los dos últimos programas de la NASA fueron un fracaso tanto científico como de negocios. Skylab, la estación espacial Americana, nunca produjo ningún tipo de descubrimiento científico que algunos científicos originalmente prometieron. Al final, se cayó a la atmósfera de la tierra y se quemó, debido a un problema imprevisto en su trayectoria orbital. El Cohete Espacial, en particular, se supone que se iba a autofinanciar lanzando satélites al espacio, aunque ahora está claro que el programa es demasiado caro para cubrir sus costos. Aún así, los Soviéticos nunca fueron capaces de hacer nada más en el espacio que forzar a sus Cosmonautas a permanecer mucho tiempo en órbita. Al final, sus habilidades técnicas siempre estaban limitadas por sus debilidades económicas.
En política el primer signo claro de los límites de la Unión Soviética vino con la Crisis de los Misiles Cubanos. En 1960, Nikita Khrushchev prometió defender la soberanía Cubana con armas nucleares. Dadas las tensiones que existían entre las dos potencias, este era un movimiento político sospechoso. Si los Estados Unidos hubieran prometido defender a Hungría con armas nucleares después de que se alzó en contra de los Soviéticos en 1956, pudo haber habido una guerra nuclear. No obstante, en 1962, Khrushchev llevó a la Unión Soviético a lo que solamente se puede describir como una aventura de política exterior, mandando misiles nucleares a una isla que estaba tan solo a 90 millas de la costa de Florida. La proximidad de los misiles a la frontera de Estados Unidos significaba que éste no hubiera tenido ninguna advertencia de un ataque nuclear, si los misiles llegarán a ser lanzados. La única postura militar adecuada en este caso hubiera sido un estatus más alto de alerta que hubiera traído consigo, a su vez, una mayor probabilidad de un lanzamiento accidental en contra de los Soviéticos. Para entender que tan tonta fue la política de Khrushchev, consideren como los Sovieticos hubieran reaccionado si los Estados Unidos pusieran misiles nucleares en Japón. Hubieran correctamente visto esto como una provocación y esto hubiera incrementado su estatus de alerta. Por esto el Presidente Kennedy tuvo razón en responder con fuerza a la provocación de Khrushchev y lo hizo bloqueando a Cuba y forzando a los Soviéticos a retirarse. A cambio de su retirada los Estados Unidos prometieron nunca invadir Cuba. En 1964, Nikita Khrishchev fue removido del poder. Esto fue en gran parte por el fracaso dramático de sus políticas agriculturales,m aunque la Crisis de los Misiles en Cuba no ayudó en nada. Bajo la “Campaña de Tierras Vírgenes” de Khrishchev, los Soviéticos invirtieron grandes cantidades de dinero en plantar tierra sin cultivar en el este de la Unión Soviética. El plan fue un fiasco, ya que las granjas nunca produjeron mucha comida, debido al mal clima y a la peor administración. Khrishchev fue repuesto por un hombre mucho más cauteloso, Leonid Brezhnev, que se volvió el Primer Secretario del Partido Comunista. Brezhnev era más tendiente a los negocios que Khrushchev y menos propenso a explosiones tontas. Khrushchev alguna vez dijo que los Soviéticos abandonarían sus ambiciones revolucionarias cuando los camarones aprendieran a cantar. Brezhnev sin embargo, resistió la tentación de mover demasiado el barco diplomático.
Aunque Brezhnev gobernó con una mano de hierro dentro del mundo Comunista—había sofocado un pequeño movimiento de reforma en Czechoslovakia en 1968—también trato de normalizar las relaciones con el Occidente. El resultado diplomático fue una serie de reuniones y tratados que ahora son llamados détente. El deseo de Brezhnev de traer más realismo y menos tensión a la competencia entre los dos grandes poderes se vio igualado en los Estados Unidos por el Presidente Richard Nixon y su consejero cercano Henry Kissinger.
Tanto los Estados Unidos como la Unión Soviética tenían razones fiscales de peso para querer negociar en vez de competir. La economía Soviética había dejado de crecer y los Estados Unidos habían incrementado dramáticamente su gasto público en los sesentas. Por una parte, los gastos domésticos del Presidente Lyndon Johnson incrementaron con la aprobación de una serie de iniciativas sociales que son conocidas colectivamente como “la Gran Sociedad.” Por otra parte, la expansión de Johnson en la intervención Americana en la Guerra de Vietnam aumentó no solamente el número de muertos sino también el gasto militar. Para la elección presidencial de Richard Nixon en 1968, los Americanos estaban ya cansados de pagar por la guerra, y Nixon comenzó a disminuir la intervención Americana para reducir sus pérdidas. Para 1973, los Estados Unidos habían firmado un cese al fuego con los Vietnamitas del Norte. Sin embargo esta política llegó demasiado tarde para la economía Americana, ya que las políticas fiscales del propio Nixon combinada con aquellas de su predecesor habían sobrecalentado a la economía Americana, trayendo casi una década de inflación de dos dígitos.
No obstante, la administración de Nixon también trajo consigo un nuevo realismo en la política exterior a la altura del de Brezhnev’s. Tanto Nixon como Kissinger eran capaces de dejar a un lado la tradicional oposición binaria Estados Unidos – Unión Soviética por preocupaciones prácticas, y la historia oral de Nixon en contra de los Comunistas le dio suficiente prestigio político doméstico para lograr este cambio. Ya hemos discutido la famosa visita de Nixon a China; sus negociaciones con los Soviéticos sobre las limitaciones de armas nucleares fueron igualmente históricas.
Entre 1969 y 1972, ambos lados comenzaron a negociar anhelando disminuir las tensiones políticas y militares. La idea Americana era que se podía lograr que los Soviéticos moderaran su comportamiento ofreciéndoles negocios económicos favorables. Esto llegó a ser conocido como “vínculo” en Occidente. El acceso al dinero de los Estados Unidos era deliberadamente vinculado a las políticas internas e internacionales Soviéticas. El lado Soviético, por su parte, también quería restringir el gasto militar Americano y se sostuvo en la idea que se había originado con Khrushchev, “coexistencia pacífica”. El resultado diplomático de estas tendencias fueron las Conversaciones sobre Limitación de Armas Estratégicas, o SALT. Primero fue sugeridas por Lyndon Johnson, estas pláticas produjeron dos tratados sobre la limitación de armas estratégicas, SALT I y SALT II. Firmadas en Mayo 26 de 1972 en Moscú, SALT I era una complicada colección de tratados, de los cuales el más importante era el Tratado de Misiles Anti-Balísticos (ABM) y el Tratado Interino y Protocolo en la Limitación de Armas Estratégicas Ofensivas. El Tratado ABM limitaba a ambos lados en el desarrollo y la instalación de sistemas anti-balísticos. El miedo era que si cada lado tenía un sistema así, el otro lado no tendría remedio más que producir más misiles para abrumar al sistema. El Acuerdo Interino congeló el sistema misil intercontinental (ICBM) y oceánico (SLBM) de ambos lados. Se pensaba que esto era justo, ya que los Soviéticos tenían ventaja en los ICBMs y los Estados Unidos en los SLBMs.
El presidente Nixon sometió el SALT I al Senado de los Estados Unidos, donde fue ratificado. SALT II, que fue negociado por Jimmy Carter en 1979, sufrió un destino diferente. Firmado en Junio de 1979, este acuerdo expandió el dominio del SALT I, limitando el número de MIRVs (Vehículos de re-entrada de Impacto Múltiple), bomberos pesados, y el número total de lanzadores de misiles balísticos. Sin embargo el Presidente Carter fue forzado por el Senado a retirarse del tratado después de la invasión Soviética de Afghanistan. No obstane, ambos lados cumplieron voluntariamente los límites hasta la firma de acuerdos subsiguientes.
La invasión Soviética de Afghanistan en Diciembre 24 de 1979 amargó las relaciones de las superpotencias para la próxima década. Primero, la invasión aumentó de nuevo el espectro de la ideología agresiva Comunista que estaba obstinada con la dominación mundial. La opinión pública en los Estados Unidos rápidamente se volvió en contra de cualquier negociación posterior con los Soviéticos. El President Jimmy Carter respondió con su famoso boicot a las Olimpiadas en Moscú y enunciando que había aprendido mucho de la Unión Soviética. Segundo, en un nivel mucho más profundo, el cambio tecnológico había hecho obsoletas las premisas básicas del SALT I y II.
A fines de los setentas los Soviéticos desarrollaron un nuevo misil balístico de alcance intermedio llamado el SS-20, que podía depositar una cabeza nuclear a 5’000km aproximadamente. Estacionó estos misiles al este de las Montañas Ural, lo que significaba que la Unión Soviética podía hacer volar a toda Europa en menos de diez minutos. Algunos aliados Europeos de Estados Unidos respondieron presionando a Estados Unidos para que desarrollaran sus propios misiles balísticos de alcance intermedio y los estacionaran en Europa Occidental. Los resultados fueron el Pershing II y el Misil Tomahawk Cruise; ambos podían llegar a Moscú de Europa Occidental en diez minutos. A pesar de las tremendas protestas en toda Europa en contra de su despliegue, la NATO puso a los Pershing IIs en el Continente a principio de los ochentas. En conjunto estos sistemas de armas desestabilizaron el frágil acuerdo entre las dos superpotencias. El resultado fue más pláticas y la firma del Tratado de Fuerzas Nucleares de alcance intermedio en 1987, donde ambos lados juraron eliminar sus IRBMs.
La superioridad en tecnología Americana también socavó la burda paridad en los sitemas intercontinentales balísticos consagrados en el SALT I. Hasta los ochentas, los Estados Unidos habían contado con dos sistemas de misiles acuáticos, el Poseidon y Polaris, que estaban basados en tecnología de los cincuentas. Sin embargo después de treinta años de servicio, los sistemas necesitaban actualizaciones, y no por otra razón más que ya no podían ser mantenidos propiamente. Durante el fin de los sesentas, los Americanos comenzaron a diseñar un nuevo SLBM llamado el Tridente I. El sistema fue desplegado durante los ochentas y noventas. El sistema Tridente era problemático para los Soviéticos por dos razones. Primero, los Soviéticos no tenían idea de lo que eran los misiles balísticos submarinos Americanos. Los nuevos submarinos tipo Ohio, que primero aparecieron en 1981 no tan sólo eran demasiado discretos para ser detectados por los Soviéticos, pero también cargaban 24 misiles Tridente, de los cuales cada uno tenía ocho cabezas nucleares con MIRV. Ya que cada cabeza nuclear tenía una capacidad explosiva de 100 kilotones, tan sólo un submarino estacionado en la costa este de la Unión Soviética podía destruir enteramente a la mitad del país. Segundo, para el tiempo en el que el Tridente II fue desplegado a principios de los noventas, los SLBMs Americanos se habían vuelto tan exactos que no tan solo tenían una gran alcance (7’400km) pero también capacidades de matar blancos difíciles. Cada misil Tridente II tenía diez cabezas nucleares de 475 kilotones, lo que significaba que los Estados Unidos podían obliterar la mayor parte de los misiles silos terrestres de casi cualquier lado del Atlántico o el Pacífico, manteniendo sus propias fuerzas terrestres en reserva.
Lo que esto significaba para el control de armas era que los Estados Unidos necesitaban menos bases de despegue y menos misiles terrestres para amenazar a los ICBMs de la Unión Soviética. Así, la lógica básica para la limitación de armas ya no era aplicable a la situación estratégica, y un signo de esto fue las Conversaciones sobre la Reducción de Armas Estratégicas. Comenzadas bajo el Presidente Ronald Reagan en 1982 y completadas en 1991 por el Presidente George Bush y el Secretario General Mikhail Gorbachev, estas conversaciones dieron por resultado un tratado que redujo las reservas estratégicas en ambos lados por primera vez.
A la luz de estos factores ahora debemos considerar dos de los líderes más significantes de los muchos que hubo en la Guerra Fría, el presidente Ronald Reagan y el Secretario General Mikhail Gorbachev. Ronald Reagan llegó a la presidencia en Noviembre de 1980 con una victoria electoral abrumadora sobre el titular de la presidencia en aquel tiempo Jimmy Carter. El rendimiento tan pobre de la economía durante el final de los setentas selló el destino de Carter, pero la insatisfacción con su política exterior también fue un factor significativo en la derrota. Estados Unidos quería un líder más asertivo, y Reagan entró a la presidencia prometiendo reducciones de impuestos, reducciones en programas sociales, y un incremento en el gasto de defensa. Cumplió todas estas promesas, aunque hasta hoy hay mucho desacuerdo acerca de sus efectos en la economía de los Estados Unidos. Algunos piensan que Ronald Reagan puso en peligro la salud financiera de Estados Unidos al incrementar los déficits federales anuales. Otros sostienen que sus reducciones de impuesto liberaron a la economía Americana e hicieron posible el crecimiento. Dejando a un lado qué lado tiene la razón, lo importante es que para 1983 la economía Americana estaba creciendo rápidamente. En 1984 los votantes Americanos le dieron a Ronald Reagan crédito por ello, dejándolo en la Casa Blanca en otra abrumante victoria y esta vez con el sorprendente 59% del voto popular. Así, durante su segundo mandato, Reagan no tan sólo tuvo el apoyo de la gente estadounidense, sino también una economía creciente que presumía el poder de compra de los Americanos. Los Soviéticos no podían seguir compitiendo con el gasto militar cada vez mayor de los Estados Unidos y eventualmente tuvieron que salirse completamente del juego.
Mikhail Gorbachev confrontó indudablemente una situación política y económica diferente. En 1985, se volvió el líder de la Unión Soviética en medio del estancamiento completo. La economía Soviética no estaba creciendo, y cosas como el alcoholismo y la mortalidad infantil estaban incrementando. Reconocido como un reformador, instituyó cambios estructurales profundos en la vida pública Soviética y en la economía. Estas reformas caían bajo dos rubros: glasnost, que significa apertura, y perestroika, que significa reestructuración. Gorbachev abrió la economía a más iniciativa individual y la vida pública a más debate, en un intento de competir más efectivamente con los Estados Unidos. Desafortunadamente para Gorbachev, sus medidas meramente fueron exitosas en destruir a la vieja Unión Soviética. Los Rusos comenzaron a demandar más libertad y democracia que lo que Gorbachev estaba dispuesto o era capaz de dar—ya que incluso las reformas limitadas de Gorbachev estaban enfureciendo a los viejos Comunistas en el ejército y el gobierno. La aparente suavización de las políticas Soviéticas causo eventos que rápidamente se salieron de control. En 1989, el Muro de Berlín cayó y la mayoría de Europa del Este declaró su independencia del Imperio Soviético. Gorbachev permitió que estos estados partieran, incluso negociando la absorción de la antigua República Democrática Alemana a la República Federal de Alemania. Pero la debilidad percibida de Gorbachev significó el fin de su régimen.
En 1991, los viejos Comunistas sostuvieron un golpe de estado fallido, que no tan solo rompió a Gorbachev sino también a la Unión Soviética. Dentro de unos meses la tradición imperial que databa desde Pedro el Grande se desintegró, ya que las Repúblicas Soviéticas periféricas se volvieron estados independientes por primera vez. Incapaces de acumular suficiente fuerza para competir con los Estados Unidos, la Unión Soviética colapsó, dejando a una Rusia pobre y enferma en su despertar.
Era creído en esos tiempos que la Guerra Fría había marcado el fin de la historia. Los dos grandes adversarios finalmente se habían convertido en amigos. La nueva Rusia se volvería ahora capitalista y próspera, y el mundo estaría en paz. Este sueño no se cumpliría.
miércoles, 14 de mayo de 2008
lunes, 12 de mayo de 2008
Sesión 27: China en el siglo XX
China comenzó siendo un desastre en el siglo XX y lo terminó siendo la segunda potencia más importante, después de los Estados Unidos. Esto es un todo un viaje en solamente un siglo, y para entender como sucedió debemos mirar atrás. China presumía la civilización más avanzada durante el siglo XVII. En tecnología, filosofía, gobierno, y comercio, el mundo tenía mucho que aprender de China, y los Chinos lo sabían. Sin embargo para el siglo XVIII, Europa ya había alcanzado a China. Entre los siglos XVI y XVIII hubo desarrollos en esta área, particularmente en ciencia, tecnología, y la vida económica, que hicieron que incluso estados Europeos solos, como Gran Bretaña, fueran más capaces de proyectar poder alrededor del mundo que el vasto Imperio Chino. Esto se pudo haber debido a la introspección creciente China: creían que no había nada más que aprender fuera de sus fronteras. Así, aunque China inventó el hierro y la pólvora siglos antes que nadie en Europa, los Chinos no consideraron las diferentes maneras en las cuales podían utilizar estas invenciones. Más aún, aunque la marina China y su flota comercial estaban extremadamente adelantadas, China nunca fue a conquistar océanos más amplios, aparentemente contento de permanecer siendo el centro de la civilización mundial.
China comenzó a quedarse detrás de los estados Europeos a mediados del siglo XIX. Entre el surgimiento de la industria y la competencia de siglos entre estados, los Europeos se probaron capaces de proyectar poder alrededor del globo. Los Británicos y los Franceses por ejemplo, comenzaron a explotar China completamente al principio de las Guerras de Opio. Los Británicos pelearon la primera guerra solos de 1839 a 1842. La segunda, vio a los Británicos y a los Franceses aliarse en contra de China, y duró de 1856 a 1860. Después de perder estas guerras, China esencialmente perdió el control de sus fronteras, y los mercaderes Franceses y Británicos controlaron los términos del comercio Chino con el mundo exterior. Más potencias pronto se unieron a Gran Bretaña y Francia, y para el final del siglo XIX, China había sido esencialmente desmembrada en múltiples esferas de influencia. Como noté en la conferencia pasada, de los estados Asiáticos tan solo Japón fue capaz de resistir el ataque de las potencias agresivas e industriales Europeas. Desafortunadamente para Asia, Japón pronto se comportó igual de mal que el resto y también buscó su propia esfera de influencia en China. Desde la perspectiva de un Japón con creciente poder, las dos guerras mundiales eran el intento de Japón para echar a las potencias occidentales de su esfera percibida. Ultimadamente Japón perdió esa competencia, y no fue sino hasta después de 1945 que China determinó su destino propio de nuevo y se afirmó a sí misma como una potencia mundial.
En esta sesión, voy a dividir la historia China del siglo XX en dos partes. La primera cubrirá el periodo de 1911 a 1949. La segunda comenzará en 1949 y terminará en 1989. Comenzaré en 1911, el año de la primera revolución China. En 1911, el decaído Régimen Imperial decidió nacionalizar el sistema de ferrocarriles Chino. Esto ocasionó revueltas en toda China, y grandes regiones del país se volvieron independientes de la autoridad central. Esta revolución marcó el final de una época, ya que casi 2’000 años de tradición imperial China llegaron a su fin. El siglo XIX había destripado a la monarquía y a la tradición China de su autoridad, y muchos Chinos comenzaron a sentir que la única manera de salvar a China era seguir ejemplos occidentales. Sin embargo el problema principal de la Revolución, fue que pronto descendió al faccionalismo.
En Febrero 12 de 1912, el último Emperador Chino abdicó y Yüan Shih-k’ai, un poderoso primer ministro, fue elegido como presidente. Un parlamento Chino fue establecido y al día siguiente el partido nacionalista de China, el Kuamintang, fue formado. Sun Yat-sen, un poderoso miembro del Kuomintang que hasta hoy es considerado el padre de la China moderna, colaboró con Yüan hasta 1913, cuando este último atentó un golpe de estado, y Sun tuvo que volar a Japón. En respuesta, Sun reorganizó el Kuomitang bajo el modelo de la sociedad secreta y más tarde un partido revolucionario. Yüan permaneció en el poder hasta 1916, cuando presiones políticas lo derrocaron. Yüan nunca fue capaz de resolver el problema más grande de China: en la ausencia de un autoridad central fuerte, los caudillos se habían apropiado de mucho de China. Entre 1912 y 1928 por ejemplo, había más de 1’300 de ellos controlando varias partes del país.
Durante la siguiente década los caciques regionales se dividieron China. Había un gobierno en Pekín, pero ya que estaba compuesto de caudillos, cualquiera que se encontrara fuera de la elite gobernante no tenía que escucharlo. Sun regresó a China en 1917, pero fue de nuevo expulsado por un caudillo. Regresó otra vez en 1923 y fue capaz de hacerse el líder de facto de China, gracias al poder cada vez mayor del Kuomintang, aunque murió de cáncer en 1925, dejando China en un estado de cambio.
Sun fue importante porque popularizo la causa nacionalista en China, pero su liderazgo intelectual y futuro vino de otra parte. Aunque Sun se pasó la mayor parte de su vida en el exilio, fomentando la revolución, nuevas ideas y corrientes comenzaron a aparecer en Pekín. En 1916, un intelectual Chino llamado Chen Duxiu fundó un periódico llamado Nueva Juventud que sermoneaba el rechazo de la cultura China y la adquisición de habilidades occidentales. La revista de Chen no fue no éxito notable. El nacionalismo Chino estaba tan dispuesto a rechazar al occidente, como a abrazarlo. Y Chen nunca tuvo una solución al problema real de China en el sentido de que a los campesinos les daba exactamente igual. Las motivaciones más fuertes para el cambio vinieron al final de la Primera Guerra Mundial, con la adquisición de Japón de un mandato en China de la provincia de Shantung. Cómo recordarán de su conferencia en Japón, Alemania controlaba esta provincia, pero Japón se la quitó. Dada la fortaleza de Japón, había poco que los poderes Europeos podían hacer para quitársela. El gobierno Chino estaba tan enojado con el mandato Japonés que el gobierno se rehusó a firmar el tratado. La oposición pública a Versalles hizo estallar un movimiento nacional que llegó a ser conocido como el “Movimiento del 4 de Mayo.” Comenzando con estudiantes en Pekín, este movimiento se extendió a través de China y se transformó en una serie de huelgas y boicots en contra de los bienes Japoneses. Todo tipo de urbanitas, desde intelectuales, políticos, a obreros, se unieron al movimiento. El movimiento falló en desplazar a los Japoneses, pero mostró que nuevas corrientes intelectuales se estaban formando.
Es en este contexto que debemos considerar el surgimiento del Comunismo en China. En 1918, un grupo de estudio Marxista apareció en la Universidad de Pekín en respuesta a la Revolución Rusa. Muchos miembros del Movimiento del 4 de Mayo se unieron a este grupo, y un nombre importante entre ellos—aunque no era importante en el momento—fue Mao Zedong. Para Julio de 1921, un grupo de intelectuales en Pekín fundó el Partido Comunista Chino en Shanghai. Este partido activamente luchó con la inercia China, y se volvió un arma importante en contra de occidente, ya que oficialmente estaba en contra del capitalismo, una importación occidental.
Durante los 1920’s, China lentamente readquirió el control sobre su territorio. Los poderes occidentales y Japón devolvieron sus mandatos, aunque retuvieron sus derechos comerciales. Aún así parecía que China estaba emergiendo de nuevo como un estado independiente. El nuevo estatus de China valía sin embargo, tanto como la voluntad de los Estados Unidos y su habilidad para garantizarlo. Y después de 1919, los Estados Unidos gastaban más energía retirándose del mundo que involucrándose en él. En este contexto, el Marxismo se volvió una fuerza poderosa en China. Hasta Sun Yat-sen se comenzó a acercar al Marxismo, creyendo que su visión colectivista era apropiada para la historia y economía Chinas. Sun era afecto a decir que la nación siempre tenía que ser más importante que el individuo.
Las actitudes de Sun Yat-sen y su disponibilidad para tomar consejos del Partido Soviético Comunista hicieron posible la cooperación con los Chinos Comunistas. China todavía no estaba unificada, y por razones dogmáticas, los Soviéticos no querían una revolución comunista China en ese momento. Creyendo que una revolución burguesa nacionalista era necesariamente primero, los Soviéticos ordenaron a los comunistas Chinos a unirse bajo una causa común con los Kuomintang. Los Kuomintang aceptaron a miembros del Partido Comunista en sus filas. Uno de ellos era Mao Zedong. Y el jefe de la policía de Sun, Chiang Kai-Shek, fue a Moscú a estudiar. Sun también creó una academia militar que creó soldados para la nueva China.
La muerte de Sun en 1925 cambió la situación fundamental. Chiang, el teniente de Sun, aceptó la ayuda Soviética, pero estaba determinado a no permitir que los Soviéticos interfirieran en la política China. La unidad persistió inicialmente, ya que el ejército del Kuomintang había eliminado la mayoría de los caudillos para 1927. Incluso, mientras que el Kuomintang se volvía más poderoso, los Británicos renunciaron a sus concesiones comerciales en China y los Estados Unidos renunciaron a su parte de la indemnización de la Rebelión Boxer. Los nacionalistas parecían estar ganando el día. Aún así, mientras que Chiang estaba organizando el ejército y las ciudades, los Comunistas Chinos estaban ocupados en el campo. Mao Zedong, uno de los líderes del partido quería que los Comunistas organizaran a los campesinos, porque creía que eran fuentes de poder aún sin explotar. Esto requería un rompimiento con el dogma Marxista, ya que de acuerdo a Marx solamente el proletariado podía liderar una revolución. Los campesinos quedaban fuera de la escena. No obstante, para 1927, los Comunistas habían organizado a más de 10 millones de campesinos. Se habían ganado la lealtad de los campesinos a través de cosas prácticas como forzando a los terratenientes a bajar las rentas y perdonar deudas excesivas.
Las diferencias en énfasis entre Chiang y Mao llevaron a nuevos conflictos. Chiang se había aliado con poderes capitalistas y mercantiles dentro de ciudades Chinas. Con acceso a dinero y teniendo el control de las fuerzas militares mejores de China, para 1927 sintió que era tiempo de lidiar con los Comunistas. Atacó militarmente a los Comunistas, destrozó sus ejércitos, y declaró ilegal el Partido Comunista. Esto puso a los Soviéticos en una posición interesante. Querían un estado que fuera hostil a Gran Bretaña, pero también tenían que seguir el dogma Marxista. Después de que el Kuomintang parecía estar ganando, los Soviéticos retiraron a sus consejeros de los Comunistas Chinos.
El ataque de Chiang meramente desembocó en una Guerra Civil, ya que los Comunistas se retiraron al campo. Esto tuvo dos consecuencias importantes. Primero, la guerra le permitió a los caudillos Chinos restantes florecer, ya que Chiang no tenía las suficientes fuerzas para enfrentar a todos sus enemigos al mismo tiempo. Segundo, la guerra debilitó a China justo cuando Japón se embarcaba en una política de agresión. En 1931, Japón invadió Manchuria. En 1932, las fuerzas Japonesas invadieron Shanghai. En 1937, las fuerzas Japonesas tomaron muchas de las costas Chinas y comenzaron a moverse hacia el interior. El Kuomintang se retiró a Nanking. Sin embargo en este momento, los Nacionalistas se volvieron más conservadores y autoritarios, rescatando ciertas tradiciones Chinas para justificar sus políticas. Esto llevó a los intelectuales Chinos a retirar su apoyo.
Mientras tanto, el Partido Comunista continuó trabajando en el campo, deponiendo caudillos y organizando campesinos soviéticos. Para 1930, los Comunistas habían organizado un gran ejército campesino en la provincia de Kiansi y declarando la fundación de la República Soviética China. El Kuomintang respondió en 1934 atacando a los Comunistas en su santuario de Kiansi y forzándolos a irse al sur. Esta fue la famosa “Marcha Larga”, durante la cual Mao Zedong lideró a unos cuantos miles de seguidores en una difícil retirada a Shengsi. Los Comunistas Chinos parecían estar terminados como fuerza, pero la marcha hizo a Mao un héroe para este movimiento y cimentó su autoridad. Luego en 1937, los Japoneses atacaron y China de nuevo cayó en el caos. La guerra fue un desastre para la economía China y el Kuomintang. Para 1940, la Calle Burma que los Británicos y los Americanos habían estado utilizando para darle provisiones al Kuomintang estaba cerrada. Para 1941, la China interior estaba completamente aislada del mundo exterior. El problema básico era que Chiang se rehusaba a utilizar sus tropas en contra de los invasores Japoneses. Esperaba que los Estados Unidos derrocarán a Japón y quería mantener su ejército entero para la lucha en contra de los Comunistas. Esto era una política estúpida en dos niveles. Primero, su ejército se volvió débil. Cuando la batalla por fin llegó, sus soldados no lucharon bien. Segundo, la actividad de la guerrilla Comunista en contra de los Japoneses les hizo ganar un enorme prestigio nacional en China. Cuando los Japoneses fueron finalmente derrocados, los Comunistas parecían héroes nacionales.
Después de la derroca de Japón en 1945, China se hundió de nuevo en otra guerra civil. Sin embargo esta vez los Comunistas llevaban la mejor parte de ella, inflingiendo una serie de derrotas en las fuerzas Nacionalistas. Para el final de 1948, Chiang fue forzado a huir del interior a la isla de Formosa. Se llevó consigo la mayoría de las reservas de oro de China y artefactos del Museo Nacional del Palacio, prometiendo continuar la lucha en contra de los Comunistas desde la isla. (La apropiación de la colección del museo nacional sigue siendo un punto de desacuerdo entre los dos países). Al final, Chiang tan sólo fue capaz de fundar un estado pequeño autoritario con una economía increíblemente productiva que ahora es llamado Taiwan. Ha tenido el apoyo militar de los Estados Unidos desde 1955, cuando el Presidente Eisenhower le dio a Taiwan una garantía militar. Taiwan ocupó el asiento Chino en las Naciones Unidas hasta 1971, cuando las República Popular de China fue admitida y Taiwan fue expulsado. La historia moderna del interior de China comenzó con la declaración de Mao Zedong en Octubre de 1949 de la Repúblicva Popular de China. Esto marcó el fin de múltiples épocas históricas. Primero, representaba el final de la tradición burocrática Confucionista. Los Comunistas, tomando prestado de Europa, desarrollaron una nueva visión del individuo y de su relación con el estado totalmente nueva. Segundo, las potencias industrializadas e imperiales fueron echadas de China después de 150 años de interferencia. Europa, los Estados Unidos, y Japón ya no tenían ninguna influencia sobre la política interna de China. Claro, la ironía era que China ahora estaba lista para intervenir en los asuntos de todos los demás.
El programa radical del Partido Comunista para el cambio político y social requería que éste monopolizara el poder. Un Comité Central controlaba el Congreso Popular y el Politburo controlaba el Comité Central. El hombre que controlaba el partido era, claro esta, el Jefe Mao. Un ejemplo de que tan importante era su posición es que Mao fue el Jefe de la República Popular de China solamente hasta 1959, pero controló el Partido hasta su muerte en 1976. Su influencia en la política será aparente en esta sesión. Mao creó un sistema de arriba hacia abajo, de dirección, en el cual la disensión y los derechos individuales no eran respetados. Entre 1948 y 1951, él y los Comunistas instituyeron una purga viciosa de todos los elementos Nacionalistas, mandando millares de sus enemigos a campos de trabajo, donde normalmente morían. En términos económicos y sociales, el gobierno insistió en una colectivización rápida de la tierra e industrialización. En 1955, siguiendo modelos Soviéticos, los Chinos instituyeron el primer Plan Quinquenal, que establecía las prioridades para toda la economía China.
China decidió gastar su dinero en el desarrollo de infraestructura, construyendo calles y plantas de energía, y también plantas industriales pesadas que producían hierro y químicos. En este proyecto recibieron asistencia de valor de los Soviéticos, quienes mandaron consejeros y construyeron plantas enteras para los Chinos. Desafortunadamente, China también reorganizó su campo bajo modelos Soviéticos, tomando toda la tierra y controlando el mercado de la comida. En 1958, el Jefe Mao anunció lo que llamaba el “Gran Salto Adelante”. Esta política fue el mismo desastre que había sido la colectivización de Stalín. Como resultado de esta política de tomar toda la tierra de los campesinos y controlar el mercado de la comida, y de una serie de inundaciones empeoró la situación crítica 20 millones murieron.
El rompimiento Comunista con el pasado no era nada malo. Había unos cambios en la política que parecían avanzadas a los ojos modernos. El gobierno extendió el cuidado de la salud y la educación profundamente en el campo. Millones de personas ahora tenían acceso a doctores y libros. Lo que había en esos libros quizás no siempre tenía sentido, pero para la gente experimentando el cambio esto parecía una ganancia. Además, los Comunistas oficialmente extendieron derechos de igualdad a la mujer—teóricamente, por lo menos. Hicieron ilegal la tradición de matrimonios forzados y la práctica antigua de vendar los pies, y legalizaron el divorcio y el aborto. Esta última política también tendría su lado oscuro, ya que después los gobiernos Chinos practicaron abortos forzados como parte de su política de población.
Al mismo tiempo que estos cambios domésticos estaban ocurriendo, el gobierno Chino cambió su política exterior hacia Asia. China y la Unión Soviética inmediatamente se acercaron después de la Revolución. En 1950, los dos poderes firmaron un Tratado Sino-Soviético que garantizaba treinta años de ayuda y amistad. En este contexto, China aceptó un papel secundario en la jerarquía Comunista, a cambio del ejército Soviético y equipo industrial. Mucho de este equipo después acabó en Corea, donde las tropas Comunistas empujaron a la fuerza de las Naciones Unidas comandada por los Estados Unidos y fuera de la Corea Comunista del Norte. Por su parte, además de dar ayuda, los soviéticos prometieron una campaña para que China recibiera el asiento de las Naciones Unidas que Taiwan estaba ocupando. Sin embargo los problemas pronto empezaron, ya que los Soviéticos muchas veces subordinaban su amistad a China a otras preocupaciones de política exterior. China con frecuencia se sentía alejada. Estaba mandando 50% de sus exportaciones a los Soviéticos y parecía no estar recibiendo tanto como otros poderes. Por ejemplo, la Unión Soviética arregló un préstamo para el gobierno de la India que hacía parecer muy pequeños los préstamos que se le habían hecho a China. Además, los Soviéticos seguido actuaban con arrogancia hacia los Chinos, diciéndoles que hacer, en vez de proveerles con consejos técnicos. Parte del problema eran diferencias ideológicas. La revolución de Mao había estado basada en los campesinos. Los Soviéticos creían que la revolución tenía que venir del proletariado. El sentimiento herido de los Chinos se volvió importante cuando una disputa surgió entre la República Popular de China e India.
En 1951, las tropas Chinas volvieron a ocupar el Tibet. Los Tibetanos habían ganado su independencia a principios del siglo XX gracias a la fuerza de las armas Británicas. Ese periodo había ahora terminado. En respuesta, los Tibetanos comenzaron un movimiento de resistencia, y los Chinos culparon a los Indios de apoyarlo. La Unión Soviética declaró su neutralidad en el conflicto, y esto enojó aún más a los Chinos. En 1959, la disputa se volvió un conflicto acerca de fronteras. Para empeorar aún más las cosas en 1960 la Unión Soviética le quitó la ayuda que le daba a China. Ahora China estaba confrontando hambruna y un conflicto de fronteras. En 1962, una guerra estalló en la cual perdió muy feo la India. Para 1964, China se volvió abiertamente hostil tanto con la India como con la Unión Soviética. El cambio de China fue crucial en dos niveles. Primero India, que había clamado un poco de liderazgo sobre el Tercer Mundo, ahora tenía un rial Chino, ya que los Chinos ofrecían su apoyo a movimientos de resistencia en todos lados. Segundo, China retaba a la Unión Soviética en la Guerra Fría, incluso llegando muy lejos al explotar un arma nuclear, también en 1964. El camino ahora estaba abierto para uno de los cambios diplomáticos más grandes del periodo de post-guerra, el reacercamiento entre China y los Estados Unidos. Esto vendría un poco después. Primero, ocurrirían más matanzas.
El Gran Salto Adelante hirió gravemente la reputación del jefe Mao. Voces comenzarón a surgir dentro del partido que pedían más competencia y un premio a la iniciativa dentro del sistema. Mao lidió con el problema removiendo a las voces disidentes del poder e instituyendo lo que él llamaba la Revolución Cultura. Esta Revolución ocurrió de 1966 a 1969 e implicaba una denigrar completamente a los intelectuales como una clase, no fueran a pensar diferente que Mao. Mao cerró las universidades e hizo que todos se involucrarán en labores físicos, como una manera de imponer la solidaridad. También soltó a sus Guardias Rojos en la sociedad, quienes eran esencialmente un grupo de matones que iban matando a cualquiera que pensara diferente. Todo el pensamiento estaba subordinado al de Mao, quién se había vuelto algo así como un profeta comunista. Para 1969, incluso Mao se dio cuenta de que la campaña había ido demasiado lejos y la clausuró.
En este punto debemos regresar al nivel de las relaciones internacionales. Las tensiones entre China y la Unión Soviética abrieron una puerta a los Estados Unidos. Los Estados Unidos se habían opuesto a la República Popular de China desde el principio. El gobierno era después de todo, Comunista. De hecho, había un pleito despiadado dentro del gobierno de los Estados Unidos acerca de quién había “perdido” China al Lado Oscuro, pleito que terminó algunas carreras gubernamentales. El acercamiento entre China y los Estados Unidos fue el producto de dos importantes diplomáticos, Zhou Enlai y Henry Kissinger. Zhou era desde hace mucho tiempo aliado de Mao y una importante figura en la jerarquía Comunista. Tan sólo él tenía prestigio social y político para acercarse a los Estados Unidos. Henry Kissinger era el Secretario de Estado de los Estados Unidos bajo la presidencia de Richard Nixon. Aquí el presidente era el más importante. Como un ardiente anti-Comunista en los 50’s y 60’s, tan sólo él tenía el suficiente prestigio para acercarse a los Chinos. En Julio de 1971, Kissinger visitó China para negociar la visita subsiguiente del Presidente. En Febrero de 1972, Richard Nixon hizo su visita dramática e histórica a China. Los Soviéticos odiaron esto, y fue un importante elemento en lo que fue llamado el Détente entre la Unión Soviética y los Estados Unidos en los 1970s. Hablaremos de esto en otra sesión.
Zhou Enlai fue una importante figura no sólo por su papel diplomático, sino también por sus actividades dentro del partido. Zhou nunca fue tan doctrinario como Mao, ya que trabajaba duro para rehabilitar algunos de los líderes del partido que habían cruzado a Mao al pedir una reforma económica. Uno de los rehabilitados era Deng Xioaping, en efecto el arquitecto de la China de hoy. Deng era un Comunista desde hacia mucho tiempo. Había estudiado en Francia durante los 1920’s, donde se unió al movimiento Comunista. Había participado en la Larga Marcha, y servido en muchas oficinas claves del partido durante los 1940s y 50s. Sin embargo era un pragmático en la política y su respuesta al Gran Salto Adelante lo llevó a un conflicto con Mao. Deng era una de esas personas que quería más incentivos para la producción. Deng fue atacado durante la Revolución Cultural y pedió todos sus puestos altos en el partido. En 1973, Zhou lo rehabilitó, y Deng se levantó para unirse al Politburo. Sin embargo cuando Zhou murió en Enero de 1976, los elementos Maoistas purgaron a Deng de nuevo. Estuvo fuera hasta Septiembre de 1976, cuando Mao murió. En este punto, el establecimiento se volvió en contra de los Maoistas que quedaban y el camino estaba despejado para Deng. Para 1980 Denga había asumido la antigua posición de Jefe de Mao. Los seguidores de Deng se volvierón Ministo y Secretario General del Partido Comunista Chino.
Deng instituyó una serie de reformas fundamentales en la economía. Descentralizó el manejo de la economía e hizo el planeo central más flexible. Esencialmente los administradores regionales y las cabezas de las fábricas ahora tenían más libertad para instituir políticas y buscar ganancias. Los granjeros de China tuvieron más control sobre su propia producción y les fue permitido mantener sus ganancias. La producción de comida rápidamente explotó. Deng también expandió los contactos culturales con occidente y permitió a inversión extranjera en empresas Chinas. No todo era color de rosa en China, sin embargo. Deng también fue responsable de la política de control poblacional más agresiva en el mundo, que incluía abortos forzados para aquellas mujeres que quisieran tener más de un hijo. Además, cuando las políticas de Deng crearon un anhelo de más libertad entre los jóvenes, apoyo que los tradicionalistas tomaran medidas duras en contra de ellos. Aunque Deng se bajó del Comité Central Chino en 1987, dio el visto bueno al uso de las fuerzas en contra de los estudiantes que demostraban en 1989 en la Plaza de Tiananmen.
Así que Deng ha creado, en gran parte, la China con la que nos quedamos. Prósperamente económica y militarmente poderosa, China ahora juega un papel completo en el juego internacional. Su reciente lanzamiento de un hombre al espacio sugiere que serán el próximo gran rival de los Estados Unidos. Los Estados Unidos eliminaron al último. Ahora veremos como se desenvuelven las cosas con este.
China comenzó a quedarse detrás de los estados Europeos a mediados del siglo XIX. Entre el surgimiento de la industria y la competencia de siglos entre estados, los Europeos se probaron capaces de proyectar poder alrededor del globo. Los Británicos y los Franceses por ejemplo, comenzaron a explotar China completamente al principio de las Guerras de Opio. Los Británicos pelearon la primera guerra solos de 1839 a 1842. La segunda, vio a los Británicos y a los Franceses aliarse en contra de China, y duró de 1856 a 1860. Después de perder estas guerras, China esencialmente perdió el control de sus fronteras, y los mercaderes Franceses y Británicos controlaron los términos del comercio Chino con el mundo exterior. Más potencias pronto se unieron a Gran Bretaña y Francia, y para el final del siglo XIX, China había sido esencialmente desmembrada en múltiples esferas de influencia. Como noté en la conferencia pasada, de los estados Asiáticos tan solo Japón fue capaz de resistir el ataque de las potencias agresivas e industriales Europeas. Desafortunadamente para Asia, Japón pronto se comportó igual de mal que el resto y también buscó su propia esfera de influencia en China. Desde la perspectiva de un Japón con creciente poder, las dos guerras mundiales eran el intento de Japón para echar a las potencias occidentales de su esfera percibida. Ultimadamente Japón perdió esa competencia, y no fue sino hasta después de 1945 que China determinó su destino propio de nuevo y se afirmó a sí misma como una potencia mundial.
En esta sesión, voy a dividir la historia China del siglo XX en dos partes. La primera cubrirá el periodo de 1911 a 1949. La segunda comenzará en 1949 y terminará en 1989. Comenzaré en 1911, el año de la primera revolución China. En 1911, el decaído Régimen Imperial decidió nacionalizar el sistema de ferrocarriles Chino. Esto ocasionó revueltas en toda China, y grandes regiones del país se volvieron independientes de la autoridad central. Esta revolución marcó el final de una época, ya que casi 2’000 años de tradición imperial China llegaron a su fin. El siglo XIX había destripado a la monarquía y a la tradición China de su autoridad, y muchos Chinos comenzaron a sentir que la única manera de salvar a China era seguir ejemplos occidentales. Sin embargo el problema principal de la Revolución, fue que pronto descendió al faccionalismo.
En Febrero 12 de 1912, el último Emperador Chino abdicó y Yüan Shih-k’ai, un poderoso primer ministro, fue elegido como presidente. Un parlamento Chino fue establecido y al día siguiente el partido nacionalista de China, el Kuamintang, fue formado. Sun Yat-sen, un poderoso miembro del Kuomintang que hasta hoy es considerado el padre de la China moderna, colaboró con Yüan hasta 1913, cuando este último atentó un golpe de estado, y Sun tuvo que volar a Japón. En respuesta, Sun reorganizó el Kuomitang bajo el modelo de la sociedad secreta y más tarde un partido revolucionario. Yüan permaneció en el poder hasta 1916, cuando presiones políticas lo derrocaron. Yüan nunca fue capaz de resolver el problema más grande de China: en la ausencia de un autoridad central fuerte, los caudillos se habían apropiado de mucho de China. Entre 1912 y 1928 por ejemplo, había más de 1’300 de ellos controlando varias partes del país.
Durante la siguiente década los caciques regionales se dividieron China. Había un gobierno en Pekín, pero ya que estaba compuesto de caudillos, cualquiera que se encontrara fuera de la elite gobernante no tenía que escucharlo. Sun regresó a China en 1917, pero fue de nuevo expulsado por un caudillo. Regresó otra vez en 1923 y fue capaz de hacerse el líder de facto de China, gracias al poder cada vez mayor del Kuomintang, aunque murió de cáncer en 1925, dejando China en un estado de cambio.
Sun fue importante porque popularizo la causa nacionalista en China, pero su liderazgo intelectual y futuro vino de otra parte. Aunque Sun se pasó la mayor parte de su vida en el exilio, fomentando la revolución, nuevas ideas y corrientes comenzaron a aparecer en Pekín. En 1916, un intelectual Chino llamado Chen Duxiu fundó un periódico llamado Nueva Juventud que sermoneaba el rechazo de la cultura China y la adquisición de habilidades occidentales. La revista de Chen no fue no éxito notable. El nacionalismo Chino estaba tan dispuesto a rechazar al occidente, como a abrazarlo. Y Chen nunca tuvo una solución al problema real de China en el sentido de que a los campesinos les daba exactamente igual. Las motivaciones más fuertes para el cambio vinieron al final de la Primera Guerra Mundial, con la adquisición de Japón de un mandato en China de la provincia de Shantung. Cómo recordarán de su conferencia en Japón, Alemania controlaba esta provincia, pero Japón se la quitó. Dada la fortaleza de Japón, había poco que los poderes Europeos podían hacer para quitársela. El gobierno Chino estaba tan enojado con el mandato Japonés que el gobierno se rehusó a firmar el tratado. La oposición pública a Versalles hizo estallar un movimiento nacional que llegó a ser conocido como el “Movimiento del 4 de Mayo.” Comenzando con estudiantes en Pekín, este movimiento se extendió a través de China y se transformó en una serie de huelgas y boicots en contra de los bienes Japoneses. Todo tipo de urbanitas, desde intelectuales, políticos, a obreros, se unieron al movimiento. El movimiento falló en desplazar a los Japoneses, pero mostró que nuevas corrientes intelectuales se estaban formando.
Es en este contexto que debemos considerar el surgimiento del Comunismo en China. En 1918, un grupo de estudio Marxista apareció en la Universidad de Pekín en respuesta a la Revolución Rusa. Muchos miembros del Movimiento del 4 de Mayo se unieron a este grupo, y un nombre importante entre ellos—aunque no era importante en el momento—fue Mao Zedong. Para Julio de 1921, un grupo de intelectuales en Pekín fundó el Partido Comunista Chino en Shanghai. Este partido activamente luchó con la inercia China, y se volvió un arma importante en contra de occidente, ya que oficialmente estaba en contra del capitalismo, una importación occidental.
Durante los 1920’s, China lentamente readquirió el control sobre su territorio. Los poderes occidentales y Japón devolvieron sus mandatos, aunque retuvieron sus derechos comerciales. Aún así parecía que China estaba emergiendo de nuevo como un estado independiente. El nuevo estatus de China valía sin embargo, tanto como la voluntad de los Estados Unidos y su habilidad para garantizarlo. Y después de 1919, los Estados Unidos gastaban más energía retirándose del mundo que involucrándose en él. En este contexto, el Marxismo se volvió una fuerza poderosa en China. Hasta Sun Yat-sen se comenzó a acercar al Marxismo, creyendo que su visión colectivista era apropiada para la historia y economía Chinas. Sun era afecto a decir que la nación siempre tenía que ser más importante que el individuo.
Las actitudes de Sun Yat-sen y su disponibilidad para tomar consejos del Partido Soviético Comunista hicieron posible la cooperación con los Chinos Comunistas. China todavía no estaba unificada, y por razones dogmáticas, los Soviéticos no querían una revolución comunista China en ese momento. Creyendo que una revolución burguesa nacionalista era necesariamente primero, los Soviéticos ordenaron a los comunistas Chinos a unirse bajo una causa común con los Kuomintang. Los Kuomintang aceptaron a miembros del Partido Comunista en sus filas. Uno de ellos era Mao Zedong. Y el jefe de la policía de Sun, Chiang Kai-Shek, fue a Moscú a estudiar. Sun también creó una academia militar que creó soldados para la nueva China.
La muerte de Sun en 1925 cambió la situación fundamental. Chiang, el teniente de Sun, aceptó la ayuda Soviética, pero estaba determinado a no permitir que los Soviéticos interfirieran en la política China. La unidad persistió inicialmente, ya que el ejército del Kuomintang había eliminado la mayoría de los caudillos para 1927. Incluso, mientras que el Kuomintang se volvía más poderoso, los Británicos renunciaron a sus concesiones comerciales en China y los Estados Unidos renunciaron a su parte de la indemnización de la Rebelión Boxer. Los nacionalistas parecían estar ganando el día. Aún así, mientras que Chiang estaba organizando el ejército y las ciudades, los Comunistas Chinos estaban ocupados en el campo. Mao Zedong, uno de los líderes del partido quería que los Comunistas organizaran a los campesinos, porque creía que eran fuentes de poder aún sin explotar. Esto requería un rompimiento con el dogma Marxista, ya que de acuerdo a Marx solamente el proletariado podía liderar una revolución. Los campesinos quedaban fuera de la escena. No obstante, para 1927, los Comunistas habían organizado a más de 10 millones de campesinos. Se habían ganado la lealtad de los campesinos a través de cosas prácticas como forzando a los terratenientes a bajar las rentas y perdonar deudas excesivas.
Las diferencias en énfasis entre Chiang y Mao llevaron a nuevos conflictos. Chiang se había aliado con poderes capitalistas y mercantiles dentro de ciudades Chinas. Con acceso a dinero y teniendo el control de las fuerzas militares mejores de China, para 1927 sintió que era tiempo de lidiar con los Comunistas. Atacó militarmente a los Comunistas, destrozó sus ejércitos, y declaró ilegal el Partido Comunista. Esto puso a los Soviéticos en una posición interesante. Querían un estado que fuera hostil a Gran Bretaña, pero también tenían que seguir el dogma Marxista. Después de que el Kuomintang parecía estar ganando, los Soviéticos retiraron a sus consejeros de los Comunistas Chinos.
El ataque de Chiang meramente desembocó en una Guerra Civil, ya que los Comunistas se retiraron al campo. Esto tuvo dos consecuencias importantes. Primero, la guerra le permitió a los caudillos Chinos restantes florecer, ya que Chiang no tenía las suficientes fuerzas para enfrentar a todos sus enemigos al mismo tiempo. Segundo, la guerra debilitó a China justo cuando Japón se embarcaba en una política de agresión. En 1931, Japón invadió Manchuria. En 1932, las fuerzas Japonesas invadieron Shanghai. En 1937, las fuerzas Japonesas tomaron muchas de las costas Chinas y comenzaron a moverse hacia el interior. El Kuomintang se retiró a Nanking. Sin embargo en este momento, los Nacionalistas se volvieron más conservadores y autoritarios, rescatando ciertas tradiciones Chinas para justificar sus políticas. Esto llevó a los intelectuales Chinos a retirar su apoyo.
Mientras tanto, el Partido Comunista continuó trabajando en el campo, deponiendo caudillos y organizando campesinos soviéticos. Para 1930, los Comunistas habían organizado un gran ejército campesino en la provincia de Kiansi y declarando la fundación de la República Soviética China. El Kuomintang respondió en 1934 atacando a los Comunistas en su santuario de Kiansi y forzándolos a irse al sur. Esta fue la famosa “Marcha Larga”, durante la cual Mao Zedong lideró a unos cuantos miles de seguidores en una difícil retirada a Shengsi. Los Comunistas Chinos parecían estar terminados como fuerza, pero la marcha hizo a Mao un héroe para este movimiento y cimentó su autoridad. Luego en 1937, los Japoneses atacaron y China de nuevo cayó en el caos. La guerra fue un desastre para la economía China y el Kuomintang. Para 1940, la Calle Burma que los Británicos y los Americanos habían estado utilizando para darle provisiones al Kuomintang estaba cerrada. Para 1941, la China interior estaba completamente aislada del mundo exterior. El problema básico era que Chiang se rehusaba a utilizar sus tropas en contra de los invasores Japoneses. Esperaba que los Estados Unidos derrocarán a Japón y quería mantener su ejército entero para la lucha en contra de los Comunistas. Esto era una política estúpida en dos niveles. Primero, su ejército se volvió débil. Cuando la batalla por fin llegó, sus soldados no lucharon bien. Segundo, la actividad de la guerrilla Comunista en contra de los Japoneses les hizo ganar un enorme prestigio nacional en China. Cuando los Japoneses fueron finalmente derrocados, los Comunistas parecían héroes nacionales.
Después de la derroca de Japón en 1945, China se hundió de nuevo en otra guerra civil. Sin embargo esta vez los Comunistas llevaban la mejor parte de ella, inflingiendo una serie de derrotas en las fuerzas Nacionalistas. Para el final de 1948, Chiang fue forzado a huir del interior a la isla de Formosa. Se llevó consigo la mayoría de las reservas de oro de China y artefactos del Museo Nacional del Palacio, prometiendo continuar la lucha en contra de los Comunistas desde la isla. (La apropiación de la colección del museo nacional sigue siendo un punto de desacuerdo entre los dos países). Al final, Chiang tan sólo fue capaz de fundar un estado pequeño autoritario con una economía increíblemente productiva que ahora es llamado Taiwan. Ha tenido el apoyo militar de los Estados Unidos desde 1955, cuando el Presidente Eisenhower le dio a Taiwan una garantía militar. Taiwan ocupó el asiento Chino en las Naciones Unidas hasta 1971, cuando las República Popular de China fue admitida y Taiwan fue expulsado. La historia moderna del interior de China comenzó con la declaración de Mao Zedong en Octubre de 1949 de la Repúblicva Popular de China. Esto marcó el fin de múltiples épocas históricas. Primero, representaba el final de la tradición burocrática Confucionista. Los Comunistas, tomando prestado de Europa, desarrollaron una nueva visión del individuo y de su relación con el estado totalmente nueva. Segundo, las potencias industrializadas e imperiales fueron echadas de China después de 150 años de interferencia. Europa, los Estados Unidos, y Japón ya no tenían ninguna influencia sobre la política interna de China. Claro, la ironía era que China ahora estaba lista para intervenir en los asuntos de todos los demás.
El programa radical del Partido Comunista para el cambio político y social requería que éste monopolizara el poder. Un Comité Central controlaba el Congreso Popular y el Politburo controlaba el Comité Central. El hombre que controlaba el partido era, claro esta, el Jefe Mao. Un ejemplo de que tan importante era su posición es que Mao fue el Jefe de la República Popular de China solamente hasta 1959, pero controló el Partido hasta su muerte en 1976. Su influencia en la política será aparente en esta sesión. Mao creó un sistema de arriba hacia abajo, de dirección, en el cual la disensión y los derechos individuales no eran respetados. Entre 1948 y 1951, él y los Comunistas instituyeron una purga viciosa de todos los elementos Nacionalistas, mandando millares de sus enemigos a campos de trabajo, donde normalmente morían. En términos económicos y sociales, el gobierno insistió en una colectivización rápida de la tierra e industrialización. En 1955, siguiendo modelos Soviéticos, los Chinos instituyeron el primer Plan Quinquenal, que establecía las prioridades para toda la economía China.
China decidió gastar su dinero en el desarrollo de infraestructura, construyendo calles y plantas de energía, y también plantas industriales pesadas que producían hierro y químicos. En este proyecto recibieron asistencia de valor de los Soviéticos, quienes mandaron consejeros y construyeron plantas enteras para los Chinos. Desafortunadamente, China también reorganizó su campo bajo modelos Soviéticos, tomando toda la tierra y controlando el mercado de la comida. En 1958, el Jefe Mao anunció lo que llamaba el “Gran Salto Adelante”. Esta política fue el mismo desastre que había sido la colectivización de Stalín. Como resultado de esta política de tomar toda la tierra de los campesinos y controlar el mercado de la comida, y de una serie de inundaciones empeoró la situación crítica 20 millones murieron.
El rompimiento Comunista con el pasado no era nada malo. Había unos cambios en la política que parecían avanzadas a los ojos modernos. El gobierno extendió el cuidado de la salud y la educación profundamente en el campo. Millones de personas ahora tenían acceso a doctores y libros. Lo que había en esos libros quizás no siempre tenía sentido, pero para la gente experimentando el cambio esto parecía una ganancia. Además, los Comunistas oficialmente extendieron derechos de igualdad a la mujer—teóricamente, por lo menos. Hicieron ilegal la tradición de matrimonios forzados y la práctica antigua de vendar los pies, y legalizaron el divorcio y el aborto. Esta última política también tendría su lado oscuro, ya que después los gobiernos Chinos practicaron abortos forzados como parte de su política de población.
Al mismo tiempo que estos cambios domésticos estaban ocurriendo, el gobierno Chino cambió su política exterior hacia Asia. China y la Unión Soviética inmediatamente se acercaron después de la Revolución. En 1950, los dos poderes firmaron un Tratado Sino-Soviético que garantizaba treinta años de ayuda y amistad. En este contexto, China aceptó un papel secundario en la jerarquía Comunista, a cambio del ejército Soviético y equipo industrial. Mucho de este equipo después acabó en Corea, donde las tropas Comunistas empujaron a la fuerza de las Naciones Unidas comandada por los Estados Unidos y fuera de la Corea Comunista del Norte. Por su parte, además de dar ayuda, los soviéticos prometieron una campaña para que China recibiera el asiento de las Naciones Unidas que Taiwan estaba ocupando. Sin embargo los problemas pronto empezaron, ya que los Soviéticos muchas veces subordinaban su amistad a China a otras preocupaciones de política exterior. China con frecuencia se sentía alejada. Estaba mandando 50% de sus exportaciones a los Soviéticos y parecía no estar recibiendo tanto como otros poderes. Por ejemplo, la Unión Soviética arregló un préstamo para el gobierno de la India que hacía parecer muy pequeños los préstamos que se le habían hecho a China. Además, los Soviéticos seguido actuaban con arrogancia hacia los Chinos, diciéndoles que hacer, en vez de proveerles con consejos técnicos. Parte del problema eran diferencias ideológicas. La revolución de Mao había estado basada en los campesinos. Los Soviéticos creían que la revolución tenía que venir del proletariado. El sentimiento herido de los Chinos se volvió importante cuando una disputa surgió entre la República Popular de China e India.
En 1951, las tropas Chinas volvieron a ocupar el Tibet. Los Tibetanos habían ganado su independencia a principios del siglo XX gracias a la fuerza de las armas Británicas. Ese periodo había ahora terminado. En respuesta, los Tibetanos comenzaron un movimiento de resistencia, y los Chinos culparon a los Indios de apoyarlo. La Unión Soviética declaró su neutralidad en el conflicto, y esto enojó aún más a los Chinos. En 1959, la disputa se volvió un conflicto acerca de fronteras. Para empeorar aún más las cosas en 1960 la Unión Soviética le quitó la ayuda que le daba a China. Ahora China estaba confrontando hambruna y un conflicto de fronteras. En 1962, una guerra estalló en la cual perdió muy feo la India. Para 1964, China se volvió abiertamente hostil tanto con la India como con la Unión Soviética. El cambio de China fue crucial en dos niveles. Primero India, que había clamado un poco de liderazgo sobre el Tercer Mundo, ahora tenía un rial Chino, ya que los Chinos ofrecían su apoyo a movimientos de resistencia en todos lados. Segundo, China retaba a la Unión Soviética en la Guerra Fría, incluso llegando muy lejos al explotar un arma nuclear, también en 1964. El camino ahora estaba abierto para uno de los cambios diplomáticos más grandes del periodo de post-guerra, el reacercamiento entre China y los Estados Unidos. Esto vendría un poco después. Primero, ocurrirían más matanzas.
El Gran Salto Adelante hirió gravemente la reputación del jefe Mao. Voces comenzarón a surgir dentro del partido que pedían más competencia y un premio a la iniciativa dentro del sistema. Mao lidió con el problema removiendo a las voces disidentes del poder e instituyendo lo que él llamaba la Revolución Cultura. Esta Revolución ocurrió de 1966 a 1969 e implicaba una denigrar completamente a los intelectuales como una clase, no fueran a pensar diferente que Mao. Mao cerró las universidades e hizo que todos se involucrarán en labores físicos, como una manera de imponer la solidaridad. También soltó a sus Guardias Rojos en la sociedad, quienes eran esencialmente un grupo de matones que iban matando a cualquiera que pensara diferente. Todo el pensamiento estaba subordinado al de Mao, quién se había vuelto algo así como un profeta comunista. Para 1969, incluso Mao se dio cuenta de que la campaña había ido demasiado lejos y la clausuró.
En este punto debemos regresar al nivel de las relaciones internacionales. Las tensiones entre China y la Unión Soviética abrieron una puerta a los Estados Unidos. Los Estados Unidos se habían opuesto a la República Popular de China desde el principio. El gobierno era después de todo, Comunista. De hecho, había un pleito despiadado dentro del gobierno de los Estados Unidos acerca de quién había “perdido” China al Lado Oscuro, pleito que terminó algunas carreras gubernamentales. El acercamiento entre China y los Estados Unidos fue el producto de dos importantes diplomáticos, Zhou Enlai y Henry Kissinger. Zhou era desde hace mucho tiempo aliado de Mao y una importante figura en la jerarquía Comunista. Tan sólo él tenía prestigio social y político para acercarse a los Estados Unidos. Henry Kissinger era el Secretario de Estado de los Estados Unidos bajo la presidencia de Richard Nixon. Aquí el presidente era el más importante. Como un ardiente anti-Comunista en los 50’s y 60’s, tan sólo él tenía el suficiente prestigio para acercarse a los Chinos. En Julio de 1971, Kissinger visitó China para negociar la visita subsiguiente del Presidente. En Febrero de 1972, Richard Nixon hizo su visita dramática e histórica a China. Los Soviéticos odiaron esto, y fue un importante elemento en lo que fue llamado el Détente entre la Unión Soviética y los Estados Unidos en los 1970s. Hablaremos de esto en otra sesión.
Zhou Enlai fue una importante figura no sólo por su papel diplomático, sino también por sus actividades dentro del partido. Zhou nunca fue tan doctrinario como Mao, ya que trabajaba duro para rehabilitar algunos de los líderes del partido que habían cruzado a Mao al pedir una reforma económica. Uno de los rehabilitados era Deng Xioaping, en efecto el arquitecto de la China de hoy. Deng era un Comunista desde hacia mucho tiempo. Había estudiado en Francia durante los 1920’s, donde se unió al movimiento Comunista. Había participado en la Larga Marcha, y servido en muchas oficinas claves del partido durante los 1940s y 50s. Sin embargo era un pragmático en la política y su respuesta al Gran Salto Adelante lo llevó a un conflicto con Mao. Deng era una de esas personas que quería más incentivos para la producción. Deng fue atacado durante la Revolución Cultural y pedió todos sus puestos altos en el partido. En 1973, Zhou lo rehabilitó, y Deng se levantó para unirse al Politburo. Sin embargo cuando Zhou murió en Enero de 1976, los elementos Maoistas purgaron a Deng de nuevo. Estuvo fuera hasta Septiembre de 1976, cuando Mao murió. En este punto, el establecimiento se volvió en contra de los Maoistas que quedaban y el camino estaba despejado para Deng. Para 1980 Denga había asumido la antigua posición de Jefe de Mao. Los seguidores de Deng se volvierón Ministo y Secretario General del Partido Comunista Chino.
Deng instituyó una serie de reformas fundamentales en la economía. Descentralizó el manejo de la economía e hizo el planeo central más flexible. Esencialmente los administradores regionales y las cabezas de las fábricas ahora tenían más libertad para instituir políticas y buscar ganancias. Los granjeros de China tuvieron más control sobre su propia producción y les fue permitido mantener sus ganancias. La producción de comida rápidamente explotó. Deng también expandió los contactos culturales con occidente y permitió a inversión extranjera en empresas Chinas. No todo era color de rosa en China, sin embargo. Deng también fue responsable de la política de control poblacional más agresiva en el mundo, que incluía abortos forzados para aquellas mujeres que quisieran tener más de un hijo. Además, cuando las políticas de Deng crearon un anhelo de más libertad entre los jóvenes, apoyo que los tradicionalistas tomaran medidas duras en contra de ellos. Aunque Deng se bajó del Comité Central Chino en 1987, dio el visto bueno al uso de las fuerzas en contra de los estudiantes que demostraban en 1989 en la Plaza de Tiananmen.
Así que Deng ha creado, en gran parte, la China con la que nos quedamos. Prósperamente económica y militarmente poderosa, China ahora juega un papel completo en el juego internacional. Su reciente lanzamiento de un hombre al espacio sugiere que serán el próximo gran rival de los Estados Unidos. Los Estados Unidos eliminaron al último. Ahora veremos como se desenvuelven las cosas con este.
lunes, 5 de mayo de 2008
Sesión 26: El Fin del Dominio Europeo
El año 1945 marcó el fin del dominio Europeo sobre el mundo. En el siglo XVI, los Europeos establecieron colonias alrededor del globo. Para el siglo XIX, habían convertido mucho del mundo en un Imperio Europeo. Sin embargo para 1945, tanto el poder y la auto-confianza con la cual los imperios mundiales de Europa habían sido construidos estaban completamente deshechos. Dos guerras mundiales y la salvajada de la Alemania Nazi redujo al continente a la segunda línea de potencias, y el poder real se trasladó a los Estados Unidos y la Unión Soviética. (Claro, fue irónico que estos dos estados fueran creados, en muchos sentidos, por Europa Occidental. Los Estados Unidos habían sido una colonia Británica, y Rusia se había vuelto una potencia Europea en gran parte gracias a los préstamos que Europa le hacía).
La nueva relación de poder creó una nueva rivalidad. Las dos superpotencias dividieron al mundo entre ellas, compitiendo por cada ventaja posible, ya fuera en política, economía, ciencia, o incluso deporte. Esta competencia estaba regulada sin embargo, en una manera en la cual los conflictos Europeos nunca habían estado. Primero, solamente había dos superpotencias. Cada una veía a la otra con recelo; cada una tenía el poder de aniquilar a la otra. Los Estados Unidos se volvieron el primer y único país en utilizar armas nucleares en guerra, cuando obliteró a Hiroshima y Nagasaki en el verano de 1945. La Unión Soviética explotó su primera arma nuclear en 1949, y en 1959, se volvió el primer país en lanzar un satélite, llamado Sputnik, al espacio. El lanzamiento del Sputnik anunció el arribo de un nuevo mundo, ya que desde ese momento tanto la Unión Soviética como los Estados Unidos fueron capaces de poner armas nucleares en misiles que podían lanzarse a cualquier punto del globo terráqueo. El mundo pronto se engancho en una nueva visión estratégica llamada M.A.D. o Destrucción Mutua Asegurada (Mutual Assured Destruction). También llamado “el balance del terror”, la teoría era que el arsenal nuclear de cada lado vigilaba al otro, con el resultado que ambos lados ahora tenían que ser cautelosos en asuntos de seguridad. Aunque la competencia entre la Unión Soviética y los Estados Unidos era brava, la necesidad de seguridad de ambos lados aseguraba su cooperación mínima en una nueva institución internacional, las Naciones Unidas. Creada en 1945 por el Tratado de San Francisco, la Organización de las Naciones Unidas se suponía que debía solucionar las debilidades que habían sido tan obvias en la Liga de las Naciones. Donde la Liga no tenía ningún poder para hacer cumplir sus decisiones, la Organización de las Naciones Unidas tenía un Consejo de Seguridad que podía utilizar la fuerza para mantener la paz. Las lecciones de Munich habían sido bien aprendidas. El Consejo de Seguridad originalmente tenía 11 miembros, cinco de los cuales eran permanentes. (Desde 1965, el consejo tiene 15 miembros). Los miembros permanentes—los Estados Unidos, la Unión Soviética, China, Francia y Gran Bretaña—cada uno tenía un veto en el consejo. Los otros miembros son elegidos para el consejo por un periodo de dos años. Con dos superpotencias dentro del Consejo de Seguridad, estaba virtualmente asegurado que ninguna amenaza fundamental a acuerdos de post-guerra surgiera. Así, el balance entre los Estados Unidos y la Unión Soviética era esencial para mantener a los poderes revisionistas en línea. La situación de la post-guerra nos deja con una paradoja fundamental: ambos lados competían arduamente consigo mismos, mientras que también necesitaban el uno del otro para mantener las reglas del juego. Podemos entender las reglas generales al considerar a Polonia y Alemania. Para los Soviéticos el destino de Polonia no era negociable. Los Soviéticos no nada más habían librado al país, pero también era este una ruta histórica de invasión hacia el corazón Ruso. Tanto Napoleón como Hitler habían atravesado Polonia para golpear profundamente a Rusia, con el ataque más reciente dejando 20 millones de muertos. Por su parte, los Estados Unidos también tenían un interés histórico en Polonia. Woodrow Wilson había insistido en una Polonia independiente después de la Primera Guerra Mundial, y el país estaba conformado tanto de territorios Polacos como Alemanes. Los Estados Unidos también tenía muchos inmigrantes Polacos, que estaban profundamente preocupados del destino de su tierra natal. Más aún, al nivel de la política pública, una Polonia democrática era menos susceptible de seguir órdenes Soviéticas. Así, tanto la situación histórica general como las realidades estratégicas garantizaban que ambos lados entraran en conflicto.
En ningún otro país fue el conflicto de las superpotencias escrito más indeleblemente que en Alemania. Alemania había invadido la Unión Soviética y el gobierno Comunista estaba determinado en prevenir otro ataque del mismo tipo. Una ocupación Soviética de largo plazo era por eso, inevitable. Estados Unidos, por su parte, estaba harto de entrar a Europa para terminar las guerras de Europa y quería asegurarse de que Alemania se volviera un estado estable, próspero, democrático y pacífico. (Se creía, claro esta, que estas cosas venían juntas). También era conveniente desde el punto de vista Americano que una Alemania democrática era menos probable de seguir órdenes Soviéticas. Sobre todo, tanto las preocupaciones ideológicas como de seguridad garantizaban una partición general de Europa y específicamente de Alemania. Sin embargo irónicamente, la partición exacerbada esta tensión básica. Las dos superpotencias se veían con suspicacia desde sus respectivas posiciones en la frontera, cada una esperando un ataque sorpresa de la otra. El hecho que los dos lados tenían armas nucleares después de 1950 tan sólo intensificó esta suspicacia mutua.
Tomando este contexto en cuenta podemos empezar a considerar la naturaleza y la historia de la Guerra Fría. El problema básico de la Guerra Fría fue su status como un juego de suma cero. La Unión Soviética y los Estados Unidos tenían pocos intereses en común, fuera de derrocar a la Alemania Nazi. Después del Día V-E, dos países con sistemas económicos radicalmente diferentes, sistemas políticos, y preocupaciones de seguridad, ahora se confrontaban. Europa estaba dividida a la mitad, con la Unión Soviética construyendo una serie de estados cliente en el este. Aún así, aunque hubo muchas crisis después de 1945 entre las dos potencias, ninguna de ellas degeneró en guerra, ya que se trató de utilizar armas que no dieran signo de hostilidad abierta. Por ejemplo, en 1947 el deseo de los Soviéticos de absoluta seguridad los llevó a apoyar las insurgencias en Grecia y Turquía, y los Estados Unidos comenzaron a enviar dinero a ambos gobiernos. En 1948 hubo un golpe de estado patrocinado por los Soviéticos en Checoslovaquia, que puso a este país firmemente detrás de la cortina de hierro. También en 1948, la Unión Soviética bloqueó el acceso a Berlín del Occidental. Estas tácticas de mano pesada desesperaban a Europa Occidental, lo que dio pie al desarrollo de alianzas de mutua defensa como la NATO y el Pacto de Varsovia.
Así que, ¿quién tiene la culpa de esta situación? Ha estado de moda por algún tiempo entre los académicos de Europa y de Estados Unidos echarle la culpa al otro con confianza. Los académicos de izquierda claman que los Estados Unidos tenía la culpa. Los académicos de derecha les echan la culpa a los Soviéticos. Los argumentos entre los dos lados pueden ser muy divertidos. Sin embargo como fue el caso con nuestra discusión de la Primera Guerra Mundial, la culpa no tiene ninguna utilidad, ya que oscurece el rol fundamental del interés nacional en el comportamiento de todos los estados. Amigos y enemigos son determinados por la situación estratégica. Había, por ejemplo, fuertes tensiones entre todos los aliados durante y después de la guerra. Gran Bretaña y Francia tenían ambos intereses diferentes a los de Estados Unidos y la Unión Soviética, lo que creó problemas hasta el final de la Guerra Fría. La situación era, claro esta, peor entre la Unión Soviética y los Estados Unidos, quienes casi no tenían intereses comunes antes de la guerra; solo fue la Alemania Nazi lo que los unió, y después de la derroca de Alemania, no había ninguna visión común que uniera a los dos lados.
Habiendo establecido el contexto general, ahora consideraré el problema de la Guerra Fría entre dos conflictos, la Guerra Fría en Alemania y la guerra “caliente” en Corea, ya que estos dos eventos arrojan luz no tan sólo en la situación básica que ya he descrito, pero también apuntan a las tensiones que afectaron la política mundial desde los sesentas hasta la disolución de la Unión Soviética en 1991.
Alemania era un problema incluso después de derrocada, por la destrucción y dislocación tan tremenda de la guerra. Inicialmente, los problemas eran principalmente prácticos. ¿Cómo era posible manejar un área tan profundamente devastada? Las ciudades grandes de Alemania estaban casi completamente destruidas. En el caso de Dresden, por ejemplo, que había sido una de las ciudades más bellas de Europa antes de la guerra, el 95% de sus edificios estaban casi o completamente destruidos. Siete millones de Alemanes también murieron en la guerra, con el todo el 25% de la generación que había nacido en 1924 asesinada. Sin hombres jóvenes ¿cómo se podía reconstruir al país? Había también un problema masivo de refugiados, ya que 10 millones de Alemanes fueron enviados de Alemania a Checoslovaquia, Polonia, Rumania, y Rusia. Y luego también había millones de refugiados no-Alemanes, muchos de ellos Judíos, quienes los Aliados habían puesto en campos en Alemania para que su caso fuera procesado. Los refugiados judíos muchas veces querían ir a los Estados Unidos, aunque los Americanos no los querían recibir. Y mandarlos a Israel era un problema que era mejor posponer, ya que otras cuestiones que tenían que ser resueltas antes. ¿Dónde vivirían estas gentes? ¿De qué comerían? (En una de las muchas ironías de la historia, muchos de los refugiados Judíos se establecieron en Alemania, porque inicialmente no les fue permitido dejar el país). En pocas palabras, Alemania se había vuelto el problema de los aliados victoriosos.
El problema de derrocar a Alemania se convirtió en el problema de ocuparla. Tropas Soviéticas, Americanas, Británicas, y Francesas dividieron lo que quedaba de Alemania en cuatro zonas de ocupación. La división había sido planeada durante una serie de conferencias que los Aliados sostuvieron durante la guerra, y las varias negociaciones apuntan directamente a la Guerra Fría. En Enero 14 de 1943 Franklin Delano Roosevelt y Winston Churcill se reunieron en Casablanca y anunciaron la política Aliada de capitulación (rendición) incondicional. Esta guerra no iba a terminar como la pasada. En Octubre de 1943, los ministros de relaciones exteriores de varios Aliados se reunieron para discutir el destino de Austria, el cual decidieron que permanecería como estado independiente. También anunciaron que una Comisión Consejera sería establecida para coordinar las políticas de la post-guerra y para enjuiciar a los criminales de guerra. En Noviembre y Diciembre de 1943 Roosevelt, Churchill, y Josef Stalin se reunieron en Teherán, donde acordaron el futuro de las fronteras de Polonia, con la llamada Línea Curzon marcando la frontera entre Polonia y la Unión Soviética, y la Línea Oder-Neisse la nueva frontera entre Alemania y Polonia. (Polonia, como resultado, se movió 200 millas al oeste.) En Enero de 1944, la Comisión Consejera decidió en tres zonas de ocupación de la post-guerra.
En Febrero de 1945, otra conferencia fue establecida en Yalta que esencialmente finalizó el escenario de la post-guerra. Stalin, Churchill y Roosevelt acordaron que Polonia quedaría bajo dominación Soviética. Algunas personas, después, argumentaron que Roosevelt y Churchill traicionó a Polonia. Este cargo es injusto, ya que no era posible otro resultado. Los Soviéticos tenían tropas en Polonia, y este hecho no iba a cambiar. También fue acordado en la conferencia que Alemania sería partida, aunque un consejo Aliado fue establecido para manejar la ocupación. Los Aliados pidieron que una zona Francesa fuera añadida, pero los Soviéticos rechazaron la petición, ya que no creían que los Franceses se la merecían. Sin embargo la zona de ocupación Francesa fue hecha de las zonas Británicas y Americanas existentes. Fue acordado que Berlín sería administrado conjuntamente por los Aliados. Además, también fue acordado que a todas las poblaciones liberadas les sería permitido escoger sus propios gobiernos. Esto fue claro, un chiste, ya que la Unión Soviética no iba a permitir elecciones en cualquier país que considerara esencial para su seguridad.
La Conferencia de Yalta estableció el escenario para la última conferencia de la post-guerra, aunque para ese entonces los principales jugadores políticos habían cambiado. En Abril 12 de 1945, el Presidente Roosevelt murió y fue sucedido por su Vicepresidente Harry S. Truman. (La “S” no significaba nada. A Truman nunca le dieron un segundo nombre, y añadió la inicial, porque pensó que hacía sonar mejor su nombre). En Julio de 1945, Clement Attlee se volvió el Primer Ministro de Inglaterra, después de que los Ingleses hicieron de su partido Laborista el de mayoría en el parlamento. Así, cuando las tres potencias más importantes se reunieron en Potsdam en Julio 17 hasta Agosto 2 de 1945, tan solo Stalin era de los negociadores originales. Sin embargo ahora, los problemas de la post-guerra en la divergencia de intereses se avecinaban. El acuerdo de Potsdam representaba nada más que el más mínimo consenso que se podía lograr bajo estas circunstancias. Fue acordado que Alemania sería considerada una unidad económica, y que la Comisión del Control Aliado supervisaría los gobiernos futuros Alemanes. Estos puntos no tenían ningún sentido, claro esta, ya que su aplicación dependía de quiénes fueran las tropas que estaban en control. La única política en la que todos estaban de acuerdo fue el trazo final de la línea Oder-Neisse y la remoción permanente de los Alemanes en Europa del Este. Aún así, estas cosas hubieran pasado de todos modos, ya que los Soviéticos controlaban el Este y no tenían ningún deseo de impulsar la insurgencia. (Los Soviéticos también tenían viejas comunidades Alemanes que vivían en el Volga. Estos Alemanes “Volga” habían llegado a Rusia en el siglo XVIII bajo la invitación de Catalina II. Ya no tenían una conexión fuerte a la cultura Alemana, y de hecho, ya no hablaban Alemán, pero los Soviéticos los mandaron a Siberia de todos modos).
Los Estados Unidos y la Unión Soviética tenían pocos intereses mutuos, y por esto el acuerdo de la post-guerra fue tan mínimo. Para entender las diferencias entre las dos potencias, debemos ver atrás al verano de 1945, cuando las realidades de la Guerra Fría primero aparecieron. En Agosto 6 y 9, los Estados Unidos utilizó armas nucleares en las ciudades Japonesas de Hiroshima y Nagasaki. Las bombas atómicas utilizadas en estos ataques fueron el resultado directo del Proyecto Manhattan, un programa de investigación súper secreto llevado a cabo por el físico Americano J. Robert Oppenheimer. (Irónicamente quizás, el padre de Oppenheimer era un inmigrante Alemán, y de hecho Robert había recibido su doctorado en física en la Universidad de Göttingen). El Proyecto Manhattan comenzó oficialmente en 1942, pero sus orígenes databan de 1939, cuando el físico Alemán Judío emigrado Alberto Einstein le advirtió al Presidente Roosevelt que la física Alemana estaba lo suficientemente avanzada para construir un arma nuclear. Stalin se enteró del programa en 1943, gracias a su red de espías en Estados Unidos. En respuesta, él también invirtió considerables recursos en un programa de investigación atómica, y cuando los Soviéticos explotaron su primera bomba atómica en 1949, el peligro de que un lado pudiera aniquilar al otro se volvió el problema central de la competencia entre las dos superpotencias.
Las bases intelectuales de la Guerra Fría fueron construidas entre 1946 y 1947. Durante este tiempo, ambos lados lograron extender su control político a través de cuanto les fue posible de Europa. Esta competencia por influencia convenció a ambos lados que el otro era el enemigo, y en 1946, tanto Truman como Stalin dieron discursos fuertes que establecieron la incompatibilidad mutua de sus respectivos sistemas. El siguiente año, la Unión Soviética estableció una serie de estados satélite militarizados, cuya existencia preocupó a los Estados Unidos y a otras potencias Occidentales. Las reacciones en occidente fueron severas. En Marzo de 1946, por ejemplo, el ex Primer Ministro Winston Churchill dio su famoso Discurso de la “Cortina de Hierro” en los Estados Unidos, en el cual argumentaba que la Unión Soviética había establecido su hegemonía sobre Europa del Este dejando caer una “Cortina de Hierro” que se extendía desde Stettin a Trieste. En los Estados Unidos la reacción clave fue el llamado “Telegrama Largo”, un reporte de 8’000 palabras escrito por George Kennan, un diplomático Americano que trabajaba en Moscú. Kennan argumentaba en esta nota que los Soviéticos tan solo entendían la fuerza y que la única manera de combatirlos era con una fuerza igual a su punto de expansión. Las ideas de Kennan dieron lugar a la política de “contención”, que fue fundamental para la política exterior Americana hasta 1991. La idea era que los Estados Unidos utilizarían dinero y tropas hasta cualquier punto que los Soviéticos se expandieran. Los Estados Unidos no atacarían la Unión Soviética pero combatiría el esparcimiento de su influencia punto por punto.
La primera política que claramente emergió de la Contención fue la llamada Doctrina Truman, que hacía el llamado a los Estados Unidos para que apoyara cualquier gobierno que fuera amenazado por el Comunismo. En Marzo 12 de 1947, el Presidente Truman ofreció a los gobiernos de Grecia y Turquía más de $400 millones en ayuda para prevenir que el Comunismo se extendiera hasta allí. Grecia había estado luchando desde 1944 en contra de una insurgencia Comunista que sacaba sus recursos de Yugoslavia, mientras que el gobierno Turco había estado bajo presión de actividad Soviética en el Mediterráneo. La ayuda masiva evito que ambos gobiernos cayeran, y así el dinero sería el arma más significativa de los Estados Unidos. La siguiente gran política que emergió de la Contención fue el Plan Marshall. En Junio 5 de 1947, el Secretario de Estado George C. Marshall dio un discurso en la Universidad de Harvard que describía un plan masivo de ayuda exterior para Europa. Todas las naciones de Europa, incluida la Unión Soviética y sus estados satélites, estaban invitadas a solicitar fondos. Al final, los Estados Unidos sacaron $13 billones de dólares durante los siguientes cuatro años para el esfuerzo de reconstrucción Europa, y el resultado fue una recuperación económica poderosa en occidente, ya que en 1951 el output industrial en Europa había llegado a sus niveles de la preguerra. Las cosas eran diferentes en el este, donde la Unión Soviética se rehusó a solicitar los fondos y prohibió a sus estados satélites de hacerlo también. Veía tanto el Plan Marshall como la Doctrina Truman como planes capitalistas para interferir en su zona de autoridad. Los Soviéticos respondieron en Enero de 1949 fundando un programa de desarrollo económico llamado Comecon, al cual tenían que pertenecer todos sus satélites.
Las actitudes Americanas hacia los Soviéticos eran no menos paranoicas, lo que aceleró la división entre los dos. El golpe Comunista en Checoslovaquia en 1948 y la declaración hecha por Mao Zedong de un estado Comunista Chino en Octubre 1 de 1949, transformó la preocupación de los Estados Unidos en paranoia, y esto tuvo efectos en Europa, ya que aceleró la política Americana de crear un estado Alemán separado. Ya en Enero 1 de 1948, las Naciones Unidas y los Estados Unidos unieron sus dos zonas de ocupación en una unidad económica, dándole a la nueva entidad el nombre pegajoso de Bizonia. En marzo los Franceses unieron su zona a Bizonia, y los Alemanes recibieron el control de la administración diaria. Para Junio de 1948, los Aliados estaban comenzando a hablar de una Alemania Occidental independiente, y este estado fue esencialmente creado en Junio 18 de 1948 con la expedición de la nueva moneda, el Marco Alemán. La economía moribunda Alemana de la post-guerra volvió a la vida casi inmediatamente, un momento que marcó el comienzo de una recuperación económica de casi dos décadas. Sin embargo la creación del Marco Alemán fue una clara violación al acuerdo hecho durante la guerra de tratar Alemania como una unidad económica. La Unión Soviética respondió tratando de echar a los Aliados fuera de Berlín y en Junio 24 anunció que la administración de los cuatro poderes había terminado. Un bloqueo de Berlín del Oeste era el siguiente paso lógico. Además, los Soviéticos se salieron de la Comisión de Berlín y no regresaron sino hasta después de que el Muro de Berlín cayó en 1989.
Los poderes occidentales se rehusaron a salir de Berlín, y una situación incómoda de no-guerra siguió. Los Estados Unidos no podían salir de Berlín con la ayuda del ejército, ya que los Soviéticos tenían diecisiete divisiones en Europa del Este y Estados Unidos cuatro. (Durante el bloqueo los Soviéticos aumentarían la fuerza de sus tropas a cuarenta divisiones. Los Estados Unidos incrementaron su compromiso a ocho, y añadieron tres escuadrones bomberos). Se ideó mandarle provisiones a la ciudad a través de aviones. En Julio 1 de 1948, los Estados Unidos y la Gran Bretaña se comprometieron a alimentar a la ciudad a través del aire. Berlín necesitaba alrededor de 4’500 toneladas de comida al día para sobrevivir. Ese Julio los Aliados enviaron un promedio de 2’226 toneladas de comida por día. En Agosto el promedio incrementó a 3’830 toneladas. La competencia era una prueba de voluntades, y los Estados Unidos ganaron mostrando su resolución y valor Americano tradicional. Para impresionar a los Soviéticos y mostrarles qué tan serios eran, los Americanos planearon y ejecutaron un “Desfile de Pascua” especial en Abril de 1949. Desde el sábado a medio día hasta el Domingo de Pascua hasta el medio día los aviones Americanos volaron 13’000 toneladas de provisiones a Berlín y se aseguraron que los Soviéticos se enteraran de ello. Este show de voluntad occidental y un embargo de los Aliados en productos de Europa del Este hicieron que el bloqueo terminara en Mayo 12 de 1949. La división de Alemania de la post-guerra quedaría así por los siguientes cuarenta años. Las tensiones de la post-guerra, mutuas provocaciones, y una paranoia creciente extendió la división entre Estados Unidos y la Unión Soviética a través del resto de Europa. El resultado fue la creación de dos nuevas alianzas defensivas, cada una liderada por una superpotencia. En Abril 4 de 1949, los Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Italia, Dinamarca, Noruega, Portugal, Islandia, los Países Bajos, Luxemburgo, Bélgica, y Francia fundaron la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que sostenía que “un ataque armado hacía uno sería visto como un ataque armado hacia todos”. Alemania del Oeste, Grecia, y Turquía se unieron a la alianza más tarde. Los estados del este respondieron en Mayo 1 de 1955, con el Pacto de Varsovia, que organizaba una defensa común en contra del Oeste. El tratado incluía la República Popular de Albania, la República Popular de Bulgaria, la República Popular de Hungría, la República Popular de Alemania, la República Popular de Polonia, la República Popular de Rumania, las Repúblicas Socialistas de la Unión Soviética, y la República Checoslovaca. Estas dos alianzas se enfrentaron en Europa hasta que el Pacto de Varsovia fue disuelto en 1991. La OTAN continúa existiendo, aunque su papel en el mundo no está del todo claro.
La división de Europa en alianzas mutuamente hostiles era paralela a la división de Alemania. Una no puede ser entendida sin la otra. En Alemania, los años de 1945 a 1949 vieron una reconstrucción lenta del sistema de partidos políticos que alguna vez había sido destruido por la era Nazi. En 1946, la Unión Cristiana Democrática (CDU) fue fundada. El Partido Democrático Libre (FDP) apareció en 1948. Mientras tanto, el Partido Social Democrático de Alemania (SPD), y el Partido Comunista de Alemania (KPD) regresaron del exilio. En Mayo 23 de 1949, los partidos Alemanes Occidentales se reunieron en una conferencia para promulgar la Ley Orgánica Alemana (Grundgesetz), y en Septiembre 15 de 1949, Konrad Adenauer del Partido Comunista de Alemania fue elegido como el primer canciller de la post guerra. Este nuevo estado rápidamente ganó la legitimidad internacional al estar atado al occidente. En 1950, se volvió una parte de la Comunidad del Acero y del Hierro Europea, el ancestro de la Unión Europea de hoy. En 1952, se unió a la Comunidad de Defensa Comunitaria, que era el antecedente del NATO. En 1954, Alemania del este se declaró un estado soberano llamado la República Federal de Alemania.
Acompañando estos cambios políticos ocurrió un gran reavive económico. En 1955, el Producto Interno Bruto de la República Federal de Alemania excedía el de toda Alemania en 1936. Los salarios reales promedio ya habían alcanzado sus niveles de preguerra en 1950. Ese año, la tasa de crecimiento industrial de Alemania fue de 25%. En 1951, seguía siendo de un impresionante 18%. Para 1960, la producción total industrial era 25 veces más de lo que había sido en 1950. Para 1962, el comercio exterior total de Alemania era de $25.4 billones, que figuraba como el segundo en el mundo. Este tremendo incremento en la producción se debía a unas cuantas razones. Primero, el Plan Marshall le dio a Alemania $4 billones, que fueron utilizados para reconstruir su devastada infraestructura. Segundo, la Guerra de Corea (1950-53) incrementó la demanda de productos Alemanes. Tercero, la guerra no había destruido completamente la planta industrial de Alemania, ya que mucha de ella había sido movida al subterráneo. Finalmente, los diez millones de refugiados fueron inmediatamente absorbidos a una economía que desesperadamente necesitaba trabajadores, lo que ayudaba a mantener los costos del trabajo bajos. Cuando Konrad Adenauer resignó en 1963, Alemania era un país estable, próspero y democrático.
La historia de Alemania del Este fue muy diferente. Los partidos políticos libres no eran bienvenidos allí. En Abril 21 de 1946, el KPD y el SPD se vieron obligados a unirse al Partido Unido Socialista de Alemania (SED), un partido que existía tan sólo para seguir órdenes Soviéticas. A otros partidos se les permitió existir, pero sufrieron constantes hostigamientos. En Octubre 7 de 1949, la República Democrática de Alemania (GDR) fue fundada en respuesta directa al nacimiento de un estado Alemán en el Oeste. Otra dictadura había aparecido en tierra Alemana. Sin embargo y a pesar de todas sus limitaciones políticas, la nueva GDR era la joya del Bloque Soviético. Alemania del Este tenía una fuerte tradición industrial, y su óptica y armamento era siempre el mejor del este. Aún así, la economía de Alemania del este tenía severas discapacidades. Primero, los Soviéticos se pasaron los primeros años después de la guerra removiendo todo el equipo industrial que no había sido dañado. Distinta de su estado hermano, Alemania del Este realmente tuvo que empezar desde cero. Segundo, a la GDR no le fue permitido aceptar fondos del Plan Marshall, lo que alentó la recuperación futura. Finalmente, la economía de Alemania del Este permaneció centralizada y planeada por el estado. Como resultado, en 1960, la economía de Alemania del Este estaba rezagada en comparación con la FRG, tanto en riqueza como en productividad en general. Para 1989, la economía de Alemania del Este ya no pertenecía al primer mundo.
Este cuadro que acabo de pintar de la historia Alemana es uno de estabilidad general dentro de un conflicto de superpotencias. Aunque ambos lados sospechaban el uno del otro, tenían más que ganar evitando la guerra que empezando una. Esta nueva situación ayudó a Alemania evitar otra guerra, pero también cambió las áreas de competencia entre la Unión Soviética y los Estados Unidos, especialmente a Asia. En 1950 por ejemplo, el conflicto que todo mundo temía que empezara en Europa estalló en el otro lado del mundo en Corea, cuando Corea del Norte lanzó un ataque no provocado en Corea del Sur. Corea había sido víctima de una invasión y ocupación brutal Japonesa durante la Segunda Guerra Mundial. Durante la guerra, los Aliados acordaron que Corea sería liberada, y que elecciones en toda la península serían sostenidas. Esto nunca pasó, ya que los Soviéticos ocuparon el Norte y establecieron un estado títere no-democrático. En Agosto 10 de 1945, los Estados Unidos unilateralmente decidieron hacer del sur un estado independiente con su capital en Seúl. Este acontecimiento irritó a los Soviéticos, a los Chinos—que recientemente se habían vuelto Comunistas—y el gobierno Comunista en el Norte. En Junio 25 de 1959, el Norte Comunista sorprendió al mundo al invadir el sur capitalista, calculando que nadie en el mundo haría nada en respuesta a su ataque. Sin embargo al hacerlo, los Coreanos del Norte sorprendieron sus patrocinadores Soviéticos y Chinos, y esto creó una apertura para el oeste. (Hay evidencia de que Josef Stalin sabía del plan de invasión y de que lo aprobó, pero no sabía que sería lanzado tan pronto.)
En Junio 27 de 1950, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas hizo un llamado para parar el fuego y pidió que sus estados miembros asistieran al sur beligerante. Aquí fue donde el secreto del Norte costó muy caro, ya que los Soviéticos estaban a punto de boicotear las reuniones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para protestar en contra de la exclusión de China continental de las Naciones Unidas. Taiwán había estado ocupando el asiento de China, desde la revolución. Así, cuando el Consejo de Seguridad llamó a votación, los Soviéticos no estaban allí para vetar la decisión. Este error nunca sería repetido. De todos modos, ese mismo día, el Presidente Truman ordenó que las fuerzas de los Estados Unidos fueran a Corea. Junto con unas cuantas fuerzas de los aliados, las fuerzas de los Estados Unidos hicieron que el ejército del Norte se retrajera no sólo hasta el paralelo 38, sino también a la frontera de Corea del Norte con China. Sin embargo, mientras que las fuerzas Americanas avanzaban al Río Yalu, la frontera entre Corea del Norte y China, China se vio obligada a responder. En Octubre 26 de 1950, las fuerzas Chinas cruzaron la cuenca del Río Yalu, y con ayuda militar de los Soviéticos, empujaron a los americanos de nuevo al paralelo 38.
Después de tres años de lucha y tres millones de muertes—incluyendo 140’000 Americanos—la guerra terminó con el estatus quo de la preguerra siendo estrictamente vigilado. Aún así, aunque nada fundamental había cambiado en Corea, la guerra tuvo efectos mundiales. Ya que tanto la Unión Soviética como la China Comunista estaban asociadas con esta guerra, el Comunismo fue comenzado a verse por muchos estados como una amenaza mundial. Sus efectos fueron dramáticos. Primero, la Guerra de Corea y la Crisis de Berlín convenció a muchos Europeos que la única manera de que la OTAN podía enfrentarse a la Unión Soviética era si Alemania se rearmaba. Dado el comportamiento reciente de Alemania, este comportamiento representaba un cambio conceptual drástico. Sin embargo para 1955, Alemania ya tenía su primer ejército de la post guerra y era miembro de la OTAN. Segundo, el miedo de la agresión Comunista hizo que muchos estados buscaran acuerdos de seguridad colectiva con los Estados Unidos que estaban modelados en el acuerdo de la OTAN. En Septiembre 1 de 1951, los Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda firmaron el pacto ANZUS, que comprometía a cada uno en la defensa de los otros. El pacto se sostuvo hasta 1986, cuando la oposición a armas nucleares en Nueva Zelanda obligó a los Estados Unidos a suspender sus responsabilidades del tratado hacia este estado. En Septiembre 8 de 1954, la SEATO (Tratado de Defensa Colectiva del Sudeste Asiático) fue formada. Este tratado comprometía a los Estados Unidos a acuerdos de seguridad colectiva con Bretaña, Francia, Australia, Nueva Zelanda, Pakistán, la República de las Filipinas, y Tailandia. Pakistán se retiró de la organización en 1968. Francia dejó de dar apoyo financiero en 1975, y la organización terminó operaciones formalmente en 1977. En Febrero 4 de 1955, se formo lo que sería conocido como CENTO (Organización del Tratado Central). Su historia es complicada. Originalmente estaba compuesta de Gran Bretaña, Turquía, Irán, Pakistán, e Irak. En 1956, los Estados Unidos se volvieron un miembro asociado. En 1958 Irán se retiró del grupo después de sufrir un golpe, y las oficinas centrales del grupo fueron trasladadas a Ankara. Se volvió inactiva después de que Turquía, Pakistán, e Irán se retiraron de la organización en 1979.
Al final de los 1950s, la Guerra Fría estaba en su apogeo. Dos superpotencias con armas nucleares competían por influencia, adquiriendo aliados como mejor podían para prevenir al otro lado de llegarles. Mucho del mundo se comprometió en alianzas de tratado que hicieron el mundo de la post guerra más rígido y tenso que nunca, y el mundo se encontró a si mismo en una situación que recordaba los acuerdos anteriores a la Primera Guerra Mundial en Europa. Todo lo que se hubiera necesitado para encender otra Gran Guerra hubiera sido un acto fútil de estupidez en alguna parte olvidada del mundo. Como veremos en la conferencia acerca del fin de la Guerra Fría, hubo muchos actos fútiles de estupidez, pero ninguno de ellos llevó a la guerra. Que esto nunca ocurrió probablemente se debió al “balance del terror” que los arsenales nucleares de las superpotencias creaban. Ningún lado tenía ningún incentivo para tratar de hacer cambios fuertes en el orden de seguridad mundial, ya que el otro día siempre podía hacer volar al mundo en respuesta. Esta situación constriñó a ambos poderes, pero también garantizó que su gran juego de poder fuera jugado en lugares menos desarrollados del mundo. Los resultados no llevaron a una conflagración general, pero con frecuencia había desastres sangrientos en los cuales la gente estaba de hecho involucrada.
La nueva relación de poder creó una nueva rivalidad. Las dos superpotencias dividieron al mundo entre ellas, compitiendo por cada ventaja posible, ya fuera en política, economía, ciencia, o incluso deporte. Esta competencia estaba regulada sin embargo, en una manera en la cual los conflictos Europeos nunca habían estado. Primero, solamente había dos superpotencias. Cada una veía a la otra con recelo; cada una tenía el poder de aniquilar a la otra. Los Estados Unidos se volvieron el primer y único país en utilizar armas nucleares en guerra, cuando obliteró a Hiroshima y Nagasaki en el verano de 1945. La Unión Soviética explotó su primera arma nuclear en 1949, y en 1959, se volvió el primer país en lanzar un satélite, llamado Sputnik, al espacio. El lanzamiento del Sputnik anunció el arribo de un nuevo mundo, ya que desde ese momento tanto la Unión Soviética como los Estados Unidos fueron capaces de poner armas nucleares en misiles que podían lanzarse a cualquier punto del globo terráqueo. El mundo pronto se engancho en una nueva visión estratégica llamada M.A.D. o Destrucción Mutua Asegurada (Mutual Assured Destruction). También llamado “el balance del terror”, la teoría era que el arsenal nuclear de cada lado vigilaba al otro, con el resultado que ambos lados ahora tenían que ser cautelosos en asuntos de seguridad. Aunque la competencia entre la Unión Soviética y los Estados Unidos era brava, la necesidad de seguridad de ambos lados aseguraba su cooperación mínima en una nueva institución internacional, las Naciones Unidas. Creada en 1945 por el Tratado de San Francisco, la Organización de las Naciones Unidas se suponía que debía solucionar las debilidades que habían sido tan obvias en la Liga de las Naciones. Donde la Liga no tenía ningún poder para hacer cumplir sus decisiones, la Organización de las Naciones Unidas tenía un Consejo de Seguridad que podía utilizar la fuerza para mantener la paz. Las lecciones de Munich habían sido bien aprendidas. El Consejo de Seguridad originalmente tenía 11 miembros, cinco de los cuales eran permanentes. (Desde 1965, el consejo tiene 15 miembros). Los miembros permanentes—los Estados Unidos, la Unión Soviética, China, Francia y Gran Bretaña—cada uno tenía un veto en el consejo. Los otros miembros son elegidos para el consejo por un periodo de dos años. Con dos superpotencias dentro del Consejo de Seguridad, estaba virtualmente asegurado que ninguna amenaza fundamental a acuerdos de post-guerra surgiera. Así, el balance entre los Estados Unidos y la Unión Soviética era esencial para mantener a los poderes revisionistas en línea. La situación de la post-guerra nos deja con una paradoja fundamental: ambos lados competían arduamente consigo mismos, mientras que también necesitaban el uno del otro para mantener las reglas del juego. Podemos entender las reglas generales al considerar a Polonia y Alemania. Para los Soviéticos el destino de Polonia no era negociable. Los Soviéticos no nada más habían librado al país, pero también era este una ruta histórica de invasión hacia el corazón Ruso. Tanto Napoleón como Hitler habían atravesado Polonia para golpear profundamente a Rusia, con el ataque más reciente dejando 20 millones de muertos. Por su parte, los Estados Unidos también tenían un interés histórico en Polonia. Woodrow Wilson había insistido en una Polonia independiente después de la Primera Guerra Mundial, y el país estaba conformado tanto de territorios Polacos como Alemanes. Los Estados Unidos también tenía muchos inmigrantes Polacos, que estaban profundamente preocupados del destino de su tierra natal. Más aún, al nivel de la política pública, una Polonia democrática era menos susceptible de seguir órdenes Soviéticas. Así, tanto la situación histórica general como las realidades estratégicas garantizaban que ambos lados entraran en conflicto.
En ningún otro país fue el conflicto de las superpotencias escrito más indeleblemente que en Alemania. Alemania había invadido la Unión Soviética y el gobierno Comunista estaba determinado en prevenir otro ataque del mismo tipo. Una ocupación Soviética de largo plazo era por eso, inevitable. Estados Unidos, por su parte, estaba harto de entrar a Europa para terminar las guerras de Europa y quería asegurarse de que Alemania se volviera un estado estable, próspero, democrático y pacífico. (Se creía, claro esta, que estas cosas venían juntas). También era conveniente desde el punto de vista Americano que una Alemania democrática era menos probable de seguir órdenes Soviéticas. Sobre todo, tanto las preocupaciones ideológicas como de seguridad garantizaban una partición general de Europa y específicamente de Alemania. Sin embargo irónicamente, la partición exacerbada esta tensión básica. Las dos superpotencias se veían con suspicacia desde sus respectivas posiciones en la frontera, cada una esperando un ataque sorpresa de la otra. El hecho que los dos lados tenían armas nucleares después de 1950 tan sólo intensificó esta suspicacia mutua.
Tomando este contexto en cuenta podemos empezar a considerar la naturaleza y la historia de la Guerra Fría. El problema básico de la Guerra Fría fue su status como un juego de suma cero. La Unión Soviética y los Estados Unidos tenían pocos intereses en común, fuera de derrocar a la Alemania Nazi. Después del Día V-E, dos países con sistemas económicos radicalmente diferentes, sistemas políticos, y preocupaciones de seguridad, ahora se confrontaban. Europa estaba dividida a la mitad, con la Unión Soviética construyendo una serie de estados cliente en el este. Aún así, aunque hubo muchas crisis después de 1945 entre las dos potencias, ninguna de ellas degeneró en guerra, ya que se trató de utilizar armas que no dieran signo de hostilidad abierta. Por ejemplo, en 1947 el deseo de los Soviéticos de absoluta seguridad los llevó a apoyar las insurgencias en Grecia y Turquía, y los Estados Unidos comenzaron a enviar dinero a ambos gobiernos. En 1948 hubo un golpe de estado patrocinado por los Soviéticos en Checoslovaquia, que puso a este país firmemente detrás de la cortina de hierro. También en 1948, la Unión Soviética bloqueó el acceso a Berlín del Occidental. Estas tácticas de mano pesada desesperaban a Europa Occidental, lo que dio pie al desarrollo de alianzas de mutua defensa como la NATO y el Pacto de Varsovia.
Así que, ¿quién tiene la culpa de esta situación? Ha estado de moda por algún tiempo entre los académicos de Europa y de Estados Unidos echarle la culpa al otro con confianza. Los académicos de izquierda claman que los Estados Unidos tenía la culpa. Los académicos de derecha les echan la culpa a los Soviéticos. Los argumentos entre los dos lados pueden ser muy divertidos. Sin embargo como fue el caso con nuestra discusión de la Primera Guerra Mundial, la culpa no tiene ninguna utilidad, ya que oscurece el rol fundamental del interés nacional en el comportamiento de todos los estados. Amigos y enemigos son determinados por la situación estratégica. Había, por ejemplo, fuertes tensiones entre todos los aliados durante y después de la guerra. Gran Bretaña y Francia tenían ambos intereses diferentes a los de Estados Unidos y la Unión Soviética, lo que creó problemas hasta el final de la Guerra Fría. La situación era, claro esta, peor entre la Unión Soviética y los Estados Unidos, quienes casi no tenían intereses comunes antes de la guerra; solo fue la Alemania Nazi lo que los unió, y después de la derroca de Alemania, no había ninguna visión común que uniera a los dos lados.
Habiendo establecido el contexto general, ahora consideraré el problema de la Guerra Fría entre dos conflictos, la Guerra Fría en Alemania y la guerra “caliente” en Corea, ya que estos dos eventos arrojan luz no tan sólo en la situación básica que ya he descrito, pero también apuntan a las tensiones que afectaron la política mundial desde los sesentas hasta la disolución de la Unión Soviética en 1991.
Alemania era un problema incluso después de derrocada, por la destrucción y dislocación tan tremenda de la guerra. Inicialmente, los problemas eran principalmente prácticos. ¿Cómo era posible manejar un área tan profundamente devastada? Las ciudades grandes de Alemania estaban casi completamente destruidas. En el caso de Dresden, por ejemplo, que había sido una de las ciudades más bellas de Europa antes de la guerra, el 95% de sus edificios estaban casi o completamente destruidos. Siete millones de Alemanes también murieron en la guerra, con el todo el 25% de la generación que había nacido en 1924 asesinada. Sin hombres jóvenes ¿cómo se podía reconstruir al país? Había también un problema masivo de refugiados, ya que 10 millones de Alemanes fueron enviados de Alemania a Checoslovaquia, Polonia, Rumania, y Rusia. Y luego también había millones de refugiados no-Alemanes, muchos de ellos Judíos, quienes los Aliados habían puesto en campos en Alemania para que su caso fuera procesado. Los refugiados judíos muchas veces querían ir a los Estados Unidos, aunque los Americanos no los querían recibir. Y mandarlos a Israel era un problema que era mejor posponer, ya que otras cuestiones que tenían que ser resueltas antes. ¿Dónde vivirían estas gentes? ¿De qué comerían? (En una de las muchas ironías de la historia, muchos de los refugiados Judíos se establecieron en Alemania, porque inicialmente no les fue permitido dejar el país). En pocas palabras, Alemania se había vuelto el problema de los aliados victoriosos.
El problema de derrocar a Alemania se convirtió en el problema de ocuparla. Tropas Soviéticas, Americanas, Británicas, y Francesas dividieron lo que quedaba de Alemania en cuatro zonas de ocupación. La división había sido planeada durante una serie de conferencias que los Aliados sostuvieron durante la guerra, y las varias negociaciones apuntan directamente a la Guerra Fría. En Enero 14 de 1943 Franklin Delano Roosevelt y Winston Churcill se reunieron en Casablanca y anunciaron la política Aliada de capitulación (rendición) incondicional. Esta guerra no iba a terminar como la pasada. En Octubre de 1943, los ministros de relaciones exteriores de varios Aliados se reunieron para discutir el destino de Austria, el cual decidieron que permanecería como estado independiente. También anunciaron que una Comisión Consejera sería establecida para coordinar las políticas de la post-guerra y para enjuiciar a los criminales de guerra. En Noviembre y Diciembre de 1943 Roosevelt, Churchill, y Josef Stalin se reunieron en Teherán, donde acordaron el futuro de las fronteras de Polonia, con la llamada Línea Curzon marcando la frontera entre Polonia y la Unión Soviética, y la Línea Oder-Neisse la nueva frontera entre Alemania y Polonia. (Polonia, como resultado, se movió 200 millas al oeste.) En Enero de 1944, la Comisión Consejera decidió en tres zonas de ocupación de la post-guerra.
En Febrero de 1945, otra conferencia fue establecida en Yalta que esencialmente finalizó el escenario de la post-guerra. Stalin, Churchill y Roosevelt acordaron que Polonia quedaría bajo dominación Soviética. Algunas personas, después, argumentaron que Roosevelt y Churchill traicionó a Polonia. Este cargo es injusto, ya que no era posible otro resultado. Los Soviéticos tenían tropas en Polonia, y este hecho no iba a cambiar. También fue acordado en la conferencia que Alemania sería partida, aunque un consejo Aliado fue establecido para manejar la ocupación. Los Aliados pidieron que una zona Francesa fuera añadida, pero los Soviéticos rechazaron la petición, ya que no creían que los Franceses se la merecían. Sin embargo la zona de ocupación Francesa fue hecha de las zonas Británicas y Americanas existentes. Fue acordado que Berlín sería administrado conjuntamente por los Aliados. Además, también fue acordado que a todas las poblaciones liberadas les sería permitido escoger sus propios gobiernos. Esto fue claro, un chiste, ya que la Unión Soviética no iba a permitir elecciones en cualquier país que considerara esencial para su seguridad.
La Conferencia de Yalta estableció el escenario para la última conferencia de la post-guerra, aunque para ese entonces los principales jugadores políticos habían cambiado. En Abril 12 de 1945, el Presidente Roosevelt murió y fue sucedido por su Vicepresidente Harry S. Truman. (La “S” no significaba nada. A Truman nunca le dieron un segundo nombre, y añadió la inicial, porque pensó que hacía sonar mejor su nombre). En Julio de 1945, Clement Attlee se volvió el Primer Ministro de Inglaterra, después de que los Ingleses hicieron de su partido Laborista el de mayoría en el parlamento. Así, cuando las tres potencias más importantes se reunieron en Potsdam en Julio 17 hasta Agosto 2 de 1945, tan solo Stalin era de los negociadores originales. Sin embargo ahora, los problemas de la post-guerra en la divergencia de intereses se avecinaban. El acuerdo de Potsdam representaba nada más que el más mínimo consenso que se podía lograr bajo estas circunstancias. Fue acordado que Alemania sería considerada una unidad económica, y que la Comisión del Control Aliado supervisaría los gobiernos futuros Alemanes. Estos puntos no tenían ningún sentido, claro esta, ya que su aplicación dependía de quiénes fueran las tropas que estaban en control. La única política en la que todos estaban de acuerdo fue el trazo final de la línea Oder-Neisse y la remoción permanente de los Alemanes en Europa del Este. Aún así, estas cosas hubieran pasado de todos modos, ya que los Soviéticos controlaban el Este y no tenían ningún deseo de impulsar la insurgencia. (Los Soviéticos también tenían viejas comunidades Alemanes que vivían en el Volga. Estos Alemanes “Volga” habían llegado a Rusia en el siglo XVIII bajo la invitación de Catalina II. Ya no tenían una conexión fuerte a la cultura Alemana, y de hecho, ya no hablaban Alemán, pero los Soviéticos los mandaron a Siberia de todos modos).
Los Estados Unidos y la Unión Soviética tenían pocos intereses mutuos, y por esto el acuerdo de la post-guerra fue tan mínimo. Para entender las diferencias entre las dos potencias, debemos ver atrás al verano de 1945, cuando las realidades de la Guerra Fría primero aparecieron. En Agosto 6 y 9, los Estados Unidos utilizó armas nucleares en las ciudades Japonesas de Hiroshima y Nagasaki. Las bombas atómicas utilizadas en estos ataques fueron el resultado directo del Proyecto Manhattan, un programa de investigación súper secreto llevado a cabo por el físico Americano J. Robert Oppenheimer. (Irónicamente quizás, el padre de Oppenheimer era un inmigrante Alemán, y de hecho Robert había recibido su doctorado en física en la Universidad de Göttingen). El Proyecto Manhattan comenzó oficialmente en 1942, pero sus orígenes databan de 1939, cuando el físico Alemán Judío emigrado Alberto Einstein le advirtió al Presidente Roosevelt que la física Alemana estaba lo suficientemente avanzada para construir un arma nuclear. Stalin se enteró del programa en 1943, gracias a su red de espías en Estados Unidos. En respuesta, él también invirtió considerables recursos en un programa de investigación atómica, y cuando los Soviéticos explotaron su primera bomba atómica en 1949, el peligro de que un lado pudiera aniquilar al otro se volvió el problema central de la competencia entre las dos superpotencias.
Las bases intelectuales de la Guerra Fría fueron construidas entre 1946 y 1947. Durante este tiempo, ambos lados lograron extender su control político a través de cuanto les fue posible de Europa. Esta competencia por influencia convenció a ambos lados que el otro era el enemigo, y en 1946, tanto Truman como Stalin dieron discursos fuertes que establecieron la incompatibilidad mutua de sus respectivos sistemas. El siguiente año, la Unión Soviética estableció una serie de estados satélite militarizados, cuya existencia preocupó a los Estados Unidos y a otras potencias Occidentales. Las reacciones en occidente fueron severas. En Marzo de 1946, por ejemplo, el ex Primer Ministro Winston Churchill dio su famoso Discurso de la “Cortina de Hierro” en los Estados Unidos, en el cual argumentaba que la Unión Soviética había establecido su hegemonía sobre Europa del Este dejando caer una “Cortina de Hierro” que se extendía desde Stettin a Trieste. En los Estados Unidos la reacción clave fue el llamado “Telegrama Largo”, un reporte de 8’000 palabras escrito por George Kennan, un diplomático Americano que trabajaba en Moscú. Kennan argumentaba en esta nota que los Soviéticos tan solo entendían la fuerza y que la única manera de combatirlos era con una fuerza igual a su punto de expansión. Las ideas de Kennan dieron lugar a la política de “contención”, que fue fundamental para la política exterior Americana hasta 1991. La idea era que los Estados Unidos utilizarían dinero y tropas hasta cualquier punto que los Soviéticos se expandieran. Los Estados Unidos no atacarían la Unión Soviética pero combatiría el esparcimiento de su influencia punto por punto.
La primera política que claramente emergió de la Contención fue la llamada Doctrina Truman, que hacía el llamado a los Estados Unidos para que apoyara cualquier gobierno que fuera amenazado por el Comunismo. En Marzo 12 de 1947, el Presidente Truman ofreció a los gobiernos de Grecia y Turquía más de $400 millones en ayuda para prevenir que el Comunismo se extendiera hasta allí. Grecia había estado luchando desde 1944 en contra de una insurgencia Comunista que sacaba sus recursos de Yugoslavia, mientras que el gobierno Turco había estado bajo presión de actividad Soviética en el Mediterráneo. La ayuda masiva evito que ambos gobiernos cayeran, y así el dinero sería el arma más significativa de los Estados Unidos. La siguiente gran política que emergió de la Contención fue el Plan Marshall. En Junio 5 de 1947, el Secretario de Estado George C. Marshall dio un discurso en la Universidad de Harvard que describía un plan masivo de ayuda exterior para Europa. Todas las naciones de Europa, incluida la Unión Soviética y sus estados satélites, estaban invitadas a solicitar fondos. Al final, los Estados Unidos sacaron $13 billones de dólares durante los siguientes cuatro años para el esfuerzo de reconstrucción Europa, y el resultado fue una recuperación económica poderosa en occidente, ya que en 1951 el output industrial en Europa había llegado a sus niveles de la preguerra. Las cosas eran diferentes en el este, donde la Unión Soviética se rehusó a solicitar los fondos y prohibió a sus estados satélites de hacerlo también. Veía tanto el Plan Marshall como la Doctrina Truman como planes capitalistas para interferir en su zona de autoridad. Los Soviéticos respondieron en Enero de 1949 fundando un programa de desarrollo económico llamado Comecon, al cual tenían que pertenecer todos sus satélites.
Las actitudes Americanas hacia los Soviéticos eran no menos paranoicas, lo que aceleró la división entre los dos. El golpe Comunista en Checoslovaquia en 1948 y la declaración hecha por Mao Zedong de un estado Comunista Chino en Octubre 1 de 1949, transformó la preocupación de los Estados Unidos en paranoia, y esto tuvo efectos en Europa, ya que aceleró la política Americana de crear un estado Alemán separado. Ya en Enero 1 de 1948, las Naciones Unidas y los Estados Unidos unieron sus dos zonas de ocupación en una unidad económica, dándole a la nueva entidad el nombre pegajoso de Bizonia. En marzo los Franceses unieron su zona a Bizonia, y los Alemanes recibieron el control de la administración diaria. Para Junio de 1948, los Aliados estaban comenzando a hablar de una Alemania Occidental independiente, y este estado fue esencialmente creado en Junio 18 de 1948 con la expedición de la nueva moneda, el Marco Alemán. La economía moribunda Alemana de la post-guerra volvió a la vida casi inmediatamente, un momento que marcó el comienzo de una recuperación económica de casi dos décadas. Sin embargo la creación del Marco Alemán fue una clara violación al acuerdo hecho durante la guerra de tratar Alemania como una unidad económica. La Unión Soviética respondió tratando de echar a los Aliados fuera de Berlín y en Junio 24 anunció que la administración de los cuatro poderes había terminado. Un bloqueo de Berlín del Oeste era el siguiente paso lógico. Además, los Soviéticos se salieron de la Comisión de Berlín y no regresaron sino hasta después de que el Muro de Berlín cayó en 1989.
Los poderes occidentales se rehusaron a salir de Berlín, y una situación incómoda de no-guerra siguió. Los Estados Unidos no podían salir de Berlín con la ayuda del ejército, ya que los Soviéticos tenían diecisiete divisiones en Europa del Este y Estados Unidos cuatro. (Durante el bloqueo los Soviéticos aumentarían la fuerza de sus tropas a cuarenta divisiones. Los Estados Unidos incrementaron su compromiso a ocho, y añadieron tres escuadrones bomberos). Se ideó mandarle provisiones a la ciudad a través de aviones. En Julio 1 de 1948, los Estados Unidos y la Gran Bretaña se comprometieron a alimentar a la ciudad a través del aire. Berlín necesitaba alrededor de 4’500 toneladas de comida al día para sobrevivir. Ese Julio los Aliados enviaron un promedio de 2’226 toneladas de comida por día. En Agosto el promedio incrementó a 3’830 toneladas. La competencia era una prueba de voluntades, y los Estados Unidos ganaron mostrando su resolución y valor Americano tradicional. Para impresionar a los Soviéticos y mostrarles qué tan serios eran, los Americanos planearon y ejecutaron un “Desfile de Pascua” especial en Abril de 1949. Desde el sábado a medio día hasta el Domingo de Pascua hasta el medio día los aviones Americanos volaron 13’000 toneladas de provisiones a Berlín y se aseguraron que los Soviéticos se enteraran de ello. Este show de voluntad occidental y un embargo de los Aliados en productos de Europa del Este hicieron que el bloqueo terminara en Mayo 12 de 1949. La división de Alemania de la post-guerra quedaría así por los siguientes cuarenta años. Las tensiones de la post-guerra, mutuas provocaciones, y una paranoia creciente extendió la división entre Estados Unidos y la Unión Soviética a través del resto de Europa. El resultado fue la creación de dos nuevas alianzas defensivas, cada una liderada por una superpotencia. En Abril 4 de 1949, los Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Italia, Dinamarca, Noruega, Portugal, Islandia, los Países Bajos, Luxemburgo, Bélgica, y Francia fundaron la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que sostenía que “un ataque armado hacía uno sería visto como un ataque armado hacia todos”. Alemania del Oeste, Grecia, y Turquía se unieron a la alianza más tarde. Los estados del este respondieron en Mayo 1 de 1955, con el Pacto de Varsovia, que organizaba una defensa común en contra del Oeste. El tratado incluía la República Popular de Albania, la República Popular de Bulgaria, la República Popular de Hungría, la República Popular de Alemania, la República Popular de Polonia, la República Popular de Rumania, las Repúblicas Socialistas de la Unión Soviética, y la República Checoslovaca. Estas dos alianzas se enfrentaron en Europa hasta que el Pacto de Varsovia fue disuelto en 1991. La OTAN continúa existiendo, aunque su papel en el mundo no está del todo claro.
La división de Europa en alianzas mutuamente hostiles era paralela a la división de Alemania. Una no puede ser entendida sin la otra. En Alemania, los años de 1945 a 1949 vieron una reconstrucción lenta del sistema de partidos políticos que alguna vez había sido destruido por la era Nazi. En 1946, la Unión Cristiana Democrática (CDU) fue fundada. El Partido Democrático Libre (FDP) apareció en 1948. Mientras tanto, el Partido Social Democrático de Alemania (SPD), y el Partido Comunista de Alemania (KPD) regresaron del exilio. En Mayo 23 de 1949, los partidos Alemanes Occidentales se reunieron en una conferencia para promulgar la Ley Orgánica Alemana (Grundgesetz), y en Septiembre 15 de 1949, Konrad Adenauer del Partido Comunista de Alemania fue elegido como el primer canciller de la post guerra. Este nuevo estado rápidamente ganó la legitimidad internacional al estar atado al occidente. En 1950, se volvió una parte de la Comunidad del Acero y del Hierro Europea, el ancestro de la Unión Europea de hoy. En 1952, se unió a la Comunidad de Defensa Comunitaria, que era el antecedente del NATO. En 1954, Alemania del este se declaró un estado soberano llamado la República Federal de Alemania.
Acompañando estos cambios políticos ocurrió un gran reavive económico. En 1955, el Producto Interno Bruto de la República Federal de Alemania excedía el de toda Alemania en 1936. Los salarios reales promedio ya habían alcanzado sus niveles de preguerra en 1950. Ese año, la tasa de crecimiento industrial de Alemania fue de 25%. En 1951, seguía siendo de un impresionante 18%. Para 1960, la producción total industrial era 25 veces más de lo que había sido en 1950. Para 1962, el comercio exterior total de Alemania era de $25.4 billones, que figuraba como el segundo en el mundo. Este tremendo incremento en la producción se debía a unas cuantas razones. Primero, el Plan Marshall le dio a Alemania $4 billones, que fueron utilizados para reconstruir su devastada infraestructura. Segundo, la Guerra de Corea (1950-53) incrementó la demanda de productos Alemanes. Tercero, la guerra no había destruido completamente la planta industrial de Alemania, ya que mucha de ella había sido movida al subterráneo. Finalmente, los diez millones de refugiados fueron inmediatamente absorbidos a una economía que desesperadamente necesitaba trabajadores, lo que ayudaba a mantener los costos del trabajo bajos. Cuando Konrad Adenauer resignó en 1963, Alemania era un país estable, próspero y democrático.
La historia de Alemania del Este fue muy diferente. Los partidos políticos libres no eran bienvenidos allí. En Abril 21 de 1946, el KPD y el SPD se vieron obligados a unirse al Partido Unido Socialista de Alemania (SED), un partido que existía tan sólo para seguir órdenes Soviéticas. A otros partidos se les permitió existir, pero sufrieron constantes hostigamientos. En Octubre 7 de 1949, la República Democrática de Alemania (GDR) fue fundada en respuesta directa al nacimiento de un estado Alemán en el Oeste. Otra dictadura había aparecido en tierra Alemana. Sin embargo y a pesar de todas sus limitaciones políticas, la nueva GDR era la joya del Bloque Soviético. Alemania del Este tenía una fuerte tradición industrial, y su óptica y armamento era siempre el mejor del este. Aún así, la economía de Alemania del este tenía severas discapacidades. Primero, los Soviéticos se pasaron los primeros años después de la guerra removiendo todo el equipo industrial que no había sido dañado. Distinta de su estado hermano, Alemania del Este realmente tuvo que empezar desde cero. Segundo, a la GDR no le fue permitido aceptar fondos del Plan Marshall, lo que alentó la recuperación futura. Finalmente, la economía de Alemania del Este permaneció centralizada y planeada por el estado. Como resultado, en 1960, la economía de Alemania del Este estaba rezagada en comparación con la FRG, tanto en riqueza como en productividad en general. Para 1989, la economía de Alemania del Este ya no pertenecía al primer mundo.
Este cuadro que acabo de pintar de la historia Alemana es uno de estabilidad general dentro de un conflicto de superpotencias. Aunque ambos lados sospechaban el uno del otro, tenían más que ganar evitando la guerra que empezando una. Esta nueva situación ayudó a Alemania evitar otra guerra, pero también cambió las áreas de competencia entre la Unión Soviética y los Estados Unidos, especialmente a Asia. En 1950 por ejemplo, el conflicto que todo mundo temía que empezara en Europa estalló en el otro lado del mundo en Corea, cuando Corea del Norte lanzó un ataque no provocado en Corea del Sur. Corea había sido víctima de una invasión y ocupación brutal Japonesa durante la Segunda Guerra Mundial. Durante la guerra, los Aliados acordaron que Corea sería liberada, y que elecciones en toda la península serían sostenidas. Esto nunca pasó, ya que los Soviéticos ocuparon el Norte y establecieron un estado títere no-democrático. En Agosto 10 de 1945, los Estados Unidos unilateralmente decidieron hacer del sur un estado independiente con su capital en Seúl. Este acontecimiento irritó a los Soviéticos, a los Chinos—que recientemente se habían vuelto Comunistas—y el gobierno Comunista en el Norte. En Junio 25 de 1959, el Norte Comunista sorprendió al mundo al invadir el sur capitalista, calculando que nadie en el mundo haría nada en respuesta a su ataque. Sin embargo al hacerlo, los Coreanos del Norte sorprendieron sus patrocinadores Soviéticos y Chinos, y esto creó una apertura para el oeste. (Hay evidencia de que Josef Stalin sabía del plan de invasión y de que lo aprobó, pero no sabía que sería lanzado tan pronto.)
En Junio 27 de 1950, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas hizo un llamado para parar el fuego y pidió que sus estados miembros asistieran al sur beligerante. Aquí fue donde el secreto del Norte costó muy caro, ya que los Soviéticos estaban a punto de boicotear las reuniones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para protestar en contra de la exclusión de China continental de las Naciones Unidas. Taiwán había estado ocupando el asiento de China, desde la revolución. Así, cuando el Consejo de Seguridad llamó a votación, los Soviéticos no estaban allí para vetar la decisión. Este error nunca sería repetido. De todos modos, ese mismo día, el Presidente Truman ordenó que las fuerzas de los Estados Unidos fueran a Corea. Junto con unas cuantas fuerzas de los aliados, las fuerzas de los Estados Unidos hicieron que el ejército del Norte se retrajera no sólo hasta el paralelo 38, sino también a la frontera de Corea del Norte con China. Sin embargo, mientras que las fuerzas Americanas avanzaban al Río Yalu, la frontera entre Corea del Norte y China, China se vio obligada a responder. En Octubre 26 de 1950, las fuerzas Chinas cruzaron la cuenca del Río Yalu, y con ayuda militar de los Soviéticos, empujaron a los americanos de nuevo al paralelo 38.
Después de tres años de lucha y tres millones de muertes—incluyendo 140’000 Americanos—la guerra terminó con el estatus quo de la preguerra siendo estrictamente vigilado. Aún así, aunque nada fundamental había cambiado en Corea, la guerra tuvo efectos mundiales. Ya que tanto la Unión Soviética como la China Comunista estaban asociadas con esta guerra, el Comunismo fue comenzado a verse por muchos estados como una amenaza mundial. Sus efectos fueron dramáticos. Primero, la Guerra de Corea y la Crisis de Berlín convenció a muchos Europeos que la única manera de que la OTAN podía enfrentarse a la Unión Soviética era si Alemania se rearmaba. Dado el comportamiento reciente de Alemania, este comportamiento representaba un cambio conceptual drástico. Sin embargo para 1955, Alemania ya tenía su primer ejército de la post guerra y era miembro de la OTAN. Segundo, el miedo de la agresión Comunista hizo que muchos estados buscaran acuerdos de seguridad colectiva con los Estados Unidos que estaban modelados en el acuerdo de la OTAN. En Septiembre 1 de 1951, los Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda firmaron el pacto ANZUS, que comprometía a cada uno en la defensa de los otros. El pacto se sostuvo hasta 1986, cuando la oposición a armas nucleares en Nueva Zelanda obligó a los Estados Unidos a suspender sus responsabilidades del tratado hacia este estado. En Septiembre 8 de 1954, la SEATO (Tratado de Defensa Colectiva del Sudeste Asiático) fue formada. Este tratado comprometía a los Estados Unidos a acuerdos de seguridad colectiva con Bretaña, Francia, Australia, Nueva Zelanda, Pakistán, la República de las Filipinas, y Tailandia. Pakistán se retiró de la organización en 1968. Francia dejó de dar apoyo financiero en 1975, y la organización terminó operaciones formalmente en 1977. En Febrero 4 de 1955, se formo lo que sería conocido como CENTO (Organización del Tratado Central). Su historia es complicada. Originalmente estaba compuesta de Gran Bretaña, Turquía, Irán, Pakistán, e Irak. En 1956, los Estados Unidos se volvieron un miembro asociado. En 1958 Irán se retiró del grupo después de sufrir un golpe, y las oficinas centrales del grupo fueron trasladadas a Ankara. Se volvió inactiva después de que Turquía, Pakistán, e Irán se retiraron de la organización en 1979.
Al final de los 1950s, la Guerra Fría estaba en su apogeo. Dos superpotencias con armas nucleares competían por influencia, adquiriendo aliados como mejor podían para prevenir al otro lado de llegarles. Mucho del mundo se comprometió en alianzas de tratado que hicieron el mundo de la post guerra más rígido y tenso que nunca, y el mundo se encontró a si mismo en una situación que recordaba los acuerdos anteriores a la Primera Guerra Mundial en Europa. Todo lo que se hubiera necesitado para encender otra Gran Guerra hubiera sido un acto fútil de estupidez en alguna parte olvidada del mundo. Como veremos en la conferencia acerca del fin de la Guerra Fría, hubo muchos actos fútiles de estupidez, pero ninguno de ellos llevó a la guerra. Que esto nunca ocurrió probablemente se debió al “balance del terror” que los arsenales nucleares de las superpotencias creaban. Ningún lado tenía ningún incentivo para tratar de hacer cambios fuertes en el orden de seguridad mundial, ya que el otro día siempre podía hacer volar al mundo en respuesta. Esta situación constriñó a ambos poderes, pero también garantizó que su gran juego de poder fuera jugado en lugares menos desarrollados del mundo. Los resultados no llevaron a una conflagración general, pero con frecuencia había desastres sangrientos en los cuales la gente estaba de hecho involucrada.
lunes, 28 de abril de 2008
Sesión 25: El Surgimiento de Japón y la Guerra en el Pacífico, 1850-1945
Para entender Japón y la Guerra en el Pacífico, tenemos que acercarnos a la historia de la región en gran parte de la misma manera que hemos considerado la historia Europea, es decir como sucesivas apuestas por la hegemonía. Hasta mediados del siglo XIX, China había ocupado una posición preeminente en Asia, muchas veces controlando gran parte de Asia y manteniendo a otras potencias como tributarios. Sin embargo cuando los Europeos arribaron a la fuerza, durante el siglo XIX, el periodo de liderazgo sin disputa de China había llegado a su fin, y cada sociedad Asiática tuvo que entenderse en los términos de la nueva estructura de poder. Los Europeos tenían mejores barcos, mejores armas, y economías industriales poderosas, y utilizaron estas ventajas para pelear concesiones económicas y políticas en toda la región. Entre las naciones Asiáticas, solamente Japón se levantó para retar a las potencias Europeas en sus propios términos.
Nada en la historia de Japón sugería que sería mejor soportar la agresión Europea más que la de cualquier otro país. En 1638, el tercer Shogun Tokugawa Ieyitsu (1604-1651) cerró Japón a los extranjeros, con la excepción de Nagasaki, cuyo comercio con extranjeros era estrictamente controlado. Esta política duró hast 1854, cuando el poder naval Americano orilló a los Japoneses a abrir sus puertos al comercio. En 1853, los Estados Unidos envió a Commodore Matthew C. Perry para abrir pláticas de negociación para el comercio en Japón, lo que hizo amenazando volar el puerto Japonés de Uraga. En 1854, regresó con una fuerza naval más grande y negoció un acuerdo para mejorar el trato de los marinos naufragados, los derechos de los barcos de Estados Unidos para comprar provisiones, y abrió la puerta para privilegios comerciales futuros. En 1858, los Japoneses fueron forzados a firmar un acuerdo comercial y de fronteras con los Estados Unidos que más tarde también incluiría a Gran Bretaña, Francia, Holanda, y Rusia. Las repetidas retiradas de los Shogunes ante la fuerza de las armas de occidente hacían ver al Shogunato débil y perdió a la institución.
En 1867, un grupo de reformistas sostuvieron un golpe en nombre del emperador y derrocaron al último Shogun. En el mismo año el Emperador Komei murió y fue sucedido por su hijo Meiji Tenno (1867-1912). El Emperador Meiji fue la fuerza conductora detrás de la rápida modernización de Japón. Durante su reinado se abolió el feudalismo en Japón, se fundó una oficina postal, desarrollaron periódicos, se construyo un sistema de escuelas, y se reformó al ejército. Además, Japón se industrializó muy rápido. El gobierno fundó nuevos complejos industriales y luego vendió las fábricas terminadas al sector privado, muchas veces perdiendo ganancias. Así, para el comienzo de la Primera Guerra Mundial los bienes manufacturados en Japón competían bien en el mercado mundial. En 1897, Japón puso su moneda en el standard de oro, lo que era un pase para obtener respeto económico. En 1899, los Japoneses negociaron un tratado con los poderes Europeos para eliminar cualquier derecho especial que tuvieran en tierra Japonesa. Para el final del siglo, Japón se había unido completamente al club industrializado.
Al unirse al club de las naciones poderosas sin embargo, Japón también comenzó a actuar como una de ellas. En 1895, Japón se anexó la isla de Formosa, justo debajo de las narices debilitadas de China. En 1902, los Británicos pensaban que los Japoneses valían lo suficiente para hacer una alianza; esto en realidad era un reconocimiento de los Británicos hacia los Japoneses porque éstos se habían vuelto lo suficientemente poderosos para amenazar sus intereses. El poder d Japón se volvió muy claro en 1904, cuando los Japoneses lanzaron un ataque sorpresa en contra de la flota Rusa estacionada en Puerto Arturo, China. La subsiguiente Guerra Ruso-Japonesa fue muy mal para los rusos, y solamente la intervención americana restringió a los Japoneses y salvó a los Rusos de la vergüenza total. Sin embargo los Japoneses no estaban satisfechos y en 1810, tomaron Korea por su valor estratégico.
Así, para 1910 Japón se había vuelto claramente una potencia agresiva e industrializada. Luego dos cosas importantes ocurrieron. Primero, en 1911, el último emperador Chino fue depuesto por una revolución y China descendió al caos político completo. Segundo, en 1914, la guerra estalló en Europa. Estos dos eventos tuvieron importantes implicaciones estratégicas para Japón, así como también efectos directos en su economía. Estratégicamente, la falta de un gobierno poderoso en China invitaba más agresión Japonesa, mientras que la guerra en Europa hacía parecer que las colonias imperiales de Europa estaban listas para tomarse. En 1915, Japón le presentó a China sus famosas “21 Demandas”, que eran meramente una larga lista de concesiones que hubieran hecho de China un protectorado Japonés. Además, Japón tomó todas las colonias alemanas en China, algo a lo que los Poderes Entente difícilmente se podían poner. La guerra también era buena económicamente para Japón, ya que la necesidad Europea de materiales mantenía a las fábricas Japonesas ocupadas. En general, la guerra fue buena para los intereses Japoneses.
La intervención Americana y Británica limitó un poco a Japón en China, pero de todos modos obtuvieron casi todas de sus “21 Demandas”. Después de la guerra, Europa y América se concentraron más intensamente en Japón. Esto incluyó limitar las ganancias de la guerra de Japón en el tratado de Versalles y hacer de Japón un miembro original en la Liga de las Naciones. Japón pudo quedarse con sus colonias Chinas, por ejemplo, pero solamente como protectorados de la liga, no como territorio conquistado. Los Estados Unidos también trataron de restringir a os Japoneses a través de más diplomacia. En 1921, los Estados Unidos, Gran Bretaña, Japón, y Francia firmaron un Pacto de los Cuatro Poderes (Four-Power Act), en el cual se estipulaba que todos los firmantes serian consultados en cualquier “Cuestión Pacífica”. En 1922, dos tratados más fueron firmados. El primero fue el Tratado Naval Limitante de Cinco Poderes, en el cual los Estados Unidos, Bretaña, y Japón acordaban la formula de 5:5:3 para el tamaño relativo de cada marina. Francia e Italia también estaban incluidas, pero sus marinas no eran estratégicamente importantes. Luego vino el Tratado de los Nueve Poderes, firmado por las cinco potencias y los Países Bajos, Portugal, Bélgica y China, que garantizaba la soberanía de China y le daba a los nueve signatarios acceso equitativo a los mercados Chinos. Japón estaba encajonado diplomáticamente, por el momento, pero nunca estuvo completamente contento con el resultado y rápidamente se volvió un poder revisionista como Alemania e Italia.
Japón no era una potencia satisfecha, y la agresión subsiguiente fue el resultado natural de esta situación. Durante los 1920s, Japón se concentró principalmente en las reformas internas, y la economía Japonesa creció junto con la economía del resto del mundo. Sin embargo este periodo de expansión terminó en 1929 con la Caída de la Bolsa de Valores de Estados Unidos y la subsiguiente Depresión. Al progresar la Depresión, 50% de las fabricas Japonesas cerraron y las exportaciones nacionales decrecieron por dos tercios, dejando a Japón totalmente dependiente de sus mercados Asiáticos. El siguiente paso era predecible. En 1931 Japón invadió Manchuria y colocó un estado títere llamado Manchukuo. La invasión era supuestamente una respuesta al bombardeo de un ferrocarril cuyos dueños eran Japoneses, aunque después resultó que los Japoneses habían ocasionado el bombardeo ellos mismos. La Liga de las Naciones fue, como siempre, inútil. En Febrero de 1933, publicó un reporte que llamaba injustificada la invasión Japonesa, pero también proponía una colonia que hubiera hecho de Manchukuo un estado autónomo, teóricamente bajo soberanía China, pero en realidad bajo control Japonés. Ofendido, aún a pesar de esto, Japón dejó la Liga en Marzo. Su comportamiento se volvió un modelo para Italia y Alermania. En 1937, Japón se involucró en más agresión, invadiendo China después de una pelea (skirmish?) por fronteras y acabó ocupando la mayoría de la costa China. El gobierno nacionalista China fue forzado a retraerse a la (inland) a un lugar más seguro del país. Para 1938, las fuerzas Japonesas controlaban Cantón y mucho de la China central.
Dado el humor expansionista de China, la guerra en Europa proveía una excelente oportunidad para crear más maldades. Con la derrota de Francia y los Países Bajos, y los esfuerzos estruendosos en contra de Alemania, mucho de Asia sufrió de un vacío de poder. La situación era muy tentadora para los Japoneses, ya que si tomaban la Indochina Francesa, la Malasia Británica, y las Indias del Este Holandesas, podían ser autosuficientes en casi todas las materias primas importantes, especialmente con el petróleo. El único problema diplomático era idear como tomar toda Asia manteniendo a Estados Unidos neutral. En Septiembre de 1940, Alemania, Italia, y Japón firmaron un pacto de ayuda mutua que estipulaba que todos vendrían a la ayuda de cualquiera poder que fuera atacado por los Estados Unidos. Incluida en este tratado estaba una cláusula que le daba Europa a Italia y a Alemania, y Asia a Japón. En Abril de 1941, los Japoneses también firmaron un pacto de neutralidad con la Unión Soviética. Los Estados Unidos eran el único defensor de Asia.
En Septiembre de 1940, Japón ocupó Indochina del norte, inspirando protestas en América. La presión se volvió más intensa en Julio de 1941, cuando Japón se movió a Indochina del sur, ocupando bases Francesas en la costa. Esta acción era demasiado para los Estados Unidos, que respondió congelando todos los bienes Japoneses bajo control americano, e imponiendo un embargo en todas las ventas de petróleo. El embargo de petróleo fue una amenaza fuerte para Japón, ya que no tenían ninguna fuente doméstica de petróleo y ninguna de sus colonias producía petróleo. En Septiembre 6 de 1941, el gobierno Japonés decidió que si no se podía llegar a un acuerdo con los Estados Unidos dentro de unas cuantas semanas, entonces la guerra sería la única alternativa. Japón tenía que tener petróleo—sin o con guerra. Las pláticas continuaron hasta Octubre de 1941, aunque sin éxito. Los Estados Unidos hacían demandas imposibles que incluían que Japón renunciara a su tratado con Alemania e Italia, quitar a todas las tropas Japonesas de China y Asia del sudeste, y estar abiertos al libre mercado con China. Dada la situación, las demandas eran irrazonables, ya que Japón no iba a hacer ninguna de estas cosas. En Noviembre 26 de 1941, el Secretario de Estado de Estados Unidos Cordell Hull empeoró las cosas, mandando una carta al gobierno Japonés ordenándoles evacuar China e Indochina. Los Japoneses no le vieron sentido a seguir con las pláticas.
Con la necesidad de eliminar a los Estados Unidos de Asia, Japón lanzó un ataque aéreo sorpresa en la base naval más grande del Pacífico de Estados Unidos en Pearl Harbor, Hawaii, la mañana de Diciembre 7 de 1941. El ataque fue devastador. Cinco de los ocho barcos que formaban la Flota del Pacífico fueron hundidos y los otros tres fueron dañados gravemente. Tres cruceros de batalla y tres destructores también fueron hundidos. 180 aviones fueron destruidos, y 2’300 tropas fueron muertas. Al mismo tiempo, los aviones Japoneses atacaron una base aérea en las Filipinas, destruyendo más del 50% de la flota aérea del Ejército del Pacífico de los Estados Unidos.
A pesar de toda la destrucción el ataque fue un fracaso. Primero, no sacó a la primera potencia industrial del mundo de la guerra, pero profundizó su compromiso de luchar y ganar. En Agosto 8 de 1941, el presidente Franklin Delano Roosevelt le pidió al congreso Americano una declaración de guerra en contra de Japón, que rápidamente obtuvo. En Agosto 11, Adolfo Hitler y Benito Mussolini le hicieron el favor a los Estados Unidos de también declararle la guerra. Ahora los Estados Unidos estaba en ambas guerras, y desde ese momento el resultado de la guerra estaba decidido. Segundo, en una racha de mala suerte para los Japoneses, tres cargadores de aviones del Pacífico de los Estados Unidos estaban en alta mar la mañana del ataque de Pearl Harbor y sobrevivieron. Estos cargadores se volvieron la base del contraataque Americano. Tercero, la mayoría de los barcos que fueron hundidos se repararon y regresaron al servicio. Verán, no es bueno hundir un barco en un puerto, donde se puede levantar fácilmente. Solamente un golpe directo por una metralleta o un tanque de gasolina puede realmente destruir un barco en esta situación. Esto le ocurrió al USS Arizona, que todavía está al fondo de Pearl Harbor.
Uno de los oponentes más firmes de la guerra en Japón era el Almirante Yamamoto Isoroku (1884-1943), el mismo que planeó el ataque de Pearl Harbor. En el momento en el que el gobierno se decidió a favor de la guerra, Yamamoto le dijo a sus superiores que un ataque exitoso le permitiría correr libremente en el Pacífico por seis meses, pero que después de eso Japón enfrentaría la derrota. Yamamoto estaba en lo correcto en sus dos predicciones. Japón hizo lo que quiso durante seis meses. Para Enero de 1942, las fuerzas Japonesas habían tomado casi toda Burma, como también Guam, las Islas Gilbert, y Rabaul en Nueva Guinea. Para Febrero, controlaba la mayor parte de la abundante en petróleo Indonesia, y las Filipinas cayeron en Mayo de 1942. Japón planeaba tomar Nueva Caledonia, las Islas Fiji, Samoa y Midway, pero para este punto los Estados Unidos y Bretaña habían empezado a recobrar su equilibrio.
Inicialmente, las cosas se veían un poco sombrías para los Americanos; la mayor parte de su flota ofensiva estaba bajo el mar o reparándose. Aún así, mientras se reponían del desastre de Pearl Harbor, los Americanos estaban desesperados para aparentar que estaban haciendo algo. Así que las fuerzas Americanas planearon y ejecutaron un ataque atrevido y simbólico en Tokio. En Abril 18 de 1942, 16 bombarderos Americanos despegaron de cargadores de aviones en una misión al mando del Comandante James Doolittle, que pronto se volvería famoso, bombardeando exitosamente la ciudad y después volando a una base aérea en china, donde la mayoría de los aviones aterrizó sin problemas. El ataque no tuvo mucha importancia estratégica; los 16 bombarderos no pudieron hace tanto daño. Sirvió sin embargo, para incrementar significativamente la moral del lado americano.
Mientras que los Americanos estaban reconstruyendo su flota, los Japoneses hicieron unos cuantos errores estratégicos que ayudaron a nivelar el conflicto. Japón quería desesperadamente tomar la isla de Midway, ya que sus bases áreas y navales garantizaban el control estratégico del Pacífico central. La idea era que si Japón tomaba Midway, podía tirar a los Estados Unidos de la guerra. En Junio de 1942, buscando una pelea final, los Japoneses atacaron la isla con la mejor parte de su flota. Los Japoneses no sabían sin embargo, que los Estados Unidos habían roto sus códigos y sabían así, dónde y cómo atacaría la flota Japonesa. La batalla no marchó bien para Japón, y en tres días, cuatro de los pesados cargadores de aviones Japoneses y un pesado crucero de guerra se hundieron al fondo del mar. Este fue el punto de inflexión en la guerra, ya que los Japoneses no tan sólo habían perdido la mayoría de sus mejores cargadores de aviones, sino también sus mejores pilotos. Desde este punto en adelante, la marina Japonesa y Americana eran del mismo tamaño, y Japón no podía esperar producir más que la máquina industrial de los Estados Unidos. Con la derrota de Japón en Midway comenzaron los grandes saltos por las islas en la marcha hacia Japón. Los Japoneses habían esparcido sus tropas a través de muchas islas en el Pacífico, tratando de controlar los más puntos posibles. Los Estados Unidos respondieron con una estrategia de tomar solamente las islas más importantes. Atacaban una locación estratégica que tenía un campo de aterrizaje o puerto importante. La primera verdadera prueba de armas Americanas en el Pacífico llegó en Julio de 1942. En Julio 6, los Japoneses aterrizaron tropas en una de las Islas de Salomón, llamada Guadalcanal, y comenzó a construir una base aérea. Los Americanos respondieron casi inmediatamente, y una batalla de seis meses prosiguió, luchada en tierra y mar. Los Japoneses perdieron más de 24’000 muertos en tierra y los Estados Unidos 1’600. En el mar las pérdidas fueron aproximadamente iguales, con cada lado perdiendo múltiples cruceros de guerra, barcos de guerra, y por lo menos un cargador. Esta batalla fue importante sin embargo, porque paró el avance de los Japoneses hacia el sur y significó que nueva Guinea y Australia ya no estaban amenazados. También hubo enfrentamientos grandes en Burma en este momento, y muchos soldados Británicos confrontaron una fuerte oposición. Los enfrentamientos no fueron sin embargo centrales en el destino de la campaña, ya que la única manera de terminar la guerra era tomar las islas donde residían los Japoneses.
El ejército de los Estados Unidos tuvo que abrirse camino a través del Pacífico para llegar a Japón. Las fuerzas Americanas tomaron las Islas Gilberto en Noviembre de 1943, las Marshalls en Febrero de 1944, las Marianas en Julio de 1944, y las Filipinas en Abril de 1945. La batalla en las Marianas fue importante y premonitoria. Fue importante porque al tomar la isla de Saipan, que era parte de las Marianas, Estados Unidos logró tener una base aérea que estaba dentro del alcance aéreo de Japón. En este punto, los Estados Unidos habían desarrollado el bombardero de cuatro motores más sofisticado del mundo, el Boeing B-29 Superfortress. Este bombero tenía más armas un dominio más amplio que su predecesor, el B-17 Stratofortress, que había sido utilizado en Europa para golpear a las ciudades Alemanas. Los B-29s Americanos comenzaron a bombardear regularmente las ciudades Japonesas, reduciendo mucho de Tokio a cenizas con las tormentas de fuego resultantes. El aspecto premonitorio de la lucha por Saipan fue el fanatismo de los defensores Japoneses. Casi 50’000 defensores estaban tan atrincherados que se necesitó una división de la Marina y una división del ejército para derrocarlos. (Esto eran por lo menos 40’000 personas). La defensa japonesa era tan fanática que terminó con un contraataque suicida en Julio 7 de 1944, en el cual la mayoría de los soldados Japoneses corrieron con voluntad y entusiasmo hacia las armas Americanas. Al final, los Japoneses perdieron 46’000 muertos en las Marianas, y los Estados Unidos 4’750.
Sin embargo las batallas en islas más importantes y difíciles para los Estados Unidos fueron en Iwo Jima y Okinawa. Iwo Jima era importante para los planeadores militares porque estaba a la mitad del camino entre las Marianas y Japón y hubiera sido una mejor base aérea que Saipan. Con una base en Iwo Jima, los luchadores Americanos hubieran sido capaces de escoltar a los bombarderos a Japón y de regreso, haciendo las rondas de bombardeo más efectivas. El ataque Americano en Iwo Jima comenzó en Febrero de 1945, y los soldados se encontraron con una firme resistencia. 20’000 defensores Japoneses se habían atrincherado incluso más profundamente que en las Marianas. A pesar de golpes constantes con artillería naval los defensores Japoneses se mantenían firmes, y la Marina tuvo que aterrizar en la playa en frente de fuerte resistencia Japonesa. Para Marzo, la isla estaba completamente ocupada, pero los Estados Unidos habían perdido 6’000 hombres. Los Japoneses habían peleado casi hasta con el último hombre.
Con Iwo Jima en la mano, los Americanos se volvieron a Okinawa, el último escalafón para llegar a la isla más sureña de Japón: Kyushu. Después de golpear la isla durante días con bombarderos, los Americanos lanzaron un asalto anfibio en Marzo de 1945. La batalla resultante duró hasta Julio y fue la más mortífera para las fuerzas Americanas desde Guadalcanal. Los Americanos perdieron 12’000 muertos y 36’000 heridos, junto con 34 barcos hundidos y otros 368 dañados. Los Japoneses perdieron el barco de guerra más grandioso del mundo, el Yamato de 72’000 toneladas, junto con 100’000 muertos. La naturaleza de la batalla y las medidas desesperadas de Japón son terribles de comprender. El Yamato había sido enviado en una misión suicida, con tan gasolina suficiente para llegar y ningún apoyo aéreo. Al final, repetidos golpes por bombas y torpedos Americanos la hundieron junto con su tripulación. Los pilotos kamikaze Japoneses repetidamente atacaban barcos Americanos. Y luego los Japoneses introdujeron una nueva arma suicida, la Baka, que era un planeador lleno de explosivos propulsado por un cohete. Los bombarderos Japoneses jalaban estos planeadores al área del blanco, donde el piloto prendía el motor y dirigía su bomba voladora al blanco. Las dificultades de esta campaña tuvieron un fuere efecto sobre los dirigentes militares de Estados Unidos, al comprender lo que una invasión de las islas internas costaría en términos de hombres y material.
Durante Julio de 1945 los Americanos bombardearon a Japón hasta dejarlo en ruinas. Noche tras noche, los ataques aéreos de NAPALM Americanos incendiaban ciudades Japonesas, a menudo creando tormentas de fuego en donde morían miles de personas. (Una tormenta de fuego ocurre cuando las flamas son tan intensas que el fuego consume todo el oxígeno de los alrededores. Así, la gente se asfixia, aunque el fuego en realidad nunca los toca). Las defensas en la costa eran particularmente atacadas constantemente, como en señal de preparación de una invasión Americana. Pero los Americanos habían decidido no invadir, esperando terminar rápido la guerra a través de una demostración masiva de poder destructor.
Tan solo dos semanas antes de jurar ser presidente de los Estados Unidos, Harry S. Truman se había enterado de un programa secreto Americano llamado el Proyecto Manhattan, que había desarrollado exitosamente la primera bomba atómica del mundo. Mientras que Estados Unidos planeaba la invasión de Japón, la estimación más conservadora de sus soldados muertos hablaba de 100’000. Los Estados Unidos habían perdido 170’000 hasta este punto en la Guerra del Pacífico. Dadas las estimaciones de pérdidas y la emergente rivalidad entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, Harry Truman decidió echar la bomba en Japón. Esto terminaría rápidamente la guerra y le daría algo de qué preocuparse a los Soviéticos. En Agosto 6 de 1945, un solo B-29 llamado el Enola Gay salió de las Islas Marianas y voló hacia Hiroshima con solamente una bomba en su costado. Cuando la bomba explotó sobre Hiroshima, destruyó cinco millas cuadradas de la ciudad y mató a 70’000 personas, hiriendo otras 70’000. Con la guerra claramente en sus momentos finales, los Soviéticos se unieron, declarando la guerra en Agosto 8 y mandando una fuerza de invasión a Manchuria. Los Soviéticos pudieron haber ganado la guerra en Europa, pero no eran más que aves de rapiña en el Pacífico. Los Soviéticos tomaron las Islas Kuril como pago por sus tremendos esfuerzos en derrocar a Japón. Esto estaba justificado porque los Japoneses habían robado esta isla de los Rusos en 1855. (Japón todavía quiere la parte sur de las Islas Kuril de regreso). En este punto, los Estados Unidos confrontaba un problema: los Japoneses no respondieron a la bomba, pero tampoco hicieron ninguna declaración de rendición. Así que en Agosto 9 de 1945, otro B-49, este nombrado el Carro de Bock, salió de las Marianas hacia Nagasaki. Esta bomba era diferente de la primera; estaba hecha de plutonio, en vez de uranio. Los resultados no fueron, sin embargo, diferentes. 1.8 millas cuadradas de la ciudad fueron obliteradas y más de 40’000 personas fueron muertas. En Agosto 10, el gobierno Japonés envió una carta, finalmente aceptando el llamado de Estados Unidos de capitulación total. La ceremonia formal de rendición fue llevada a cabo en Septiembre 2. La guerra más destructiva en la historia del mundo había terminado.
Nada en la historia de Japón sugería que sería mejor soportar la agresión Europea más que la de cualquier otro país. En 1638, el tercer Shogun Tokugawa Ieyitsu (1604-1651) cerró Japón a los extranjeros, con la excepción de Nagasaki, cuyo comercio con extranjeros era estrictamente controlado. Esta política duró hast 1854, cuando el poder naval Americano orilló a los Japoneses a abrir sus puertos al comercio. En 1853, los Estados Unidos envió a Commodore Matthew C. Perry para abrir pláticas de negociación para el comercio en Japón, lo que hizo amenazando volar el puerto Japonés de Uraga. En 1854, regresó con una fuerza naval más grande y negoció un acuerdo para mejorar el trato de los marinos naufragados, los derechos de los barcos de Estados Unidos para comprar provisiones, y abrió la puerta para privilegios comerciales futuros. En 1858, los Japoneses fueron forzados a firmar un acuerdo comercial y de fronteras con los Estados Unidos que más tarde también incluiría a Gran Bretaña, Francia, Holanda, y Rusia. Las repetidas retiradas de los Shogunes ante la fuerza de las armas de occidente hacían ver al Shogunato débil y perdió a la institución.
En 1867, un grupo de reformistas sostuvieron un golpe en nombre del emperador y derrocaron al último Shogun. En el mismo año el Emperador Komei murió y fue sucedido por su hijo Meiji Tenno (1867-1912). El Emperador Meiji fue la fuerza conductora detrás de la rápida modernización de Japón. Durante su reinado se abolió el feudalismo en Japón, se fundó una oficina postal, desarrollaron periódicos, se construyo un sistema de escuelas, y se reformó al ejército. Además, Japón se industrializó muy rápido. El gobierno fundó nuevos complejos industriales y luego vendió las fábricas terminadas al sector privado, muchas veces perdiendo ganancias. Así, para el comienzo de la Primera Guerra Mundial los bienes manufacturados en Japón competían bien en el mercado mundial. En 1897, Japón puso su moneda en el standard de oro, lo que era un pase para obtener respeto económico. En 1899, los Japoneses negociaron un tratado con los poderes Europeos para eliminar cualquier derecho especial que tuvieran en tierra Japonesa. Para el final del siglo, Japón se había unido completamente al club industrializado.
Al unirse al club de las naciones poderosas sin embargo, Japón también comenzó a actuar como una de ellas. En 1895, Japón se anexó la isla de Formosa, justo debajo de las narices debilitadas de China. En 1902, los Británicos pensaban que los Japoneses valían lo suficiente para hacer una alianza; esto en realidad era un reconocimiento de los Británicos hacia los Japoneses porque éstos se habían vuelto lo suficientemente poderosos para amenazar sus intereses. El poder d Japón se volvió muy claro en 1904, cuando los Japoneses lanzaron un ataque sorpresa en contra de la flota Rusa estacionada en Puerto Arturo, China. La subsiguiente Guerra Ruso-Japonesa fue muy mal para los rusos, y solamente la intervención americana restringió a los Japoneses y salvó a los Rusos de la vergüenza total. Sin embargo los Japoneses no estaban satisfechos y en 1810, tomaron Korea por su valor estratégico.
Así, para 1910 Japón se había vuelto claramente una potencia agresiva e industrializada. Luego dos cosas importantes ocurrieron. Primero, en 1911, el último emperador Chino fue depuesto por una revolución y China descendió al caos político completo. Segundo, en 1914, la guerra estalló en Europa. Estos dos eventos tuvieron importantes implicaciones estratégicas para Japón, así como también efectos directos en su economía. Estratégicamente, la falta de un gobierno poderoso en China invitaba más agresión Japonesa, mientras que la guerra en Europa hacía parecer que las colonias imperiales de Europa estaban listas para tomarse. En 1915, Japón le presentó a China sus famosas “21 Demandas”, que eran meramente una larga lista de concesiones que hubieran hecho de China un protectorado Japonés. Además, Japón tomó todas las colonias alemanas en China, algo a lo que los Poderes Entente difícilmente se podían poner. La guerra también era buena económicamente para Japón, ya que la necesidad Europea de materiales mantenía a las fábricas Japonesas ocupadas. En general, la guerra fue buena para los intereses Japoneses.
La intervención Americana y Británica limitó un poco a Japón en China, pero de todos modos obtuvieron casi todas de sus “21 Demandas”. Después de la guerra, Europa y América se concentraron más intensamente en Japón. Esto incluyó limitar las ganancias de la guerra de Japón en el tratado de Versalles y hacer de Japón un miembro original en la Liga de las Naciones. Japón pudo quedarse con sus colonias Chinas, por ejemplo, pero solamente como protectorados de la liga, no como territorio conquistado. Los Estados Unidos también trataron de restringir a os Japoneses a través de más diplomacia. En 1921, los Estados Unidos, Gran Bretaña, Japón, y Francia firmaron un Pacto de los Cuatro Poderes (Four-Power Act), en el cual se estipulaba que todos los firmantes serian consultados en cualquier “Cuestión Pacífica”. En 1922, dos tratados más fueron firmados. El primero fue el Tratado Naval Limitante de Cinco Poderes, en el cual los Estados Unidos, Bretaña, y Japón acordaban la formula de 5:5:3 para el tamaño relativo de cada marina. Francia e Italia también estaban incluidas, pero sus marinas no eran estratégicamente importantes. Luego vino el Tratado de los Nueve Poderes, firmado por las cinco potencias y los Países Bajos, Portugal, Bélgica y China, que garantizaba la soberanía de China y le daba a los nueve signatarios acceso equitativo a los mercados Chinos. Japón estaba encajonado diplomáticamente, por el momento, pero nunca estuvo completamente contento con el resultado y rápidamente se volvió un poder revisionista como Alemania e Italia.
Japón no era una potencia satisfecha, y la agresión subsiguiente fue el resultado natural de esta situación. Durante los 1920s, Japón se concentró principalmente en las reformas internas, y la economía Japonesa creció junto con la economía del resto del mundo. Sin embargo este periodo de expansión terminó en 1929 con la Caída de la Bolsa de Valores de Estados Unidos y la subsiguiente Depresión. Al progresar la Depresión, 50% de las fabricas Japonesas cerraron y las exportaciones nacionales decrecieron por dos tercios, dejando a Japón totalmente dependiente de sus mercados Asiáticos. El siguiente paso era predecible. En 1931 Japón invadió Manchuria y colocó un estado títere llamado Manchukuo. La invasión era supuestamente una respuesta al bombardeo de un ferrocarril cuyos dueños eran Japoneses, aunque después resultó que los Japoneses habían ocasionado el bombardeo ellos mismos. La Liga de las Naciones fue, como siempre, inútil. En Febrero de 1933, publicó un reporte que llamaba injustificada la invasión Japonesa, pero también proponía una colonia que hubiera hecho de Manchukuo un estado autónomo, teóricamente bajo soberanía China, pero en realidad bajo control Japonés. Ofendido, aún a pesar de esto, Japón dejó la Liga en Marzo. Su comportamiento se volvió un modelo para Italia y Alermania. En 1937, Japón se involucró en más agresión, invadiendo China después de una pelea (skirmish?) por fronteras y acabó ocupando la mayoría de la costa China. El gobierno nacionalista China fue forzado a retraerse a la (inland) a un lugar más seguro del país. Para 1938, las fuerzas Japonesas controlaban Cantón y mucho de la China central.
Dado el humor expansionista de China, la guerra en Europa proveía una excelente oportunidad para crear más maldades. Con la derrota de Francia y los Países Bajos, y los esfuerzos estruendosos en contra de Alemania, mucho de Asia sufrió de un vacío de poder. La situación era muy tentadora para los Japoneses, ya que si tomaban la Indochina Francesa, la Malasia Británica, y las Indias del Este Holandesas, podían ser autosuficientes en casi todas las materias primas importantes, especialmente con el petróleo. El único problema diplomático era idear como tomar toda Asia manteniendo a Estados Unidos neutral. En Septiembre de 1940, Alemania, Italia, y Japón firmaron un pacto de ayuda mutua que estipulaba que todos vendrían a la ayuda de cualquiera poder que fuera atacado por los Estados Unidos. Incluida en este tratado estaba una cláusula que le daba Europa a Italia y a Alemania, y Asia a Japón. En Abril de 1941, los Japoneses también firmaron un pacto de neutralidad con la Unión Soviética. Los Estados Unidos eran el único defensor de Asia.
En Septiembre de 1940, Japón ocupó Indochina del norte, inspirando protestas en América. La presión se volvió más intensa en Julio de 1941, cuando Japón se movió a Indochina del sur, ocupando bases Francesas en la costa. Esta acción era demasiado para los Estados Unidos, que respondió congelando todos los bienes Japoneses bajo control americano, e imponiendo un embargo en todas las ventas de petróleo. El embargo de petróleo fue una amenaza fuerte para Japón, ya que no tenían ninguna fuente doméstica de petróleo y ninguna de sus colonias producía petróleo. En Septiembre 6 de 1941, el gobierno Japonés decidió que si no se podía llegar a un acuerdo con los Estados Unidos dentro de unas cuantas semanas, entonces la guerra sería la única alternativa. Japón tenía que tener petróleo—sin o con guerra. Las pláticas continuaron hasta Octubre de 1941, aunque sin éxito. Los Estados Unidos hacían demandas imposibles que incluían que Japón renunciara a su tratado con Alemania e Italia, quitar a todas las tropas Japonesas de China y Asia del sudeste, y estar abiertos al libre mercado con China. Dada la situación, las demandas eran irrazonables, ya que Japón no iba a hacer ninguna de estas cosas. En Noviembre 26 de 1941, el Secretario de Estado de Estados Unidos Cordell Hull empeoró las cosas, mandando una carta al gobierno Japonés ordenándoles evacuar China e Indochina. Los Japoneses no le vieron sentido a seguir con las pláticas.
Con la necesidad de eliminar a los Estados Unidos de Asia, Japón lanzó un ataque aéreo sorpresa en la base naval más grande del Pacífico de Estados Unidos en Pearl Harbor, Hawaii, la mañana de Diciembre 7 de 1941. El ataque fue devastador. Cinco de los ocho barcos que formaban la Flota del Pacífico fueron hundidos y los otros tres fueron dañados gravemente. Tres cruceros de batalla y tres destructores también fueron hundidos. 180 aviones fueron destruidos, y 2’300 tropas fueron muertas. Al mismo tiempo, los aviones Japoneses atacaron una base aérea en las Filipinas, destruyendo más del 50% de la flota aérea del Ejército del Pacífico de los Estados Unidos.
A pesar de toda la destrucción el ataque fue un fracaso. Primero, no sacó a la primera potencia industrial del mundo de la guerra, pero profundizó su compromiso de luchar y ganar. En Agosto 8 de 1941, el presidente Franklin Delano Roosevelt le pidió al congreso Americano una declaración de guerra en contra de Japón, que rápidamente obtuvo. En Agosto 11, Adolfo Hitler y Benito Mussolini le hicieron el favor a los Estados Unidos de también declararle la guerra. Ahora los Estados Unidos estaba en ambas guerras, y desde ese momento el resultado de la guerra estaba decidido. Segundo, en una racha de mala suerte para los Japoneses, tres cargadores de aviones del Pacífico de los Estados Unidos estaban en alta mar la mañana del ataque de Pearl Harbor y sobrevivieron. Estos cargadores se volvieron la base del contraataque Americano. Tercero, la mayoría de los barcos que fueron hundidos se repararon y regresaron al servicio. Verán, no es bueno hundir un barco en un puerto, donde se puede levantar fácilmente. Solamente un golpe directo por una metralleta o un tanque de gasolina puede realmente destruir un barco en esta situación. Esto le ocurrió al USS Arizona, que todavía está al fondo de Pearl Harbor.
Uno de los oponentes más firmes de la guerra en Japón era el Almirante Yamamoto Isoroku (1884-1943), el mismo que planeó el ataque de Pearl Harbor. En el momento en el que el gobierno se decidió a favor de la guerra, Yamamoto le dijo a sus superiores que un ataque exitoso le permitiría correr libremente en el Pacífico por seis meses, pero que después de eso Japón enfrentaría la derrota. Yamamoto estaba en lo correcto en sus dos predicciones. Japón hizo lo que quiso durante seis meses. Para Enero de 1942, las fuerzas Japonesas habían tomado casi toda Burma, como también Guam, las Islas Gilbert, y Rabaul en Nueva Guinea. Para Febrero, controlaba la mayor parte de la abundante en petróleo Indonesia, y las Filipinas cayeron en Mayo de 1942. Japón planeaba tomar Nueva Caledonia, las Islas Fiji, Samoa y Midway, pero para este punto los Estados Unidos y Bretaña habían empezado a recobrar su equilibrio.
Inicialmente, las cosas se veían un poco sombrías para los Americanos; la mayor parte de su flota ofensiva estaba bajo el mar o reparándose. Aún así, mientras se reponían del desastre de Pearl Harbor, los Americanos estaban desesperados para aparentar que estaban haciendo algo. Así que las fuerzas Americanas planearon y ejecutaron un ataque atrevido y simbólico en Tokio. En Abril 18 de 1942, 16 bombarderos Americanos despegaron de cargadores de aviones en una misión al mando del Comandante James Doolittle, que pronto se volvería famoso, bombardeando exitosamente la ciudad y después volando a una base aérea en china, donde la mayoría de los aviones aterrizó sin problemas. El ataque no tuvo mucha importancia estratégica; los 16 bombarderos no pudieron hace tanto daño. Sirvió sin embargo, para incrementar significativamente la moral del lado americano.
Mientras que los Americanos estaban reconstruyendo su flota, los Japoneses hicieron unos cuantos errores estratégicos que ayudaron a nivelar el conflicto. Japón quería desesperadamente tomar la isla de Midway, ya que sus bases áreas y navales garantizaban el control estratégico del Pacífico central. La idea era que si Japón tomaba Midway, podía tirar a los Estados Unidos de la guerra. En Junio de 1942, buscando una pelea final, los Japoneses atacaron la isla con la mejor parte de su flota. Los Japoneses no sabían sin embargo, que los Estados Unidos habían roto sus códigos y sabían así, dónde y cómo atacaría la flota Japonesa. La batalla no marchó bien para Japón, y en tres días, cuatro de los pesados cargadores de aviones Japoneses y un pesado crucero de guerra se hundieron al fondo del mar. Este fue el punto de inflexión en la guerra, ya que los Japoneses no tan sólo habían perdido la mayoría de sus mejores cargadores de aviones, sino también sus mejores pilotos. Desde este punto en adelante, la marina Japonesa y Americana eran del mismo tamaño, y Japón no podía esperar producir más que la máquina industrial de los Estados Unidos. Con la derrota de Japón en Midway comenzaron los grandes saltos por las islas en la marcha hacia Japón. Los Japoneses habían esparcido sus tropas a través de muchas islas en el Pacífico, tratando de controlar los más puntos posibles. Los Estados Unidos respondieron con una estrategia de tomar solamente las islas más importantes. Atacaban una locación estratégica que tenía un campo de aterrizaje o puerto importante. La primera verdadera prueba de armas Americanas en el Pacífico llegó en Julio de 1942. En Julio 6, los Japoneses aterrizaron tropas en una de las Islas de Salomón, llamada Guadalcanal, y comenzó a construir una base aérea. Los Americanos respondieron casi inmediatamente, y una batalla de seis meses prosiguió, luchada en tierra y mar. Los Japoneses perdieron más de 24’000 muertos en tierra y los Estados Unidos 1’600. En el mar las pérdidas fueron aproximadamente iguales, con cada lado perdiendo múltiples cruceros de guerra, barcos de guerra, y por lo menos un cargador. Esta batalla fue importante sin embargo, porque paró el avance de los Japoneses hacia el sur y significó que nueva Guinea y Australia ya no estaban amenazados. También hubo enfrentamientos grandes en Burma en este momento, y muchos soldados Británicos confrontaron una fuerte oposición. Los enfrentamientos no fueron sin embargo centrales en el destino de la campaña, ya que la única manera de terminar la guerra era tomar las islas donde residían los Japoneses.
El ejército de los Estados Unidos tuvo que abrirse camino a través del Pacífico para llegar a Japón. Las fuerzas Americanas tomaron las Islas Gilberto en Noviembre de 1943, las Marshalls en Febrero de 1944, las Marianas en Julio de 1944, y las Filipinas en Abril de 1945. La batalla en las Marianas fue importante y premonitoria. Fue importante porque al tomar la isla de Saipan, que era parte de las Marianas, Estados Unidos logró tener una base aérea que estaba dentro del alcance aéreo de Japón. En este punto, los Estados Unidos habían desarrollado el bombardero de cuatro motores más sofisticado del mundo, el Boeing B-29 Superfortress. Este bombero tenía más armas un dominio más amplio que su predecesor, el B-17 Stratofortress, que había sido utilizado en Europa para golpear a las ciudades Alemanas. Los B-29s Americanos comenzaron a bombardear regularmente las ciudades Japonesas, reduciendo mucho de Tokio a cenizas con las tormentas de fuego resultantes. El aspecto premonitorio de la lucha por Saipan fue el fanatismo de los defensores Japoneses. Casi 50’000 defensores estaban tan atrincherados que se necesitó una división de la Marina y una división del ejército para derrocarlos. (Esto eran por lo menos 40’000 personas). La defensa japonesa era tan fanática que terminó con un contraataque suicida en Julio 7 de 1944, en el cual la mayoría de los soldados Japoneses corrieron con voluntad y entusiasmo hacia las armas Americanas. Al final, los Japoneses perdieron 46’000 muertos en las Marianas, y los Estados Unidos 4’750.
Sin embargo las batallas en islas más importantes y difíciles para los Estados Unidos fueron en Iwo Jima y Okinawa. Iwo Jima era importante para los planeadores militares porque estaba a la mitad del camino entre las Marianas y Japón y hubiera sido una mejor base aérea que Saipan. Con una base en Iwo Jima, los luchadores Americanos hubieran sido capaces de escoltar a los bombarderos a Japón y de regreso, haciendo las rondas de bombardeo más efectivas. El ataque Americano en Iwo Jima comenzó en Febrero de 1945, y los soldados se encontraron con una firme resistencia. 20’000 defensores Japoneses se habían atrincherado incluso más profundamente que en las Marianas. A pesar de golpes constantes con artillería naval los defensores Japoneses se mantenían firmes, y la Marina tuvo que aterrizar en la playa en frente de fuerte resistencia Japonesa. Para Marzo, la isla estaba completamente ocupada, pero los Estados Unidos habían perdido 6’000 hombres. Los Japoneses habían peleado casi hasta con el último hombre.
Con Iwo Jima en la mano, los Americanos se volvieron a Okinawa, el último escalafón para llegar a la isla más sureña de Japón: Kyushu. Después de golpear la isla durante días con bombarderos, los Americanos lanzaron un asalto anfibio en Marzo de 1945. La batalla resultante duró hasta Julio y fue la más mortífera para las fuerzas Americanas desde Guadalcanal. Los Americanos perdieron 12’000 muertos y 36’000 heridos, junto con 34 barcos hundidos y otros 368 dañados. Los Japoneses perdieron el barco de guerra más grandioso del mundo, el Yamato de 72’000 toneladas, junto con 100’000 muertos. La naturaleza de la batalla y las medidas desesperadas de Japón son terribles de comprender. El Yamato había sido enviado en una misión suicida, con tan gasolina suficiente para llegar y ningún apoyo aéreo. Al final, repetidos golpes por bombas y torpedos Americanos la hundieron junto con su tripulación. Los pilotos kamikaze Japoneses repetidamente atacaban barcos Americanos. Y luego los Japoneses introdujeron una nueva arma suicida, la Baka, que era un planeador lleno de explosivos propulsado por un cohete. Los bombarderos Japoneses jalaban estos planeadores al área del blanco, donde el piloto prendía el motor y dirigía su bomba voladora al blanco. Las dificultades de esta campaña tuvieron un fuere efecto sobre los dirigentes militares de Estados Unidos, al comprender lo que una invasión de las islas internas costaría en términos de hombres y material.
Durante Julio de 1945 los Americanos bombardearon a Japón hasta dejarlo en ruinas. Noche tras noche, los ataques aéreos de NAPALM Americanos incendiaban ciudades Japonesas, a menudo creando tormentas de fuego en donde morían miles de personas. (Una tormenta de fuego ocurre cuando las flamas son tan intensas que el fuego consume todo el oxígeno de los alrededores. Así, la gente se asfixia, aunque el fuego en realidad nunca los toca). Las defensas en la costa eran particularmente atacadas constantemente, como en señal de preparación de una invasión Americana. Pero los Americanos habían decidido no invadir, esperando terminar rápido la guerra a través de una demostración masiva de poder destructor.
Tan solo dos semanas antes de jurar ser presidente de los Estados Unidos, Harry S. Truman se había enterado de un programa secreto Americano llamado el Proyecto Manhattan, que había desarrollado exitosamente la primera bomba atómica del mundo. Mientras que Estados Unidos planeaba la invasión de Japón, la estimación más conservadora de sus soldados muertos hablaba de 100’000. Los Estados Unidos habían perdido 170’000 hasta este punto en la Guerra del Pacífico. Dadas las estimaciones de pérdidas y la emergente rivalidad entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, Harry Truman decidió echar la bomba en Japón. Esto terminaría rápidamente la guerra y le daría algo de qué preocuparse a los Soviéticos. En Agosto 6 de 1945, un solo B-29 llamado el Enola Gay salió de las Islas Marianas y voló hacia Hiroshima con solamente una bomba en su costado. Cuando la bomba explotó sobre Hiroshima, destruyó cinco millas cuadradas de la ciudad y mató a 70’000 personas, hiriendo otras 70’000. Con la guerra claramente en sus momentos finales, los Soviéticos se unieron, declarando la guerra en Agosto 8 y mandando una fuerza de invasión a Manchuria. Los Soviéticos pudieron haber ganado la guerra en Europa, pero no eran más que aves de rapiña en el Pacífico. Los Soviéticos tomaron las Islas Kuril como pago por sus tremendos esfuerzos en derrocar a Japón. Esto estaba justificado porque los Japoneses habían robado esta isla de los Rusos en 1855. (Japón todavía quiere la parte sur de las Islas Kuril de regreso). En este punto, los Estados Unidos confrontaba un problema: los Japoneses no respondieron a la bomba, pero tampoco hicieron ninguna declaración de rendición. Así que en Agosto 9 de 1945, otro B-49, este nombrado el Carro de Bock, salió de las Marianas hacia Nagasaki. Esta bomba era diferente de la primera; estaba hecha de plutonio, en vez de uranio. Los resultados no fueron, sin embargo, diferentes. 1.8 millas cuadradas de la ciudad fueron obliteradas y más de 40’000 personas fueron muertas. En Agosto 10, el gobierno Japonés envió una carta, finalmente aceptando el llamado de Estados Unidos de capitulación total. La ceremonia formal de rendición fue llevada a cabo en Septiembre 2. La guerra más destructiva en la historia del mundo había terminado.
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